Somos un grupo de personas que creemos que la Palabra de Dios es la voluntad de Dios. Venimos de distintos caminos de la vida y nos dedicamos a distintas tareas: Profesionales, Amas de casa, Técnicos, Estudiantes, Empleados... Podemos pensar diferente en los distintos temas de la vida; pero en cuanto a la Palabra de Dios procuramos tener un mismo sentir en Cristo Jesús. Por ello creemos firmemente que ejercitamos nuestra libre voluntad al estudiar la Palabra de Dios para hacerla propia en nuestras vidas y hacerla disponible a las personas que tengan "hambre y sed de Dios" para que puedan estar tan bendecidos como nosotros con las cosas que sabemos y aplicamos de la Palabra de nuestro Padre Celestial.
Deseamos que el producto de nuestro servicio a Dios exceda nuestras vidas. Queremos asegurar para nosotros hoy y nuestra posteridad mañana, hasta que retorne el Señor Jesucristo, la viabilidad de difundir tranquilamente y sin impedimento las Sagradas Escrituras que tanto bien han hecho a nuestras almas estos benditos años de conocerlo a Dios y Sus bendiciones en nuestras vidas.
No nos reunimos para legislar o “verticalizar” el ministerio de la Palabra de Dios. Nos hemos organizado de tal modo de dar. Nos hemos configurado de tal modo que la puerta sea de salida, y si la puerta se abre para adentro es para dejar pasar a alguien para proveerle servicio cristiano indiscriminado. Nos empeñamos en sacar afuera nuestros hallazgos de la Palabra por pequeños que sean. Nuestro bien común es el amor a Dios y a Su Palabra que solamente por Su gracia y misericordia tenemos y el amor de Dios en la mente renovada en manifestación entre nosotros.
Servimos y seguiremos sirviendo la Palabra de Dios sin importar “con quien” esté la persona, ciegamente. Por supuesto que en este servir la Palabra de Dios (haciendo bien sin mirar a quien), algunas voluntades querrán alinearse con nuestros propósitos e intenciones. Aquellos serán quienes participen de nuestras reuniones de iglesias en las casas pero ciertísimamente no serán tratados con mayor respeto que otros miembros de la Familia de Dios, pues todos Sus hijos lo somos con total independencia del grupo al que pertenezcamos. Será la intención deseada por nosotros que esas iglesias servidas por nosotros provean servicio cristiano altruista a todas las personas pero mayormente a los de la familia de la fe.
Observamos de manera agradecida a Dios que hay varios grupos, más o menos organizados, que tenemos como objetivo cumplir nuestra parte en hacer disponible la Palabra de Dios en nuestros ámbitos. Hemos surgido no porque hayamos pensado que éramos lo que hacía falta o porque tuviéramos solución alguna diferente y mejor que el resto; sino como un recurso más para llegar a quienes sea que lleguemos con la grandeza y simpleza de la Palabra de Dios. Nos sentimos excepcionalmente bendecidos al tener la posibilidad de tener que ver en la medida que sea que tengamos que ver con Dios y Su gente. Hemos dicho “heme aquí, envíame a mi” a Quien realmente rendiremos cuenta todos los hoy mortales.
El sitio Web ha sido nuestro comienzo y el medio por el cual el Padre celestial tuvo a bien hacernos encontrar y re encontrar para sumar voluntades, para proveer la Palabra de manera universal y simple, sin complicaciones o pagos. Es un sitio de recursos cristianos abierto y de dominio público. No esperamos nada a cambio, pero sí deseamos que las personas decidan todos los días servir al Dios de su liberación y los ayudamos en todo lo que necesiten para ser mejores para Él todos los días, en todos sus empeños.
Desde que nos abocamos a la tarea de hacer disponible la Palabra de Dios lo hicimos con la firme convicción que ninguno de nosotros es dueño de Ella de tal manera que todos estos años y todas estas más de 200 enseñanzas han sido enviadas a las casillas de correo de personas sin importar con quién están o qué piensan siquiera acerca de nosotros. Hasta antes del cierre de junio de 2012 se han descargado desde el sitio Web más de 33.163 enseñanzas en texto y más de 45.217 en audio. Ni sabemos quienes fueron que las bajaron ni nos interesa. Todo lo que está en la página Web es para quien quiera descargarlo, para su provecho personal y para compartir como guste. A estas cantidades habría que sumarle las enseñanzas que salen de manera más o menos regular a las casillas de correo de los suscriptores desde nuestra oficina de servicio a todo el mundo.
Para suscribirse lo único que le pedimos a la persona es que nos diga su correo, su nombre y en qué ciudad y país vive. Aún así algunos eligen darnos solamente su dirección de correo y también los suscribimos sin que importe que no "cumplan" un simple requisito.
Consideramos que lo que hemos recibido de gracia, del mismo modo debemos darlo y estamos muy felices que podamos hacerlo así.
Hemos venido haciendo bien sin mirar a quien de una manera consistente. Muchas personas serían mal vistas por la comunidad, o grupo o religión que sea a la que digan pertenecer si supieran que han estado descargando enseñanzas de nuestro sitio Web. De tal manera que hemos estado sirviendo a aquellos también que ingresan anónimamente a nuestras páginas y se hacen de las enseñanzas que han evidenciado hacerles tanto bien a sus vidas.
El amor es el pegamento que nos une y no tenemos más “membresía” que no sea ese amor de Dios derramado en nuestros corazones y puesto en la mente renovada en manifestación entre nosotros. En tanto estemos en ese amor estaremos en comunión los unos con los otros pues estaremos en comunión con nuestro Padre celestial. El amor es nuestro carné para entrar al “club”.
En la medida que permanezcamos fielmente en comunión en servicio con nuestro Padre, seguiremos haciendo disponible los recursos que hasta ahora hemos estado haciendo disponibles de la misma manera que hasta ahora.
La Palabra que intentamos servir es de Dios, no es nuestra y le costó a Él muchos buenos hombres a lo largo de la historia y últimamente nada menos que Su hijo Jesucristo. Eso es lo que ha costado. No nos costó a nosotros nada y a Él todo. Por eso creemos firmemente en utilizar los medios a nuestro alcance para que esa Palabra llegue a las personas lo más simplemente que sea posible. Lo hacemos con total independencia de la distancia desde nuestra oficina de servicio.
A propósito, eso es lo que es nuestra oficina, esa es la razón de su conformación como tal: servicio. Eso hacemos quienes trabajamos hoy y quienes trabajen mañana allí: servicio amoroso e indiscriminado de la Palabra de Dios. Todo lo que hacemos disponible en la página está en el dominio público. Nosotros la administramos para entregarla a los demás.
La visión y misión de Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo es hacer disponible enseñanzas de la Palabra de Dios en formato de libro a precios accesibles para que las personas crezcan en el conocimiento y amor de y por Dios. Los libros están pensados para el presente y para que cuando hayamos sido arrebatados a nuestro encuentro en las nubes con el Señor Jesucristo las personas que queden sobre la Tierra puedan sumar a las Biblias que hayan quedado, un apreciable tesoro del conocimiento del amor de Dios por la humanidad y con eso decidan ser salvos y reencontrarse con nosotros al momento del comienzo del Reino de Dios, aquí sobre la Tierra.
Cuando decimos “nosotros”: queremos decir: nuestros hermanos en Cristo y cuando decimos: “ellos”; nos referimos a nuestro objetivo común de bendición con la Palabra: Los hombres naturales a quienes queremos llevarles el Evangelio de la liberación del Señor Jesucristo del Reino de Dios. “Nosotros” queremos ayudarnos a “nosotros” a ir al conocimiento de la verdad y a que juntos ganemos para Dios a “ellos”. Para que sean salvos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a la de Dios y luego que vengan al conocimiento de la verdad junto a “nosotros”. En esto último también diligenciamos nuestros más fervientes esfuerzos de enseñanza y comunión.
Creemos que cuando uno renace del espíritu de Dios uno no lo hace en virtud de ser de aquí o de allá o de este o de aquel. Más bien, uno lo hace en virtud de haber confesado y creído lo que dice la Palabra de Dios en Romanos 10:9. Luego puede tener "mejor química" con este grupo o con aquel. Eso es humanamente así, pero lo importante es que NO somos DE este o DE aquel como que pertenecemos a este o aquel. Somos de Dios. Esa es la columna vertebral, es espiritual no es humana. Es de Él no es nuestra ni de nadie más en esta Tierra. Hay una sola cabeza y esa es Cristo y no está en ninguna ciudad del mundo, está a la diestra de Dios haciendo intercesión por todos nosotros con total independencia del grupo que sea al que decimos pertenecer. Por ello nuestro servicio es a nuestro prójimo.
Estamos persuadidos que nuestra comunión tiene que ser con Dios a través de Cristo en nosotros y de Su maravillosa Palabra y en cuanto dependa de nosotros estar en paz con todos los hombres y mayormente con los de la familia de la fe pero PRIMERO recontra PRIMERÍSIMO con Dios a través de Su Palabra.
Aquellos de nosotros “alineados” estamos unidos con el vínculo perfecto del amor de Dios derramado en nuestros corazones, no por nuestra voluntad sino la de Dios en el nuevo nacimiento y ejercitado libremente y voluntariamente por algunos de nosotros. No hemos tenido cosa alguna que ver en el proceso generativo del amor de Dios en nosotros pero si, tenemos todo que ver en el proceso de ejercicio de él dentro y fuera de la familia de Dios. No deseamos tener ninguna otra relación con nuestros hermanos y hermanas en Cristo que no sea este amor que no es nuestro en su generación sino en nuestro ejercicio de él. Cualquier otro arreglo sería legalizar la relación.
El servidor de iglesia en todos “sus niveles” (en la casa o en la ciudad) está para ayudar, para orientar y guiar a la Palabra y de regreso a la Palabra y no para regir o dictar. Da guía, provee orden y homogeneidad en las reuniones. Sirve, da. Todos los hijos de Dios tienen algo para dar. En nuestro servicio ayudamos a que las personas den su mejor para el Altísimo. El servidor provee -en la medida de sus posibilidades- el orden necesario para los muchos “dares” de los que con él están en la iglesia en la casa. Él está ahí para dar junto a ellos. Delante de ellos para guiar con el ejemplo y debajo de ellos para servir.
Nuestro ministerio es uno de dar. Estamos “configurados” para dar. Cualquier otra cosa nos descarrilaría de las vías que tendimos cuando pusimos –por la misericordia de Dios- este tren en movimiento.
Nos consideramos, un grupo que tiene la amorosa intención de proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo. No pensamos de nosotros como “EL” ministerio como exceptuando al resto de los buenos esfuerzos que se han venido haciendo de llegar con las Escrituras a la gente.
Lo que somos, lo que queremos, lo que hacemos, nuestra misión y visión está todo escrito en el sitio Web abierto al escrutinio de todo el mundo. Pero lo mejor, es la Palabra que hacemos disponible con mucho amor. Hemos tenido el inmenso privilegio de haber recibido un ministerio de la Palabra de Dios que afortunadamente no es el único de tal manera que las personas pueden elegir libremente, sin compulsión. Pero en cuanto a nosotros nos hemos lanzado a servir cuánto podamos, hasta donde demos, donde nos llamen y deseen la Palabra que las personas piensen que nosotros podemos darle. Este es un ministerio que ha probado en los años haberse "armado" para dar, y eso hacemos con todo el amor de Dios.
No estamos "reclutando" personas para poder "ser más" que tal o que cual. En todo caso, no estamos reclutando. Estamos bendiciendo vidas con la Palabra que venimos compartiendo de manera no egoísta con todo el mundo. No podemos y no queremos evitar que algunos entre los que nos conocen quieran "encolumnarse" con lo que podríamos llamar "nosotros" pero no nos importa que así sea. Para "nosotros" el pronombre "nosotros" quiere decir hijos de Dios y no "nosotros como EL grupo" que lo representa a Dios sobre la Tierra, poseedor de la verdad como si el resto no existiera. Amamos a Dios, amamos a Su gente y amamos a la gente en general y hacemos disponible la Palabra de Dios de manera indiscriminada.
No hacemos acepción de personas, quien quiere las enseñanzas las puede tener, quien quiere que vayamos a enseñar una clase, un seminario o a hacer un fin de semana en la Palabra; vamos con todo gusto, quien quiere permanecer en el anonimato y bajarse enseñanzas puede hacerlo porque la Palabra no es nuestra. Hacemos nuestro mejor esfuerzo para hacerla nuestra en la medida que la creemos y la practicamos pero ser... no es de nosotros ni de nadie sino de Dios. Él es el dueño de Su iglesia del cuerpo de Cristo de la cual Cristo es la cabeza. Nadie aquí es cabeza de nadie. Si vamos a estar unidos será a través del amor que fue derramado en nuestros corazones que es el vínculo perfecto no a través de algo así como la membresía para pertenecer a un club de fútbol. El amor de Dios en la mente renovada en manifestación es el vínculo perfecto. No una supuesta membresía.
No hay bien superior que uno pueda hacer por otro que hacerle disponible la inerrante, indescriptiblemente sublime, maravillosa, magnífica Palabra de Dios con tanta precisión y exactitud como nos sea intelectualmente posible, con lo mejor de nosotros. Todas nuestras enseñanzas son presentadas con respeto por el Autor de la Palabra (en primerísimo lugar), por nuestros oyentes, por quienes nos precedieron en el conocimiento de Dios y por nuestros hermanos en Cristo contemporáneos que han hallado semejanzas y similitudes sobre un tema en particular pero con quienes no necesariamente guardamos exactitud de conceptos. Valoramos todos los esfuerzos en pos de la verdad y estamos profundamente agradecidos por esos esfuerzos. Para nosotros enseñar es una propuesta, una presentación respetuosa de nuestros hallazgos que obtuvimos por la gracia de Dios y nuestros esfuerzos intelectuales, nunca pretenden ser doctrina “obligatoria” o excluyente de los hallazgos de otros hermanos en Cristo que también aman a Dios y Su Palabra. La maravillosa Palabra de Dios supera a cualquier estudiante Bíblico y es Ella, cuando la hallamos en un tema en particular, la que queremos hacer nuestra norma de fe y práctica.
Lamentablemente mientras estemos por aquí y la trompeta no haya aún sonado tendremos mucho para renovar la mente. Ojalá fuera diferente pero no hay más remedio mientras tengamos este cuerpo mortal y pensamientos mortales faltos de la disciplina de la Palabra y el amor de Cristo entre nosotros.
Mover la Palabra de Dios sobre el mundo es una tarea para todos los hijos de Dios y es un privilegio poder llegarnos con lo mejor de nosotros con un mensaje que tanta falta le hace a la humanidad con la única salvedad de que tenga hambre y sed de Él.
No le decimos a la gente con quien casarse, con quien pasar tiempo o qué ropa vestirse, le decimos la Palabra de Dios. No nos metemos en sus vidas privadas excepto y únicamente que nos den acceso a un tema en particular donde hayan solicitado nuestra ayuda en busca de la Palabra de Dios que podemos compartirle de nuestro corazón.
Somos gente común que sirve a la gente común. Formamos un grupo de personas aunados como un ministerio que estudia, que enseña y que tiene personas afines que se reúnen para compartir un rato de sus vidas en torno a la maravillosa Palabra de Dios.
La “marca” Palabra sobre el mundo es más que una marca, es nuestro propósito, nuestro objetivo en el sentido que queremos ejercitar la que sea nuestra parte en que la Palabra de Dios llegue a todas las personas que podamos en todos los rincones de la Tierra.