La aventura más emocionante y recompensante que persona alguna puede emprender es el estudio de la Palabra de Dios. No hay cosa más sublime que nos conecte con los recursos de Dios que no sea lo que Él mismo desde Su corazón de amor declaró a santos hombres de Su elección para que nosotros lo conozcamos y lo amemos.
Este libro intenta abordar este tema pues es de superlativa importancia saber y actuar con la profunda convicción que la Palabra es de Dios. No es suya lector, no es mía, como tampoco es de su grupo o religión. Por tanto cuando uno la recibe por Su gracia debe de darla de la misma manera.