A lo largo de los años cualquier persona puede observar cómo ha permeado el concepto religioso de la falaz idea de la “vida inmediatamente después de la muerte”. Esta mentira ha impactado a tal punto a las personas, que algunas sostienen supuestas “conversaciones” con sus seres queridos muertos. Otros “les rezan” a seres muertos considerados deidades, pidiéndoles trabajo, salud, novio/a... Algunos más participan de sesiones espiritistas donde se les hace creer que el difunto está presente y les hace saber cosas de su vida o su familia. En abierto contraste, la Biblia es muy clara cuando habla acerca de los muertos. La Biblia enseña que estarán en ese estado hasta que resuciten en alguna de las resurrecciones que Dios tiene preparadas para la humanidad.

Este libro documenta de las Escrituras lo que Dios declara en Ellas acerca de la vida, la muerte y particularmente la resurrección de Jesucristo que nos garantiza que a su regreso, quienes “duerman en él”, serán resucitados. A la vez, quienes estemos vivos seremos transformados y juntos iremos al encuentro de nuestro Señor en el aire. A partir de ese momento, estaremos por siempre con él.