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300 | Un Equipo de la Clase de Dios Parte 3 |
Un Equipo de la Clase de Dios Parte 3. Los ángeles y El Señor Jesucristo
antes de entrar de lleno en la intervención angelical en la vida de nuestro querido Señor; sigamos estudiando algunos hermosos registros del Antiguo Testamento. Uno de los grandes hombres de Dios, del que ya estudiamos un poco, fue Moisés quien tuvo que hacer un cambio mental superlativo para aceptar que Jehová lo había llamado para liberar a Su pueblo en respuesta a la oración de ese pueblo. Era necesario atrapar la atención de Moisés y esta fue la manera en la que Dios lo hizo.
Éxodo 3:1 y 2: 1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Este maravilloso Moisés fue sucedido por otro gran hombre: Josué. Sus llamamientos fueron de alguna manera paralelos (en responsabilidad no en tiempo) y Dios estuvo con Josué como estuvo antes con Moisés. Este gran hombre guió al pueblo de Dios a reconquistar el territorio que les correspondía por propio derecho luchando y venciendo a las naciones enemigas usurpadoras de la tierra. En la ocasión que tomaron la ciudad de Jericó les fue enviado un mensajero para darles instrucciones y fortaleza.
Josué 5:13-15: 13 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? 14 El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? 15 Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.
¿Qué pasaba con Josué que no reconoció al ángel por sus alas y su halo? No pasaba nada con Josué. No pudo identificarlo ni como amigo ni como enemigo. La ocasión era solemne y Dios eligió remarcarla en Su Palabra, en la historia, en la retina de Josué y en nuestros corazones con la presencia de uno de Sus colaboradores. El emocionante anuncio a Josué fue que estaba pisando tierra guardada aparte por Dios para ellos. Josué obedeció al ángel como si hubiese sido Dios mismo. Estos mensajeros de parte de Dios representan el poder de Dios y Su bendición y protección. Siempre son enviados por Dios, siempre lo representan y siempre son para nuestra bendición.
Hemos visto (y continuaremos viendo) muchos registros de ángeles dando mensajes y ejecutando acciones muy importantes que uno erróneamente podría pensar que debió haberlos hecho Dios mismo. Pero Él en Su infinita misericordia y bondad nunca deja a los Suyos “fuera de la foto”. Entendiendo estos registros de la Palabra de Dios; nosotros podemos agradecer a Dios por ellos y su servicio. Además también podemos reconocerlos y honrarlos de una manera ampliamente merecida.
Necesitamos conservar la perspectiva del total de la Palabra de Dios. Estas acciones angelicales, que vimos hasta ahora, en defensa de los santos de Dios no han cesado. No es que después del día de Pentecostés nuestro Padre tuvo una reunión de trabajo y les mandó telegrama de despido a Sus ángeles. A partir de aquel maravilloso día; nuestro querido Señor Jesucristo se unió a las filas de ayudadores y bendecidores. Él ocupa su puesto como cabeza de la Iglesia.
Ya habíamos dicho que no hay diferencia sustancial en los significados de las palabras hebrea y griega traducidas ángel. De tal manera que podemos continuar estudiando el Nuevo Testamento. En el caso de los Evangelios la palabra griega angelos se usa unas 58[1] veces y las más de las veces es usada en referencia a Jesucristo.
ô Intervención angelical en la vida del Señor Jesucristo
n los días que Herodes era el maligno usurpador a cargo del gobierno, había un sacerdote llamado Zacarías que tenía por mujer a Elisabeth, prima de María. Este era un gran hombre de oración que esperaba al Mesías prometido. Recibió revelación mediante un ángel acerca de la concepción, nacimiento y función de servicio de su futuro hijo Juan llamado el bautista.
Lucas 1:8-13, 18 y 19, 24-38: 8 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, 9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando [detalle muy importante] a la hora del incienso. 11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. 12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. 13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída [¿cuál había sido la oración de Zacarías? No lo dice pero la respuesta a la oración nos dice a las claras por qué cosa había orado], y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo [Esta había sido la oración], y llamarás su nombre Juan.
Dios fue más allá de lo que Zacarías había pedido y entendido[2]. El ángel habló proféticamente y le da un anuncio en tiempo futuro con detalles emocionantes acerca del ministerio de su hijo que aún no había sido siquiera concebido por él que tenía mucha edad con su mujer que era estéril.
18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
¡Qué tarjeta de presentación! Nada menos que Gabriel delante de Dios, enviado para darle buenas nuevas. ¡Vaya si le dio nuevas y vaya que eran buenas!
24 Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo: 25 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.
La tarea de Gabriel no estaba completada. Faltaba aun la última “puntada” que iba a ser dada unos seis meses después de este anuncio a Zacarías.
26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María [que también era del linaje de David]. 28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
No dice que María haya sido turbada por su apariencia sino por sus palabras. Lo que la sorprendió a la madre de nuestro redentor fue lo que le dijo no que tuviera alas o halo.
30 Entonces el ángel [nadie menos que Gabriel] le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
De los muchos anuncios que los ángeles dieron a lo largo de la historia de la humanidad; seguramente este debió haber sido el más importante de todos y fue dado por un ángel de Dios. María tenía sus dudas acerca de esta sorpresiva aparición y le hizo una pregunta súper lógica que el ángel respondió.
34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Dios hizo Su parte, Gabriel hizo la suya y María también hizo su parte: obedeció diciendo “hágase conmigo conforme a tu palabra”. Esa era la Palabra de Dios hablada por un ángel que no pierde eficacia alguna cuando es creída y no depende de quien la hable sino de ser creída, es decir actuada. La Palabra es de Dios, no del ángel. Igual que cuando usted la habla; no es suya pero tiene poder activador en la vida de quien la cree. Aquí no termina la intervención angelical al comienzo mismo de la vida de nuestro Señor.
Mateo 1:18-20, 24: 18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Nada quedó librado al azar. Dios, Quien comenzó el plan de redención en el momento mismo que recibió la afrenta de la desobediencia de Adán y Eva, siguió cada detalle y en este caso confirmando con la presencia de un ángel. José fue consolado con estas palabras y lo dejaban tranquilo que María no se había acostado con nadie. Este José debió haber sido un gran creyente pues hizo tal cual le fue revelado por el ángel.
24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
Aquí no termina la intervención angelical en la preciosa vida de nuestro cordero pascual.
Lucas 2:8-11, 13 y 14: 8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
La inmensa importancia y singularidad de este evento requirió la presencia de ángeles para anunciar semejante acontecimiento. Había nacido el hijo de Dios, Su Mesías, Su Cristo, el cordero pascual, la simiente prometida a Eva, el redentor de la humanidad. Dios decidió que Sus colaboradores anunciaran a los pastores. Vino primero “el ángel” y luego se apareció una multitud de las huestes que alababan a Dios. El cielo entero se regocijó con el nacimiento del Cristo de Dios, del rey del Reino venidero. La acción obediente de José en favor de nuestra salvación continuó después del nacimiento y una vez que los Magis se retiraron de Israel.
Mateo 2:13-15, 19-21 13 Después que partieron ellos [quienes partieron fueron los Magis], he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.
La más grande protección de Dios a los Suyos es Su revelación que en este caso es provista mediante un ángel. Para preservar la vida del Cristo era necesario sacarlo de Israel. De haber podido protegerlo allí no hubiese habido necesidad de esta revelación. Una vez más nuestro querido José hizo lo que le fue dicho que hiciera. Obedeció al ángel como si hubiese sido Dios mismo.
14 Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, 15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.
Así es, de Egipto llamó a Su hijo. Pero muerto “Herodes se acabó la rabia” y se hizo el tiempo que pudiera regresar a su legítimo lugar para crecer y luego decidir servirle a Dios con todo su ser.
19 Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, 20 diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. 21 Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel.
Sin ninguna complicación o vueltas; José hizo según fue instruido por el ángel del Señor. Estos registros nos permiten ver claramente el ejército celestial de bondad que se mueve de manera imperceptible en nuestro favor. De no haber habido intervención angelical, y acción obediente por parte de los seres humanos involucrados, la vida de Jesucristo (y nuestra redención) hubiesen peligrado.
Una vez que creció en edad y estatura delante de Dios y de los hombres; el Señor Jesucristo fue llevado al desierto a confrontar al Diablo. Este lo tentó de manera totalmente infructuosa. En una de las tentaciones el mismo ente de maldad habla de sus “ex colegas” los ángeles fieles a nuestro querido Dios.
Mateo 4:5-7: 5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios |
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301 | Un Equipo de la Clase de Dios Parte 4 |
Un Equipo de la Clase de Dios Parte 4. Los Ángeles en el libro de Hechos estos registros que estamos por estudiar se produjeron después del día de Pentecostés. Veremos a hermanos nuestros que recibieron los beneficios del servicio de los ángeles aun después de haber renacido. Comenzaremos con el caso de Cornelio. El caso de Cornelio chos capítulo diez documenta a un grupo de gentiles escuchando la Palabra de Dios, y naciendo de nuevo. El registro nos da una clara y contundente visión de lo que es el trabajo en equipo: Dios – el Señor Jesucristo - Sus ángeles – Sus hijos. Todos comprometidos en la proclama del Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo Hechos 10:1-21, 36, 44-46: 1 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, 2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 3 Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. 4 El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.
Este buen hombre, presentado en estos versículos, era gentil; gente totalmente rechazada por los israelitas de aquel entonces. Aun así es evidente, en este breve curriculum vitae, que amaba y buscaba a Dios. Entonces nuestro Padre decide intervenir mediante un ángel. 5 Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 6 Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. 7 Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; 8 a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo. ¿Por qué no le habló la Palabra el ángel? La misión del ángel fue darle a Cornelio el mensaje que enviara a buscar a un tal Pedro a una ciudad unos 50 Km. al Sur de donde él estaba. Eso dijo el ángel y eso hizo Cornelio. Esa fue una buena cadena de obediencia. Ahí, Dios, no terminó de actuar. El Padre estaba diligenciando los medios en ambas ciudades. Un día en Jope mandó a Su ángel que le diera el mensaje a Cornelio: Dios à ángel à Cornelio. Al siguiente día el Señor Jesucristo le revelaba a Pedro en no inciertos términos que la Ley ya no tenía más vigencia. Lo hizo de tal manera que a Pedro no le quedaran dudas; aunque tardó un poco en darse cuenta. Lo cierto es que cuando el apóstol “ató todos los cabos” entendió perfectamente que la salvación a partir del día de Pentecostés era para todos sin distinción. 9 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; 12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. Es maravilloso poder estar sentados tranquilos en nuestra casa y leer este acontecimiento histórico de manera resumida. Eso es un beneficio para nosotros hoy día. Para Cornelio esto ocurrió un día y al día siguiente ocurría esto otro con Pedro en otra ciudad totalmente distinta. Ellos no tenían toda la información en un solo lado como nosotros. Ellos recibieron de a un segmento por vez y se movieron obedientemente. Luego, una vez que actuaron se les juntaron “todas las fotos” y tuvieron el video y entendieron “toda la película”. Así es siempre. Dios no necesita darte toda la información que a vos te gustaría tener o que pensás que deberías tener. Él simplemente te da lo que necesitás, vos te movés obedientemente y si hubiera más te da más y así… Dios hace la primera movida siempre, luego nosotros la segunda y luego Dios y así sucesivamente hasta completar el total de una revelación. Pedro aún no había “decodificado” el significado de la visión y el soldado y los dos criados (a quienes le faltaba poco tiempo para renacer del espíritu de Dios) tocaron a la puerta. ¡Qué coordinación! Qué gente tan bendita somos que podemos saber estas amorosas acciones de Dios juntando personas que desean la Palabra con personas que tienen la Palabra para compartirles sin importar la distancia entre ellas. 17 Y mientras Pedro estaba perplejo [todavía no se había percatado del todo y ya habían aparecido los enviados de Cornelio] dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. 18 Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. 19 Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. ¡Qué Dioscidencia Pedro pensaba, los hombres llegaban y el espíritu le dice a Pedro que lo estaban buscando. 20 Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Uno pensaría que fue Cornelio quien los mandó, lo cual es verdad, pero el total de la acción tiene un solo originador: Dios 21 Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Pedro tenía la información proveniente de la revelación que había recibido que era la necesaria y suficiente. El resto de la información podía obtenerla por sus cinco sentidos preguntando. Eso hizo y con eso de a poco pudo, a la larga, ir entendiendo el total del mensaje. La única manera de entender todo es obedeciendo a cada parte que el Padre nos muestra. Los tres varones le explican quien los manda y qué había pasado con Cornelio, un total desconocido para Pedro. El apóstol fue a Cesarea, conoció al Centurión quien le dio más detalles de lo que le pasó a él y finalmente nuestro querido Pedro entendió todo lo que estaba pasando. Esta maravillosa ocasión, histórica, fue comenzada por un ángel de Dios enviado a un gran hombre que deseaba saber más de Él. Cada vez que una persona desee a Dios, Él arbitrará Sus poderosos y amorosos medios para que la persona lo conozca. Del mismo modo cada vez que una persona o personas de una nación no deseen a Dios, pues no lo encontrarán. La única manera de hallarlo es buscándolo Esta es la historia de “un” Cornelio para pintarnos de cuerpo entero a nuestro maravilloso Dios. ¿Se imagina cuántos “Cornelios” idénticos a este debe de haber habido en la historia de la humanidad de los que no hay registros? En cuanto a Dios para muestra basta un botón. Pedro les habla la Palabra que hay que conocer y creer para renacer y en su alocución menciona la pieza clave de la salvación: nuestro Señor Jesucristo. 36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. El resultado lógico, natural, normal de hablar la Palabra en lo concerniente a Jesús es que cuando las personas creen; renacen. 44 Mientras aún hablaba Pedro [indica que las acciones de hablar la Palabra y el derramamiento de espíritu santo fueron simultáneos] estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. El “porqué” en el versículo 46 indica la razón por la cual Pedro y sus acompañantes se dieron cuenta que los presentes habían recibido espíritu santo: “los oyeron hablar en lenguas”. El versículo añade lo que pasa cada vez que una persona habla en lenguas: lo magnifica a Dios. Siempre es así. Hoy día también. Otro detalle muy importante que podemos aprender aquí es que cada vez que una persona renace puede y debiera hablar en lenguas y, nuevamente, cada vez que habla en lenguas lo magnifica a Dios. Más casos en el libro de Hechos Hechos 8:26-28: 26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, 28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. 29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Este, de Hechos capítulo ocho, es otro registro más que muestra a las claras el trabajo en equipo y que la responsabilidad de declarar la Palabra es de los hijos de Dios. El ángel le dijo a Felipe que se acercara pero no le habló la Palabra que el eunucodeseaba escuchar. Eso no está dentro de la esfera de influencia de los ángeles. Su privilegio y responsabilidad es ministrarnos para que nosotros podamos ejercer nuestro privilegio y responsabilidad de compartir la Palabra. Cuando Pablo fue enviado a Roma lo llevaron en un barco que en un momento de la travesía pasó por vientos contrarios. El apóstol les advirtió de la tempestad y de lo que iba a ocurrir pero no le hicieron caso y finalmente naufragaron. Antes de eso, en uno de los momentos más terribles y después de no haber comido por muchos días, Pablo los tranquilizó diciéndoles lo que un ángel le había dicho a él: Hechos 27:22-25: 22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. [¿De dónde sacó Pablo esta seguridad en lo que les dice?] 23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo [¡de aquí sacó su seguridad de hablar!], 24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. Siempre traen paz a la gente y promesa de preservación de sus vidas. Dios mediante un ángel lo tranquilizó a Pablo que él y quienes estaban con él, aun no siendo gente de Dios, iban a estar protegidos. Formamos parte del mismo equipo para difundir más eficientemente la Palabra de Dios. Hechos 5:17-20: 17 Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; Los saduceos y el sumo sacerdote se llenaron de celos pues Pedro y Juan estaban ministrando con el poder de Dios para traer liberación a las personas. Eso tiene todo que ver con la proclama del Reino de Dios. Es una locura pensar que alguien se oponga a que la gente esté mejor, a que reciba la liberación prometida en Su Palabra; pero así fue y muchas veces así es. Eso los enfureció; entonces los encarcelaron. 18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. 19 Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: 20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. El ángel les proveyó libertad y un mensaje proveniente del Señor para que ellos ejecutaran. Todo relacionado con la difusión de la Palabra de Dios. El mensaje muy simplemente decía que fueran y anunciaran pues esa es tarea de nosotros los hijos de Dios: “anda y di” Nosotros vamos y decimos. Los ángeles evidentemente asisten pero proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo es tarea nuestra. ¡Qué gran privilegio y responsabilidadtenemos! Hechos 12:6-11: 6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. 7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. 8 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. 9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. 10 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. 11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Muchas veces nosotros pensamos que nuestros dramas o desdichas se deben a tal o cual persona. Como en este caso como si ellos hubiesen pensado que sus problemas por mover la Palabra de Dios fueran atribuibles a Herodes. Claro está que Herodes era parte del problema, desde ya, pero la lucha de ellos y la nuestra no es contra los Herodes o los Fariseos o Saduceos o contra quienes nos sean adversos. La fuente y origen de todas las maldades es el Diablo que acecha. Efesios 6:10-13 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne [quiere decir con nadie que tenga sangre y carne, es decir ningún humano], sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Como nuestra lucha no es como nosotros pensamos que es; entonces debemos fortalecernos en el Señor con oración y fortaleciéndonos también en la Palabra del Señor. El Diablo acecha y su ámbito es el espiritual como lo es el de los maravillosos ángeles fieles a nuestro Dios que están siempre dispuestos a pelear por nosotros. Judas 1:9: Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Las huestes espirituales de Dios son nuestras huestes y son de las regiones celestes de bondad, de luz que no pertenecen a este siglo. Ellos están constantemente atentos a las órdenes de nuestro Dios para asistirnos pues trabajan como nosotros para la gloria de Él y la bendición de Su gente. Somos UN equipo compacto. Es parecido a cuando por ejemplo nuestros hermanos en Cristo oran por nosotros en lenguas sin siquiera ellos o nosotros saberlo, nos están acompañando en cualquier situación. Su acción concreta nos es invisible pero sabemos que están ahí ayudándonos para que juntos demos gloria a nuestro bendito Padre celestial. Cuando creemos la Palabra de Dios, la obedecemos y actuamos en Su amor, somos un equipo de servicio amoroso eficiente y diligente. |
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302 | Un Equipo de la Clase de Dios Parte 5 |
Un Equipo de la Clase de Dios Parte 5. Conclusión estudiaremos en primer lugar el caso de Esteban quien fue comparado con un ángel y luego veremos nuestra responsabilidad en llevar el mensaje de la reconciliación a las personas. El caso de Esteban o entraremos en los detalles que tienen que ver con la indeseable, triste e injusta muerte de nuestro hermano. Este registro de Hechos nos ayuda a entender algunas virtudes compartidas entre él (o cualquiera de nosotros) y los ángeles. Primero veamos algunas cualidades de Esteban. Hechos 6:3, 5, 8 y 9,15: 3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
El trabajo de Dios en el Primer Siglo creció a tal punto que los discípulos tuvieron que organizarse. Para hacerlo necesitaban creyentes con características espiritualmente útiles para la función: Buen testimonio Llenos de espíritu santo Llenos de sabiduría 5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; Además de los requisitos mínimos presentados en el versículo cinco; Esteban era lleno de fe. Veremos también que estaba lleno de gracia y poder y hacía grandes prodigios y señales. 8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. 9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
Todas estas virtudes fueron obvias aún frente a los nefarios que un rato después procuraron su vida. 15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel. Ya hemos visto que los ángeles pueden tomar forma humana. Por eso pudieron confundirlo y en este caso asociar el rostro de Esteban con el de un ángel. Este maravilloso hombre de Dios hizo una exposición brillante de la Palabra de Dios. Su presentación fue dinámica y ordenada. Su evidente amor por Dios, su conocimiento y entendimiento de las Escrituras, su creencia y precisión fueron asociadas, por los malvados frente a él, con el ministerio de un ángel. La Palabra de Dios declara de manera distintiva tres categorías de servicio[2] que llevan y dan un mensaje literal y de manera precisa en nombre de Dios. Embajadores Apóstoles Ángeles Nosotros somos embajadores en nombre de Cristo y rogamos en lugar de Dios a las personas que se reconcilien con Él. 2 Corintios 5:19 y 20: 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Los hijos de Dios llevamos al mundo el mensaje de nuestro Padre con denuedo y la mayor precisión posible. Para ello es necesaria la oración y conocer la Palabra de la reconciliación. Por eso oramos mucho y la estudiamos mucho.
Efesios 6:18-20: 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
Nuestro hermano Pablo fue enviado y pidió oración para tener denuedo para declarar lo concerniente al Evangelio, es decir el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo. Romanos 10:15: ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados [apostellô de donde proviene la palabra apóstol]? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Este tipo de comisionamiento de Dios a los hombres no es algo nuevo. Moisés lo representó a Dios frente a Faraón. Éxodo 3:10, 14 y 15: 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. 15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Moisés fue enviado a declarar el mensaje de Dios de manera precisa y con denuedo. Dios estaba con él para que Moisés ejerciera su ministerio de manera acabada y precisa. Éxodo 7:1: Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.
Nosotros podemos aprender de estos “colegas declaradores”. Tanto de Pablo que es hermano nuestro como de Moisés. Ellos hacían el trabajo para nuestro querido Dios. Moisés era un hombre de Dios que tuvo lo que había que tener a la hora de declararlo a Jehová frente a una nación pagana, poderosa y adversa. Veamos lo que dicen las Escrituras en cuanto a imitar a los hombres de Dios como es el caso con Pablo. 1 Corintios 4:16: Por tanto, os ruego que me imitéis. 1 Corintios 11:1: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Filipenses 3:17: Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Filipenses 4:9: Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Si las acciones obedientes de Pablo como embajador y apóstol pueden ser, aún al día de hoy, una influencia positiva en nuestras vidas; ¿por qué no va a serlo también el ministerio de los ángeles? Ellos son co servidores nuestros, son colegas en una manera respetuosa de decir. Ellos sirven amorosamente por su libre voluntad y nosotros también. Ellos y nosotros trabajamos para el mismo Jefe que tiene los mismos propósitos de bendición desde siempre. Las virtudes que observamos que tienen los ángeles ciertamente pueden servirnos de ejemplo e inspiración a nosotros que deseamos servir amorosamente dentro del Cuerpo de Cristo. Gálatas 4:14: Y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. Esto Dios le dijo a Pablo que escribiera para que nosotros leyéramos, supiéramos y actuáramos en línea con esta verdad. 1 Samuel 29:9ª: Y Aquis respondió a David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno ante mis ojos, como un ángel de Dios… 2 Samuel 14:17 y 20: 17 Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo. 20 Para mudar el aspecto de las cosas Joab tu siervo ha hecho esto; pero mi señor es sabio conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra. Estos registros de 2 Samuel 14 hablan de David y de la opinión que tenía de él una mujer. ¿Cómo comparar a un hombre con un ser espiritual? Ciertamente la comparación no puede basarse en su naturaleza sino en sus acciones exhibidas en favor de Dios y Sus propósitos de bien para las personas. Los ángeles exhiben virtudes tal como las que uno podría haber observado en Moisés, en David, en Esteban y en Pablo y que sería muy beneficioso que nosotros también pudiéramos observar en nosotros mismos. Nosotros como colaboradores partir del momento del nueo nacimiento comenzamos a formar parte de la familia de Dios. Nuestra relación como un “equipo de servicio” no se extingue. Por eso también es tan importante renovar nuestra mente a la Palabra y hallar en Ella todo lo pertinente a nuestro servicio amoroso cristiano, pues esta relación y responsabilidad familiar que nos viene de la mano de la gracia de Dios, nunca termina. Salmos 8:3-6: 3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, 4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? 5 Le has hecho poco menor que los ángeles [ELOHIM], Y lo coronaste de gloria y de honra. 6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies. Nuestra versión castellana dice que Dios hizo al hombre poco menor que los ángeles. Eso sería estupendo porque como estamos viendo los ángeles son seres espirituales grandiosos dignos de honra y que llevaron a cabo grandes tareas para Dios en favor de Su gente. Grandes portentos son registrados a lo largo de las Escrituras acerca de estos seres serviciales de Dios en beneficio de la humanidad. Los ángeles prestaron servicio a Israel y hoy lo hacen a nosotros. Los que vimos son solamente algunos testimonios del poder de los ángeles a favor de la gente de Dios. Ninguna duda que los ángeles son seres maravillosos y sería un privilegio ser considerados como hechos un poco menor que ellos. Pero la palabra ángeles no es una buena traducción en este versículo. Salmos 8:5: Le has hecho poco menor que los ángeles [ELOHIM], Y lo coronaste de gloria y de honra. La palabra hebrea traducida aquí como ángeles es la palabra ELOHIM que significa Dios el Creador y es la misma palabra usada en Génesis capítulo uno cuando dice que en el principio Dios (ELOHIM) creó los cielos y la Tierra. ¡El hombre fue creado poco menor que Dios! No sería nada malo haber sido creados un poco menor que los ángeles pero no es así. Hay dos versiones que han traducido este versículo de la siguiente manera: Pues lo hiciste poco menos que un dios, y lo coronaste de gloria y de honra[3].
También procediste a hacerlo un poco menor que los que tienen parecido a Dios, y con gloria y esplendor entonces lo coronaste. Como ve fuimos hechos un poco menor que Elohim. Si bien es cierto que eso nos pone en otra categoría no desmerece de ningunísima manera a estos bondadosos espíritus ministradores que se dedican devotamente al mismo Dios que nosotros. Ellos y nosotros estamos haciendo los mismos negocios y estamos sirviendo en la misma amorosa empresa. Nuestro mensaje tiene que guardar absoluta similitud con los mensajes de Jesús y con los mensajes de los ángeles pues haciendo eso; nuestro mensaje va a guardar perfecta similitud con el mensaje de nuestro Padre (Quien justamente es el originador del mensaje) a la humanidad. Una gran muestra del trabajo en equipo que hemos documentado en la Palabra fue en el libro de Hechos con el Caso de Cornelio. Todo el equipo trabajando para que todos entendamos que cuando alguien busca a Dios lo encuentra y que cualquiera puede ser hecho hijo de Dios. Es necesario considerar seriamente y profundamente en las Escrituras la vastedad y versatilidad del ministerio de los ángeles de Dios. En esta tónica es importante desechar de nuestra mente toda imagen religiosa que pervierta su apariencia y función. Ellos tuvieron y tienen propósitos muy definidos y claramente declarados en la Palabra de Dios. Es ahí donde podemos aprender acerca de su naturaleza, limitaciones, e influencia de sus acciones. Son enviados siempre por Dios muchas veces en situaciones de peligro extremo y necesidad para dar un mensaje o ejecutar una acción en absoluta concordancia con el amor y la justicia de Dios. Traen protección, consuelo, sabiduría, promesas y sostenimiento a la gente de Dios. Su presencia confirma y valida acciones fundamentales y muchas veces históricas que tienen todo que ver con nuestra bendición y con que podamos proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo. Actúan aún después de que una persona es renacida del espíritu de Dios. Nunca dejan ni dejarán de formar parte del equipo de bendición de nuestro Padre para el bien nuestro y de la humanidad en general. Conocer estas precisiones que tuvimos el gran gusto de estudiar acerca de los ángeles nos provee aliento y seguridad en nuestro diario vivir como hijos de Dios. La gente de Dios a lo largo de toda la historia reconoció que más son los que están con nosotros que los ángeles rebeldes y malignos. El mismo Eliseo cuando Israel estaba sitiada por el enorme ejército de Siria, le dijo a su criado temeroso: 2 Reyes 6:15 y 16: 15 Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Recuerde SIEMPRE que hay dos tercios que son millones de millones que están todo el tiempo procurando y asegurando nuestro bien y solamente un tercio que busca nuestro mal. Como hijos de Dios que somos nunca estamos solos pues nuestro Padre celestial, nuestro Señor Jesucristo y los ángeles están constantemente trabajando para nosotros. Hay varias cosas que tenemos a favor. La más grande de ellas es que el Señor Jesucristo venció a Satanás y sus espíritus malignos en los términos estrictos de la justicia de Dios y los exhibió públicamente como derrotados en su resurrección. Así fue que Dios lo exaltó a Su mano derecha y lo hizo “Comandante en Jefe” del ejército de Dios. Es tal el encarnizamiento de la lucha espiritual que tanto nuestro Señor como sus colaboradores están siempre ocupados en nuestra bendición. 1 Juan 5:19: Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Hoy día es Dios en Cristo en nosotros. Estamos en el mundo pero no somos del mundo |
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303 | Una cuestión de desisión |
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304 | 1 de Corintios 15:58 (La gran conclusión) |
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305 | Para ir por el mundo |
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306 | Un varón de Dios llamado Moisés |
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307 | Los orígenes de la creencia de Moisés |
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308 | Un hombre que anduvo con Jehová Parte 1 |
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309 | Un hombre que anduvo con Jehová Parte 2 |
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310 | La creencia inalterable de Moisés Parte 1 |
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311 | La creencia inalterable de Moisés Parte 2 |
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312 | El respeto de Moisés por la Palabra de Dios |
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313 | Aprendizaje para nosotros Parte 1 |
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314 | Aprendizaje para nosotros Parte 2 |
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315 | Moisés- Una reflexión |
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316 | Aprended de mi |
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317 | El amor, el conocimiento y la sabiduria |
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318 | Amar y Conocer |
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319 | Ir al Conocimiento de la verdad |
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320 | Las pisadas de Jesucristo |
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321 | Mansa y Humilde Mente |
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322 | La contienda no es entre nosotros |
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323 | Conocerla y vivirla |
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324 | El centro de nuestra vida |
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325 | La centralidad de la Palabra de Dios |
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326 | Enfocarnos en el amor de Dios |
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327 | En los negocios de mi Padre |
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328 | Oraciones respondidas |
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329 | Dedicación y compromiso en el servicio |
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330 | Para entender la Palabra de Dios hay que entender a Jesucristo |
Para entender la Palabra de Dios hay que entender a Jesucristo
al enseñar cualquier tópico de la Palabra de Dios, la primera cosa que tenemos que reconocer es que esa tarea -en la que nos hemos embarcado- es verdaderamente sublime; pues es nada menos que hacer conocido a Dios según Él mismo se declara a nosotros a través de Su Palabra. El Creador de los cielos y de la Tierra hace conocida Su voluntad, por entre otros medios, a través de:
Su Palabra escrita, Su espíritu santo en Su gente a través de las edades y por supuesto A través de Su unigénito hijo, nuestro Señor y salvador. Él nos proveyó conocimiento de Dios a través de sus palabras y acciones.
Jesucristo vivió la Palabra que enseñó y por eso es la llave maestra para entender la Palabra de Dios[1]. Jesucristo es el tema de las Escrituras a partir de Génesis 3:15. Ahí Dios promete que enviará Su simiente a reparar el daño hecho por la desobediencia de Adán, el primer hombre. Las Escrituras continúan declarando al Cristo de Dios hasta Apocalipsis donde documenta la profunda certeza que la simiente prometida de Dios (un hombre que fue en todo como Adán y como usted) regresa con sus santos a refundar la Tierra a su antiguo estado de esplendor y gloria[2].
Deseamos estudiar la Palabra de Dios para poder ver el ministerio del Señor Jesucristo de una manera renovada y estar agradecidos por su bendita intervención en nuestras vidas siendo, como fue, un hombre igual que nosotros. Ninguno de nosotros tiene un andar de perfección. El único hombre igual a nosotros pero que tuvo un andar perfecto fue Jesucristo quien está sentado a la diestra de Dios Padre haciendo intercesión por nosotros pues él conoce nuestra condición humana que es igual a la que fue suya.
Hebreos 2: 17 y 18: 17 Por lo cual debía ser en todo [¡en todo!] semejante a sus hermanos [nosotros], para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado[3], es poderoso para socorrer a los que son tentados.
No es que Jesús quiso ponerse a nuestro nivel experimentando todas nuestras miserias menos el pecado. No necesitó ponerse a nuestro nivel porque estaba a nuestro nivel como cualquier otro ser humano.
No debiera sorprendernos que Jesucristo se condujera como un ser humano pues eso es lo que él era. Una vez José y María fueron a Jerusalén y cuando regresaron a Nazaret Jesús se había quedado en el templo.
Lucas 2:46 y 47: 46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
Era evidente que desde niño había aprendido la Palabra de Dios, pero aun así había algunas cosas que no sabía y por eso las preguntaba. Igual que cualquier otro adolescente que hubiese tenido el mismo amor y compromiso por su Padre como él lo tuvo por el suyo. El hecho singular y destacable que Dios, su Padre, sabe todo y nunca necesitó sentarse en medio de los doctores de la Ley para preguntarle cosa alguna. Jesús, en cambio, preguntó porque no era Dios.
Jesucristo fue en todo semejante a nosotros. Por eso pudo ser un perfecto Sumo Sacerdote y un completo sustituto nuestro en su muerte en el madero para salvarnos. El padeció como hubiese padecido cualquier otro hombre en esa misma situación. Por eso puede socorrernos cuando somos tentados. No hubo nada que él tuviera que hacer para poder “sentir como si fuera humano” pues humana fue su naturaleza. Él no se transubstanció en hombre. Él fue hombre desde el comienzo mismo de su concepción en el vientre de otro ser humano como él y como nosotros: su madre María.
Las Escrituras lo declaran a Dios, el Creador y Autor de Su maravillosa Palabra. Esta Palabra además es un amoroso despliegue de la simiente prometida a Eva. El hijo de Dios, Su Cristo, el Mesías de Israel.
Juan 5:39: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí
Usted estudie las Escrituras para ver si estas cosas que estamos por ver son así. El mismo Jesús alababa a su Dios y Padre porque había hecho simple el conocimiento de Él en Su Palabra.
Mateo 11:25-27: 25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así te agradó. 27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Este mismo que habló era Jesús quien es el Cristo de Dios, Su unigénito. Es creyendo eso (que Jesús es el Cristo y que además es el hijo de Dios) que tendremos vida en su nombre.
Juan 20:30 y 31: 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro [este libro es el Evangelio de Juan]. 31 Pero éstas [que sí están escritas en el Evangelio de Juan] se han escrito [¿con qué propósito?] para que creáis que Jesús es el Cristo [el ungido por Jehová, el rey del Reino], el Hijo de Dios, y para que creyendo, [creyendo que es el Cristo, el hijo de Dios4¡las dos cosas!] tengáis vida en su nombre.
Que definamos la identidad de Jesús directamente de las Escrituras es una tarea de la mayor importancia si hemos de dirigir a Dios nuestra adoración y si vamos a sentirnos identificados con nuestro redentor. Dios es espíritu y Jesucristo era de carne y hueso como cualquier otro hombre nacido de mujer.
Juan 4:24: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Lucas 24:39: Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy [quien habla es Jesús]; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Deseamos entender quién es Jesús y qué hizo para que podamos hacer lo mismo que él y más aún.
Juan 5:44: ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
Juan 17:3: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Debe de ser muy importante notar la diferencia entre Dios, quien es El único Dios verdadero y Su enviado, Su agente y representante: Jesucristo. En Juan veinte habíamos visto que Dios quiere que tengamos vida en el nombre de Jesús, creyendo que él es el Cristo, Su hijo. Aquí vemos que la vida eterna es conocerlo a Dios (que es el único Dios) y a quien Él envió. ¡Qué importante es tener en claro la identidad de Jesucristo!
Cada vez que el Señor Jesucristo se refería a Dios nunca se refirió a sí mismo. Él aludía a Dios como lo que es: su Padre.
1 Corintios 8:4-7: 4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. 5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), 6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas [Jesús procede de Él también], y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. 7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina.
Pablo trata este tema porque justamente “no en todos hay este conocimiento”… ¿qué conocimiento? ¡Qué sólo hay un Dios y Padre del cual proceden todas las cosas y un solo Señor Jesucristo que también procede de Él!
1 Timoteo 2:5: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre
Este es el mismo Pablo que habló por revelación de Dios y escribió lo que antes habíamos leído en 1 Corintios 8. Cuán grande es el interés de Dios que sepamos que Él es uno y que hay UN solo mediador entre Él y nosotros. Dice ahí: Jesucristo hombre. No dice por ejemplo: Jesucristo devenido, transformado o transubstanciado en hombre o Dios hecho hombre, sino JESUCRISTO HOMBRE. El mismo que es Dios y Padre nuestro lo es también de Jesús. Nuestro Señor es Su Cristo, Su Mesías prometido en las Escrituras antiguas.
Efesios 1:3: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Dios no es co igual al Señor Jesucristo. Es su Padre como es el nuestro.
Apocalipsis 3:12 y 13: 12 Al que venciere, yo [Jesucristo[4]] lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Note cuántas veces dice “mi Dios”. ¿Sabe por qué? Porque eso es, su Dios. NO es él mismo. No dice por ejemplo: “…yo lo haré columna en mi templo… y escribiré sobre él mi nombre y el nombre de mi ciudad, la nueva Jerusalén, la cual desciende de mí. Finaliza diciendo lo mismo que deberíamos decir nosotros: el que tiene oído, oiga.
Cuando abramos las Escrituras en los temas particulares de este estudio, la magnificencia del trabajo de redención de un hombre como nosotros, que nos proveyó fe, será desplegada ante nuestros ojos. Es uno de los objetivos, que este trabajo lo inspire a usted a andar como él anduvo[5]. Él fue, tal cual es usted, entonces usted puede producir con su vida lo que él produjo con la suya si usted hace lo que él hizo.
Este trabajo intenta aclarar dudas y traer luz al creyente que ama a Dios y quiere hacer Su voluntad. Además queremos conocer la Palabra de tal manera que adoremos con profundo conocimiento al único y verdadero Dios; nuestro Padre y Padre del Señor Jesucristo.
Iremos a las Escrituras y dejaremos que nos guíen a un entendimiento de Ellas mismas acerca de Dios y Su unigénito hijo, nuestro Señor y salvador, un hombre como nosotros. Justamente de él tratan estos estudios aquí presentados. Queremos entender profundamente y ciertamente quién fue y qué hizo Jesús en lugar nuestro. Qué hizo y qué logró de tal manera que nosotros podamos actuar en lugar suyo hoy, ahora de la mano de gracia de nuestro amoroso Padre.
Hebreos 12:2: Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Deseamos poner nuestros ojos sobre el Mesías de Dios. Deseamos que se reavive el amor de Dios entre nosotros. Que tengamos unidad en el Cuerpo de Cristo a través de un más claro entendimiento de la Palabra de Dios. Deseamos esto mientras crecemos en creencia y servicio cristiano amoroso. Queremos andar como él anduvo y hacer sus obras y aun mayores pues él ya fue al Padre. [1] El Dr. Victor Paul Wierwille decía que “La llave maestra para entender la Palabra de Dios es Jesucristo”. Martindale, Donna L. ed. Life Lines, Quotations of Victor Paul Wierwille (New Knoxville, Ohio: American Christian Press, 1985), Pág. 6. [2] Di Noto Eduardo, El Reino de Dios un Fundamento, Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo. Buenos Aires, Argentina, 2010. [3] Santiago 1:13à La Palabra de Dios es bien clara en cuanto a que Dios no puede ser tentado, en cambio Jesús fue tentado en todo (aunque sin pecar). [4] Apocalipsis 1:1 [5] Puede descargar las enseñanzas de la Clase A la manera de Jesucristo del sitio web.
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331 | Jesucristo tuvo un comienzo como nosotros Parte 1 |
Jesús tuvo un comienzo Como nosotros lo tuvimos Parte 1
ô Nuestra identificación antropológica con el redentor
este es un tema que necesita ser encarado con detenimiento para ver la grandeza de la redención hecha por un hombre, a favor de toda la raza humana de la que él mismo formaba parte.
Adán fue creación + hechura + formación directa de Dios[1]. En el caso del postrer Adán, Dios creó el elemento masculino imprescindible en María. Luego la naturaleza tomó su normal curso en el vientre de una maravillosa mujer de cuerpo y alma como nosotros, como Jesús. Ella aportó a su hijo la proporción biológica normal instituida por Dios.
Lucas 1:35: Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Jesucristo es llamado aquí “Santo Ser”. Quiere decir que fue guardado aparte, separado. Nosotros también somos llamados santos varias veces en las epístolas a la Iglesia.
Mateo 1:18: El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
Nueve meses antes que una mujer sea madre debe producir un óvulo para que pueda ser fecundado. María fue la madre de Jesús, no es que Dios de alguna manera se transformó en el cigoto que luego, después de varias divisiones o mitosis, produjo un “niño Dios”. Dios hizo que el óvulo de María sea fecundado. Eso es todo lo que se necesita para comenzar el proceso de concepción que terminó en el nacimiento de Jesús, el postrer Adán, un ser humano como nosotros.
Romanos 1:1-3: 1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne.
Este Evangelio para el que Pablo había sido apartado para proclamar y que había sido anunciado en el Antiguo Testamento, no es acerca de Dios, sino de Su hijo quien era del linaje de David según la carne. El mismo Jesús, en la revelación que le dio a Juan para escribir el Apocalipsis, dijo de sí:
Apocalipsis 22:16: Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
Para ser raíz y linaje de alguien toda persona tiene que ser de la misma naturaleza que todos los parientes de ese linaje. Usted tiene un linaje y es en todo igual a sus parientes. Habrá algunos rubios y otros morochos o morenos en su familia; unos serán más altos y otros más bajos, pero son todos seres humanos como usted. Pablo conocía este hecho y se lo compartió a Timoteo.
2 Timoteo 2:8: Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio.
David murió y también lo hizo Jesucristo. Está clarísimo que a diferencia del rey (y de todos sus ancestros), nuestro salvador fue resucitado, y en concordancia con eso, fue hecho por Dios Señor y Cristo. Pero como fue un ser humano le correspondieron las generales de la ley pues fue en todo igual a nosotros que somos hijos del mismo Padre y por lo tanto sus hermanos.
Romanos 6:9: Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
Cuando dice “la muerte no se enseñorea más de él” es porque por tres días completos sí se enseñoreó de él; tuvo poder sobre él. Hay otras versiones que tradujeron este versículo así:
Porque sabemos que Cristo (el Ungido), una vez siendo levantado de los muertos, nunca morirá de nuevo la muerte ya no tiene más poder sobre Él. [2]
Porque sabemos que Cristo, ahora que ha sido levantado de entre los muertos ya no muere; la muerte ya no es amo sobre él.[3]
Jesús era parte del mismo árbol genealógico que David. El rey murió, María murió y lo mismo les pasó a todos los ancestros de Jesús y finalmente él mismo también murió por tres días. Ser hijo de Dios no previno su muerte. Él murió como todos los seres humanos lo hacemos y haremos hasta que la muerte sea destruida, como un enemigo[4] de la humanidad que es.
Mateo 27:3 y 4: 3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos [los líderes religiosos de aquel entonces], 4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
Se ha dicho que esta palabra “inocente” se debe a que la sangre de Jesús fue el aporte del Padre celestial. De aquí se infiere que la madre no habría tenido que ver con la sangre de su hijo. En realidad el vocablo sangre reemplaza al “dueño” de la misma. Jesús era inocente. Su alma, su vida, en rigor él, no había hecho nada malo. Todo Jesús era inocente, no solamente su sangre. Veamos otros usos figurativos de la palabra sangre.
Génesis 4: 10 y 11: 10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
Esto es muy obvio para todo el mundo. Aquí habla de cuando Dios confronta a Caín por haber matado a su hermano. La sangre no tiene voz y por lo tanto no puede clamar. Además la tierra recibió todos los restos de Abel y no tan sólo su sangre.
Mateo 16:17: Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Aquí sangre se usa junto a carne representando a cualquier ser humano de cuerpo y alma. Quiere decir que este conocimiento, que le vino a Pedro, no le vino de ser humano alguno sino de Dios. Hay otro uso que veremos a continuación. Se trata de una conversación que tuvo Jonatán con su padre Saúl, rey de Israel acerca de David. Saúl buscaba matar a David y su hijo le recuerda a su padre que Jehová los había librado de Goliat por mano de David.
1 Samuel 19:5: Pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?
El alma, la vida de David era inocente; no solamente su sangre. Esta fue la expresión que usó Jonatán con Saúl acerca de David.
Jesús fue el cordero pascual cuya sangre fue derramada para limpiarnos de nuestros pecados.
1 Juan 1:7: Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
La sangre de Jesucristo representa lo que él hizo por nosotros al ofrecer su vida para librarnos del pecado. No es literal que su sangre nos limpia de todo pecado pues, ciertísimamente, unos cuatro litros de sangre no alcanzarían para limpiar del pecado a tantas personas. Él participó tanto como fue biológicamente posible en todo igual que nosotros.
Hebreos 2:9-17: 9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase [experimentase][5] la muerte por todos.
Este es un detalle “antropológico” muy importante pues dice: fue hecho. Al igual que nosotros, nuestro redentor, no se hizo a sí mismo. Cuando creció en edad y compromiso delante de Dios, padeció la muerte reemplazándonos a todos los que tenemos su misma naturaleza humana. La expresión “gustó la muerte” no quiere decir que le haya agradado la muerte, ya que esta es un enemigo de su Padre. Una mejor traducción sería que experimentó la muerte, lo cual es exacto.
10 Porque convenía a aquel [Dios es “aquel”] por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria [igual que a este singular hijo Suyo], perfeccionase por aflicciones al autor [archegos] de la salvación de ellos.
La palabra autor no es una buena traducción de la palabra griega utilizada en este versículo[6]. El autor y generador de nuestra salvación es Dios, nuestro Padre. El maravilloso varón Jesús fue Su agente, Su representante y el capitán de nuestra salvación.
11 Porque el que santifica [Jesús] y los que son santificados [nosotros], de uno [de Dios] son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos [quien no se avergüenza de llamarnos hermanos es nuestro hermano Jesús], 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré. 13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. 14 Así que, por cuanto los hijos participaron [koinoneo] de carne y sangre, él también participó [metecho] de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
La expresión “carne y sangre” significan cuerpo y alma. Las palabras “participaron” y “participó” son traducidas de dos palabras griegas diferentes. En cuanto a “participaron” -que viene de la palabra griega koinoneo- según el Dr. Wierwille[7] quiere decir compartir o participar completamente. Por su parte “participó” tiene su origen en el griego metecho que el mismo autor dice que se traduce: tomar una parte o una porción. Esto es muy lógico. Todos nosotros, miembros de la raza humana, compartimos completamente la sangre y la carne de la unión de nuestro padre con nuestra madre, mas el Señor Jesucristo participó –en cuanto a la sangre y la carne (cuerpo y alma)- solamente con el lado materno.
Otras traducciones de la expresión “…por cuanto los hijos participaron [koinoneo, completamente] de carne y sangre…” dicen lo siguiente:
Tienen una herencia común de carne y sangre[8]…
Son todos participantes iguales en la naturaleza humana perecedera[9]…
Tienen la misma naturaleza mortal[10]…
Tienen una naturaleza física común como seres humanos[11]…
Nuevamente el versículo 14 en nuestra versión lee:
14 Así que, por cuanto los hijos participaron [completamente] de carne y sangre, él también participó [parcialmente] de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
Jesús compartió completamente la línea genealógica de Adán, de Abraham y del rey David a través de su madre. Pero el aporte masculino, a diferencia de nosotros, fue de Dios Quien no tiene ancestros lógicamente. Por esto es que la participación de Jesús es estrictamente en este sentido parcial con respecto al resto de la raza humana.
15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo [MUY importante à en todo] semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo [que son como él].
Para que el redentor sea igual a nosotros en todo debió haber tenido un comienzo igual al nuestro en todo, de otro modo no podría habernos redimido.
La concepción de Jesús en el vientre de María fue milagrosa, pero su gestación y nacimiento no lo fueron. Estas últimas fueron para nuestro redentor igual que para nosotros.
El amoroso Creador intervino en un 100% en el primer Adán. Por lógica también intervino en el postrer Adán pero con algunas pequeñas variaciones y, en todo caso, en menor proporción. En el primer Adán produjo todo de él. En el segundo Adán, en cambio, ya había en existencia todos los elementos del comienzo de la humanidad. Ahora, Dios, solamente tuvo que intervenir mediante la “segunda Eva” (María) para comenzar el proceso de gestación normal. El resto fue procedimiento biológico normal igual que para usted y para mí.
El aporte masculino lo hizo nada menos que el ELOHIM, Dios el Creador. Pero el porcentaje del aporte de la madre al niño no es inferior al porcentaje del aporte del Padre. Es igual. Cada uno aporta un 50%. Las leyes de la genética, instituidas por el Creador, dicen que cada uno aporta la mitad.
Génesis 3:15: Y pondré enemistad entre ti [la serpiente] y la mujer [Eva], y entre tu simiente [la simiente de la serpiente] y la simiente suya [la simiente de la mujer]; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Este maravilloso registro documenta a Jehová Elohim hablándoles a la serpiente y a Eva después del pecado. Jehová dice que dos simientes estarán enemistadas. La una proveniente de la serpiente y la otra proveniente de la mujer. La herida producida por la simiente de la mujer (Jesucristo), a la serpiente, fue de muerte. Su destino está totalmente sellado para su mal. Esto hizo la simiente de la mujer. Otras traducciones en lugar de simiente ponen: descendencia, prole, o posteridad. ¿Si la mujer no interviniera en la genética de su hijo, qué relevancia tendría hacer esta mención? ¿Cuál sería la necesidad de la genealogía de Mateo que une a todos los ancestros de Jesús a través de su madre? La promesa del redentor fue hecha a la primera mujer y por consiguiente, por añadidura a toda la raza humana representada por ella y Adán.
Dios le dijo a Eva que de su simiente iba a levantar al Cristo. A partir de ese momento todas las mujeres hebreas (Eva incluida) se reservaron para tal aconte |
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332 | Jesucristo tuvo un comienzo como nosotros Parte 2 |
Jesús tuvo un comienzo Como nosotros lo tuvimos Parte 2
divinizar al maravilloso redentor de nuestras vidas a la vez que lo deshumanizamos nos aleja de andar como él anduvo y de hacer sus obras y mayores aun pues él ya fue al Padre[1].
El cuerpo de Jesús era célula por célula idéntico al nuestro. Muy cierto es que él llevaba la información “genética” proveniente de su Padre celestial y eso formaba la parte perfecta de su ser. Pero María formó parte de la ecuación y ella era célula por célula idéntica a toda otra mujer de su barrio. Ella llevaba consigo el detrimento genético a causa del pecado de Adán que llevaban todas las mujeres de su época. Si bien es muy cierto que Jehová creó vida en María es también igual de cierto que el óvulo fue un aporte de María. Ambos le dieron al niño por ser todo lo que eran ellos: el Uno la perfección, la otra su naturaleza humana. Lo que resultó de ese maravilloso laboratorio del amor de Dios por nosotros fue un ser humano igual, igual, igual a nosotros. La voluntad indeclinable de no pecar provino del deseo intenso de Jesús de no ofender en nada a su Padre. Él lo sirvió como el perfecto siervo que fue dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas. Podemos andar tranquilos y sin excusas sabiendo ciertísimamente que podemos hacer sus obras y aun mayores pues él, que era humano como nosotros, ya fue al Padre.
4Cuando -en nuestras acciones y dicciones- lo hacemos tan diferente a nosotros pensando tan sólo en su ascendencia divina, nos proveemos, en nuestro propio perjuicio, la excusa perfecta para no andar como él anduvo3
Cuando no reconocemos de la Palabra de Dios que estamos totalmente identificados con Jesús, nos perjudicamos grandemente. También es cierto que, como somos un solo Cuerpo,[2] de alguna manera nuestros hermanos en Cristo son perjudicados por nuestra incredulidad.
El comienzo de Adán fue perfecto en todo sentido. El de Jesucristo lo fue por parte de Padre. Su madre, la maravillosa creyente María, era –desde el punto de vista biológico- como todas las madres. Ella intervino con su 50% en la concepción y con el 100% en la gestación. Si damos énfasis exagerado al lado paterno, tan maravilloso y Divino como fue, perderemos de vista que Jesús era tan humano como nosotros. En verdad, la perfección de nuestro maravilloso Señor y redentor, radicaba en su indeclinable voluntad de hacer de la voluntad de Dios, la suya propia. Nuestro redentor fue un hombre como nosotros.
1 Crónicas 17:7, 11-14: 7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David [estas son instrucciones de Dios a Su hombre Natán para que se las dijera al rey]: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel
11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos [Dios levantó a un descendiente de David], y afirmaré su reino. 12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.
Dios no podía estar hablando de Salomón pues su reino duró unos cuarenta años, no eternamente. Estaba hablando de Jesús, el Cristo de Dios, el rey del futuro Reino. Un descendiente genético del rey.
13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo [he aquí la relación entre Dios y Su Cristo]; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti [Saúl]; 14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.
Jesucristo es nuestro cordero pascual y llevó él mismo, en su cuerpo sobre el madero, todas nuestras transgresiones y nos dio acceso franco, abierto e infinito al Padre celestial. Él fue tomado de la raza humana y particularmente del redil de Dios, de Israel. Este Hijo de nuestro Padre celestial y de María, nuestro hermano Jesús, es el rey del Reino de Dios (…en mi reino eternamente…) con quien compartiremos el gobierno (…su trono será firme) de la Tierra (…para siempre).
Lucas 1:35-38: 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes[3] para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Por eso es el unigénito; porque Dios intervino en la concepción de manera divinamente biológica, o biológicamente divina, mediante una maravillosa creyente. Cuando a María le fue presentada la noticia que ella era la elegida simplemente respondió como después lo hizo su hijo vez tras vez: hágase conmigo conforme a tu voluntad. No debiera sorprendernos si nos enteráramos que este rasgo de obediencia amorosa a Dios lo haya heredado de su madre.
El salvador tuvo un nacimiento como el nuestro a través de un canal vaginal a la estridente luz del día. Los registros que son usados como para concluir que pre existió, ignoran el contexto de la Palabra de Dios que es sumamente clara en una infinidad de registros.
Juan 17:5: Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
El decir “aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” es una figura literaria llamada Prolepsis[4] y ocurre cuando se insinúa de antemano lo que se va a hacer y se habla de cosas futuras como si fuesen presentes. Dios llama a las cosas que aún no son como si ya fuesen.
Romanos 4:17: (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes [está hablando de Abraham]) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Si Jesús pre existió, también pre existieron Jeremías, algunos otros y nosotros mismos, miembros del Cuerpo de Cristo. Veamos más ejemplos de prolepsis.
Jeremías 1: 4 y 5: 4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Dice que Dios lo conoció a Jeremías antes de su concepción, sin embargo para comenzar a existir, Jeremías primero tuvo que nacer.
Génesis 25:23: Y le respondió Jehová [a Rebeca]: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.
Aquí se refiere a Jacob y Esaú. Jehová supo de esto antes que nacieran, sin embargo no “fueron” sino hasta que nacieron. Dios también eligió a la Iglesia del Cuerpo de Cristo desde antes de la fundación del mundo.
Efesios 1:4: Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
Nos escogió “en Él” antes de la fundación del mundo. Nuestra salvación y llamamiento santo nos fueron dados en Cristo Jesús antes de la fundación del mundo, sin embargo, nosotros tuvimos un comienzo. No pre existimos; “no fuimos” sino hasta que nacimos.
2 Timoteo 1:9: Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos
Así como Jesús tuvo gloria antes que el mundo fuese, también Dios nos dio gracia antes de los tiempos de los siglos.
Estos son algunos de los que menciona la Palabra de quienes Dios supo antes que nacieran, Jesús, Jeremías, Esaú, Jacob y todo miembro de la Iglesia del Cuerpo. Aun así, ninguno de estos existió antes de su nacimiento. Este es un conocimiento que enfatiza la sabiduría infinita de Dios Quien es como un arquitecto que conoce íntimamente el edificio de su propio diseño con todos los detalles: El piso, el techo, la luz ingresando a los distintos ambientes… El arquitecto “ve en su mente” el producto terminado antes que se ponga el primer ladrillo. Ciertamente no podemos pensar de Dios menos que de un arquitecto.
Romanos 8:29: Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo [Jesús], para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
“Entre muchos hermanos…” Si usted tiene hermanos, usted sabe que hay diferencia entre ustedes, pero tienen algunas cosas en común: todos son miembros de la raza humana y todos provienen de la unión de los mismos dos seres humanos como ustedes. Similar es con Jesucristo. Él es hijo de Dios (como usted) y de María, y fue miembro de la raza humana por lo tanto, puede ser llamado nuestro hermano.
La palabra traducida “conoció[5]” sería mejor traducida como “pre conoció”, como que fue conocido previamente, que es algo que Dios puede hacer antes que uno exista. Para que uno sea conocido tiene que existir primero. Aquí dice que fuimos pre-conocidos, no conocidos, es decir que seríamos “tangiblemente conocidos” en el futuro, una vez que existiéramos, no antes.
El Cristo resucitado es el primero entre muchos hermanos. Hasta hoy es el único entre muchos hermanos, pero cuando regrese, seremos hechos conforme a la imagen de nuestro hermano y Señor. Si Jesús fuera Dios, entonces, seríamos hermanos de Dios y la Palabra es muy clara cuando dice que Dios es el Padre y nosotros (y Jesús) los hijos.
Ninguna persona jamás ha existido antes de haber nacido. Dios ha pre-conocido a Su gente y nos ha revestido de gloria. El Creador, creó todo para que se conforme a Su Hijo, Su máximo representante en la Tierra. No obstante Satanás ha usurpado y pervertido los poderes y administraciones. Por ahora él gobierna como un Zar de este mundo mediante gobernar a sus secuaces sin respeto alguno por Dios o por el Hijo de Dios. Él dicta la marcha de las cosas en este mundo sin importar los horrores que le esperan en el Día del Juicio. En el medio de ese caos estamos nosotros quienes, humildemente y agradecidamente, lo confesamos a Jesús como Señor y anticipamos con entusiasmo su regreso por los miembros del Cuerpo de Cristo. Compartiremos con Cristo la gloriosa administración venidera.
Juan 17:22: La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
Es un hecho ya resuelto “en la mente de Dios” que compartiremos la gloria venidera. Jesucristo ya sabía esto por eso justamente lo declara. Dios y Su Hijo son uno en propósito así como nosotros tenemos que ser uno en propósito. Si esa gloria que le fue dada a Jesús lo haría Dios, entonces, también nos haría Dios a nosotros pues esa misma gloria que Dios le dio a Jesús, él nos la dio él a nosotros.
Romanos 8:16-19: 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Somos herederos de Dios y con Cristo somos co-herederos, pues heredamos la misma riqueza del Padre. Ahora somos hijos de Dios y no en algún momento en el futuro. Ya compartimos con Cristo el total de la herencia, aunque falte para verla en su totalidad. Nos uniremos a la gloria de Cristo cuando regrese y la compartiremos y será revelada en nosotros. Parte de esa herencia es la gloria que compartiremos en su venida.
Nuestra completa identificación con Cristo va más allá de lo que mente alguna pueda pensar o imaginar, pero todas estas promesas no tienen fundamento si Jesús fuera Dios, pues ¿qué identificación posible habría entre nosotros y el Creador de los cielos y de la Tierra y todo lo que en ella hay?
Jesús no pre-existió y nosotros tampoco excepto en el conocimiento anticipado de Dios como cuando los padres hablan entre ellos de los hijos que tendrán antes de siquiera concebirlos y que luego existan.
Apocalipsis 13:8: Y la adoraron [a la bestia] todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.
El cordero no fue inmolado antes de nacer. Dios sabía esto de antemano en Su pre-conocimiento. Del mismo modo toda la gloria que Cristo iba a recibir le ha sido otorgada; vista con “los ojos de Dios”. Esta era una realidad lograda en el “pensamiento de Él”, aun antes que naciera Jesús. Veamos más ejemplos de realidades futuras expresadas como si fueran realidades presentes.
Isaías 46: 9 y 10: 9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero
Romanos 4:16 y 17: 16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán [En el entonces que esto fue dicho, era una realidad futura]; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;
Génesis 15:18: En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré [tiempo futuro] esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates
Hebreos 2:8: Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
En la “mente del Arquitecto Dios”, ya están sujetas. Todavía no lo vemos, pero lo veremos a su tiempo.
La grandeza del hecho que el redentor sea en todo como nosotros va más allá de lo que podemos entender de la grandeza de la misericordia de Dios para nuestras vidas. Adán tuvo un comienzo y no iba a tener final hasta que por su propia voluntad pecó y pervirtió los propósitos de Dios para la humanidad. Luego un hombre como él vino a componer las cosas y darnos aquella vida pospuesta en los planes del misericordioso Creador.
El comienzo de Adán fue perfecto. Dios intervino en la existencia de Adán en todo y lo puso como rey de Su creación. No carecía de nada y tenía el dominio de todo. El comienzo de Jesús, -una vez hecho el aporte divino de Dios- fue absolutamente igual al nuestro. Adán tenía todas las ventajas. Jesús y nosotros no las tenemos pues somos gestados tal cual fue gestado nuestro redentor, en el vientre de una mujer. Tanto Jesús como nosotros nacemos en un mundo hostil y adverso a Dios a diferencia del mundo que heredó Adán.
Juan el Bautista tuvo espíritu santo desde el vientre de su madre y Jesús recién lo tuvo a partir del momento en que Juan lo bautizó[6].
Lucas 1:13-17: 13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
Juan, el primo del Señor, nació en condiciones más ventajosas que nuestro salvador. El mismo Jesús reconoció esto.
Mateo 11:11: De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
Adán tuvo un solo Progenitor, Jesús tuvo dos: un Padre y una madre. En un sentido muy estricto, debido a nuestro comienzo como seres humanos estamos, en todo caso, más identificados con Jesús que con Adán. Sin embargo Adán, Jesús y nosotros somos biológicamente y antropológicamente iguales.
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333 | Jesucristo - Una semblanza muy resumida |
Jesucristo – Una Semblanza muy resumida
a nadie podría quedarle duda que el Señor Jesucristo es el personaje central de la historia de la humanidad. Él es la figura central de la Palabra de Dios después de Su autor Dios. Nuestro Señor es el tema desde Génesis 3:15 hasta Apocalipsis 22:21. Sin ir más lejos, todas las personas – aun quienes no creen en él- cuando colocan la fecha en un documento (factura, recibo, cheque…) están diciendo que el Señor Jesucristo nació hace unos 2000 años atrás. Aunque esta fecha está fuera del tiempo en el que hemos visto que en realidad ha sido[1], están reconociendo de todas maneras que nació y que viene impactando a la humanidad toda desde hace más de 2000 años.
El Antiguo Testamento declara lo que Jesús, el Mesías representará y qué hará. Los Evangelios declaran lo que él fue e hizo y que podremos ser y hacer nosotros y más aún debido a que él fue al Padre[2]. Las epístolas a la Iglesia declaran lo que tenemos y podemos hacer nosotros, sus hermanos, cuando creemos en lo que él logró en virtud de lo que él hizo en lugar nuestro.
Por ello nos es debido cuanto menos un brevísimo resumen de algunas de las cosas que la Palabra de Dios dice acerca de Su Hijo, nuestro hermano y redentor, nuestro Señor Jesucristo. Sería imposible hacer una descripción acabada de su maravillosa vida y obra. Por ello esta es una semblanza muy resumida.
Juan 21:25: Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
Por eso mismo aquí presentamos un resumen. Es tan sólo un pantallazo de su vida para ganar un mejor aprecio de lo completo de ella a favor de todos nosotros. Nuestro redentor era un hombre igual a nosotros.
ê Jesucristo es el Hijo de Dios
Hay unas 67 menciones de Jesucristo como Hijo de Dios o de Dios como Padre de Jesucristo en la Biblia. Desde la concepción misma de Jesús las Escrituras declaran abiertamente su relación con Dios.
Lucas 1:34 y 35: 34 Entonces María dijo al ángel [en ocasión que el ángel le anunció que concebiría a Jesús]: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
El mismo ángel al anunciar que María concebiría al salvador dijo que el santo ser que nacería de esa concepción será llamado Hijo de Dios. ¡¿Qué duda podría caber entonces que Jesús es el Hijo de Dios anunciado por el ángel a María en el momento mismo de la concepción?!
Mateo 3:16 y 17: 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
La voz esta que vino de los cielos era el Padre mismo que declaraba que tenía complacencia en Su Hijo amado. Esta fue una declaración pública hecha por Dios mismo acerca de Su Hijo. En el Monte de la Transfiguración:
Mateo 17:5: Mientras él aún hablaba [Pedro era quien hablaba y fue interrumpido], una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Nuevamente es Dios mismo quien públicamente (tanto en su bautismo como en el Monte de la Transfiguración) declara que Jesús es Su Hijo. Que Jesucristo es el Hijo de Dios está certificado en la misma Palabra de Dios en varios registros y de diversas maneras.
Romanos 1: 1-4: 1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.
En Romanos, “la Carta Magna” del creyente, Pablo dice que el Evangelio es acerca de Jesucristo el Hijo de Dios que es además nuestro Señor y que fue declarado Hijo de Dios con poder mediante la resurrección de los muertos. ¡Vaya certificado de nacimiento!
Cuando el redentor tuvo la nefasta tarea de enfrentar a sus captores y entregadores, el mismísimo Sumo Sacerdote le preguntó si era el Hijo de Dios y Jesucristo responde la malintencionada pregunta:
Marcos 14:61 y 62: 61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? 62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
En otra ocasión, el mismo Jesús dijo:
Juan 6:37-39: 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí [lo llama Padre pues es Su Hijo]; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió [Su Padre lo envió]. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Hay muchos más relatos corroborando la misma verdad que estos registros que vimos pero nosotros hasta aquí observamos que el ángel, Dios mismo en el bautismo y en el monte de la Transfiguración, el apóstol Pablo y el mismo Jesús todos se refieren al redentor como Hijo de Dios. Este singular y maravilloso Hijo de Dios, un hombre como nosotros, es un número de cosas para el creyente. Aquí estamos estudiando brevemente algunas de ellas.
ê Jesucristo es el salvador del mundo
Nuestro misericordioso Dios es EL Salvador. La salvación proviene de Él. Pero ha constituido a Jesús como Su “agente” o representante de la salvación. Por eso nuestro Señor también es llamado apropiadamente salvador.
1 Juan 4:14: Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.
Juan 12:47: Al que oye mis palabras [quien habla aquí es Jesús mismo], y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
Si es que va a haber salvación (y debe haberla porque la humanidad está muerta en delitos y pecados) entonces se necesitará de un salvador. Gracias a Dios nos fue provisto uno. No salimos a buscarlo nosotros, nos fue provisto por gracia.
Romanos 10:9: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
No hay salvación fuera de Jesús. No hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres para que mediante él seamos salvos[3].
Hechos 4:12: Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Ningún otro quiere decir exactamente eso: ningún otro nombre dado a quienes somos como él: hombre. No hay salvación posible fuera de Jesucristo hombre. Nuestro amoroso Padre ha puesto mucho empeño en Sus Escrituras en marcar la humanidad de Su Hijo.
ê Jesucristo es Señor
Aparte de ser el Hijo de Dios y el salvador otro “título” que es usado para el Señor Jesucristo es justamente ese: Señor, que básicamente quiere decir algo así como “jefe”, alguien que se encuentra en posición de autoridad. Fue Dios Quién delegó esta autoridad sobre Jesucristo.
Filipenses 2:9-11: 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
La palabra señor –que proviene del vocablo griego kurios- se refiere a aquel a quien una persona o una cosa pertenecen sobre lo cual tiene el poder de decisión, amo, señor… Es también un título de honor, de respeto y reverencia[4]… Por ello es que Jesucristo tantas veces es llamado Señor en la Biblia.
1 Corintios 15:24-28: 24 Luego el fin, cuando [Cristo] entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque preciso es que él [Cristo] reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies [los pies de Cristo]. 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies [los pies de Cristo]. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él [a Cristo], claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas [Dios]. 28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas [a Cristo], entonces también el Hijo [Cristo] mismo se sujetará al que le sujetó a él [Dios fue quien le sujetó] todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Queda debidamente aclarado que todo y todos son puestos bajo los pies de Cristo con una sola debida excepción: Dios Quien puso todas las cosas bajo sus pies y a quien Jesucristo mismo se sujeta.
Aparte de Dios todo y todos son puestos bajo los pies de Jesucristo hasta que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Este Jesucristo que es Hijo de Dios, el salvador del mundo y que fue hecho Señor por Dios también fue constituido como cabeza de su Iglesia.
ê Jesucristo la cabeza de la Iglesia
Jesucristo no es solamente el jefe, el Señor de cada persona que cree en él sino que también es la cabeza del total de los que han creído en él a lo que la Biblia llama Iglesia.
Colosenses 1:15-20: 15 Él es la imagen del Dios invisible [No es el Dios invisible sino Su imagen], el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
La Iglesia no es un edificio o una religión sino que es un grupo de personas compuesto por todas aquellos individuos que confesaron con su boca que Jesús es el Señor y creyeron en su corazón que Dios lo levantó de los muertos. Es el Cuerpo de Cristo del cual él es la cabeza.
19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Efesios 4:15 y 16: 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
1 Corintios 12:12, 14, 18 y 27: 12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.
18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.
Evidentemente Dios quiso que Jesucristo sea la cabeza, porque dice aquí que Él puso a cada miembro como Él quiso.
27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
Cada uno de nosotros es miembro del Cuerpo de Cristo y tiene a Cristo como Señor[5]. Todos juntos formamos el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, que tiene a Cristo como la cabeza quien a su vez tiene otra cabeza: Dios. Igual que en el cuerpo humano, la cabeza es quien dirige al resto del cuerpo, es la que toma las decisiones. Solamente él es responsable de decidir cómo el Cuerpo, como un todo que es, va a moverse. Él es la cabeza y nosotros somos sus miembros. Dios es Quien nos ha colocado en el Cuerpo como le ha parecido mejor. Como mi mano es obediente a mi cabeza, así nosotros, como miembros en particular, debiéramos ser obedientes a la cabeza de la Iglesia, Jesucristo. Todo el resto de nosotros somos miembros en particular. El servicio amoroso individual es imprescindible para el funcionamiento eficiente y normal del total del Cuerpo.
ê Jesucristo el único camino a Dios
Juan 14:6: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Jesucristo, y no alguna persona o alguna religión o grupo determinado, es el camino al Padre. Si alguien quiere llegar al Padre, tiene que pasar por él porque él es el camino dispuesto por el Padre. No hay desvíos, ni atajos ni caminos alternativos. Si usted quiere llegar al Padre tiene que pasar por Jesús.
No es a través de una confesión prefabricada[6] que uno se hace hijo de Dios. Él mismo de Su amor proveyó al salvador y a “la fórmula” para renacer de Su espíritu que está claramente declarada en Su Palabra.
Romanos 10:9: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Jesús es el camino al Padre. Confesión + creencia y ¡ambas referidas a Jesús! es la fórmula de salvación. Él es el camino y también la puerta.
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334 | Jesucristo y la obediencia |
Jesucristo y la Obediencia obedecer es hacer lo que manda otra persona. Eso es justamente lo que hizo el Señor Jesucristo a rajatabla con lo que le mandaba Dios. En nuestro estudio del Señor Jesucristo y su obediencia amorosa a Dios y Su Palabra, primero que nada debemos reconocer que Dios se complace en ser obedecido y que obedecerlo a Él trae grandes beneficios a las personas.
Abraham es llamado el padre de los que creen y es así porque el obedecía a Dios. En Génesis hay un registro que menciona a Abraham, su obediencia y la bendición de obedecer.
Génesis 22:18: En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Es emocionante pensar que la obediencia de Abraham todavía sigue trayendo bendición a todas las naciones y que la obediencia de Jesucristo nos proveyó (y seguirá proveyendo) vida por siempre. Los beneficios de la obediencia de un individuo, a Dios y Su Palabra, exceden largamente la vida del individuo. Abraham fue un ejemplo de creencia y de obediencia. 4Creer y obedecer van de la mano siempre. Hebreos 11:8: Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Deuteronomio 9:23: Y cuando Jehová os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado, también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a su voz. Este es un ejemplo del lado negativo y muestra que la incredulidad y la desobediencia también van de la mano. Usted le obedece a Dios cuando usted le cree a Dios. Igual el Señor Jesucristo. Obedecer a Dios siempre trae resultados positivos a las personas, siempre trae bendiciones. Hechos 5:32: Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. Claro como el agua. Cuando uno confiesa con su boca y cree con su corazón uno está siendo obediente a lo que dice Dios que hay que hacer para renacer. Aquí habla del espíritu santo que Dios da a quienes le obedecen. Obedecer es un verbo y como todo verbo indica que hay una acción à Obedecer a Dios es hacer lo que Él dice; que es lo mismo que decir confiar sin reservas en lo que Él dice. Eso hizo Jesucristo toda su vida de servicio; por nosotros.
Hubo una ocasión que el rey Saúl fue a luchar contra el rey Agag y desobedeció a las instrucciones precisas que Dios le había dado mediante el profeta Samuel. Cuando regresó de la batalla lo hizo convencido que había obedecido la voz de Jehová y procedió a hacer sacrificios. La verdad es que no había obedecido. Entonces Samuel, que sí era obediente, lo confrontó de la siguiente manera. 1 Samuel 15:22: Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. La pregunta de Samuel era una interrogación retórica y muy lógica por cierto. A los ojos de Jehová no hay nada que reemplace la obediencia. Jesucristo conocía estos registros al dedillo, con toda precisión y detalle. Él sabía, pues había aprendido qué cosas le agradan a su Padre, del mismo lugar que nosotros, es decir de la Palabra de Dios. Salmos 40:6-8: 6 Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. 7 Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón. Este es un Salmo profético y su hermosura radica en que el salmista dice que en el hacer la voluntad de Jehová iba a estar la delicia, el agrado del Mesías. No es que obedecía para no tener consecuencias sino que obedecía, es decir hacía la voluntad de Dios porque eso le agradaba. Así era la obediencia amorosa de Jesucristo para con el Padre. A Jesús le agradaba hacer la voluntad de nuestro Padre y la Palabra anidaba en el centro mismo de su corazón. El estilo de vida del Señor Jesucristo fue de obediencia amorosa y nunca desobedeció aún frente al sufrimiento y la agonía. Él vivió para obedecer a su Padre. Juan 4:34: Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Simple y llanamente eso es lo que él pensaba que era su alimento, el sustento de su vida. Dios no desea la falsa obediencia que proviene de un corazón temeroso como si uno estuviera bajo un amo tirano del cual quiere librarse para no tener las consecuencias de desobedecer. Dios busca obediencia amorosa, y eso le proveyó el Señor Jesucristo. Obediencia es más simple cuando está basada en la confianza. Uno obedecerá más cuánto más confíe en quien manda. Jesucristo había alcanzado absoluta confianza en su Padre, por lo tanto tenía absoluta obediencia a Él. 1 Pedro 2:22-24: 22 El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. En su sufrimiento y muerte Jesucristo se encomendaba totalmente al que juzga justamente; y al hacerlo él logró la salvación y redención acabando la obra que el Padre le dio que hiciera. Él fue obediente hasta la muerte. Filipenses 2:8: Y estando en la condición de hombre [porque eso es lo que él era], se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Esta obediencia, en este grado (hasta la muerte), es la que logró nuestra redención, nuestra salvación. Eso hizo que fuéramos hechos la justicia de Dios en él. Él murió la muerte más atroz, insoportable y horrorosa disponible en su época y lo hizo por usted y por mí. Una muerte humanamente incomprensible. En este registro de la Escritura dice que él fue obediente hasta “la muerte de cruz”. El redentor –como cualquier otro ser humano- aprendió obediencia. Esto es muy importante pues significa que esta obediencia no le vino “de fábrica”. Obedecer fue un esfuerzo amoroso y consciente de su propia voluntad. El versículo dice que él se humilló y que se hizo obediente. Lo mismo podemos y deberíamos hacer nosotros. Hebreos 5:8 y 9: Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. El aprendió obediencia mediante el padecimiento y fue perfeccionado en eso. El obtuvo un “Master” en obediencia habiendo muerto la muerte más horrenda posible. Dice que aprendió obediencia hasta que llegó el momento en su vida que su absoluta obediencia fue probada al fuego del madero de tormento. Y lo hizo por usted y por mí y eso glorificó a Dios, nuestro Padre y nos abrió la puerta al corazón mismo de Dios como Padre celestial que es de nosotros. Para una vida cristiana amorosa, que lo glorifique a nuestro hermoso Padre celestial, es imprescindible ganar consciencia de lo que significa el sacrificio sustitutivo del Señor Jesucristo por nosotros y el ejemplo que nos dio para que sigamos sus pisadas. Jesucristo supo que la voluntad de Dios para él era que muriera por nuestros pecados. Él aprendió del mismo lugar que nosotros la maldad extrema del Diablo. Por ello pudo tener un preciso conocimiento de lo que haría con él si se le diera la oportunidad. Aun así decidió morir por nosotros. Mateo 16:21-23: 21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Jesucristo supo esto porque es lo que la Palabra de Dios declaraba de él, más lo que debió haber sabido que su Padre seguramente le habría revelado. El comenzó a preparar a su gente para aquel momento. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Tan desagradable como le parecía a Pedro aun así era la voluntad de Dios para el Señor Jesucristo. El salvador lo confrontó, en no inciertos términos, por su error. Lucas 18:31-33: 31 Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 32 Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. 33 Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará. Si estaba escrito por los profetas entonces era la Palabra de Dios y por consiguiente se iba a cumplir. No había vueltas. Jesucristo sabía eso como nosotros sabemos que la Palabra de Dios siempre se cumple. Él estudiaba la Palabra de Dios disponible hasta esos días y nosotros cuando estudiamos esos registros del Antiguo Testamento estamos posando nuestros pies sobre terreno ya caminado por nuestro redentor.
Juan 12:23, 24 y 27: 23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Jesús estaba con Andrés y Felipe como una semana antes de su muerte. Este relato nos provee una muestra de la angustia que debía de tener el Señor Jesucristo en estos momentos de su vida. Porque no decirlo, también de la nuestra porque él fue nuestro perfecto sustituto para salvarnos y llevarnos a Dios. Ya más cerca de la hora de su aprensión… Mateo 26:24a: A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él… “Según está escrito de él”. ¡Qué respeto por la Palabra de Dios! Aún en momentos de presión como este, él reconocía el testimonio de las Escrituras concernientes a la necesidad de su muerte sustitutiva. Después de su cena con los discípulos, compartiendo con ellos, pan y vino para que más tarde hagan memoria de lo que su muerte significa para nosotros, fueron al jardín de Getsemaní y mientras iban seguía hablando de su muerte. Mateo 26:31, 36-39: 31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. No debiera caber duda alguna acerca de cuál haya sido la voluntad de Dios para su vida. Si nosotros no tenemos duda –como puede imaginarse- él tampoco debió haberlas tenido. Sin embargo ya en Getsemaní Jesucristo expresa de una manera absolutamente humana y comprensible su inmensa angustia a su Padre. 36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo [Jacobo y Juan], comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. La vida del Señor Jesucristo estuvo signada por su comunión con Dios. La oración era tan parte de su alma como el necesario alimento para sustentar su vida física. En este momento crucial, accionó como era su costumbre. Nuestro valiente redentor oró a su Padre que si le era posible evitara que pasara por todo lo que él ya sabía que tenía que pasar. Es evidente que prefería no pasar por las torturas que le esperaban; pero si esa era la voluntad de su Padre, que él mismo siempre reconoció que era, entonces prefirió las torturas y el madero. ¡Qué salvador nos fue provisto por el amoroso Padre celestial! Un hombre como nosotros que, enfrentado con la máxima adversidad decidió hacer la voluntad de Dios antes que la suya que le obligaba a orar para salir del tremendo problema. Evidentemente la presión era muy grande; por eso este pedido a su Padre. Ya hemos recorrido la evidencia Escritural en cuanto a que él sabía que tenía que pasar por todo esto. Aun así enfrentado al momento mismo de entrar en sus sufrimientos su alma estaba angustiada y pide ayuda para librarse. Él era hombre como nosotros y en su angustia clamó a Dios. Aun sabiendo que podía librarse decidió hacer la que, evidentemente y muy a las claras, era la voluntad de Dios para él en favor de todos nosotros. Él pudo haber sido librado de esta desdichada situación “personal”. Digo personal pues él fue quien experimentó esta desdicha del sufrimiento para que nosotros no lo tengamos que hacer. Eso es identificación, eso es sustitución. Nos reemplazó completamente. El maravilloso redentor de nuestras almas soportó las injustas torturas en lugar nuestro por amor a Dios y por amor a usted. Mateo 26:53 y 54: 53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? Gracias a Dios por este maravilloso salvador que tuvo un compromiso que superó su humana debilidad. Él no quería sufrir y morir pero quería hacer la voluntad de Dios más que evitar sus sufrimientos. Los hechos demuestran que esa fue su elección. El compromiso que tuvo para con Dios y Su Palabra le dio el coraje que necesitó para hacer la voluntad de Dios. Jesucristo hizo la demostración más grande de coraje posible para la humanidad a causa de su inalterable compromiso con Dios y Su Palabra. Marcos 14:35 y 36: 35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba [un término de ternura equivalente a nuestro Papi], Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Fíjese qué humano. Un tiempo antes de este triste acontecimiento Jesucristo le dice a Andrés y Felipe: Juan 12:27: Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Vea qué convencimiento y aun así, una vez frente al momento mismo del comienzo de sus sufrimientos le pide a su Padre con toda vehemencia y dolor de su alma que si fuera posible no lo haga pasar por todo lo que iba a pasar. Lucas 22:42-44: 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. Este registro muestra el intenso dolor y horrorosa agonía mental de este momento de la vida del Señor Jesucristo. Tres veces oró por esto ¡tres veces! Mateo 26:44: Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Nunca tendremos que enfrentar la muerte clavados a un madero en sustitución por la vida de miles. Lo que sí confrontaremos cada tanto es alguna situación que pueda ser considerada por nosotros más allá de lo que humanamente podamos manejar. Podemos tomar este ejemplo de compromiso y amor. Jesucristo estaba débil en este momento y recurrió a su fuente de suficiencia que era su Padre. Igual podemos hacer nosotros porque en estos sufrimientos él nos dejó huella para que sigamos sus pisadas Él se hizo fuerte en Dios. Su obediencia amorosa y compromiso inclaudicable le permitió tener el coraje necesario para llevar adelante su tarea redentora. Tres veces oró pero la voluntad de Dios no fue cambiada. Él tenía que morir. Cuando las autoridades religiosas vinieron a aprenderlo, Pedro salió en su defensa y Jesús le declaró cuál era la voluntad de Dios que no había cambiado. Juan 18:10 y 11: 10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? Jesús oró a su Padre celestial y su oración fue escuchada ¡por supuesto que sí! Pero no pudo ser respondida en su pedido de liberación. No había otra salida para lograr la redención del hombre. Hebreos 5:6-10: 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. El Señor Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote que entró al lugar Santísimo |
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335 | Los fundamentos de la vieja naturaleza |
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336 | La identificación con Adán |
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337 | Las añoranzas del viejo hombre- ¡Viva Egipto! |
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338 | Jesucristo fue el sacrificio completo |
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339 | La amorosa identificación en la sustitución |
La amorosa Identificación en la Sustitución
el hombre natural –en total sintonía con su identificación con Adán- está a expensas del pecado original y lejos de Dios, en tinieblas y muerto espiritualmente hablando. Las Escrituras del Antiguo Testamento declaran abiertamente y repetidamente las acciones misericordiosas de Dios para con el estado caído de la humanidad. Su Palabra declara al Mesías que iba a venir a recomponer la situación en la que habían quedado las cosas debido a la desobediencia de Adán. Todos los sacrificios ofrecidos repetidamente por los sacerdotes no terminaban de erradicar definitivamente los efectos del pecado original en el linaje de los hombres. Por eso era necesario un redentor que fuera un ser humano con el cual sus pares pudieran identificarse. El hombre nunca podrá por sí mismo redimirse de los cargos heredados en su contra. El producto del pecado es la muerte espiritual y la física. No hay obra alguna con la que podamos pagar el precio requerido para pasar de muerte a vida. Dios procuró un alma equivalente a Adán para pagar, con la vida de este sustituto, el rescate del primer hombre y su descendencia.
Mateo 16:26: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
No hay recompensa que el hombre natural pueda ofrecer por su vida. Por eso fue el mismo Dios quien ofreció la recompensa y rescató a los cautivos por la muerte. Todos los sacrificios del Antiguo Pacto eran “el tipo” del sacrificio sustitutivo final, definitivo y completo que haría Jesucristo con su misma vida. Los ofrecimientos tenían la intención de restaurar la comunión perdida. Todos los sacrificios eran la sombra de aquel único, singular, que vendría y que valdría como sacrificio final y completo. Ningún ofrecimiento era suficiente. Por eso Dios mismo por Su amor por nosotros nos proveyó con el sacrificio sustitutivo perfecto.
Hebreos 10:1-4: 1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Estos sacrificios “insatisfactorios” eran hasta que viniera el perfecto sacrificio sustitutivo de un hombre idéntico en todo al que pecó.
Hebreos 2:17 y 18: 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
El Señor Jesucristo expió los pecados del pueblo consigo mismo como ofrenda. Él nos sustituyó pagando en lugar nuestro. El de él fue un sacrificio válido y satisfactorio; no como los anteriores de animales que eran sombra de lo que había de venir en nuestro redentor.
En verdad los sacrificios no fueron importantes para Dios como lo fue, y sigue siendo, la obediencia, la misericordia y conocerlo.
Miqueas 6:6-8: 6 ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? 7 ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? 8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Oseas 6:6: Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
Dios no cambia, Sus deseos de ofrecimientos tampoco. Esto sigue queriendo nuestro querido Padre celestial.
Isaías 1:11-18: 11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Nunca le causó placer a Dios la ceremonia y el boato. Siempre estuvo detrás de las acciones nacidas de un corazón que lo ama y respeta como lo fue el de Jesucristo y que podemos imitar nosotros.
Isaías 66:3: El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones.
1 Samuel 15:22: Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Obediencia. Eso es lo que demanda Dios de parte de nosotros. Eso le faltó a Adán y eso tuvo Jesucristo quien fue obediente hasta la muerte de cruz. Justamente por eso él fue el cordero que limpió nuestros pecados.
Jeremías 7:22-26: 22 Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. 23 Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. 24 Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, 25 desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; 26 pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.
“No me oyeron ni inclinaron su oído…” Esta es la respuesta típica de la naturaleza identificada con Adán que vino a cambiar el obediente Jesucristo para nuestro bien con su propia vida.
Tenemos lo que tenemos en Cristo por la misericordia de Dios.
Romanos 11:30-32: 30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, 31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. 32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
Una inmensa parte de Su misericordia se muestra habiendo Dios mismo seleccionado el cordero para nosotros. Él mismo anuló en Cristo el juicio merecido para nosotros.
Efesios 2:4 y 5: 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).
No dice que obtuviéramos vida, dice que nos fue dada por gracia debido a que Él es un Dios rico en misericordia. Esto es lógico, pues ningún muerto puede darse vida a sí mismo.
El Señor Jesucristo estudió las Escrituras disponibles en su época y pudo aprender de Ellas lo mismo que nosotros acerca de cuál es el deseo de Dios para los Suyos: obediencia.
Salmo 40:6-8: 6 Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. 7 Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Nuestro perfecto sustituto entendía completamente el deseo íntimo del corazón de Dios en cuanto a lo ofrecido a Él. Para los contemporáneos del redentor la Palabra de Dios estaba escrita en tablas de piedra, para él estaba escrita en su corazón.
Juan 4:34: Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Juan 5:30: No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Juan 6:38: Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Mateo 26:37-39: 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
En su hora de mayor agonía Jesucristo escogió obedecer a Dios. Este es el verdadero sacrificio que complace a Dios. Un ofrecimiento de sí completo en obediencia amorosa a Dios. Esta es la naturaleza que heredamos del postrer Adán. Así como estuvimos identificados con el primer Adán en su desobediencia y muerte espiritual, lo estamos con el postrer Adán en su obediencia y vida espiritual abundante y por siempre.
Juan 15:13: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
En su ofrenda Jesús demostró su amor por la humanidad dando, por su propia voluntad, su vida en rescate por todos. Eso es obediencia plena.
Marcos 10:45: Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Para que la redención fuera posible en términos legales la naturaleza de Adán y la de Jesús tenían que ser necesariamente idénticas entre sí e idénticas a la nuestra3
La desobediencia voluntaria, plena y consciente de Adán trajo el pecado y la muerte sobre todos los hombres. La obediencia voluntaria, plena y consciente de Jesucristo logró rescatar la vida espiritual del hombre y su justicia delante de Dios. No hay sacrificio posible fuera del que realizó nuestro hermoso Señor que haya podido sustituir en estos plenos términos y que lograra la redención de almas in merecedoras. Su obediencia, su obediencia y solamente su obediencia amorosa a Dios logró tanto para nosotros.
Romanos 5:19: Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
¡Preste atención! Aquí la Palabra está hablando de su justicia y dice que usted la tiene por la obediencia de “uno”.
Los animales eran víctimas inconscientes. Jesús fue un sacrifico consciente que pudo haber elegido no obedecer pero al obedecer sufrió voluntariamente y a sabiendas las torturas más horribles y finalmente la muerte.
Fuimos rescatados. Se pagó un precio por nosotros; por eso usted ahora, como hijo de Dios, tiene una herencia diferente a la que tenía antes de renacer.
1 Pedro 1:18 y 19: 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
Este es el precio que fue pagado por Dios para rescatarnos del poder de Satanás. Nosotros heredamos la naturaleza de Adán de nuestros padres y ellos a su vez de los suyos y así sucesivamente. Esta es la manera con la que nos identificamos con Adán. Lo hacemos genéticamente, mediante el linaje de los hombres. Jesucristo vino a reemplazarnos. Él hizo todas las acciones redentivas debidas en nuestro beneficio habiéndolo puesto Dios en nuestro lugar. Fue nuestro sustituto cuando pagó el precio por nuestros pecados sufriendo y muriendo en lugar nuestro.
Lucas 22:19 y 20: 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Por esto Dios en 1 Corintios 11:17-34, mediante Pablo, nos dice que hagamos esto, que Jesús hizo, en memoria de él. Esta acción creyente de celebrar su ofrecimiento por nosotros conmemora todo lo logrado por Dios en Jesucristo en nuestro inmenso favor aun cuando éramos pecadores.
Romanos 5:6-8: 6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Esto es bien simple. Jesucristo tomó nuestro lugar en el Gólgota cancelando nuestra deuda impagable con Dios en un acto de suma justicia. ¡Dios entregó a Su hijo por usted! Junto con él le dio TODO.
Romanos 8:32: El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Si Jesús fue entregado por nosotros cuando éramos impíos y pecadores, estando muertos en nuestros delitos y pecados; ¿qué no hará Dios por nosotros ahora que somos Sus hijos?
1 Corintios 5:7: Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
Como ya fue sacrificado el cordero en nuestro bien, entonces limpiémonos de la vieja levadura[1]. El pagó su vida como precio por la nuestra. Pudo hacerlo pues estaba totalmente identificado con todos los miembros de la raza humana. Ahora nosotros deberíamos responder a su inigualable dar viviendo y haciendo la Palabra que él vivió e hizo.
1 Corintios 15:3: Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.
Gálatas 2:20: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Este versículo, aun no siendo el único sobre el tema, es el epítome de nuestra identificación con Cristo. Es tan lógico pues ninguno de nosotros estuvo físicamente crucificado. Dios nos “puso” ahí en la persona de Cristo. Dios, contra quien Adán pecó, dispuso del medio de reconciliación para que regresemos al seno de Su corazón. La forma en la que se expresa este versículo es personal: “…estoy juntamente crucificado”. Jesucristo reemplazó a la humanidad y también a usted.
2 Corintios 5:19: Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
¡Claro como el día! Dios estuvo en Cristo reconciliándonos consigo mismo. Él mismo fue Quien nos reconcilió en Cristo.
Gálatas 3:13: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
En su sustituirnos compró nuestras vidas para que no pese sobre nosotros la maldición de la Ley que incluye a la enfermedad y la muerte. Dios, nuestro amoroso Padre, hizo todo esto EN Jesucristo POR nosotros.
Colosenses 2:11: En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo.
Ninguno de nosotros estuvo en el momento que lo circuncidaron a Jesús cuando era un niño de tan sólo ocho[2] días de edad. Sin embargo; la Palabra dice que fuimos circuncidados. Esa circuncisión también fue sustitutiva. Así como la porción de prepucio que le fue cortada, fue desechada, nuestros pecados también lo fueron en su persona y obediencia a Dios y Su Palabra.
Dios diligenció los medios para que nosotros recibamos el beneficio de la reconciliación mediante el madero que soportó Cristo. La entrega de Cristo fue en amor y Dios la aceptó. |
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340 | Jesucristo es el precio pagado por nuestro pecados |
Jesucristo es el precio pagado por nuestros pecados
Dios es amor y una de las más grandes manifestaciones de Su naturaleza de amor fue entregar[1] a Su propio hijo para pagar el precio por nuestros pecados para que nosotros podamos acceder a un tipo de vida que de no ser que nos la regaló[2] jamás hubiésemos tenido.
1 Juan 4:8-10: 8 El que no ama, no ha conocido a Dios [¿por qué será esto así?]; porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros [a ver en qué…], en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo [¿para qué?], para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor [veamos en qué consiste este tipo sublime de amor]: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación [hilasmos] por nuestros pecados.
La palabra propiciación en griego es la palabra hilasmos que significa una satisfacción o el medio de satisfacción[3]. Es como cuando dos personas se pelean porque una ofende a la otra. La parte ofendida demanda de la otra una satisfacción o desagravio o reparación por la ofensa cometida. En nuestro caso la ofensa la cometió Adán contra Dios y fue El “mismo ofendido”, Creador de los cielos y de la Tierra, que proveyó un medio de satisfacción para que el hombre se reconcilie con Él. Ese medio, o pago o reparación, es nuestro maravilloso Señor redentor. Él mismo es la propiciación.
1 Juan 2:1 y 2: 1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él [Jesucristo] es la propiciación [hilasmos] por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Nuestro hermoso Señor es el medio personal por el cual Dios muestra sin lugar a duda alguna Su misericordia a quien cree en el nombre de Jesús como pago satisfactorio y completo. Jesús fue una provisión amorosa de Dios para todo el mundo.
Juan 3:16-18: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
La muerte sustitutiva de Jesús fue un pago expiatorio, propiciatorio, satisfactorio y completo de la deuda en nuestra contra.
La palabra hebrea, equivalente al vocablo griego hilasmos, es pariente de la palabra KIPPUR y es traducida expiación o propiciación. De esta palabra Mickelson[4] dice que tiene una raíz que significa: satisfacción, apaciguar, condonar, perdonar, ser misericordioso, pacificar, purgar, reconciliar.
Había un día al año para que el Sumo Sacerdote hiciera la expiación de los pecados propios y del pueblo. Esto era tan importante para Dios que da sumo detalle de cómo había que hacerlo, cuándo, quiénes y qué ropa debía vestir el Sacerdote. No todas las veces que aparecen las palabras “expiación” y “propiciación” son la traducción de KIPPUR pero en todos los casos las palabras o conceptos están relacionados con reconciliación o satisfacción.
Levítico 16:2, 3, 6, 9-11, 13-25, 27-34: 2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.
6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.
Aunque temporal, este carnero era el pago satisfactorio.
9 Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10 Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. 11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.
Cuando uno lee estos registros del Antiguo Testamento tiene que recordar que estos actos son la sombra, son sacrificios temporarios de lo que iba a venir que fue un solo sacrificio definitivo que satisfizo la justicia de Dios dentro de los confines de Su amor.
13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera. 14 Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre. 15 Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. 16 Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.
Antes de continuar nuestra lectura de este registro de Escritura; observe la cantidad de detalles que Jehová nos provee de esta ofrenda. Además observe que para hacer expiación tiene que haber, necesariamente, sangre.
17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel. 18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel. 20 Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; 21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto. 23 Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 24 Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. 25 Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.
Los animales ofrecidos “desaparecían” totalmente, sus cuerpos físicos quedaban consumidos sobre el altar. Cuando terminaba la ceremonia no quedaba nada de ellos. Igual que ocurrió con Cristo, nuestra Pascua que ya fue sacrificada por nosotros.
27 Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol. 28 El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento. 29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. 30 Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. 31 Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. 32 Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. 33 Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. 34 Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.
¡Cuánto detalle! Emociona tener un Padre celestial como el nuestro que pensó cada cosa para que confrontados con el sacrificio sustitutivo y final de Cristo entendamos completamente Su corazón reconciliador para todos nosotros. Cuando sea que usted vea lo que hizo el Señor Jesucristo entenderá que aquí hay un simbolismo de lo que repetían anualmente que Jesucristo hizo una vez y para siempre. Sin embargo esa perpetuidad (Y esto tendréis como estatuto perpetuo…) tuvo un final: Cristo quien fue el fin de la Ley[5].
El Antiguo Testamento es el Nuevo Testamento escondido y el Nuevo Testamento es el Antiguo Testamento revelado.
Por eso son tan importantes estos registros del Antiguo Pacto que nos ayudan a entender acabadamente el sacrificio de la vida de Cristo en favor nuestro.
Levítico 23:27 y 28: 27 A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. 28 Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.
En ese día el Sumo Sacerdote sacrificaba un becerro y un carnero y llevaba la sangre dentro del lugar Santísimo para hacer el ajuste o expiación por los pecados de Israel. Los animales eran ofrecidos en sustitución de las personas y entregados a la muerte para reconciliación temporal[6] de los hombres con Dios. Eran como “para salir del paso” mientras llegara el Mesías.
Hebreos 9:11 y 12: 11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Los sacrificios de Israel eran un “paliativo” hasta que llegara el sacrificio final que aquellos antiguos tipificaban. Esto hacían hasta que llegara el Mesías. El sacrificio sustitutivo de Jesucristo fue una vez y para siempre. Él es llamado el cordero de Dios pero no era un cordero en el sentido literal. Nuestro “reemplazo” o sustituto era un hombre en todo igual al hombre que había pecado y a nosotros sus hermanos.
Hebreos 2:17: Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
¡Qué hermoso! Jesús era Sumo Sacerdote, y a la vez ofrenda sustitutiva por nosotros. Por eso pudo expiar completamente de una vez y para siempre los pecados del pueblo. Los sacerdotes del Antiguo Testamento entraban una y otra vez por ellos mismos y por su pueblo. Ellos hacían la sustitución mediante el ofrecimiento de un animal y Dios lo aceptaba. Eso hacían una y otra y otra vez. No fue ese el caso con Jesucristo.
Hebreos 9:24-26: 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena [la sangre de los animales]. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo [sangre propia] para quitar de en medio el pecado.
Entre otras enormes diferencias la ofrenda de sí mismo que hizo nuestro Sumo Sacerdote no cubrió por los pecados… ¡los quitó del medio! Por eso no hay más enemistad entre Dios y los hombres y no hay más necesidad de sacrificios.
Hebreos 10:8-14: 8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
Esto es algo que ningún animal hubiese podido lograr sin importar quien pudiera ser el sacerdote que lo ofreciera. Jesucristo acabó totalmente con el efecto del pecado en la humanidad. Todo hecho en términos de justicia y amor de Dios. No quedó nada sin hacerse, no es necesario hacer nada más. No hay ninguna deuda pendiente.
Romanos 3:24-26: 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Dios tuvo paciencia y pasó por alto los pecados pasados. Lo hizo pues tenía en la mira el manifestar Su justicia de manera completa y permanente. Por eso puso a Cristo Jesús como propiciación. Esta palabra se usa también en Hebreos. Recordemos que Jesucristo era la ofrenda y a la vez el Sumo Sacerdote, fue además el trono de misericordia o propiciatorio. Él cumplió la Ley acabadamente. Dios hizo el pago con la vida del precioso cordero y así logró reconciliación por siempre. Jesucristo vino a ser nuestro trono de misericordia y nuestro lugar de expiación y propiciación.
Éxodo 25:21 y 22: 21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. 22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.
En el Antiguo Testamento el trono de Dios era representado como estando por encima del propiciatorio. Desde aquí es donde Dios se declaraba y manifiestaba al hombre. Solamente el Sumo Sacerdote tenía acceso a este sitio y podía acceder solamente una vez al año. Cuando ocurría esto era necesario que llevara consigo la sangre de los animales sacrificados. El único acceso a Su Presencia era a través de un sacrificio con sangre. Este ritual se realizaba el día de la Expiación y anticipaba la venida de aquel único que cumpliría el necesario sacrificio tras el cual no iba a haber más necesidad de seguir ofreciendo. Jesucristo cumplió aquella Ley y ha venido a ser el trono de misericordia. Él ha hecho disponible la perfecta comunión con Dios por eso podemos entrar con confianza a la presencia misma de Dios porque él hizo un trabajo perfecto de redención.
Hebreos 4:16: Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Nuestro acceso al trono de gracia es con confianza pues el “peaje” fue pagado con la sangre del precioso cordero de Dios que ha quitado de una vez y para siempre el pecado del mundo. Israel miraba hacia adelante, a la por aquel entonces futura, llegada del Mesías. Sus pecados eran cubiertos hasta que se saldase el total de la deuda. Nosotros miramos atrás al momento que la deuda nos fue saldada. El pecado ya fue quitado de la ecuación. Ya no somos deudores. El pecado de Adán no fue cubierto para nosotros sino limpiado, quitado. Esta verdad fundamental ya fue anunciada por Jehová en el Antiguo Testamento.
Isaías 53:1-5: 1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado |
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341 | Nuestro hermano redentor |
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342 | Juntamente con Cristo |
Juntamente con Cristo
como hijos de Dios que somos, identificación también significa nuestra completa unión con Jesús en su sacrificio sustitutivo. La documentación Bíblica sobre nuestra identificación nos revela lo que Dios hizo, en Jesucristo por nosotros, desde el momento que fue al madero hasta que se sentó a la diestra de Dios. Es muy importante que ganemos conocimiento, y que de ahí tomemos consciencia, de nuestra inmensa identificación con nuestro Señor. Por ello hay varios versículos que usan el vocablo juntamente que vamos a estudiar ahora.
Romanos 6:1-8: 1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Trate de hacer memoria. ¿Qué hizo usted para haber muerto al pecado? Nada. Jesús lo hizo por usted sobre el madero. Aquí habla de todos los hijos de Dios ya sea que hayan sido de Israel o gentiles: “los que hemos muerto al pecado…”
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Qué amoroso de parte de Dios decirnos todo lo que hemos sido hechos en la persona de Cristo.
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Al ser sustitutivamente sepultados con él; pasamos a estar completamente separados del mundo. A partir de ese momento el mundo ya no es más nuestro hogar.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
“Plantados con él” sería mejor traducido “unidos con él”. Thayer lo ha traducido: nacido junto con, congénitos, co-originarios, implantados por nacimiento o naturaleza[1]. No hay separación entre Cristo y el hijo de Dios. Somos uno con él al habernos Dios participado sustitutivamente en su muerte y resurrección.
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Qué gráfico cuando dice: “viejo hombre”. Es el que está identificado con Adán y sus vicios y miserias. Ese viejo hombre fue clavado en Cristo. El cuerpo del pecado es el conjunto de los pecados, la suma de ellos, que eran inmanentes[2] al viejo hombre.
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él.
¿Vio cuántos “juntamentes”? El Señor Jesucristo ha sido nuestro perfecto reemplazo, nuestro sustituto. Vamos a suponer que usted está preso encerrado en una celda y mañana un pelotón va a fusilarlo. Sigamos suponiendo que la noche anterior viene un amigo suyo, lo libera y entra en su celda. A la mañana siguiente llevan a su amigo frente al pelotón y recibe todas las balas que eran para su pecho. Irremediablemente, su amigo muere. Él lo reemplazó, tomó su lugar y recibió lo que usted merecía en lugar suyo. Usted fue sustituido por el amor que su amigo le tuvo. ¿Le parece que este ejemplo es muy cruel? ¡Lo es!
Juan 15:13 y 14: 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por [huper] sus amigos.
La palabra “por” en este versículo viene del griego huper. Hay un diccionario[3] que la tradujo como: …en socorro de, a favor de, en provecho de, por causa de… Nuestro amigo puso su vida en socorro de, por causa de o en el lugar que debió haber ido la nuestra. ¿Para qué lo hizo? Para que seamos obedientes a sus palabras. Es evidente que la amistad es una avenida de dos manos. Jesús puede llamarse amigo pues puso su vida por sus amigos.
Para llamarse amigo de Jesús hay que hacer lo que él manda.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Cristo murió por nosotros para que nosotros vivamos obedientemente para él[4].
Romanos 8:16-18: 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Fue una misericordiosa idea de Dios identificarnos en Jesús. Por eso es que a Sus amorosos “ojos” hemos padecido juntamente con nuestro redentor y cuando él regrese a buscarnos desde las nubes, estaremos glorificados con él. Las aflicciones que vivió nuestro Señor cuando estaba pagando por nuestros pecados no son comparables con la gloria que él disfruta ahora. Lo mismo es y será con nosotros. Las aflicciones que sea que pasamos ahora no son comparables con lo que ha de manifestarse en el futuro. Nuestra identificación espiritual con Jesús comienza al instante mismo que confesamos y creemos y NO tiene fin.
2 Corintios 4:14: Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos [se refiere a Pablo y Timoteo] presentará juntamente con vosotros [se refiere a los corintios y lógicamente a todo hijo de Dios].
Por si había quedado alguna duda aquí hay otro “juntamente” referido a la resurrección de todos nosotros. Hay otras dos versiones de este versículo que analizaremos seguidamente:
Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia[5].
Sabiendo que el que levantó a Jesús nos levantará también a nosotros junto con Jesús y nos presentará juntamente con ustedes[6]. Todo lo que pasó en el pasado nuestro Señor lo pasamos juntamente con él. Todo lo que tiene el Señor en el presente lo tenemos juntamente con él. Lo tendremos como una realidad palpable una vez que él nos llame desde las nubes; pero así como Dios “nos vio” en Cristo en sus padecimientos y logros, “nos ve” hoy en su gloria actual.
Gálatas 2:20: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por [huper en socorro, en favor por causa de] mí.
Pablo dice por revelación de Dios que él está juntamente crucificado con Cristo. Eso significa que nosotros también lo estamos. Debido a que el apóstol era totalmente consciente de esto; él decidió que lo que sea que él vivía en la carne lo vivía en la fe de Cristo. Gran ejemplo para nosotros. Para Pablo, como Jesús había muerto por él, entonces, él vivía para quien había ofrecido su vida en lugar de la suya.
Efesios 2:1-6: 1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Esta porción de la Escritura marca de manera inequívoca nuestro andar según nuestra identificación con Adán. Esto éramos y hacíamos “juntamente” nosotros según nuestra vieja naturaleza. Lo hacíamos todos como un grupo igualitariamente identificados con Adán.
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
“Lo mismo que los demás”. Esto se debe a nuestra herencia de Adán que nos impedía vivir de otra manera: deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos y éramos “juntamente” por naturaleza hijos de Adán, de ira. Gracias a Dios en el mismo registro viene un “pero”…
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
Antes que Dios nos hiciera Sus hijos estábamos juntamente arrinconados con el grupo de los que están muertos en delitos y pecados según Adán. Debido a la gracia de Dios en Cristo nos fue dada vida juntamente con nuestro redentor. También es un hecho realizado en la mente amorosa de Dios, que estamos resucitados y sentados juntamente con Cristo Jesús.
Colosenses 2:12 y 13: 12 Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.
Ninguno de nosotros fue sepultado con él en su bautismo. No habíamos nacido como tampoco estuvimos en su resurrección. Eso es identificación sustitutiva. Dios lo vio a Jesús y “nos vio” a nosotros. Hizo que nuestro amoroso Señor tomara nuestro lugar y “le pusiera el pecho a las balas” a lo cual Jesucristo accedió por amor. Así como estuvimos sustitutivamente con él en su bautismo y sepultura también estuvimos sustitutivamente en su resurrección y en el inmenso logro de habernos perdonado todos los pecados.
1 Tesalonicenses 5:10: Quien murió por [huper] nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.
¡Qué hermosos los “juntamentes” de la Palabra de Dios! Aquí claramente dice que Jesús murió “por” nosotros para que cualquiera sea nuestra condición: dormir (estar muerto) o velar (estar vivo) vivamos en el futuro juntamente con él. Esto no significa para nada que los muertos vivan en el presente. Significa que lo que pase con los que velen (estén vivos) al momento del regreso de Cristo pasará exactamente lo mismo en el exacto mismo momento con los que duerman (estén muertos). Veamos otra versión de la Biblia[7] para este versículo:
Porque Jesucristo murió por nosotros para que podamos vivir con él, ya sea que estemos vivos o muertos cuando él vuelva.
Hay otros dos estudiosos del griego Bíblico[8] que tienen definiciones de huper coincidentes con la que vimos más arriba: en nombre de, en lugar de… Tranquilamente y para ganar un mejor entendimiento de lo que fue hecho en nuestro provecho o beneficio; podríamos reemplazar estas definiciones de huper cada vez que encontremos la palabra huper en los siguientes versículos:
Hebreos 6:18-20: 18 Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20 donde Jesús entró por [huper en nombre de, en lugar de] nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Romanos 8: 31, 32 y 34: 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por [huper] nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó [cuando el pelotón de fusilamiento nos vino a buscar; |
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343 | La lucha entre las dos Naturalezas- La pelea de los Siglos Parte 1 |
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344 | La lucha entre las dos Naturalezas- La pelea de los Siglos Parte 2 |
La Lucha entre las dos Naturalezas La Pelea de los Siglos Parte 2
estamos aprendiendo del conflicto que hay entre la nueva naturaleza y la vieja. Hemos visto que el hombre nuevo quiere hacer la voluntad de Dios en total identificación con nuestro Señor y sustituto. Vimos también que la parte práctica de la identificación con el Señor Jesucristo es renovar nuestra mente a la Palabra de Dios, andar como él anduvo y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Vimos también que el cambio radical, profundo y por siempre lo hace Dios en el interior de la persona cuando esta cree y confiesa. Dios no desea que sirvamos más al pecado sino que lo sirvamos a Él y a nuestro Señor Jesucristo por amor. Necesitamos permitirle a la Palabra de Dios que nos convenza que hemos muerto al pecado y que estamos vivos para Dios en Cristo Jesús. Por eso dirigimos nuestra vida a que valore y que por lo tanto actúe como seres muertos al pecado y vivos para Dios.
Habíamos terminado la primera parte de esta enseñanza, explicando que Romanos siete contrasta la vida sin Cristo con la vida con Cristo que es justamente el tipo de vida que nosotros queremos vivir. Ahora seguiremos con el mismo capítulo para terminar el concepto.
Romanos 7:12-14: 12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
¿Pablo era carnal y vendido al pecado cuando decía esto? ¡No, claro que no! Justamente; estaba escribiendo la epístola por revelación, mediante el espíritu santo en él. Él ya era hijo de Dios y deseaba andar según el nuevo hombre. Una vez más no hay que perder de vista que el tema central es el contraste entre la Ley y la Gracia y que Pablo habla figurativamente en tiempo presente.
Romanos 7:18-25: 18 Y yo sé [Pablo lo sabía igual que nosotros: por la Palabra de Dios] que en mí, esto es, en mi carne [la naturaleza heredada de Adán], no mora el bien; porque el querer el bien está en mí [el nuevo hombre, la obra maravillosa e interior. Dios en Cristo en Pablo y en usted siempre quiere hacer el bien], pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros [quien lo llevaba a Pablo es la naturaleza de ira, la desobediente, la naturaleza del caído Adán]. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Pablo es hijo de Dios y ningún hijo de Dios es un miserable. No somos miserables personas esperando un libertador. Ya vino quien nos liberó de la esclavitud de la Ley y nos puso en la Gracia de Dios. Algunos autores dicen que esta desagradable situación de conflicto es comparada con una tortura en la que se ataba a un delincuente con un animal muerto[1]. Tal sería entonces la comparación entre el hombre nuevo perfecto, espiritual y maravilloso atado a un cadáver irrecuperable y descompuesto. ¿Qué concluye Pablo? Concluye que estaba agradecido a Dios por medio de su Señor que en su mente él servía a Dios.
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
En los siguientes dos versículos hay una declaración maravillosa que trae paz al alma.
Romanos 8:1 y 2: 1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, [Muchos autores concuerdan que este versículo termina aquí[2]] los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Si bien es cierto que la lucha puede continuar; pero dice claramente que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. Esta es la verdad legal lograda por Dios en nuestro favor mediante la entrega de Jesús. Esta certeza legal se transforma en una realidad práctica cuando el hijo de Dios anda según la nueva naturaleza en él.
La Ley era débil y acotada, tenía “fecha de vencimiento“. Era solamente hasta Cristo y gobernaba la carne como sombra de lo que vendría.
Romanos 8:3: Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne
La Ley era “débil” y lo logrado por Dios en Cristo es “fuerte”. Lo que para la Ley fue imposible, para Dios en Cristo fue posible. Así que la Ley no fue la solución final sino Cristo. La Ley llevó a Israel “de la mano” hasta que llegara Cristo e hiciera el pago total y nuestra antigua identificación con el pecado de Adán fuera totalmente cancelada. Recordemos muy bien los logros de esta fuerza poderosísima del trabajo de nuestro redentor cuando pensemos que tenemos una gran batalla contra el hombre viejo.
Gálatas 3:24 y 25: 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo [tutor o guardián], para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo.
Más claro imposible. Ya vino Cristo, cumplió la Ley y terminó su misión ya que fuimos justificados por la fe de él. Ayo es la palabra griega paidagogos que, según Thayer, significa un tutor, un guardián y guía de los muchachos. Entre los griegos y romanos el título se aplicaba a esclavos de confianza a quienes se les encargaba con las tareas de supervisión de la vida y la moral de los muchachos pertenecientes a una clase alta. A los muchachos no se les permitía ni siquiera salir de la casa sino hasta que fueran mayores. Según una nota al pie en la Biblia de Scoffield[3]; H. A. W. Meyer dijo que el argumento de que como vino la fe ya no estaban bajo ayo no estriba en el alcance o naturaleza de la autoridad del paidagogos, sino en el hecho de que dicha autoridad cesaba completamente cuando el “niño” llegaba a ser un “hijo”; es decir cuando el menor llegaba a ser un adulto. El “hijo” adulto hace voluntariamente lo que antes hacía por temor al ayo. Pero aun cuando no lo haga, el asunto no es ya entre el hijo y el ayo (la Ley), sino entre el hijo y el Padre: Dios.
Gálatas 2:19-21: 19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley [¿a fin de qué esto es así?], a fin de vivir para Dios.
Cuántas veces, en cuántos registros y de cuántas maneras el Padre nos hace sabido que todo lo que hizo, lo hizo para que vivamos para Él.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Cuando entendemos y practicamos el vivir en la gracia, reconocemos y consideramos a la naturaleza de pecado en nosotros como muerta.
21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Ni Pablo ni nosotros hemos estado literalmente crucificados junto a Cristo. Hubo otros cuatro con él en el Gólgota[4]. Esta es una acción concluida mediante Jesucristo que tomó nuestro puesto. No nos crucificamos a nosotros mismos. Vivimos, más bien, los beneficios de la realidad acabada de haber sido crucificados con él. Para que el pecado no tenga injerencia en nuestras vidas; tenemos que hacer valer el Cristo en nosotros. Cuando andamos en la Palabra de Dios el hombre viejo no puede con el “verdadero nosotros”. Como el sacrificio de nuestro Señor nos hizo libres, entonces actuamos libremente y firmemente en esa libertad y en esa Palabra.
No menospreciamos el impacto del viejo hombre. Probablemente este sea el primer error en cualquier guerra: menospreciar al oponente. Nosotros, en cambio, no le damos mayor entidad de la que tiene poniendo nuestros ojos sobre el Señor. Es necesario que nos demos cuenta, como Pablo lo hizo, de la lucha que sostenemos para poder reconocerlo a nuestro Señor en el fragor de la batalla y acudir a él para auxilio. 4Nosotros ponemos los ojos en Jesús[5]3.
Gálatas 5:1: Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
No dice por ejemplo: “lograd pues la libertad…” Dice, en cambio, que nos plantemos firmes en la libertad que nos fue provista por Dios mediante la sustitución del precioso cordero, nuestro Señor.
Gálatas 6:14: Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
Pablo se gloriaba, desde el punto de vista de la identificación, en la cruz de nuestro Señor que lo sustituyó “des-identificándolo” del mundo.
El mundo “le es crucificado” a usted y “usted le es crucificado” al mundo. Lo singular del caso es que este hecho, de identificación con Cristo y des identificación con el mundo, es sabido por Dios, es sabido por nuestro Señor y es sabido también por el archienemigo nuestro. ¡Sépalo usted! Pues le toca a usted ser consciente y obrar en línea con esta profunda realidad. Este nuevo hombre es el verdadero usted. Sépalo y viva según él.
1 Juan 2:15 y 16: 15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
El amor del Padre siempre está en nosotros a partir del mismo instante en que Él lo derramó. No obstante; ese amor de Dios es de Él en su generación; pero es suyo en el ejercicio. Por eso dice que el amor del Padre no está en él. No está de manera práctica. Amemos a Dios y no al mundo. Amar a Dios depende de nosotros y es una lógica respuesta en reciprocidad al amor de Él que nos proveyó semejante salvación en Cristo.
Una vez que Dios nos hace Sus hijos; pasamos a engrosar las filas de un pueblo separado por Él para Él mismo. Somos puestos aparte por Su amor y formamos el grupo de hombres y mujeres espirituales del linaje de Cristo a través del nuevo nacimiento.
Cuando usted nació sus padres lo inscribieron en el Registro Nacional de las Personas. Es decir que el Estado del país donde nació lo hizo ciudadano. Usted tiene una identidad reconocida en todo el territorio nacional con su documento nacional de identidad y en el mundo con su pasaporte. Lo mismo hizo Dios al hacerlo hijo Suyo. Nuestro Padre amoroso nos anotó en el libro de la vida.
Filipenses 4:3: Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Apocalipsis 3:5: El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Ya no formamos parte de las filas de los hombres naturales del linaje de Adán. ¡Somos de Dios! Seguimos estando en el mundo pero no pertenecemos a él. El mismo Jesús fue consciente de esto acerca de sus discípulos.
Juan 17:14-18: 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
¿Usted con quién prefiere identificarse? 4Es únicamente y solamente mediante la mente renovada que nos apropiamos de la parte práctica de estar identificados con Cristo3
Gálatas 5:13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión [aphorme] para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
La palabra “ocasión” es la misma que habíamos visto antes y que significa base de operaciones o punto de partida. Deseamos usar esta libertad con la que Cristo nos hizo libres como base de operaciones para hacer la Palabra en nuestras vidas.
Por nuestra libre voluntad andamos en el espíritu y no usamos esta libertad, que recibimos por gracia, como nuestra base de operaciones para no hacer la Palabra de Dios.
Gálatas 5:16-25: 16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos [epithumia] de la carne. 17 Porque el deseo [epithumia] de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
“Espíritu” representa aquí a la nueva naturaleza así como carne reemplaza a la vieja naturaleza pecaminosa identificada con Adán. ¿Cómo dejamos de ser influenciados por esa vieja naturaleza? Andando en la nueva. No se puede andar en ambas naturalezas a la vez. Andamos en el hombre nuevo vistiéndonos de sus pensamientos los cuales obtenemos de la Palabra de Dios.
18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Contra lo que pertenece al espíritu no hay ley que valga. Por eso andando por el espíritu, es decir andando como Cristo anduvo, es decir andar según la Palabra de Dios e |
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345 | Dios nos reconocío en la resurrección de su unigénito |
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346 | El es hoy como seremos nosotros en el futuro |
Él es Hoy como seremos Nosotros en el Futuro
la inmensa identificación que tenemos con nuestro redentor no termina en esta Administración de la Gracia de Dios. Jesucristo es ahora después de su resurrección como seremos nosotros en el futuro después de nuestra transformación Las realidades futuras son tan realidades como las que hoy tenemos disponibles y que vivimos cuando creemos Su Palabra. Este capítulo tiene todo que ver con un aspecto del total de nuestra maravillosa esperanza. Conocer estas verdades que estamos por aprender nos llenarán de agradecimiento y emoción al ver que el inconmensurable amor de nuestro Padre no conoce fronteras ni Administraciones.
Colosenses 3:4: Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Cristo es nuestra vida y en algún momento del futuro se manifestará desde el cielo[1]. Cuando ese bendito, y tan esperado día, ocurra, nos manifestaremos en idéntica gloria a la suya de ahora. Nuestro Señor comenzó su vida como un ser humano igual que nosotros. Todo lo que él hizo en nuestro favor, lo hizo de manera sustitutiva mientras estaba en su cuerpo humano. Dios, en Su infinito amor, “acreditó en nuestra cuenta” la ofrenda de Jesús. Es decir que el Padre nos identificó en Su primogénito. Esa identificación no termina en esta Administración. Somos ahora como él era, es decir seres humanos; pero, además, debido a que Dios nos identificó en él tenemos lo que él tiene y somos como él es delante de Dios.
1 Juan 4:17b: En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
Desde el punto de vista espiritual somos como él es: hijos de Dios, coherederos, justos, justificados, santificados… La gran maravilla de esta identificación que hizo el Padre con nosotros; es que en el futuro seremos física y biológicamente como él es ahora. Por eso es el primogénito entre muchos hermanos[2]. Fue el primero pero no será el único. Nuestra identificación con él en gloria no es una nueva identificación. Es la misma de hoy manifestada mañana.
Filipenses 3:20 y 21: 20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Nuestro cuerpo tiene que ser transformado para que sea semejante al de Jesucristo en su cuerpo resucitado. Así culminarán todas las acciones redentivas del amor de Dios al habernos identificado con Cristo Es una realidad que será evidenciada en el futuro pero es vivida por creencia en el presente Ahora tenemos la identificación espiritual con nuestro hermano y en el futuro, seguiremos teniendo esa identificación, pero además tendremos la identificación “morfológica[3]” con él.
1Corintios 15:35-38: 35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
A partir de aquí el capítulo comienza a tratar temas relacionados con las naturalezas del cuerpo humano y del cuerpo celestial que tendremos los hijos de Dios al momento de la venida del Señor Jesucristo.
36 Necio, lo que tu siembras no se vivifica, si no muere [apothneskō] antes. 37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; 38 Pero Dios le da el cuerpo como él quiere, y a cada semilla su propio cuerpo.
La palabra griega para “muere[4]” es similar al vocablo “descomponerse” que no significa solamente lo relativo a la corrupción orgánica o putrefacción. Es también la separación en las diversas partes que forman un compuesto. Eso hace la semilla al ser sembrada como parte de la germinación. La semilla, que es una unidad compuesta de varias partes, se des-compone, es decir que se separa en sus varios componentes. Nada se pierde en la naturaleza, todo se transforma. La misma palabra griega, traducida de la misma manera se puede apreciar en el Evangelio de Juan.
Juan 12:24: De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere [apothneskõ], queda solo; pero si muere [apothneskõ], lleva mucho fruto.
Es tan posible para un hijo de Dios ser resucitado de los muertos como lo es para un grano “morir” (más bien descomponerse) y transformarse en una planta luego de ser sembrada. Se siembra un grano o semilla y sale una planta. Ese grano contiene toda la información genética pertinente a la naturaleza de la planta de la que proviene. No es que se siembra un grano y sale un grano. Sale, en cambio, una planta que tiene raíz, tallo, ramas, hojas, flores, espigas, etc., y más granos o semillas. La apariencia de la planta resultante es muy diferente a la del grano. La analogía aquí apunta a que se siembra una cosa (se muere con este cuerpo animal) y se transforma en otra (cuerpo espiritual como el de Cristo ahora).
1 Corintios 15:39-46: 39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves. 40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. 41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. 42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44 Se siembra cuerpo animal [psuchikon sōma: el cuerpo humano presente igual al que tenía Adán y al del Señor Jesucristo antes de resucitar], resucitará cuerpo espiritual [pneumatikon sôma: uno como el del Señor Jesucristo después de su resurrección]. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
Psuchikon soma es un cuerpo cuya vida está basada en el alma[5] (Psuchikon proviene de psuche traducido mayormente alma). Este cuerpo es inapropiado para la vida eterna (1 Corintios 15:50: “… no puede heredar…) por eso Dios lo transformará haciéndolo como el del Señor Jesucristo después de haber sido resucitado.
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán [el Señor Jesucristo], espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual [el cuerpo futuro] no es primero, sino lo animal [el cuerpo presente]; luego lo espiritual.
Al cuerpo del Señor Jesucristo lo componían los mismísimos elementos –célula por célula- que al cuerpo de las personas hoy día. Él obtuvo por parte de Dios un cuerpo espiritual después de su resurrección. Lo “animal” en él también fue primero y luego lo espiritual. Nuestro cuerpo al momento de ser transformados en su regreso será absolutamente igual al que él tiene hoy día.
Hebreos 2:17: Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
Recuerde siempre este versículo que da la razón de porqué Dios pudo identificar a nuestro Señor con nosotros y él pudo sustituirnos.
1 Corintios 15:47-49: 47 El primer hombre [Adán] es de la tierra, terrenal; el segundo hombre [Jesucristo], que es el Señor, es del cielo. 48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49 Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
…Como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Idéntica certeza para una cosa como para la otra. Los seres humanos hoy día estamos anatómicamente conformados tal cual lo estuvo Adán (y Jesucristo antes de su resurrección). Cada parte del cuerpo humano de cualquier persona hoy; es igual a cada parte del cuerpo humano que tuvo Adán cuando estaba vivo. No hubo cambio alguno, no hay diferencia alguna. De idéntica manera, cuando retorne el Señor Jesucristo, los hijos de Dios seremos (en el futuro) tal como él es en el presente. Este será un nuevo cuerpo, no como el que tenemos ahora con sus muchas limitaciones e incapacidades. Aquel cuerpo futuro, garantizado para Sus hijos, nos será entregado al momento del retorno del Señor Jesucristo y es ilimitado en alcance, ámbito, posibilidades y campo de acción.
Los versículos 42 al 49 son una ampliación de lo declarado entre los versículos 35 al 41. Ambos “bloques” están conectados por el “así también” que da comienzo al versículo 42. 1 Corintios 15:50: Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
Carne representa cuerpo y sangre representa alma y ambas representan la vida física actual. Ninguna de aquellas dos heredará el Reino de Dios así que no son inmortales. Sólo la tercera parte lo hará: el espíritu que Dios provee a Sus hijos[6]. Por lo tanto no existe la inmortalidad del alma ya que esa es una de las dos cosas que no heredan aquel futuro Reino.
El cuerpo, cuyas características están mencionadas en la columna izquierda del cuadro de más arriba, no puede heredar el Reino de Dios. Ese cuerpo es el que tenemos nosotros ahora, que es idéntico en naturaleza y características al que tuvo Adán y al que tuvo Jesús antes de ser resucitado. El cuerpo que heredaremos al retorno del Señor Jesucristo es llamado alternativamente:
En 1 Corintios 15:50 hay dos figuras de dicción[7] una de las cuales es Sinécdoque de la Parte[8]. El Dr. Bullinger dice que esta figura significa: Una parte integral de la persona, por la persona misma. Más adelante en cuanto a este versículo en particular añade: ...que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. Para heredar el Reino de Dios, es preciso primeramente “nacer de arriba” (Juan 3:3 y 5); después es menester que nuestro cuerpo mortal, corruptible, sea transformado en cuerpo incorruptible[9].
Romanos 8:11: Y si el espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su espíritu que mora en vosotros.
Si la carne [cuerpo] y la sangre [alma] no pueden heredar el Reino de Dios entonces nada importa qué pueda pasar con estas al momento de la muerte. Lo único que cuenta para la vida en el futuro Reino es el espíritu de la persona. El cuerpo y el alma (la carne y la sangre) se transmiten de padres a hijos. El espíritu en la persona es hechura de Dios[10]. Lo hecho por los padres en los hijos no es lo que permanecerá de las personas al momento del retorno del Señor Jesucristo, sino lo que fue creado por Dios. Aquí este registro no explica cómo hará Dios para vivificar un cuerpo corrompido, sólo explica que lo hará por Su espíritu que mora “en vosotros”.
1 Corintios 15:51-58: 51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
No todos los hijos de Dios estaremos durmiendo (muertos) al momento del retorno del Señor Jesucristo. Algunos estaremos durmiendo y otros estaremos velando. Tanto unos como otros seremos transformados. Eso está garantizado por la resurrección de Jesús de entre los muertos[11] pues lo que Dios hizo con nuestro Señor hará con nosotros.
52 En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
“Esto corruptible” se refiere a los que ya están durmiendo. El cuerpo se corrompe con el transcurso del tiempo, por eso dice corruptible. “Esto mortal” es el cuerpo de aquellos que estén vivos que será vestido de inmortalidad. Lógicamente las personas vivas al momento del retorno no necesitarán ser levantadas de los muertos; pero si necesitarán ser revestidos de inmortalidad.
54 Y cuando esto corruptible [hermanos durmiendo] se haya vestido de incorrupción, y esto mortal [hermanos vivos] se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida [katapinō[12] |
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347 | La realidad práctica de nuestra identificación con Jesús Parte 1 |
La Realidad práctica de nuestra identificación con Jesús Parte 1
todas las personas son lo que creen que son. Cuando se trata de un hijo de Dios, lo que él o ella crea acerca de sí mismo está determinado por algunos factores. Entre ellos se podrían citar:
Su “cuna” Sus oportunidades La sociedad que lo circunda Otros factores varios La Palabra de Dios
En la medida que usted, como hijo de Dios que es, haga de la Palabra su centro de referencia; será la medida en la que usted crea de usted lo que Dios cree de usted. Luego lo que usted crea de usted marcará a fuego que usted crea en usted y haga las obras que Cristo hizo y mayores aun. 4Por eso vamos a la Palabra para ver quiénes somos en Cristo y actuar en concordancia3
Nuestra identificación con Cristo es monumental. Para repasar los conceptos; identificarse es reconocerse en el otro y es, además, la facultad que nos permite considerar al otro como igual a nosotros.
1 Timoteo 2:4: El cual quiere [Dios es Quién quiere] que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
La Palabra es muy clara cuando dice que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad. Si esto es así (y lo es, pues es la Palabra de Dios) entonces el Padre debió haber provisto –en Jesús- todo lo necesario para que seamos salvos y que esta porción de la voluntad de Dios se pueda cumplir.
Adán, el primer hombre transgredió el mandamiento de Dios a sabiendas y conscientemente. La Biblia dice que Eva fue engañada, pero él, supo lo que hacía. El espíritu es vida y el espíritu de Dios estaba sobre Adán bajo condición. Cuando Adán violó el mandamiento de Dios, Él le retiró el espíritu. A eso la Biblia lo llama muerte[1] ya que toda ausencia de vida es muerte. Adán pasó de la potestad de Dios a la de Satanás. Por eso la Palabra de Dios dice que en Adán todos morimos.
Romanos 5:14-21: 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir [Jesucristo es quien había de venir y ya vino].
Es importante saber y recalcar, en cuanto a quienes no pecamos a la manera de la transgresión de Adán, que la de él, fue desobediencia voluntaria (a sabiendas) a un mandamiento directo de Dios.
15 Pero el don [don de vida eterna] no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno [Adán] murieron los muchos [usted lector incluido], abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
En Adán todos perdimos, en Cristo todos ganamos en mayor proporción (versículo 17: …mucho más reinarán en vida). Ese haber ganado llega a ser un beneficio práctico y tangible para aquellos que se lo apropian por creencia y confesión. Jesús estaba humanamente identificado con Adán, y nosotros estamos humanamente identificados con Adán y con Jesús. Esto es así pues Adán, Jesús y nosotros todos somos miembros de la raza humana.
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
1 Corintios 15:22 y 45: 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
¡Mire qué promesa! Dice que seremos vivificados en el futuro, por lo tanto no actuemos como “momificados” en el presente. ¡Vivamos para Dios, sirvamos a nuestro Señor Jesucristo!
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
Adán transgredió y causó que el espíritu le fuera removido a lo que, como vimos anteriormente, la Biblia llama “muerte”. Jesucristo fue quien regresó el derecho al hombre a que tuviera espíritu santo y tenga vida[2]. En Efesios 2:1 dice que estábamos muertos en delitos y pecados. No se refiere a la muerte física sino a la ausencia de espíritu. Haber recibido ese espíritu es igual a haber recibido una vida, que de no ser que él ofreció la suya, jamás hubiésemos tenido.
Lo que nos habilita a esta vida espiritual es nuestra inmensa identificación con Jesús. Primero tenemos que aprender cómo es que él fue identificado con nosotros y entonces tenemos que identificarnos con él a tal punto que caminemos día tras día, momento a momento con ese entendimiento. Estar en Cristo es caminar en la luz de la redención que él ha logrado para nosotros. Es caminar a sabiendas que él es el fin de la Ley[3] y caminar firmemente en la luz de su señorío en nuestras vidas. De esa manera caminaremos en los beneficios que Jesucristo hizo disponibles para nosotros.
Romanos 5:1: Justificados, pues, por la fe [la fe de Jesucristo nos justificó], tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo
Como hijos de Dios, renacidos de Su simiente incorruptible, somos justificados. Nos paramos delante de Dios tan justos como justo fue el mismo Cristo. Esto tenemos, no por lo que hayamos hecho en cuanto a los trabajos de la Ley, sino por lo que Jesucristo ha logrado por nosotros y que nosotros nos apropiamos por creencia.
1 Corintios 1:30: Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención
Observe que dice que por Él estamos en Cristo Jesús y dice más aún: “nos ha sido hecho”. Dios nos lo hizo mediante la entrega de Jesucristo. Fue el sacrificio de su vida mediante el cual nos fue hecho sabiduría, justificación, santificación y redención.
2 Corintios 5:21: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Nuestro Señor era un ser humano como nosotros pero nunca pecó. Al decir “no conoció pecado” significa que no lo conoció en él, pues estaba rodeado de pecado. Fue él quien no pecó por su propia voluntad. Jesús no estaba colgado en el madero por sus pecados (pues no cometió ninguno), sino por los nuestros. Entonces, en cuanto al pecado, Dios lo identificó con nosotros. Debido a esa identificación, llegó a ser como somos nosotros para que podamos llegar a ser como él es. Hay otra versión[4] que tradujo este versículo de la siguiente manera:
A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.
Dios hizo esto en Cristo en nuestro favor. Fue el trabajo completo de Jesús que logró que todo esto estuviera disponible a los hijos de Dios; no nuestros propios trabajos. Fue por pura gracia.
2 Corintios 5:18: Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación
Aquí está escrito que estamos reconciliados con Dios y en Su inmensa gracia tenemos añadido el ministerio mediante el cual podemos reconciliar a otros con Él. Estos derechos no fueron ganados por usted, sino que le fueron dados por Dios, Quien nos ha reconciliado consigo mismo por Cristo, lo que significa, por el trabajo completo de redención de Cristo.
Por eso tenemos todo el derecho filial[5] legal de proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesús, en quien creyendo, la gente renace. El trabajo finalizado de Cristo es lo que nos da el derecho de hablar la Palabra. Esto es posible porque hemos sido primeramente reconciliados con Él por la entrega de Jesús.
4La medida con la que usted se identifique con su redentor es la misma medida en la que su vida sea una proclama del Reino de Dios y el nombre de él3
En Adán todos nacemos espiritualmente muertos y bajo la potestad de Satanás. El llamamiento que le hizo Jesús a Pablo, nos muestra claramente y a viva voz el cambio de potestad que propiciamos cuando proclamamos la Palabra de Dios a las personas.
Hechos 26:18: Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
No importa si me siento reconciliado o no, o si pienso que la reconciliación que tengo se la debo a mis propios trabajos. La Biblia dice que Él nos reconcilió consigo mismo por Cristo. Lo cierto; es que si reconozco el trabajo de Dios en Cristo por mí, es que estoy caminando en la revelación de los beneficios redentivos que me fueron hechos disponibles en mi inmenso bien. Eso es un andar de fidelidad en Cristo Jesús. 4Si el hijo de Dios no puede creer que Cristo haya hecho la redención posible… entonces ¿cómo podría creer que está sentado en los celestiales? ¿O que tiene el mismo poder que tuvo Cristo y que puede hacer sus obras y aun mayores?
Podemos ser y hacer lo que Jesús fue e hizo gracias a la completa redención que Dios hizo disponible mediante nuestro Señor para la humanidad. Dios lo identificó con nosotros, nos reconoció en él y ahora nosotros estamos identificados con él. Reconozcámonos nosotros en él creyendo para hacer sus obras y aun mayores.
Gálatas 2:16-21: 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Una de las grandes lecciones de la vida es que la carne no puede ser salvada o convertida. Carne es carne y espíritu es espíritu[6].
17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
Tenemos la vieja y la nueva naturaleza batallando en nosotros. ¿Es eso una deficiencia? Si, lo es pero es mucho menos deficiente que no ser renacido3. Uno no puede lograr caminar fielmente en Cristo Jesús, sin primero renacer del espíritu de Dios y luego ir al conocimiento de la verdad para entender lo que Dios, mediante Jesucristo, nos hizo disponible.
18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado[7], y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Cuando él se sacrificó cargó mis pecados y los suyos lector. En su resurrección fuimos resucitados también. Caminar fielmente en Cristo Jesús es caminar día a día, momento a momento, con el entendimiento que estoy identificado con él; porque él estuvo identificado conmigo. Dios le reveló a Pablo que les recuerde a los colosenses las realidades redentivas expresadas en Romanos.
Colosenses 2:11 y 12: 11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
Cuando Jesús fue circuncidado, a causa de su identificación con nosotros, hizo que obtuviéramos los privilegios de esa circuncisión. Esa circuncisión nos puso dentro del redil de Dios. Nosotros traemos esas realidades, que provienen de nuestra redención en manifestación, cuando nos identificamos con él en la mente renovada. Ahora el registro continúa diciendo que debido a nuestra identificación con él fuimos sepultados en su bautismo. No es literal lógicamente, sino que es parte de nuestra identificación con él.
12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Nos apropiamos de los beneficios para nosotros mismos reconociéndonos como identificados con el Señor Jesucristo. Eso significa que ya no tenemos que trabajar para proveernos nuestra propia salvación; sino que tenemos que creer en su trabajo finalizado de salvación. No necesitamos circuncidarnos para formar parte del pueblo de Dios. Él pasó la circuncisión en lugar nuestro. No necesitamos morir a fin de sacar la naturaleza vieja y ser levantados de nuevo con la nueva naturaleza. Dios hizo eso por nosotros en Jesús y nos lo apropiamos por creencia. |
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348 | La realidad práctica de nuestra identificación con Jesús Parte 2 |
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349 | Somos iguales andemos igual |
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350 | Conclusión |
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351 | Acuérdate de tu Creador |
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352 | Mujeres+hombres en la Iglesia |
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353 | Mujeres+hombres en la Iglesia parte 2 |
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354 | Mujeres+hombres en la Iglesia parte 3 |
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355 | Mujeres+hombres en la Iglesia parte 4 |
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356 | Evitando los tropiezos |
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357 | Ser y Hacer como Cristo |
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358 | Unoalotrismo- Usted es importante |
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359 | Apacienta mis ovejas |
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360 | Consumado fue... |
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361 | Objetivo Restauración - Enseñar, redargüir, corregir |
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362 | Objetivo Restauración - Algunos casos de extravíos |
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363 | Objetivo Restauración - Análisis de varios escenarios posibles |
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364 | Objetivo Restauración - Recibiendo amonestación |
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365 | Objetivo Restauración - Que abunde la Palabra de Cristo |
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366 | Objetivo Restauración - Las Divisiones disminuyen nuestra Efectividad |
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367 | Objetivo Restauración - La respuesta es la Palabra. Disentir no dividir |
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368 | Objetivo Restauración - Predicando de buena voluntad |
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369 | Objetivo Restauración - La Palabra, la Palabra y nada mas que la Palabra |
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370 | Dios primero en el andar |
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371 | Dignidad Espiritual y El andar digno |
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372 | La Esperanza en medio de toda desesperanza |
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373 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Introducción |
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374 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - La preeminencia de la Palabra escrita |
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375 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - La verdad es simple |
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376 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunas definiciones Escriturales de Dios |
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377 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - La eternidad de Dios |
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378 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - La humanidad de Jesús |
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379 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Conocer la Palabra de Dios es conocer al Hijo de Dios |
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380 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Idénticos comienzos Jesús y nosotros PARTE 1 |
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381 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Idénticos comienzos Jesús y nosotros PARTE 2 |
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382 | No hay acción más virtuosa |
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383 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - La genealogía de Jesucristo Parte 1 |
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384 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - La genealogía de Jesucristo Parte 2 |
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385 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios- Jesús, el postrer Adán Parte 1 |
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386 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Jesús, el postrer Adán Parte 2 |
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387 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios- Algunas Claras evidencias Bíblicas Parte 1 |
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388 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios- Algunas Claras evidencias Bíblicas Parte 2 |
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389 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios- Algunas Claras evidencias Bíblicas Parte 3 |
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390 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios- Algunas Claras evidencias Bíblicas Parte 4 |
Jesús descendió del cielo Juan 6:38: Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. lgunos citan la expresión “descendido del cielo” para sustentar su creencia que Jesús existió en alguna otra forma antes de su nacimiento. Esta misma creencia dice que se transformó en hombre pero sin abandonar totalmente su supuesta original divinidad. Quienes proponen esta doctrina, obvian la siguiente parte del mismo versículo que declara enfáticamente que la voluntad de Dios y la de Jesucristo son diferentes. El versículo dice: “no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Aquí hay dos voluntades: La voluntad de Jesús y La voluntad de Quien lo envió (el Padre). ¿Qué necesidad habría de aclarar estas dos voluntades si el redentor y Dios fueran la misma “persona”? Él vino a hacer otra voluntad, una diferente a la suya. Vino a hacer la voluntad de Dios Quien lo envió. Además, dicen, que si vino del cielo, entonces debió haber vivido en el cielo mucho tiempo antes de “descender en su nacimiento”. Observaremos el contexto de este versículo y estudiaremos la figura literaria que es usada aquí. El contexto muestra a Jesús alimentando a más de cinco mil de sus seguidores que se saciaron ampliamente cuando él multiplicó los panes y los peces. Juan 6:9-13: 9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se A 17 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 2 17 recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. Algunos de estos seguidores lo fueron a buscar nuevamente, pero no para obtener de él sabiduría de sus enseñanzas, sino comida gratis. Juan 6:26: Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Estos seguidores estaban solamente interesados en más comida gratis pero fingieron religiosidad, esperando engañar a Jesús con una pregunta supuestamente sincera. Juan 6:28 y 29: 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. No muy complicada la obra que tenían que hacer ¿verdad? Cuando Jesús les dijo que la obra era que creyeran en el que había sido enviado por Dios, re enfocaron su estratagema para obtener más comida gratis. Intentaron atraparlo a Jesús con halagos y una falsa pregunta haciendo que él probara su autenticidad proveyéndoles más comida. Juan 6:30 y 31: 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Hubo otras señales que recibieron sus padres, pero ellos se concentraron en la que tenía que ver con la comida. Es decir que Moisés en la opinión de este grupo de deshonestos era “genuino” por el maná. Si Jesús decía que era genuino tendría que proveerles comida gratis. Aquel maná no apareció desde el cielo físicamente hablando. Apareció sobre la tierra de manera inexplicable sin causa natural comprensible. Vino por la gracia de Dios luego de la intercesión del hombre de Dios, Moisés. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 3 17 Que desciende del cielo simplemente significa que Dios suplió su nutrición por medios sobrenaturales, no indica para nada un descenso físico vertical y visible desde el cielo. De la misma manera Jesús apareció sobre la tierra no como flotando desde arriba a través de las nubes, sino mediante la provisión milagrosa por la gracia de Dios en la maravillosa María. Jesús es un alimento más grande que el maná. Juan 6:32: Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. El registro continúa y los líderes religiosos que estaban reunidos allí crecían en nerviosismo. Juan 6:41: Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Nuevamente, Jesús fue el objetivo del resentimiento no porque haya dicho que era Dios que descendió del cielo, sino porque decía que era el pan dado por Dios. Si hubiese afirmado, que él era Dios, el Creador, Jehová, se le hubiesen reído en la cara y hubiesen pensado que estaba mentalmente insano. Jesús, en cambio, se presentaba como el pan que vino del cielo que había sido presagiado, anunciado o más bien dicho: tipificado por el maná de Moisés que apareció sobre la tierra por el amor de Dios a Su pueblo con hambre y necesidad. Juan 6:35: Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Jesús fue el pan que alimentó a la humanidad mediante el sacrificio de su vida en servicio a Dios. El redentor sacrificó sus deseos naturales todos los días de su ministerio, descalificando cada deseo natural por riqueza personal confort, matrimonio, familia y aclamación pública. Su forma de vida era: “Hágase tu voluntad no la mía1 ”. Él se humilló a sí mismo y fue obediente hasta la muerte de cruz. El cargó su cruz diariamente2 . Su vida corporizó un compromiso y obediencia al máximo a Dios, que culminó en el más profundo auto sacrificio que el mundo jamás haya visto. El sacrificio diario en servicio amoroso, obediente y desinteresado a Dios lo hizo el pan de vida que alimenta a aquellos que eligen participar en sus logros. 1 Como su madre María cuando le fe anunciado que iba a concebir de Dios al Mesías prometido: Hágase conmigo conforme a tu voluntad 2 Puede descargar la enseñanza JESÚS Y LAS DOS CRUCES DEL GÓLGOTA del sitio Web Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 4 17 Veamos algunos otros usos de la expresión “vino del cielo” o “de arriba” ya que Jesús y el maná no son las únicas cosas que “vinieron de arriba”. La palabra griega que estudiaremos ahora no está emparentada con la expresión “descendió del cielo” de Juan 6:38; pero queremos ver las varias cosas que “descienden” del cielo” y que no por eso son Dios. La palabra griega que generalmente es traducida de esa manera es la palabra anōthen. Lucas 1:3: Me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen [anōthen], escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo. Según Strong’s anothen quiere decir de arriba; por anal. del primero; por impl. de nuevo:—alto, de arriba, de lo alto, de nuevo, desde su origen, desde el principio, volver a3 . Lucas no era uno de los doce, es decir que no escribió el Evangelio que lleva su nombre desde el principio sino como le fue “dictado desde arriba”, de Dios. Lucas fue un santo hombre de Dios que escribió el Evangelio como se escribieron los otros libros en la Biblia, por revelación. Juan 3:3: Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo [anōthen], no puede ver el Reino de Dios. Claro como el agua. Para ver el Reino de Dios es necesario nacer de arriba. Dios está “arriba”, es decir uno tiene que nacer de Dios. Si usted es hijo de Dios, entonces usted nació de arriba y eso no lo hace Dios a usted. Juan 3:7: No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo [anōthen]. Juan 3:31: El que de arriba [anōthen] viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. Juan 19:11: 3 Strong, James, Diccionario Strong de Palabras Originales del Antiguo y Nuevo Testamento. Editorial Caribe. 2003. Pág. 28 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 5 17 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba [anōthen]; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. Esta es una respuesta de Jesús a Pilato quien gobernaba comisionado por alguien por encima de él, arriba de él. Aquí no se indica que esta autoridad desde arriba se refiera al injusto César o a la fuente de maldad, Satanás o inclusive a Dios como el originador de toda autoridad. Independientemente de ello, el poder que ejercía Pilato venía “de arriba”. Pilato no era de arriba, su poder venía de allí. Santiago 1:17: Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto [anōthen], del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 3:17: Pero la sabiduría que es de lo alto [anōthen] es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Así como Jesús declaró que el “venía de arriba” también declaró que para ver el Reino de Dios había que nacer de arriba. Cuando Jesús dijo que él había descendido del cielo y que era el pan que había descendido del cielo, no quiso decir que misteriosamente descendió de un lugar celestial. Más bien quiso decir que su comisionamiento como el Mesías, su ministerio del día a día, sus revelaciones y su vida de servicio hasta morir como sacrificio, eran todas tareas que hacía con Dios y mediante Él. En Juan 6:38 hay una figura literaria llamada Metonimia4 donde “del cielo” reemplaza a “de Dios” ya que el cielo es el lugar de habitación del Creador. Jesús enfatizó que cada aspecto de su vida provino del corazón y habitación de Dios. Cada hecho de su ministerio fue dirigido por Dios quien habita el cielo. Mateo 3:16 y 17: 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. 4 Bullinger E. W.-Lacueva F. Diccionario de Figuras de Dicción Usadas en la Biblia. Editorial CLIE. Terrassa, Barcelona, España. 1985. Pág. 453 y 501 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 6 17 Jesús fue un ser humano único ya que es el único hombre concebido con el aporte de Dios en María y el único que hizo la voluntad de Dios completamente y sin reservas. Contrariamente todos los otros seres humanos fueron concebidos por otros seres humanos y dirigidos por sus propias voluntades. Jesús provino “del cielo” y fue perfectamente obediente a las directivas que le venían de Dios y hasta ahora sólo él ascendió allí. Juan 3:13: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Fue un hombre que “descendió” del cielo y sirvió a los congéneres suyos en el mundo mediante una sobrenatural intervención divina. Recordemos la promesa en Juan 3:3 que quienes reciban el espíritu de Dios, que son nacidos de arriba, solamente ellos podrán ver el Reino de Dios. Aquellos que creemos en el nombre de Jesucristo y recibimos el espíritu de Dios somos quienes participamos de su vida y ahora estamos sentados en los lugares celestiales. Efesios 2:6: Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Ningún hombre (incluido Jesús) jamás existió en el cielo antes de nacer. Dios causó la perfecta concepción de Jesús en la obediente María y así nos proveyó al Mesías desde arriba, del cielo, de Su ámbito natural. Jesús luego de resucitado, ascendió al cielo y nos habilitó a nosotros a que espiritualmente estemos sentados en los lugares celestiales con Cristo Jesús. El deseo de Jesús y el de Dios pueden oponerse nido a la fibra más íntima de la naturaleza humana yace la incesante, insaciable búsqueda de la auto gratificación. El deseo más grande del hombre es complacerse a sí mismo al máximo. En contraste, el deseo más grande de Jesús es complacer a su Padre. Este intenso deseo fue hacer aquello que complaciera a Dios. Romanos 15:3: Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Juan 8:29: U Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 7 17 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. La diferencia entre Dios y Jesús es imposible de no ser reconocida. ¿Cómo podría Jesús ser Dios y a la vez rehusarse a agradarse a sí mismo en lugar de agradar a Dios? Es imposible reconciliar estos dos versículos de la Escritura con la doctrina de la trinidad, pues Jesús siempre agradó a su Padre y nunca se agradó a sí mismo. Esta obvia distinción Escritural, entre la voluntad de Dios y la voluntad de Jesús, está dramáticamente expuesta en los últimos momentos de la vida natural de nuestro Señor. El redentor revisó y comprobó la voluntad de Dios tres veces en el Jardín de Getsemaní, pues su deseo en ese momento era opuesto a la voluntad de Dios. Aun así Jesús alineó su voluntad con la de Dios a pesar de las torturas que se le avecinaban, pues él creía que Dios iba a cumplir Su Palabra. Pero la dificultad de someter su voluntad a la de Dios es muy evidente. Mateo 26:38-44: 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. ¡Tres veces! Qué humana respuesta ante la adversidad y qué coraje y amor de inmolarse por todos nosotros conforme al deseo de Su Padre. El Evangelio de Lucas añade detalles acerca de esta “triple oración” y hace notar que cuando Jesús empezó a orar un ángel vino a fortalecerlo. Pero aún así, con semejante ayuda y soporte, él pidió a Dios una alternativa. ¿Puede un ángel fortalecer a Dios? ¿Si Jesús es Dios pudo haber querido que se hiciera una voluntad diferente a la suya? ¿Por qué un acto de “auto obediencia” sería una tarea difícil de hacer? Lucas 22:39- 44: 39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 40 Cuando llegó a aquel lugar, les Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Algunas claras evidencias Bíblicas Parte 4 Eduardo Di Noto 8 17 dijo: Orad que no entréis en tentación. 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. Es una pena que quienes mal presentan a Jesús como la encarnación de Dios han oscurecido la magnitud de la fidelidad y la excelencia de su vida. Entre todos los seres humanos nadie es comparable. Nadie amó como él amó. Nadie confió en Dios tan completa y absolutamente como él. Decir que él es Dios es desmerecer la pasión y dolor de nuestro Señor Jesús. Si hubiese sido una entidad Dios/hombre; la heroica dedicación que tuvo hubiese sido insignificante pues la “parte hombre” de él hubiese fallado en cualquier momento pero la “parte Dios” hubiese llevado a cabo cualquier tarea a pesar de cualquier cosa debido a la infatigable naturaleza de Dios. ¿Cuán dolorosos hubiesen sido los latigazos y la crucifixión para un Dios eterno que estuviera momentáneamente alojado en la carne? Hubiese sido nada para un espíritu eterno cargar todos los abusos de un hombre temporal. Pero la realidad es que fue la más grande demostración de amor y fe que el hombre Jesús de Nazaret soportara todos los abusos de la humanidad y no pecara, que no dudara ni un instante a Dios o se desviara de Su voluntad. Jesús es verdaderamente sobre quien podemos modelar nuestra vida de servicio amoroso y altruista a los demás. A eso somos llamados vez tras vez en las Escrituras. Pero modelar nuestras vidas según un “supuesto Dios/hombre”, no sería lo esperable de un discípulo de Jesucristo. Según consideramos las oraciones de Jesús en el Jardín, podemos notar otros puntos importantes acerca de estas oraciones. Hebreos 5:7: Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Jesús no se salvó a sí mismo sino que oró “al que le podía librar de la muerte”. Observe detenidamente que Dios no lo escuchó porque era Su unigénito hijo o porque siempre se responda a Sí mismo, sino que fue escuchado por Dios a causa de su temor reverente. Jesús fue escuchado por su inmenso respeto por Dios. Ese es nuestro Señor, nuestro salvador y redentor, un hombre como nosotros cuyas pisadas podemos seguir imitando su respeto por la voluntad de nuestro mutuo Padre. |
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391 | Encomendar la Causa |
Frecuentemente, los hombres y mujeres que vivimos en este mundo, nos vemos afectados por la conducta de otras personas con las cuales mantenemos algún tipo de relación. Los hijos e hijas de Dios no escapan a esta norma, ya que diariamente deben convivir con otras personas, algunas de las cuales son hijos de Dios, con los que no siempre se comparten opiniones e intereses. Es así, que los conflictos entre las personas son habituales y afectan de un modo u otro, el ánimo de aquellos que están involucrados. A lo largo de todo el relato bíblico, puede apreciarse que las condiciones que han rodeado a los hombres y mujeres que han buscado desarrollar un andar de fidelidad a Dios en las distintas administraciones, no han sido siempre las más favorables ni las más propicias. Esencialmente hablando, el hombre vive en un mundo maligno, en el cual las codicias necias y dañosas hunden a las personas en destrucción y perdición. En este contexto, la convivencia entre los hijos de Dios, y de los hijos de Dios y los hombres naturales, puede volverse altamente hostil y agraviante, porque casi todo lo que rodea al hijo de Dios, no es conducente a que pueda vivir una vida para Dios. Frente a esta hostilidad y desgaste, puede aprenderse que han habido hombres que han optado por la resignación, entendida como aquella actitud de aceptar que las circunstancias de la vida son irreversibles, y han superado sus fuerzas sin poder ofrecer una resistencia eficaz a dichas circunstancias. Otros en cambio, decidieron tomar la justicia por mano propia para imponer su propio derecho por encima de las circunstancias que les ha tocado vivir. Pero en ambos casos, el de la resignación así como el de la justicia por mano propia, la evidencia Bíblica y empírica muestra que el hombre carece de recursos propios para vencer el mal sin la ayuda del bien. F Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 2 La clave en el andar del hijo de Dios frente a la demanda o a la provocación del mal estaría en aprender a ejercer el dominio de su propio corazón, para buscar en primer término, quietud y reposo en Dios en la situación particular. Isaías 30:15-17: Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16 sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. 17 Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina. El versículo 16 hace referencia a “corceles veloces”. El caballo en este relato, representa el poder y la suficiencia humana que se coloca reemplazando al poder y la suficiencia brindada por Dios. Es interesante notar cómo el hombre siempre intenta justificar su propio razonamiento con argumento que supuestamente avalan su manera de proceder. El pueblo se decía a sí mismo, “con nuestros caballos vamos a prevalecer”, ¿para qué buscar ayuda en otro lado? El hombre busca proveerse de recursos en esta vida, sobre los cuales establecer y cimentar su quietud y su reposo, pero Dios exhorta con elocuente claridad al hombre a no ser vencido de los malo, sino a vencer el mal con la ayuda del bien supremo ofrecido por Dios. Proverbios 21:31 El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria. El término “alistar” proviene de la expresión hebrea KWN (número Strong 3559), que aporta la idea de “estar erguido”, establecer, preparar, ordenar, asegurar, afirmar, consolidar. Notemos que la convicción del salmista acerca de que Jehová dará la victoria no generó negligencia o descuido de su caballo para el día de la batalla; pero tampoco fue la confianza en que el alistamiento del caballo es lo que daría la victoria, sino Jehová Dios Es por esto que a pesar de que las condiciones puedan ser claramente desfavorables para los hombres y mujeres que han buscado y siguen buscando desarrollar una vida de fidelidad con Dios, Dios ha provisto en las diferentes administraciones de Su aliento y Su consuelo, para que el Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 3 hombre y la mujer puedan afirmar su andar con la Palabra de Dios, y que ninguna iniquidad se enseñoree de sus vidas. Salmos 37:1 No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. La expresión “impacientarse”, proviene del término hebreo que se translitera KJARÁ (número Strong 2734), y aporta la idea de brillar o calentarse; arder de cólera, celos; enardecer, encender, encolerizar, enojar, ensañar, entremeter, entristecer, excitar, fervor, impacientar, indignar, inflamar, airar, alterar, apesadumbrar, arder. Notemos que impacientarse puede provocar enojo y ensañamiento (o sea, un deseo de hacer justicia por mano propia), pero también entristecimiento (o sea, resignación). Pretender vencer el mal, con la ausencia del bien supremo ofrecido por Dios, puede producir en el hombre frustración, desencanto, desánimo y abatimiento, pero también enojo, alteración y ardor. Por otra parte, una actitud de resignación no debería confundirse con un andar paciente, en el que la espera ante la circunstancia, se desarrolla con quietud en el alma y una profunda convicción que la mano de Dios proveerá la redención en la situación particular en el tiempo oportuno. Salmos 37:2 Porque como hierba serán pronto cortados, (hablando de los malignos y los que hacen iniquidad), Y como la hierba verde se secarán. Salmos 37:3 Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Frente a los malignos y frente a los que hace iniquidad, hacer el bien requiere de una profunda confianza en Dios, en que Él sabrá no sólo preservarnos del mal, sino también que cuando el mal nos alcanzara, Él nos restituirá a una condición favorable, ejerciendo una compensación, si se diera el caso de sufrir un daño o una pérdida. Para llegar a ese grado de confianza en Dios es imprescindible apacentar nuestra alma en la verdad, o sea, que la verdad de Dios llegue a ser nuestro sustento y nuestra fuerza. Salmos 37:4 Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. Ante la provocación del mal, ante los que hacen iniquidad, ¿cuál es el tipo de reacción que Usted adopta? La respuesta honesta que Usted ofrezca a esta pregunta evidenciará que tipo de expectativa Usted puede tener sobre la ayuda que Dios podrá brindarle. Si el hombre se acostumbra a convivir con circunstancias desfavorables y malignas como si la vida fuera así, o procura hacer frente a las mismas imponiendo su propia justicia, limitará sobremanera la capacidad de Dios para ejercer Su poder y librar así al hombre de tal circunstancia. Es por esto que ante la provocación del mal, ante los que hacen iniquidad, la Biblia declara que el hombre y la mujer deben aprender a deleitarse en Dios, encomendado a Él sus caminos, y confiando en Él, para poder ver Su poder liberador en ejecución Encomendar nuestros caminos no significa sólo tener presente a Dios en nuestros pensamientos en los momentos de adversidad, sino exponer pacientemente delante de Dios las particularidades de la circunstancia de demanda, con detalle y determinación, y solicitando en humildad y mansedumbre Su ayuda Cuando entonces esta actitud toma lugar en el corazón del hombre, llegamos a lo relatado en el versículo siguiente. Salmos 37:6 Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. Si uno aprende a reposar su vida en Dios en los términos recién relatados, Él se encargará de hacer evidente nuestra justicia y nuestro derecho. Salmos 37:7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Ante la provocación del mal, el hombre que no ha llegado a desarrollar confianza en Dios intentará exhibir su propia justicia y su propio derecho, Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 5 pero el mal siempre terminará por vencer al hombre cuando éste lo intente enfrentar sin la ayuda del bien supremo. Salmos 37:8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. Salmos 37:9 Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Ejercer una espera del tipo de la detallada en esta Escritura permitirá a Dios ejercer Su redención sobre la vida del hijo de Dios en el día que le toca vivir. Las distintas circunstancias desfavorables de la vida, en las que el mal ejerce su influencia sobre el hombre, pueden tener un sinnúmero de matices y características, pero siempre que están presentes habrá hombres y mujeres que directamente o indirectamente ejercen acciones destinadas a generarlas. El mundo en que vivimos se halla bajo la potestad del Adversario el Diablo, y por consiguiente es un medioambiente en el que esencialmente reina la injusticia, y en el que la prosperidad y el bienestar no siempre están al servicio de los hombres de bien. Como se ha enseñado en presentaciones previas, de acuerdo al relato de Génesis, capítulo 3, luego del pecado de Adán, la tierra quedó maldita o execrada, y debido a la maldición de la tierra, al hombre le cuesta vivir en la tierra. Conforme a Lucas 4, la potestad y la gloria de todos los reinos de la tierra le han sido entregadas al Adversario, el Diablo, y los hombres naturales en este mundo viven bajo la potestad de las tinieblas, de acuerdo a Colosenses, capítulo 1. El Evangelio de Lucas, en su capítulo 16 en el contexto de la así llamada Parábola del Mayordomo Infiel, declara que los hijos de este siglo (o sea de este mundo), son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. Según el Evangelio de Lucas, capítulo 17, Jesucristo declaró a sus discípulos que es imposible que no vengan tropiezos. Filipenses, capítulo 2, exhorta al hijo de Dios a vivir como un luminar en medio de una generación maligna y perversa. Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 6 De acuerdo a 2 Corintios, capítulo 4, nuestro hombre exterior se va desgastando. Y finalmente, 2 Timoteo, capítulo 3, declara que todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. Salmos 40:4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Veremos a continuación, un esclarecedor relato en el podrá apreciarse el ejemplo del Señor Jesucristo. 1 Pedro 2:21-23: 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; El Señor Jesucristo nos dejó su ejemplo con el claro propósito que sigamos sus pisadas, o sea que imitemos su andar frente al mal. La palabra “encomendar”, proviene del término griego paradidomi1 (Número Strong 3860), que expresa la idea de dar o entregar algo en confianza a partir de rendirse o ceder. El Señor Jesucristo nunca se rindió o cedió frente al mal, pero sí “se rindió o cedió”, es decir desechó la idea de vencer el mal por su propia fuerza o sus propios recursos, y de allí es que encomendó su causa a Dios, quien juzga justamente. 1 Pedro 3:8 y 9 8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. 1 Pedro 3:14-17: 1 Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, por W.E.Vine, Editorial Clie, Tomo e-m, Páginas 24 y 25, y Nueva Concordancia Strong Exhaustiva de la Biblia, por James Strong, editorial Caribe, ,Diccionario de Palabras Griegas, Página 63. Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 7 14 Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. En Romanos 12, donde veremos un extraordinario relato relacionado con el tema que estamos desarrollado. Romanos 12:17 y 18: 17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. Vemos aquí, que la clara instrucción para el hijo de Dios en la Administración de la Gracia es a no pagar mal por mal, a procurar lo bueno delante de todos los hombres, y a que si es posible, en cuanto dependa del hijo de Dios, que esté en paz con todos los hombres. En un mundo en el que el mal y el desenfreno ocupan un lugar tan destacado en la vida cotidiana, vivir una vida con Dios implica una pérdida aparente para el hijo de Dios, ya que, parecería que es instruido a no defenderse frente a la provocación del mal. La Voluntad de Dios para el hijo de Dios que vive en este mundo, sin embargo no es que desarrolle resignación o ingenuidad frente al mal, sino que aprenda a descansar y reposar en Dios, haciéndole conocer toda angustia, todo enojo, todo pesar, toda tribulación, toda ansiedad y todo malestar, para que el Padre Celestial recomponga la vida de ese hijo de Dios hacia un estado de bienaventuranza. Romanos 12:19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Para poder aprovechar el sentido profundo de esta Escritura y de la verdad que la misma busca comunicar, necesitamos mejorar la comprensión de algunos términos fundamentales dentro de la misma. Un estudio detallado sobre este versículo permite aprender que las palabras “de Dios”, refiriéndose a la ira de Dios, no figuran en los textos más fiables. Los autores de las versiones las agregaron por entender Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 8 erróneamente que se trataba de una elipsis, pero no figuraban en los textos de origen. La palabra “venganza”, que en griego es ekdikesis, significa una retribución. Desde ya, que la mente afectada por el pensamiento religioso sobre Dios como dador del bien y del mal, tendrá una tendencia a concluir que la venganza es el acto por medio del cual Dios ejecuta el mal hacia aquellos que hacen el mal a los hijos de Dios, pero esto contradice el contexto que estamos viendo, y sobre todo, está en directa oposición a la naturaleza de bondad de Dios2 evidenciada a lo largo de toda la Biblia. William Vine3 , sostiene que este término ekdikesis, aporta la idea de que esta palabra expresa “aquello que viene procedente de justicia, no, como sucede tan frecuentemente con la venganza humana, de un sentimiento de agravio o meramente de un sentimiento de indignación. Los juicios de Dios (continúa diciendo Vine), son santos y rectos, y libres de cualquier elemento de autogratificación o de resentimiento”. En tal sentido debe comprenderse, que un acto nunca puede juzgarse acertadamente prescindiendo o descartando las circunstancias que lo rodean. Existen muchos relatos Bíblicos en los cuales, el acto de Dios, tomado aisladamente podría llevar a pensar al lector desprevenido que ha sido ejecutado fuera de la bondad de Dios, pero una comprensión integral de los hechos que hacen al contexto de los actos de Dios, podrá confirmar de manera absoluta, que Dios no necesita valerse del mal para hacer justicia y ejecutar el bien. El sentido profundo que encierra esta escritura indica que, todo hombre o mujer que reposando en la fidelidad de Dios no retribuya el mal recibido, sino que encomiende su causa al que juzga justamente, Dios resarcirá su vida restituyendo su condición de bienestar y bienaventuranza. En otras palabras, la Biblia dice “No intenten hacer justicia por mano propia ante una circunstancia desfavorable, sino acudan a Dios para permitir que Él les otorgue la restitución de una condición favorable y bendita para sus vidas”. Como se dijo anteriormente, el mundo en que vive el hombre en un medioambiente en el que esencialmente reina la injusticia, y frente a ella, cuando el hombre carece del bien supremo, terminará cayendo o en resignación o en la justicia por mano propia. 2 Puede descargar las Enseñanzas N° 154-158 Dios es bueno Partes 1 al 5 del sitio Web 3 Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, por W.E.Vine, Editorial Clie, Tomo s-z, Página 222. Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 9 El término resarcimiento, que bien puede tomar el lugar de la palabra venganza en el versículo que es objeto de estudio, significa “una compensación frente a un daño o una pérdida”. Puede verse, a lo largo de todo el relato Bíblico, que el resarcimiento o redención para la vida diaria que Dios tiene disponible para el hijo de Dios tiene alguna de las siguientes características: Que el resarcimiento de Dios no siempre devuelve al hijo de Dios al estado exacto anterior, pero siempre va a ser eficaz para sanar el corazón. Que el resarcimiento de Dios no siempre es inmediato o en el tiempo que al hijo de Dios le gustaría, pero nunca llega tarde. Que el resarcimiento de Dios no siempre es público, pero siempre será percibido y reconocido por aquellos que aman a Dios. Romanos 12:20 y 21: 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. En la cultura oriental, “comer y beber” eran expresiones relacionadas con el conocimiento, y en particular en este pasaje, sería dar a conocer al oponente que nuestro corazón no guarda rencor frente al mal recibido porque uno confía y reposa en la redención de Dios. La expresión oriental “ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”, aporta la idea de dar calor al corazón del oponente. Las ascuas de fuego eran brazas encendidas, que en el oriente se colocaban usualmente dentro de una vasija de arcilla, ofreciéndola a los huéspedes que salían de las casas a las que habían sido invitados, para volver a sus moradas. Debido a los intensos fríos, estas vasijas con brazas encendidas dentro, se colocaban en la cabeza del caminante para calmar los efectos de la temperatura. Se consideraba que si la cabeza estaba cálida, todo el cuerpo recibiría el beneficio. El sentido figurado de estas expresiones es el de que, haciendo conocer la ausencia de rencor, se ofrezca calentar el corazón de aquel que está en oposición. Como se dijo anteriormente, frente al mal y frente a la iniquidad, hacer el bien requiere de una profunda confianza en Dios, en que Él sabrá no sólo Encomendar la causa Fernando E. Passarelli 10 preservarnos del mal, sino también que cuando el mal nos alcanzara, Él nos restituirá a una condición favorable, ejerciendo una compensación, si se diera el caso de sufrir un daño o una pérdida. Para llegar a ese grado de confianza en Dios es imprescindible apacentar nuestra alma en la verdad, o sea, que la verdad de Dios llegue a ser nuestro sustento y nuestra fuerza. Este es nuestro desafío, y esta es nuestra oportunidad |
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392 | Unoalotrismo - Valorarnos los unos a los otros |
ay un registro en los Evangelios que compara al Reino de los cielos con un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. De este registro podremos sacar mucha y muy buena información en referencia a la gran deuda que había en nuestra contra. Eso es lo mismo que decir lo mucho que fuimos perdonados y que –a su vezpodemos perdonar. Mateo 18:23-34: 23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Esta es una muy buena presentación de una deuda por una suma MUY grande de dinero. Cuando nos metamos en “la matemática” del versículo 24, podremos entender y ganar un aprecio de la inmensa deuda que nos fue perdonada. El talento no era una moneda sino una suma de dinero que era equivalente a 600 denarios1 . Para que podamos entender, sepamos que el salario normal era de un denario diario2 para una cosecha. Si hacemos un simple producto de 600 denarios x 10.000 talentos nos da que este siervo debía: 6.000.000 de denarios, lo cual sería equivalente a seis millones de días de trabajo de un obrero o más o menos más de 16.000 años de trabajo… ¿Va tomando una idea y proporción de la inmensidad de la deuda de este hombre con este rey? Esto le estaba diciendo Jesús a unas personas que no necesitaban esta explicación y que por ello podía hacer estas cuentas que nosotros acabamos de hacer. Ellos entendían y ahora nosotros también que esta era una suma impagable. Por eso esta exageración en los números: ¡6.000.000 de días de trabajo! Usted haga la cuenta multiplicando estos días de trabajo por la cantidad de plata que usted gana por día en su país. ¿Ya lo hizo? ¿Es mucho? ¡Impagable! No es que nosotros debíamos a Dios un equivalente a 1 http://home.comcast.net/~wheelerjw/BibleMoney/NTM.htm mayo 2010. En muchos de nuestros países en lugar de decir por ejemplo 1.000 pesos o soles o la moneda que sea del país, decimos: “una luca”. Entonces “luca” es una palabra que significa una cantidad de dinero similarmente al talento. 2 Mateo 20:9 y 10 H Parte 2 Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 2 Parte 2 6.000.000 de días de trabajo. Estábamos muertos en delitos y pecados. Eso es una “suma” que realmente es incomparable con la suma de la que estamos hablando. Pero lo cuantifica para acercársenos y que logremos un entendimiento de la imposibilidad de pago en grado absoluto de la deuda. Nuestra deuda con Dios fue impagable. Por eso Él mismo la pago de Su “propio bolsillo” con la vida del Señor Jesucristo. 25 A éste, como no pudo pagar [¡lógicamente!], ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Esto no quiere decir que tenemos que suplicar postrados delante de Dios y que si no lo hacemos, Dios vende a nuestra familia y nuestras cosas para cobrarse la deuda que tenemos con Él. Es una representación en los términos orientales antiguos para que entendamos la situación de imposibilidad de pago en la que nos encontramos cuando necesitamos el perdón de Dios en nuestras vidas. Estábamos muertos en delitos y pecados y debíamos una suma impagable para merecer tener que ver con el Padre celestial. Él, consciente de ello, nos otorgó perdón gratuito por Su misericordia y pretende de nosotros que hagamos lo mismo con los demás. 27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia [la misericordia y el perdón trabajan en conjunto], le soltó y le perdonó la deuda. Así es con nosotros y nuestros hermanos en Cristo cuando tienen una deuda con nosotros, la soltamos y los perdonamos. Esta representación “por exageración” nos hace ver que este señor teniendo el derecho de vender a su siervo, renuncia a este derecho por su misericordia. La imagen provista por este relato puede conmocionar a la mente occidental y contemporánea que tenemos; pero aun con cierta crudeza nos muestra el destino que hubiese sido el nuestro. En este registro somos representados por este siervo deudor. A la vez –en los versículos que siguen- nos muestra como con un espejo la actitud tristemente normal de la naturaleza de ira en cada uno de nosotros para con nuestros hermanos en Cristo (que en estos versículos llama consiervos). 28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. 1er. Siervo 6.000.000 de denarios 2do. Siervo 100 denarios 6.000.000 de días de trabajo 100 días de trabajo 192.000 meses 3,5 meses ¡60.000 veces menos! Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 3 Parte 2 Esta contundente imagen nos deja bien claro que siempre será mayor la deuda que nos perdonó Dios que cualquier deuda que podamos perdonar nosotros. Esto está íntimamente asociado al valor que tenemos a los ojos de Dios y que el Padre pretende que tengamos los unos por los otros. 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. [¡Lo mismo que hizo él con el rey!] 30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda [totalmente opuesto a lo que hizo el rey con él]. 31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Es muy cierto que estamos en una Administración que supera en beneficios a la Administración de la Ley pero la supera también en nuestra responsabilidad para con lo que hemos recibido de la mano de gracia de nuestro Padre. Todos nosotros, antes de renacer, debíamos a nuestro justo Dios una suma que no pudimos pagar. Yo debía esa suma y no pagué por ella, usted debía esa suma y no pagó por ella, todos nosotros la debíamos y ninguno de nosotros pagó por ella. Aunque hubiésemos puesto la mano en el bolsillo, no hubiésemos encontrado nada con qué pagar la deuda que Adán contrajo en nombre nuestro. Gracias a Dios, que Él mismo nos proveyó quien la pagara en nuestro lugar: nuestro precioso Señor quien nos sustituyó pagando él con su vida la nuestra. 2 Corintios 5:14 y 15: 14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando [krino] esto:… Pensando esto bien podría traducirse como juzgando esto, determinando esto, como concluyendo esto que sigue: … que si uno murió por todos,… Es decir que si uno Jesucristo murió en lugar de, por cuenta de, reemplazando o sustituyendo a todos nosotros. … luego todos murieron;… Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 4 Parte 2 En otras palabras todos nosotros morimos sustitutivamente3 en la persona de nuestro redentor quien hizo efectivo el pago impagable y fue el pago impagable. Para que entendamos bien, el siguiente versículo, repite que murió en lugar nuestro. Eso es emocionante y tenemos infinita gratitud a nuestro Padre y a nuestro Señor; pero preste mucha atención porque también nos dice para qué, con qué propósito nos sustituyó muriendo: 15 y por todos murió, para que los que viven [nosotros], ya no vivan para sí [ya no vivamos para nosotros y nuestras cosas], sino para [las cosas de] aquel que murió y resucitó por ellos. Nuestro valiente Señor murió por nosotros, de tal manera que mediante él todos morimos al pecado de Adán y sus consecuencias. Ahora que tenemos vida por siempre asegurada, mientras aún estemos vivos, Dios y nuestro Señor esperan de nosotros que no vivamos para nosotros mismos sino para Jesús quien sirve a Dios. Haber nacido de nuevo es un privilegio que va más allá de la posibilidad de agradecimiento apropiado de nuestra parte. La mejor forma de decirle gracias a Dios y a nuestro Señor es vivir para llevar a cabo los propósitos de ellos. Entonces, ese privilegio y realidad del nuevo nacimiento debe ir acompañado con la responsabilidad de proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo. Efesios 4:22-25: 22 En cuanto a la pasada manera de vivir [que vivíamos para nosotros y nuestras cosas], despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Aquí ingresamos al terreno del “Unoalotrismo”4 . La pasada manera de vivir era muertos en delitos y pecados, lejos de la ciudadanía y del acceso a Dios, sin Cristo, sin Dios y sin esperanza en el mundo5 . Pero ahora, gracias a la tarea de redención hecha por Dios en nuestro favor, mediante el sacrificio de Jesucristo crecemos en conjunto y trabajamos en equipo. Entonces, como parte de esa realidad y privilegio, nos valoramos los unos a los otros; como la nueva creación que somos. 3 Puede descargar la Enseñanza N° 339 La amorosa identificación en la sustitución 4 Expresión que apunta a los varios registros en la Palabra de Dios que hablan de la relación de los unos con los otros: amaos los unos a los otros, miembros los unos de los otros, etc. 5 Efesios 2:12 Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 5 Parte 2 Ahora veremos cómo está asociado el precio que se pagó por nosotros con nuestro mutuo trato. Romanos 12:10: Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra [time], prefiriéndoos los unos a los otros. El “amaos” no aparece a manera de súplica o ruego sino de instrucción amorosa. El amor que Dios nos derrama al instante del nuevo nacimiento es como una habilidad potencial que necesita que el hijo de Dios la ejerza para que se manifieste. A todos los hijos de Dios nos fue derramado este amor sublime. En la medida en la que lo manifestemos será la medida en la que demos honra y preferencia a nuestros hermanos. La palabra honra viene del griego time. La mayoría de los estudiosos del griego Bíblico6 dicen que significa: valoración, precio, honor… se dice del precio pagado o recibido por una persona o cosa comprada o vendida. Mateo 27:6: Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio [time] de sangre. Esas 30 piezas de plata fueron el valor o precio que pagaron estos malvados al traidor Judas. Este era el precio que valía la vida de nuestro Señor en la pérfida opinión de esta gente. Qué desgraciado valor. Para estos malignos Jesús valía treinta piezas de plata7 . Todo hombre tiene un precio en la vida; para nuestro amoroso Dios nosotros valimos la vida de Jesús. Juan 4:44: Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra [time] en su propia tierra. Quiere decir que no le daban al profeta la estima que debían darle. No lo respetaban conforme al valor que el profeta tiene delante de Dios y de ellos. Hechos 28:10: Los cuales también nos honraron [time] con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias. 6 Vine, Strong y Thayer según son presentados en ESword 7 La ley romana impedía pagar menos de treinta piezas por un esclavo. Es decir que nuestro valiosísimo Señor, para estos nefarios, valía el precio que se pagaba por un esclavo muy deteriorado, probablemente con poca salud y a ojos vista de muy poca utilidad para quien lo comprara. ¡Qué malditos! Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 6 Parte 2 Esta era la gente de la isla de Malta. En el viaje de Pablo a Roma, el barco naufragó y los habitantes trataron muy humanamente a Pablo y los que estaban con él. El apóstol pudo sanar a muchos y la gente reconoció que Pablo era un hombre de Dios. Entonces extendieron el honor, valor o estima que tenían por Pablo a él y el resto de los que iban con él. Cuando una persona estima, le da valor a la vida de alguien, entonces el trato que le da es el que es proporcional al valor que entiende que la persona tiene. Salmo 116:15: Estimada es a los ojos de Jehová La muerte de sus santos. Estimada quiere decir de estima, que Jehová paga un precio por los Suyos. A Dios le cuesta mucho que uno de nosotros no esté pues le costó mucho que ese uno de nosotros estuviera. Para Él no es lo mismo que estemos o que no estemos. Le hemos costado Jesucristo ¿cómo no va a ser estimada nuestra vida? Si compraste un vaso, lo usaste en el almuerzo, cuando fuiste a lavarlo, se te rompió… te da pena pero no es mucha plata. Si se da la misma situación con una fuente hermosa, costosa de un vidrio especial; tu pena seguramente será mayor pues, como es mucho más costosa, más te costará reponerla. Si damos esos valores y tratos a objetos de nuestra vida cotidiana… ¿cuánto valor debiéramos asignarles a los hijos de Dios? Esta pregunta lo incluye a usted quien también es hijo de Dios. ¿Cuánto valor usted se asigna a usted? ¿El que le da el mundo o el que le da Dios muy claramente en Su Palabra? Romanos 13:7: Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra [time], honra [time]. Hemos visto que la Palabra de Dios nos instruye que amemos y honremos a nuestros hermanos. Pues bien aquí dice que paguemos ese valor o respeto o estima por sus vidas. Por esto es tan importante que aprenda de la Palabra de Dios lo que yo valgo en Cristo para Dios y entonces le dé el mismo valor a cada hermano en Cristo. 1 Corintios 12:22- 25: 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente [time]; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor [time] al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 7 Parte 2 cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. Dios, en Su absoluta bondad y misericordia, nos igualó. Usted vale Cristo, yo valgo Cristo, todos nosotros valemos Cristo. Eso es lo que tenemos que tener entonces por nosotros mismos: Cristoestima8 . Así como nosotros vestimos con estima a los miembros del cuerpo que no nos parecen estimables; para que no haya un desamorado des balance; Dios le dio más abundante valor al que de nosotros le faltaba. En todo caso la preocupación de nuestro Padre es que todos sepamos que cada uno valemos Jesús en Sus ojos. Desea también expresarnos que nosotros nos demos a nosotros mismos y a nuestros hermanos el precio que realmente valemos: Cristo. En esa misma línea de reconocer el valor que tienen nuestros hermanos, nosotros, lógicamente tenemos un aprecio único por nuestro querido Padre celestial. 1 Timoteo 1:17: Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor [time] y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 Timoteo 6:16: El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra [time] y el imperio sempiterno. Amén. Nuestra vida, es decir nuestras acciones y dicciones, tienen que dar cuenta que nosotros respetamos, estimamos y valoramos a nuestro Padre celestial como el Dios Todopoderoso que Él es. Asimismo tenemos respeto por quienes nos preceden y nos sirven. 1 Timoteo 5:17: Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor [time], mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Como no podía ser de otra manera, todo nuestro respeto, valor y estima a nuestro valiente Señor. Hebreos 2:9 y 10: 9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra [time], a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. 10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que 8 Puede descargar la Enseñanza N° 77 Cristoestima Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 8 Parte 2 habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Estas fueron “aflicciones sustitutivas” como parte del precio pagado por nosotros. Hebreos 3:3: Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra [time] que la casa el que la hizo. 1 Pedro 2:7: Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso [time]; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo. No importa que la gente no honre la vida de nuestro Señor desechándolo. Pero no hay ninguna duda que él es precioso, valioso, digno de toda honra y reconocimiento por parte de nosotros quienes creemos. 2 Pedro 1:17: Pues cuando él recibió de Dios Padre honra [time] y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Fue Dios Quien le dio a Jesús el valor que él tuvo desde el momento mismo que fue prometido a Eva. Miles de años antes que pudiera nacer, en los términos de absoluto amor y justicia, el Creador le dio a nuestro salvador el lugar de privilegio en Su corazón. Luego en Su inmensa misericordia nos igualó a Jesucristo. A Sus amorosos ojos somos iguales por eso tenemos idéntica herencia que él. El problema no es con los ojos de Dios ni con los de Jesucristo. La miopía la tenemos nosotros. Soy yo quien debo ser consciente de lo que la Palabra declara acerca de quién soy y qué debería hacer a ese respecto. Dios sabe quién soy y cuánto le costé y Jesucristo sabe quién soy y cuánto le costé. Nuestro Señor lo supo en su propia alma. ¿Qué tanto sé yo quién soy? ¿Qué tanto vivo a la altura de lo que soy, valgo y tengo? 1 Corintios 6:19 y 20: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. Unoalotrismo Valorarnos los unos a los otros Eduardo Di Noto 9 Parte 2 La medida en la que gane consciencia del Cristo en mí, y el precio prohibitivo pagado por mí, será la medida en la que gane consciencia del Cristo en mis hermanos y el precio prohibitivo que ellos también costaron. Por eso es imperioso que estudiemos la Palabra para saber quiénes somos y darnos ese valor que tenemos a ojos de nuestro Padre y de nuestro Señor. Sabiendo lo que yo valgo, sabré lo que valés vos, entonces te preferiré en daré la honra que la Palabra dice que tengo que tener por mis hermanos en Cristo. Esto no significa que no honremos a quienes no son hermanos en Cristo, pero ellos tienen prioridad. La palabra “prefiriéndoos”, de Romanos 12:10, en griego también quiere decir mostrar deferencia Gálatas 6:10: Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. ¡Mire todo lo que no dice este versículo! No dice solamente hagamos bien a todos, ni dice hagamos bien a los de la familia de la fe. Tampoco dice hagamos bien a todos Y a los de la familia de la fe. Tampoco dice mayormente a los miembros de mi congregación, denominación, grupo o religión... Si es hijo de Dios, es miembro de la familia de la fe igual que usted. Dice a todos y mayormente a los de la familia de la fe. Una vez que una persona confiesa y cree según Romanos 10:9 es miembro de la familia de la fe, esté o no esté con usted y su grupo y se requiere de usted que le dé el valor que tiene uno que fue comprado con el precio más alto jamás pagado por nadie o por nada. Romanos 12:10: Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra [time], prefiriéndoos los unos a los otros. La única evidencia de nuestro sincero amor por Dios es el amor no fingido a nuestro prójimo. Nuestros hermanos en Cristo son nuestro “prójimo primero” por así decir, nuestro “prójimo mayormente”. Entonces, por mi libre decisión y persuadido por las Escrituras me doy y me trato con el valor que Dios me ha dado ofreciendo a Su hijo por mí y valoro, y lógicamente trato, a mis hermanos en Cristo como la nueva creación que somos pagados con el precio de la vida del precioso cordero, nuestro valiente Señor Jesucristo. |
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393 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Jesús es el Cristo de Dios Parte 1 |
Dios le asignó a Adán una posición de elite dentro de la creación. Esa posición deseada por Dios para el rey de Su creación se discontinuó a causa de que ese rey desobedeció. La Biblia contiene eventos del pasado, del presente y del futuro acerca de Su Reino y Su rey. En Génesis encontramos un relato sucinto y amoroso de la creación. El Creador crea la luz, la expansión, los animales terrestres, los acuáticos, las aves, las plantas… Todo preparado antes de la llegada del hombre a quien iba a entregar su cuidado. En la opinión de Dios (que es la única que cuenta) cada cosa que Él había creado vio que era buena. Así, entonces, llegamos al momento cúlmine de Su creación: el hombre. Génesis 1:26-28: 26 Entonces dijo Dios: Hagamos1 al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen [no dice a Sus imágenes. Su, singular. Jehová UNO es], a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. En este versículo veintiocho está claramente expresada la intención original de Dios, Su plan, Su propósito, Su Norte para el hombre, Su voluntad para la humanidad: que señoreara, es decir que sea señor de la creación. Dios, el Creador vio que eso que Él había hecho de la nada, era bueno en gran manera. Lo que observamos al presente después del pecado de Adán es que los elementos de la naturaleza están fuera de control y en contra del hombre: inundaciones, terremotos, volcanes, maremotos, tsunamis, etc. Pero cuando lo hizo Dios en preparación para la venida de Su virrey, el primer Adán, la Biblia dice: Génesis 1:31 1 Véase la Enseñanza Génesis 1:26, 3:22 y 11:7 D 18 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 2 18 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. El hombre fue puesto sobre la tierra para señorear y sojuzgar, lo que básicamente tiene el valor de poner bajo la autoridad de juez y en general someter a la autoridad o dominio2… La tierra estaba bajo el hombre, sometida bajo el señorío, la autoridad del hombre. La creación del hombre por parte de Dios es un acto superlativo del amor del Creador para con la humanidad que tiene una arista o carácter “funcional”, es para que el dominio de Dios sobre toda la creación tuviera un representante “con los pies sobre la Tierra”. Es muy claro que el hombre estaba en un plano superior al resto de la creación y que tenía el potencial de ser inmortal. El dominio del mundo fue entregado a Adán, él tenía la comisión de sojuzgar la Tierra y seguir el plan de Dios de llenarla con gente. A este representante Suyo Dios lo bendijo y le dijo: Fructificad Multiplicaos Llenad la Tierra Sojuzgadla Señoread Un monarca, un rey señorea y sojuzga. La palabra señoread según Strong3 también quiere decir reinar. ¿Sobre qué reina un rey? Sobre su reino. El “primer Adán” que tenía todos estos increíbles derechos, privilegios y responsabilidades estaba siendo instruido por Dios para moverse como realeza sobre la faz de la Tierra. El diseño original para el hombre fue que dominase como domina un rey. El hombre es criatura de Dios y lo hizo así a fin de que el hombre gobernase sobre la Tierra. Salmo 8:6: Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies. Todo bajo sus pies, señorear sobre las obras de Tus manos. Dios le dio que gobernase como un rey, hizo las cosas de tal modo que el hombre reinara. Dios tenía otros seres maravillosos y seguramente merecedores del privilegio de reinar pero fue Su voluntad que el hombre fuera superior, que reinase y que amara a su Creador. Leer Génesis es leer el relato de amor de un Padre que sueña con la venida de Su hijo. Es el relato del amor de Dios con Su creación, la 2Ob. Cit. Dicccionario Etimológico... Pág. 1050 3 En el Principio era la Palabra por Costas Stergiou Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 3 18 humanidad. Todo lo hizo pensando en nosotros. El Padre celestial quería una familia. Dios es dueño de todo, Él está sobre todo y es el Gran Rey. Salmo 103:19: Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos. Salmo 89:11: Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste. Este reconocimiento que Dios es Señor del cielo y la Tierra está declarado por varios santos hombres y por Su mismo hijo. Lucas 10:21: En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. El cielo y la tierra son de Dios y Él los vivifica porque Él los hizo. Esta verdad que Dios es sobre todo era conocimiento generalizado aun fuera de Israel. Rahab, antes que cayera el muro de Jericó dijo a los espías que mandó Josué: Josué 2:11: Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón [habla del corazón de la gente de Jericó]; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. En Nehemías nueve son los levitas quienes oraron declarando que Dios es el dueño y vivificador de todo. Nehemías 9:6: Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. Ahora en Jeremías es el mismo Dios quien habla de Sí mismo en cuanto a Su creación: Jeremías 27:5: Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 4 18 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. “Y la di a quien yo quise”: Él quiso dársela al hombre. Salmo 115:16: Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres. Dios es sobre todo Los Cielos La Tierra se la dio al hombre Es Dios por sobre todo y bajo Él Su creación: el hombre, Su Virrey. El espíritu de Dios le daba al hombre el poder para llevar adelante su comisión como el representante de Dios sobre la Tierra. No era el cuerpo o el alma del hombre sino su espíritu que lo habilitaba al “virreinato”. Génesis 1:26 y 27: 26 Entonces dijo Dios [ELOHIM]: Hagamos4 al hombre [ADAM] a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Aquí se da esta singularidad justo en el momento en que el rey de la creación toda, ELOHIM, crea el espíritu del hombre ADAM, el rey sobre la tierra. Dios creó, formó e hizo al hombre. La parte creada es la parte que es Su imagen y semejanza. Como Dios es espíritu, eso es lo que Él creó en el hombre. Juan 4:24: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Justamente; es nada menos que el espíritu de Dios en el hombre lo que le permite, lo habilita al hombre a gobernar sobre la creación de Dios. El espíritu es la presencia “operacional o funcional” de Dios en los Suyos. Jesucristo, el postrer Adán como representante de Dios sobre la Tierra tenía el poder y la autoridad ambas dadas por Dios (al momento que principió su ministerio5 ) para llevar a cabo su tarea. 4 Véase la Enseñanza Génesis 1:26, 3:22 y 11:7 5 Véase el Capítulo: Cuando el logos se hizo carne Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 5 18 Hechos 10:38: Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Adán también tenía poder y autoridad. Se suponía que él tenía que reinar sobre la creación de Dios, pero ese Reino de Adán se discontinuó cuando Adán perdió su espíritu por desobediencia6 . Todo lo que Adán perdió, Jesucristo siendo un hombre como él recuperó para nosotros y aun más todavía. Romanos 5:14: No obstante, reinó [basileuo] la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Al principio Dios puso al hombre sobre la Tierra para que reine, luego de su desobediencia lo que reinó fue la muerte. Hebreos 2:14: Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo El diablo aún tiene el imperio de la muerte. Lo que pasa es que un hijo de Dios aunque muera antes del retorno de Cristo, será levantado para nunca más morir. Es decir que para un hijo de Dios la muerte no tiene el imperio definitivo sobre él. Jesucristo retorna por nosotros, su Iglesia, estemos vivos o durmiendo. Nadie puede detenerlo a él que regrese y a nosotros de ser transformados o levantados de los muertos7 . Romanos 5:17: Pues si por la transgresión de uno solo reinó [basileuo] la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Nuevamente, antes era Adán quien reinaba, quien sojuzgaba, quien había sido comisionado por Dios para dominar. Génesis 1:28: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 6 Para una mejor comprensión puede descargar las enseñanzas Nº 33 y 34 CIERTAMENTE MORIRÁS Partes 1 y 2. 7 Di Noto, Eduardo. Sobre la Vida, la Muerte y la Resurrección. Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo. Buenos Aires, Argentina. 2009. Pág. 168 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 6 18 Esto es lo que el Creador les dijo y para esto habían sido creados, hechos y formados pero lamentablemente hubo un cambio drástico al timón de las cosas en el mundo. Lucas 4:5 y 6: 5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los Reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad [exousia8 ], y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Ahora la potestad y la gloria que al principio eran propiedad de Adán la tiene el diablo: “a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy”. Adán se la había entregado por su desobediencia. Legalmente le correspondía al primer hombre y por lo tanto tenía el derecho legal (no el derecho moral) de hacer como le pareciera y él la entregó al adversario por desobediencia. Ahí cuando le dijo a Jesús que él tenía la potestad, dijo la verdad. Es una triste realidad que cada tanto el Diablo dice la verdad aunque sea padre de mentira9 . Adán le pasó al ente supremo de maldad todo el derecho de ejercer potestad, no el espíritu que Dios había creado en él10 . Hechos 1:8: Pero recibiréis poder11, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. El poder les iba a venir una vez que recibieran espíritu santo en el día de Pentecostés, no antes. Fue el espíritu de Dios que les dio poder a los apóstoles para ser testigos, fue el espíritu de Dios que le dio a Adán el poder de ejercer autoridad y fue el espíritu de Dios que lo habilitó a Jesús para cumplir su misión sobre la Tierra. A Jesús le cupo “las generales de la ley” como a cualquier otro hombre. Mateo 3:16 y 17: 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. 8 Autoridad o influencia delegada, poder ejercido. 9 Juan 8:44 10 Ese espíritu fue perdido por ellos al momento de pecar. Puede descargar las enseñanzas 188 y 189 CIERTAMENTE MORIRÁS del sitio Web. 11 Esta palabra poder es la palabra griega dunamis y aunque es diferente a exousia, sin embargo, el hecho notable es que el poder les vendría luego de recibir el espíritu santo. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 7 18 El magnífico redentor principió su ministerio, después de haber recibido espíritu santo sobre él, al momento de su bautismo. Hay otra versión12 que tradujo a Lucas 4:6 de la siguiente manera: Y el Diablo le dijo: Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien yo quiera se la doy. Adán tenía un “contrato” sobre la Tierra. Si él no hubiese pecado lo hubiese tenido por siempre. Al pecar lo entregó en manos del adversario. Dicho contrato llegará a su fin porque el dueño de la propiedad regresará y reclamará la Tierra que le corresponde por derecho propio. Dios hace todo en términos absolutamente legales. Esa es otra sorpresa para el hombre que está acostumbrado que cuando le es dado poder, por ejemplo poder cívico/político, se aprovecha y tuerce el derecho cuando puede y le conviene. Pero Dios no es así. Él le dio la autoridad a Adán y respetó su decisión aunque fuera en contra de Sus deseos. Siempre tenemos que tener en cuenta que todo lo que perdió el “primer Adán”, el postrer Adán lo recuperó con creces para nosotros. Nuevamente de esta otra13 traducción: Romanos 5:17: Porque si por la ofensa del un solo [hombre] la muerte gobernó como rey por medio de ese solo, mucho más [¿ve? Con creces] los que reciben la abundancia de la bondad inmerecida y del don gratuito de la justicia gobernarán como reyes en vida por medio del uno, Jesucristo. Esto es una promesa que llegará a ser una completa realidad cuando el Cristo de Dios retorne y produzca, junto a nosotros, su Reino aquí sobre la Tierra lo cual nos regresará a la intención original de Dios para la humanidad. Gálatas 4:4-7: 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. 12 Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc. EEUU, 1967 Pág. 1062 13 Ob. Cit. Traducción del Nuevo … Pág. 1226 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 1 Eduardo Di Noto 8 18 ¡Somos herederos de Dios quien es el Rey sobre todo! Somos coherederos con Cristo porque él y nosotros somos hijos de Dios, miembros de la realeza. |
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394 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Jesús es el Cristo de Dios Parte 2 |
Necesitamos entender el significado, el corazón y el propósito de Dios. Él es el Gran Rey, a Él le pertenece todo. Su hijo es un príncipe y nosotros renacimos en la realeza. Génesis 3:14 y 15: Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya [Eva era un ser humano igual que María y que Jesús]; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Aquí Dios promete que iba a venir la simiente de la mujer, un gobernador quien heriría la cabeza de la serpiente, una herida de muerte. A partir de este momento Dios comienza a revelar Su plan de salvación y el Evangelio de Su Reino. El hombre lo perdió, pero el Reino fue planificado por el Creador desde el comienzo del hombre sobre la Tierra. El plan original debió ser pospuesto (no cancelado) a causa de la desobediencia del hombre. Dios ingenió un plan “B” para colocar las cosas de regreso en su lugar. Al decir simiente significa un descendiente del mismo tipo: un ser humano. 1 Crónicas 29:11: Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el Reino, y tú eres excelso sobre todos. David sabía que todo en la Tierra y en el cielo pertenece a Dios Quien no “abandonó” Su trono sobre toda la creación lo que ciertísimamente incluye a Sus hijos. Jesús es Su hijo y además, Su Mesías o Cristo. Isaías 43:15: Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. Éxodo 19:5 y 6: N 19 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 2 19 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un Reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Ellos serían para con Dios una nación santa, un Reino de sacerdotes si dieran oído a Su voz y si guardaren Su Pacto. Todos los elementos del tabernáculo y del sacerdocio presagiaban a Jesucristo, el rey que estaba viniendo. El Mesías era un hombre que venía a recomponer las cosas que había perjudicado gravemente otro hombre. “Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel…” Este conocimiento se pasó de generación en generación. Así de importante es. Salmo 114:1 y 2: 1 Cuando salió Israel de Egipto, La casa de Jacob del pueblo extranjero, 2 Judá vino a ser su santuario, E Israel su señorío. Israel tuvo jueces que administraban. No eran reyes pero guiaban divinamente. Eran administradores que gobernaban ciertas partes de la nación. Dios era Su rey, pero Israel en al menos dos oportunidades quiso rey. No era tiempo para el rey aún. Habría un tiempo en el futuro que un Señor regiría o gobernaría sobre ellos. Génesis 49:10: No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh. Dios confirma y reafirma la venida del rey1 en muchas oportunidades a lo largo del Antiguo Testamento. La simiente prometida iba a ser el rey de la misma “especie” o naturaleza que Adán y David. Mateo 2:1 y 2: 1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos2 , 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. La profecía del rey no era un secreto, ni siquiera para estos magos que eran gente fuera de Israel. No obstante iría a ocurrir según los tiempos de Dios con el hombre que Dios eligiera. Dios sabía que vendría un tiempo para que haya un rey. De todos modos sería cuando Dios lo dijera, no cuando lo dijeran los hombres. 1 Ob. Cit. El Reino de Dios… Pág. 28 2 Término que los orientales usaban a veces para referirse a sabios, maestros, médicos u otros de alta estima. Ver Enseñanza Nº 49 EL NACIMIENTO DEL SEÑOR JESUCRISTO. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 3 19 Dios gobernó como Rey sobre la nación de Israel a través de los jueces, el último de los cuales fue Samuel. La gente rechazó la Palabra de Dios y reclamaron prematuramente a un rey. Este gobierno de Dios, a través de los Jueces, era una auténtica teocracia. 1 Samuel 8:4-7: 4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, 5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. 6 Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. 7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Dios sabía que necesitaban un rey y en Deuteronomio 17:14-20 dio instrucciones acerca de él para cuando hubiese sido el momento dictado por Dios de tener uno. El problema aquí es que ellos lo querían según sus términos y tiempos, no según los de Dios. No era el tiempo aún y ellos querían un rey “para ayer”. Israel rechazó que Jehová gobernara sobre ellos y Dios nunca traspasa la libre voluntad de las personas. A causa de la dureza de sus corazones, Saúl fue lo mejor disponible en la situación. Él comenzó bien su reinado pero en el transcurso del tiempo comenzó a desviarse hasta que procuró matar al mismo David por celos. 1 Samuel 24:1-6: 1 Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. 2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses. 3 Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. 4 Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. 5 Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. 6 Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido [hebreo MASHIAK= Mesías; griego christô = Cristo] de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido [hebreo MASHIAK= Mesías; griego christô = Cristo] de Jehová. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 4 19 Aquí David llamó a Saúl el ungido de Jehová. Ungido en hebreo es MASHIAK: Mesías y en la Septuaginta3 es christos. Se ungía con aceites perfumados y este acto se relacionaba con la consagración de un sumo sacerdote o de un rey. Éxodo 29:29: Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos [christhesai] en ellas, y para ser en ellas consagrados. También ungían vasijas consagradas. Ungir de acuerdo a la Real Academia Española4 es Signar con óleo sagrado a alguien, para denotar el carácter de su dignidad… Éxodo 30:22-33: 22 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, 24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. 25 Y harás de ello el aceite de la santa unción [chrisma]; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción [chrisma] santa. 26 Con él ungirás [chriseis] el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, 27 la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, 28 el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. 29 Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. 30 Ungirás [chriseis] también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. 31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción [chriseôs] por vuestras generaciones. 32 Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. 33 Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo. Levíticos 4:3, 5 y 16: 3 si el sacerdote ungido [kechrismenos] pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin defecto para expiación. 5 Y el sacerdote ungido [christos] tomará de la sangre del becerro, y la traerá al tabernáculo de reunión 3 Brenton, Sir Lancelot C. L. The Septuagint Version: Greek and English, Zondervan, Publishing House, Grand Rapids, Michigan, EEUU. 1970. Pág. 389 4 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua. Tomado del sitio web: http://buscon.rae.es. 15jun2009 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 5 19 16 Y el sacerdote ungido [christos] meterá de la sangre del becerro en el tabernáculo de reunión 1 Samuel 16:13: Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió [echrisen] en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá. MASHIAK Mesías Ungido Christos Cristo En estos versículos cada vez que se usa la palabra: ungido, unción y ungirás son palabras que en griego, según la Septuaginta, están asociadas al vocablo christos. Los profetas también eran ungidos. 1 Reyes 19:16: A Jehú hijo de Nimsi ungirás [MASHIAK] por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás [MASHIAK] para que sea profeta en tu lugar. Isaías 21:5: Ponen la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levantaos, oh príncipes, ungid [MASHIAK] el escudo! 1 Samuel 2:10: Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder a su Rey, Y exaltará el poderío de su Ungido [MASHIAK/christô] 5 . Salmo 18:49 y 50: 49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre. 50 Grandes triunfos da a su rey, Y hace misericordia a su ungido [MASHIAK/christô], A David y a su descendencia, para siempre. El rey que gobierna para Dios es llamado el ungido de Jehová. Recordemos que las Escrituras del Nuevo Testamento tienen sus bases en el Antiguo. Si no estamos familiarizados con el entendimiento de las Antiguas Escrituras difícilmente entenderemos las profundas verdades del Nuevo Pacto. El Reino de Dios, el entendimiento acerca del rey, del christos, del Mesías, del rey ungido quien gobernaría para Dios era conocido por todos en aquella época. Nuevamente, la palabra christos 5 Aquí se anota la palabra hebrea y la palabra griega de la Septuaginta para Mesías Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 6 19 significa el ungido de Dios o el ungido. Más aún, este vocablo era entendido y asociado con el rey, quien reinaría por Dios. 1 Crónicas 22:9 y 10: 9 He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días. 10 El edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su Reino sobre Israel para siempre. El Cristo de Dios ES el hijo de Dios. Jesucristo fue el hijo de Dios por simiente, no obstante también lo fue en un sentido que podríamos llamar político, en un sentido de reinado, de gobierno. Jesús descendía de David a quien Dios le hizo promesa que levantaría un rey de él. David era hombre como lo fue su descendiente Jesús. La paz del reinado de Salomón duró unos cuarenta años, y es figura de la paz del Reino de Dios que no tendrá fin. Juan 1:47-49: 47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. La verdad de Dios en cuanto a que Su unigénito era la simiente prometida y a la vez el rey, era un conocimiento generalizado en aquellos días. Lucas 4:41: También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo [christos]. Efectivamente, los demonios saben que el Cristo, el ungido de Dios es el hijo de Dios. Cristo no es un apellido sino un título, la ocupación del Señor Jesucristo, su responsabilidad y ministerio. Lo singular del caso es que aun estos seres malvados saben que él es el hijo de Dios y que es además el Cristo. Esta es una verdad de muy fácil acceso. Juan 11:25-27: 25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 7 19 creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Juan 20:31: Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. Marcos 1:1: Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Él es el hijo de Dios por simiente y también lo es en un sentido que podríamos llamar “gubernamental”. Hechos 9:19 y 20: 19 Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. 20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Pablo enseñó acerca del Reino de Dios durante todo el ejercicio de su ministerio de difundir la Palabra de Dios. Hechos 28:30 y 31: 30 Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 31 predicando el Reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento. El libro de Hechos abre y cierra con el Reino de Dios. Pablo enseñó las cosas que conciernen al Señor Jesucristo, es decir el rey del Reino. El Reino de Dios fue la promesa dada a los santos del Antiguo Testamento que Dios gobierna la Tierra y que Su “vice regente” lo representa en la Tierra. El Reino de Dios es Dios dándole a Adán dominio para gobernar en Su nombre, fructificándola y llenándola con gente. Se suponía que Adán debía moverse como realeza, que debía sojuzgarla. Luego del pecado Dios prometió una restauración, una simiente que vendría, un rey que vendría. No dejó al hombre sin posibilidad de redención. Los santos del Antiguo Testamento se aferraron a esa esperanza cuando estuvieron cautivos y perseguidos. Su esperanza fue que el Mesías, el Cristo un hombre como ellos iba a ordenar toda esa situación. MASHIAK que es hebreo para Mesías, y christos en griego son vocablos asociados con quien iba a gobernar en nombre de Dios. Dios gobernará mediante Su Mesías / Cristo Hijo Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Jesús Es el Cristo de Dios Parte 2 Eduardo Di Noto 8 Marta, Felipe, Natanael, Pedro, Pablo, todos ellos 19 y los demonios, supieron quién era Jesús. También deberíamos saberlo nosotros. Mateo 16:13-16: 13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Puede que la gente de la época se equivocara en cuanto a la identidad del Señor Jesucristo, pero lo confundían con otros hombres: Juan, Elías, Jeremías… ¡no lo confundían con Dios! El mismo Jesús le preguntó a Pedro: “¿Quién dicen los hombres que es el hijo del Hombre?” Los hombres, es decir los seres humanos tienen hijos como ellos, seres humanos también. Luego Jesús quiso saber qué pensaban sus discípulos. La respuesta de Pedro no puede sorprender a nadie. 15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo [christo], el Hijo del Dios viviente. |
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395 | ¿Qué es el Verbo en Juan 1? Parte 1 |
Parte 1 |
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396 | ¿Qué es el Verbo en Juan 1? Parte 2 |
En un sentido muy estricto, podríamos decir que Dios es Su Palabra. En el cierre del versículo uno nuestra versión dice: “el Verbo era Dios”, la New English Bible1 lo tradujo: “Lo que Dios era, la Palabra era”. Por eso es importante que ahora estudiemos la preposición griega pros que aparece en los dos primeros versículos del primer capítulo de Juan. La Relación de Dios con Su logos Juan 1:1 y 2: 1 En el principio era el Verbo [logos], y el Verbo [logos] era con [pros] Dios, y el Verbo [logos] era Dios. 2 Este era en el principio con [pros] Dios. Hay un sitio Web dedicado a la gramática griega que dice que pros significa proximidad, al lado de, relativo a. Para que entendamos mejor la definición de pros, esta fuente de consulta la define junto a otras dos preposiciones lo que para nosotros es una gran ayuda. Así que continúa diciendo: Cada preposición precisa el movimiento: con eis se indica que se penetra el objeto, para expresa que se detiene al lado; pros que uno tiene el objeto bajo su influencia2 . Pros denota movimiento hacia, pero con la interrupción de este movimiento en la proximidad de Dios en nuestro caso. Se diferencia de eis porque en tal caso el movimiento continúa hasta dentro del objeto. También se diferencia de para pues lo ubicaría al logos al costado del objeto. En la definición que da el Dr. Bullinger3 dice que pros es en dirección hacia, no como para sino dirigido hacia, implicando intercomunión íntima y cercana, Bullinger 1 The New English Bible tomada de Vaughan, Curtis, General Editor. The Bible from 26 Translations. Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, EEUUA. 1988. Pág. 2067 2 http://www.scribd.com/doc/6743284/Gramatica-Griega-Etimologia-Preposiciones 22ene11 3 Ob. Cit. A Critical Lexicon… Pág. 888 E 21 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 2 Eduardo Di Noto 2 21 continúa diciendo que pros también significa: junto pero con clara y definida independencia de. Si Dios hubiera usado para, en lugar de pros; daría lugar a la interpretación que logos sería un “co igual” a Él. Usando esta información que hemos recolectado ha |
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397 | ¿Qué es el Verbo en Juan 1? Parte 3 |
Juan 1:3-5: 3 Todas las cosas por él [por Dios por medio de Su Palabra] fueron hechas, y sin él [sin Dios mediante Su Palabra] nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. omo el logos está junto con Dios pero es claramente independiente de Él, en ocasiones uno puede confundirse entre uno y el otro. Dios, como el Autor de Su Palabra que es, es el iniciador de todo “en el principio creó Dios1…” Nuestro Padre es el Creador de los cielos y de la Tierra y de todo lo que hay aquí. El logos es cualquier expresión de nuestro Padre. La confusión que nunca tenemos que tener es la de no saber Quién es el Padre y quién el hijo. El versículo dos dice que el logos existía en el principio con Dios. El tres comienza diciendo que “todas las cosas por él fueron hechas”. Por contexto el pronombre “él” se refiere al sustantivo asociado más cercano: Dios (del versículo dos). Lo que sucede es que Dios, para hacer lo que hizo, lo hizo a través de Su Palabra. 4 En él [en Dios mediante Su Palabra] estaba la vida [zoe], y la vida [zoe] era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Toda luz proviene de Dios. Todo lo que proviene de Dios es mediante Su logos. Su Palabra viene a nosotros por las palabras de Dios que hablaron los profetas. No todo lo que Dios reveló a los profetas fue escrito. A veces hablaban la Palabra de Dios y no la escribían. En otras ocasiones escribían lo que antes habían hablado. Así que las palabras que sí tenemos disponibles, provenientes de Dios habladas por Sus profetas y que han sido escritas, son la luz de los hombres. Es lógico que la Palabra sea luz siendo que Su Autor también lo es. 1 Génesis 1:1 C 22 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 2 22 1 Juan 1:5: Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Así viene la Palabra a nosotros. Aquí dice: “este es el mensaje que oímos de Él”. Dios les dio un mensaje para que nos compartieran y ellos lo anunciaron. La Palabra escrita continúa brillando en la oscuridad de este mundo. Las tinieblas no pueden traer luz ni pueden apagarla. Cualquier intento por parte de las tinieblas de prevalecer sobre la luz es absolutamente inútil. De no ser por Dios y Su Palabra este mundo sería uno de impenetrables tinieblas. Toda la vida y la luz emanan de Dios a través de Su logos. Todas las cosas fueron hechas por Dios a través de Su Palabra. 2 Pedro 3:5: Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra [logos] de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste Salmo 33:6: Por la palabra [DABAR] de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. Como habíamos visto, DABAR es la palabra hebrea equivalente a logos y no se usa de una persona, sino de una cosa. La Palabra de Dios hizo los cielos y la Tierra y todo lo que hay en ella. Dios los hizo con “el aliento de Su boca”. Aliento es la palabra RUACH que significa espíritu. Hermosa figura literaria que señala con énfasis que los cielos y la Tierra fueron hechos por Jehová, Quien es espíritu. Versículos 6 al 9 Juan 1:6-9: 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz [la luz de Dios], a fin de que todos creyesen por él [por Juan]. 8 No era él [Juan] la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. Juan fue uno de los profetas mediante los cuales Dios manifestó Su Palabra, Su voluntad a las personas. Como todo enviado de Dios portaba la luz de Él que es inherente a Su Palabra. La Palabra de Dios es la fuente de toda luz y lógicamente es inseparable de toda luz espiritual. Dios profirió Su Palabra y la luz existió. Luego Él iluminó a la humanidad mediante Su Palabra. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 3 22 Salmo 118:27a: Jehová es Dios, y nos ha dado luz… Salmo 119:105 y 130: 105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. 130 La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples. Proverbios 6:23a: Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz… Este aspecto esencial de la Palabra: ser luz, fue evidenciado “físicamente” en Jesucristo, siendo como fue, la Palabra hecha carne2 . Esto es de lo que vino Juan a dar testimonio. La luz de Dios mediante Su logos ya estaba en el mundo desde hacía muchos siglos. Juan anunciaba que el logos hecho carne traía consigo aquella misma luz de Dios. El Señor Jesucristo era un profeta singular. Pues como todo profeta declaraba la voluntad de Dios, pero él además era el logos en la carne y era de quien habían profetizado en la antigüedad. Nuestro precioso Señor era un profeta/Hijo. Mateo 4:16 y 17: 16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. 17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. La luz les resplandeció a esta generación por la presencia personal de Jesús y por el mensaje absolutamente coincidente con las Escrituras hebreas que él declaraba: El Reino de los cielos. Juan 8:12: Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida [zoe]. “Todos los logos” tienen mensajes, propósitos y poder coincidentes en grado absoluto pues todos provienen de la misma fuente: Dios Génesis 1:2 b: … y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo… 2 Se refiere a Juan 1:14 que se verá más adelante en este mismo capítulo Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 4 22 El cambio de las tinieblas a la luz lo hizo el logos. Como vimos en Juan 1:5, las tinieblas no prevalecieron. Génesis 1:3: Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Así como aquel cambio imprescindible, fundamental en la creación se dio mediante el logos, la Palabra, también así en nuestra vida se da por el Señor Jesucristo. Hechos 26:18: Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí [en el Señor Jesucristo, el logos en la carne], perdón de pecados y herencia entre los santificados. Ahora somos luz en Dios gracias al trabajo de redención hecho por nuestro Padre en nuestro favor mediante la persona de nuestro querido Señor. Efesios 5:8, 11, 13 y 14: 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz 11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 13 Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Cristo es el medio por el cual Dios está haciendo brillar y estableciendo Su nueva creación en Sus hijos. Aquella primera de Génesis fue teñida por el pecado. De la misma manera que Dios no puede ser separado de Su Palabra o de Su sabiduría; Su logos en cualquier “formato” no puede ser separado de Su luz. Dios es hecho conocido por Su Palabra que es luz verdadera que ilumina al hombre. Juan el Bautista no era Dios ni la luz de Dios sino un hombre llamado a traer testimonio de que la luz de Dios, ahora “corporizada” en Jesucristo, se acercaba. Versículos 10 al 13 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 5 22 Juan 1:10 y 11: 10 En el mundo estaba [Dios, Su luz, Su logos], y el mundo por él [por Dios mediante Su Palabra] fue hecho; pero el mundo no le conoció [ni a Dios ni a Su logos]. 11 A lo suyo vino [a Israel mayormente mediante Sus profetas], y los suyos no le recibieron. Hay muchos ejemplos del maltrato que recibieron los profetas de Dios a lo largo de todo el Antiguo Testamento. Veamos algunos. 1 Reyes 19: 10: El [se refiere a Elías] respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. Nehemías 9:26: Pero te provocaron a ira [quien habla es Esdras], y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones. Hechos 7:52: [Habla Esteban] ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores. Rechazar a los profetas de Jehová es rechazar a Jehová. Nuestro querido Dios fue rechazado “en Sus representantes”. Algunos de ellos rechazaron las Escrituras, algunos rechazaron a los profetas que hablaban en nombre de Dios rogándoles que regresen a aquellas Escrituras. Luego, cuando vino Jesucristo, también fue rechazado por algunos. Es decir que algunos de Israel rechazaron “los logos” de Dios. Pero así como hay registros que documentan el rechazo de Israel, afortunadamente, hay también, registros de Israel, o más bien de algunos entre ellos, que si recibieron a Dios por medio del llamado que les hacían los profetas (incluido Jesucristo) a que regresaran a Jehová. Juan 1:12: Mas a todos los que le recibieron [a Dios por medio de Su logos], a los que creen en su nombre3 [el nombre del logos hecho carne], les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 3 Este “nombre” tiene que referirse al nombre de Jesús pues quienes creen en ese nombre; Dios les da la potestad de ser hechos hijos de Él. Quienes creyeron en el nombre de Dios en el Antiguo Testamento no fueron hechos hijos Suyos. Ese inmenso privilegio vino de la mano de Jesús el logos en la carne por la misericordia y gracia de Dios. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 6 22 Entre los versículos seis al ocho, la Palabra presenta a Juan el bautista y declara su misión de dar testimonio de la luz. Él vino a predicar a Dios, Su luz, Su logos. Juan lo hizo presentándole a Israel al logos prometido en las Escrituras, el logos hecho carne, el Mesías previamente anunciado por otros profetas antes de él en el logos escrito. Lo que estaba registrado en las Escrituras que todos ellos conocían se había hecho realidad concreta, tangible delante de sus propios ojos. El apóstol Juan en otra de sus epístolas escribió lo siguiente: 1 Juan 1:1 y 2: 1 Lo que era desde el principio…, No puede querer decir el principio de Génesis 1:1 como en su Evangelio4 , sino el principio del ministerio de Jesús. … lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos… No puede ser que hayan visto y oído la creación de los cielos y la Tierra. Lo que ellos vieron y palparon fue el logos, la Palabra en la carne, en concreción, lo tuvieron delante de sus ojos y lo tocaron. El Señor Jesucristo fue totalmente tangible, absolutamente perceptible por los cinco sentidos. … tocante al Verbo [logos] de vida [zoe] 2 (porque la vida [zoe] fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida [zoe] eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó [¿cómo se manifestó? en el hijo]) La vida por siempre5 ya estaba con el Padre. Lo que Juan habla aquí es que comenzaba a manifestarse en la persona del hijo. Para entender mucho mejor este pasaje es relevante que veamos una de las razones para las que vino el Señor Jesucristo. Juan 10:10b: … Yo he venido para que tengan vida [zoe], y para que la tengan en abundancia. Así como antes de Jesucristo recibían a Dios y a la vida por siempre mediante recibir y creer la Palabra por medio de los profetas; ahora este profeta/Hijo; habiéndose ofrecido como rescate, nos dio acceso directo al Padre. Luego de Pentecostés esa vida maravillosa, prometida en las 4 Juan 1:1 5 La diferencia entre vida eterna y vida por siempre es que el único eterno es Dios Quien no tiene ni principio ni fin. La vida que heredamos nosotros de la mano de Jesucristo es por siempre pues sí tiene un comienzo pero no tiene final. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 7 22 Escrituras, estuvo disponible para todo el que confiesa y cree en el nombre del Señor Jesús. Justamente él fue quien la logró en nuestro favor. Es la misma vida por siempre pero con mayores beneficios presentes. Esa vida zoe está disponible mediante la fe en Jesucristo. A partir de la venida de Cristo, el único camino al Padre es él. Juan 14:6: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida [zoe]; nadie viene al Padre, sino por mí. En Juan 1:12 dice: “…a los que creen en su nombre…”. En realidad es en todo lo que ese nombre significa. No es meramente creer que Jesús haya existido, sino creer con el conocimiento preciso de la Palabra de Dios que él es el Señor y que Dios le levantó de los muertos. Jesús es el “plan de salvación de Dios hecho carne”. Hay que ser muy cuidadoso con esto. Jesús no es Dios hecho carne. Jesús es el plan de Dios, Su promesa a Eva hecha carne. Jesús es la solución de Dios a la caída del hombre. Por eso es que en NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN. Así de importante es saber exactamente quién fue Jesús y qué hizo. Creer en el nombre del Señor Jesús6 , con el entendimiento de lo que significa, es imprescindible. Después de todo, fue Su mismo Padre Quien le dio ese nombre. Mateo 1:21-23: 21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta [el profeta habló la Palabra que venía de Dios, entonces Su plan se hizo conocido no bien comenzó a ser declarado], cuando dijo: 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros7 . Jesús nació debido a la intervención de Dios en María y cuando creció decidió representarlo a Dios con cada fibra de su ser. Por eso quien lo había visto a él era como si lo hubiese visto al Padre de él. Jesús era por nacimiento y por propia elección, de andar obedientemente, Dios con nosotros. Juan 1:13 Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 6 Juan 14: 13, 14 y 26; 15:16; 16:23 y 24; Hechos 2:21, 38; 3:6; 4:12; 9:14-16, 27-29; 10:43; Efesios 1:21, 5:20; Filipenses 2:9 y 10 7 Puede ampliar este tema en el Apartado “Mateo 1:23” más adelante en la Clase Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 3 Eduardo Di Noto 8 22 Cuando uno cree en el nombre de Jesús y todo lo que ese nombre significa (que es el Señor + que su Padre le levantó de los muertos), Dios lo hace a uno Su hijo8 . Espiritualmente hablando uno es engendrado por la voluntad de Dios; una vez que uno, por su propia voluntad, confesó y creyó. Dios derramó Su luz de vida mediante Su logos (es decir revelándose a Sí mismo y Su voluntad) a la gente en el Antiguo Testamento. Generalmente, y lamentablemente, no la creyeron, no la recibieron porque no creyeron la Palabra de Dios. Cuando Dios guió al pueblo de Israel fuera de la esclavitud de Egipto, por medio de Moisés, el pueblo se rebeló. Estaban llenos de temores de los supuestos retos que les esperaban y muchos desearon y pidieron regresar a Egipto que en realidad significaba regresar a la esclavitud9 . No creyeron la Palabra de Dios, el logos de la boca de Moisés. Cuando Jehová les dijo que tomaran posesión de Canaán, de los doce espías que fueron; diez dijeron que no la tomaran porque no creían la revelación de Dios aun a pesar de todos los milagros que habían visto. Un número grande del pueblo de Israel ni creyó ni recibió el logos de Dios. Nunca es posible recibir, y verdaderamente creer la Palabra de Dios en toda Su integridad y exactitud de manera natural, mediante información recogida solamente por los sentidos. 1 Corintios 2:14: Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En estos versículos de Juan que estamos estudiando, el tema es recibir el testimonio de la Palabra de Dios; para ello, uno debe primero creer esa Palabra. Creer la Palabra incluye creer que Dios ha dado a Su gente autoridad sobrenatural como declaran las Escrituras. Cada creyente refleja aspectos de Dios cuando es obediente a Él siguiendo Su logos y Su espíritu. Por eso la mejor manera en la que Dios se comunicó con la gente, fue a través de Su unigénito hijo quien fue, por su nacimiento y por su andar obediente sin faltas, el logos en la carne. |
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398 | ¿Qué es el Verbo en Juan 1? Parte 4 |
Juan 1:14: Y aquel Verbo [el logos, en cuyo nombre hoy día hay que creer para ser hecho hijo de Dios] fue hecho carne… sta expresión es una declaración “antropológica” muy simple y a la vez muy contundente: “…fue hecho carne…”. El logos, la Palabra hecha carne no fue hecho por sí mismo sino por “alguien” exterior a él. Observe detenidamente; Dios no se hizo carne. Fue el logos prometido que fue hecho carne. Jesús fue producto del aporte del Creador en María y una vez que nació no antes estuvo entre nosotros. En el versículo tres de Juan capítulo uno dice muy claramente que todas las cosas fueron hechas por Dios mediante Su logos. Lo mismo se aplica a nuestro Señor. Cuando el ángel Gabriel visitó a María, le expresó a esta maravillosa mujer, la Palabra, es decir la voluntad de Dios. Luego del tiempo normal de gestación para cualquier ser humano, esa Palabra de Dios, en boca de Gabriel, fue hecha carne. Entonces a partir del momento de su nacimiento no antes… … y habitó [skenoô] entre nosotros… La palabra traducida “habitó” viene de un vocablo griego que podría ser traducido literalmente “puso o montó su tienda o su tabernáculo”. Como cuando Dios reveló Su gloria y presencia en el Tabernáculo de Reunión. Éxodo 33:7-10: 7 Y Moisés tomó el tabernáculo [skênê], y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo [skênê] de Reunión. Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo [skênê] de reunión que estaba fuera del campamento. 8 Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo [skênê], todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo [skênê]. 9 E 23 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 4 Eduardo Di Noto 2 23 Cuando Moisés entraba en el tabernáculo [skênê], la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo [skênê], y Jehová hablaba con Moisés. 10 Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo [skênê], se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba. En este registro, según la Septuaginta1 , la palabra “tabernáculo2 ” proviene de un pariente del vocablo griego skenoô. La Palabra de Dios usa el mismo vocablo refiriéndose a nuestros cuerpos mortales actuales. 2 Corintios 5:1-4: 1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo [skenoô], se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3 pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo [skenoô] gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 2 Pedro 1:13: Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo [skenoma pariente de skenoô], el despertaros con amonestación El tabernáculo de Reunión era una habitación pasajera. Igual que “nuestro tabernáculo” o el de Pedro o como fue el que habitó nuestro Señor. Luego, cuando Dios lo resucitó, le proveyó uno definitivo “sin fecha de vencimiento”. Similarmente al Tabernáculo de Reunión de Éxodo, mientras Jesús estuvo sobre la Tierra manifestó la gloria y presencia de nuestro querido Padre. La gente iba al Tabernáculo de Reunión a encontrarse con Dios. Similarmente era en Jesucristo que la gente se encontraba con Dios3 . La última parte de Juan 1:14 dice: … (y vimos [theaomai] su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. La palabra traducida “vimos” en griego significa más que ver físicamente. Según Vine4 es contemplar, mirar con atención… en el sentido de una consideración maravillada… significa una contemplación más intensa que los verbos ordinarios para ver… ver con admiración, deseo o consideración. Es más que lo que se percibe físicamente con el ojo. Lo que ellos vieron de esta manera fue la gloria que es el brillo 1 Brenton, Sir Lancelot C. L. The Septuagint Version: Greek and English. Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan, EEUUA. 1961. Pág. 115 2 Hay una versión “en línea” en hebreo que dice que las palabras aquí traducidas “tabernáculo” y “tienda”, provienen de la palabra hebrea O HEL. http://biblehub.com/interlinear/exodus/33.htm 1may2015 3 Juan 14:9 4 Tomado de ESword Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 4 Eduardo Di Noto 3 23 como si fuera el del sol que fue percibida o sentida mediante las cosas que Jesús hizo delante de ellos. Esta gloria fue como la del unigénito del Padre. Los Israelitas miraban el rostro resplandeciente de Moisés5 , y también miraban el Tabernáculo6 y la gloria de Dios asociado a este. El apóstol Juan dijo que ellos miraban a Jesús y vieron la gloria de Dios. Jesucristo lo representó a su Padre con cada fibra de su ser. Juan 4:34: Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Juan 6:38: Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Juan 8:29: Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada. Sin duda Jesucristo estuvo absolutamente lleno con la gracia y la verdad de Dios. Nuestro precioso Señor fue el plan de Dios para la redención y salvación del hombre. El tema de la Biblia es Dios, Quien se reveló a Sí mismo más acabadamente en Su Hijo, Jesucristo, el redentor de la humanidad. En el Antiguo Testamento Dios reveló este plan de salvación, el Mesías prometido, mediante Sus profetas. No bien el hombre se puso en una posición de alejamiento absoluto de Dios, por desobediencia, Jehová lanzó Su amoroso plan de salvación. Ahí comenzó y no descansó hasta que apareciera aquel quien había sido Su promesa a partir de Génesis 3:15. Génesis 3:15: Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Jesucristo es la simiente prometida por Dios a Eva, y en ella a la humanidad toda. Lo que el Creador le dijo a la mujer, es decir Su plan de redención, está registrado en Su Palabra que es Su logos escrito. Cuando apareció Jesucristo, en la escena del servicio redentivo y sustitutivo7 , esa promesa y expresión de Su corazón se hizo realidad, se concretó, “se hizo carne” de manera práctica. Que el logos haya comenzado a ser expresado como una persona no significa que era una persona antes. Fue ahí que el plan y corazón de Dios fue expresado 5 Éxodo 34:29-35 6 Éxodo 29:42-44; 33:7-11 7 Puede descargar las Enseñanzas de la Clase Somos como era |Jesucristo| era como somos del sitio Web. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 4 Eduardo Di Noto 4 23 en un ser humano. ¡Mucho cuidado!Lo que se hizo carne no fue Dios, sino el plan de salvación revelado en la persona de Jesucristo, el hijo Dios siempre declaró Su Palabra de distintas maneras a lo largo de la historia de la humanidad. Cuando Su plan se concretó en Su hijo, se nos expresó completamente a través de él. Jesús fue el logos pero no fue todos “los logos”, pues Dios ha expresado Su corazón de distintas maneras. Es verdad que quien vio a Jesús, vio al Padre pero también es verdad que si usted estudia la Palabra, también lo “verá” al Padre, no será como verlo al Señor Jesucristo, el logos hecho carne, pero es igual de logos que él. Hebreos 1:1 y 2a: 1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo8… Antes del ministerio del Señor Jesucristo, Dios comunicó Su voluntad principalmente por medio de Sus profetas y ángeles. Esta palabra que hablaban era el logos hablado, si se escribían esas palabras, entonces eran lo que hoy conocemos como las Sagradas Escrituras, el logos escrito. Pero cuando el hombre de obediencia perfecta, dedicó su vida a Dios Quien le dio poder con Su espíritu santo, el logos fue presentado a la humanidad en un “formato” o “envase” diferente: carne y sangre. A través de este hijo con el espíritu de Dios; y su completa obediencia, Dios pudo comunicar Su voluntad en la manera más dinámica que jamás haya sido posible. Nuestro Señor representó todo lo que Dios podía comunicar sobre Sí Mismo en un ser humano. Jesús comunicó perfectamente al amor y la sabiduría de su Padre por obediencia amorosa a las Escrituras hebreas y a la revelación directa de Dios a él. De manera muy simple, Jesús manifestó la gloria de Dios. Así Dios, durante el período de vida de servicio obediente del Señor Jesús, el Cristo de Dios9 , comunicó maravillosamente Su voluntad a Su pueblo para que regresaran a Él. Jesús corporizaba tan completamente al logos que llegó a ser la revelación de Dios a los Suyos. Los profetas de antaño habían hecho suya la Palabra que les había dado Dios para que declaren. Esa Palabra, entonces, era parte de ellos. Pero eso no significaba que todas las otras cosas que hablaran fueran la Palabra de Dios. Con Jesucristo el caso fue diferente pues todo lo que dijo e hizo era la voluntad de Dios. Por eso podríamos decir que “corporizaba” la Palabra. Pero mucho cuidado porque Jesús no corporizaba al Autor de esa Palabra. Toda su vida 8 Todo este registro de Hebreos es estudiado en la Sección V: Algunos pasajes, registros o versículos que pueden ser mal interpretados o que se presentan como incompatibles con la evidencia Escritural 9 Ob. Cit. El Reino de Dios… Pág. 32 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 4 Eduardo Di Noto 5 23 fue un “escrito está”. Eso habla de su profundo amor por Dios y su absoluta dependencia del logos escrito. Esta manera de vivir y servir fue voluntaria, por su deseo de obedecer a su Padre y llevar adelante los planes de Él. Nuestro Señor era el logos en la carne, ¡claro está!, pero pudo haber decidido no declarar la Palabra de Dios con su vida. ¡Qué benditos somos que Dios nos proveyó un redentor que decidió que su vida fuera un continuo escrito está! En el versículo quince, que en un rato veremos, el Evangelio de Juan da un giro de regreso a Juan el Bautista. Él tuvo el inmenso privilegio de bautizar a Jesús para darle un comienzo formal a la dedicación de su vida de servicio a Dios. Mateo 3:16 y 17: 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. El Padre, presente en esta magna ocasión, reconociendo a Su hijo. Este es un detalle de inmensa simpleza que es descartado por una parte de la cristiandad Este es mi Hijo amado10. Eso es lo que Jesucristo es, Su hijo amado. Esto es lo que Dios mismo piensa de Jesucristo y nos lo expresa de la manera más simple posible. ¿Por qué pensar diferente? ¿Hay error de Dios en esta declaración que necesita la aclaración de los teólogos? ¿Nosotros sabemos acerca de Jesús algo que Dios aun no sepa por eso cambiamos la identidad de nuestro Señor? ¿Necesitamos de alguna manera corregir el supuesto error de Dios al haber dicho que Jesús no era Él sino Su hijo? ¡Claro que no! La simpleza de la maravillosa Palabra impugna toda otra interpretación. Juan fue testigo del debut del ministerio del Señor Jesucristo que cambiaría el mundo. Versículo 15 Juan 1:15: Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes [protos] de mí; porque era primero que yo. La palabra griega para “antes” sería mejor traducida como superior “en rango”. Aunque cronológicamente Jesús nació unos meses después que Juan, él mismo declaró que estaba por encima de él en “rango” ya que Juan no era hijo de Dios ni iba a ser el redentor y salvador. 10 Hay otros registros en donde el Padre celestial dice lo mismo: Mateo 17:5; Marcos 9:7; Lucas 9:35; 2 Pedro 1:17 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 4 Eduardo Di Noto 6 23 El espíritu de Dios en las personas le permite comunicación personal con su Padre celestial. Sin ese espíritu de Dios hay un abismo insalvable entre Dios y el hombre. Jesucristo es el puente que une ese abismo. Juan el Bautista fue un hombre singular en la historia de la humanidad. Él es el único registrado que nació con el espíritu de Dios. Fue por esto que Jesús, hablando de él, dijo que no había ninguno mayor que Juan11 . Dios lo comisionó a Juan a que diera testimonio de la luz de la Palabra de Dios. Eso hizo en su ministerio público de algún tiempo antes de bautizar a Jesús. Juan vio de cerca el ungimiento del hijo de Dios, Su Mesías, Su Cristo, el rey del reino venidero. El salvador estaba siendo instaurado como el supremo sirviente de Dios en beneficio de la humanidad toda. Juan fue el primero en darle reconocimiento público cuando dijo: Juan 1:29b: … y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. ¡Imagínese! Juan mirando a los ojos del tan esperado Mesías de Israel, el unigénito de Dios, el cordero de Dios, la simiente prometida, la Palabra de Dios en la carne. Juan había servido fielmente a los propósitos de Dios, peleó en contra de toda oposición y fue reconocido como si fuera Elías. Juan no vio a Dios, vio al cordero de Dios, vio al logos en la carne. No solamente Juan; nadie ha visto a Dios. Jesús no fue Dios sino Su hijo. Toda su constitución física fue igualmente de humana como la nuestra. Su alma era humana, pero mediante hacer de la voluntad de Dios su propia voluntad, después de recibir el espíritu de Dios hizo conocido a Dios de manera perfecta. Jesús dejó de lado su humano egocentrismo (que por naturaleza es común a todos los hombres) y presentó su vida como un sacrificio para Dios. Jesús obedeció a su Padre de manera perfecta en todas sus acciones. Este hombre como nosotros, pero sin pecado, fue el logos hecho carne. |
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399 | ¿Qué es el Verbo en Juan 1? Parte 5 |
Juan 1:16 y 17: 16 Porque de su plenitud [pleroma] tomamos [lambanô] todos, y gracia sobre gracia. a palabra “plenitud” viene de un vocablo griego que denota eso: plenitud, aquello de lo que algo está lleno a tal punto que ya no puede llenarse más1 . Lleno hasta el tope. Luego continúa diciendo que de esa plenitud nosotros tomamos. En realidad esa palabra sería mejor traducida “recibimos en manifestación”. Hay dos palabras griegas que pueden ser traducidas recibir: La una es dechomai y la otra es lambanō. Dechomai significa recibir de manera subjetiva. Es una recepción de algo que no necesariamente se exterioriza. Lambanō en cambio es cuando se recibe en manifestación. Usted lo recibió y nosotros nos enteramos2 . Esa es la palabra usada aquí. La siguiente cláusula “gracia sobre gracia” significa como que nos fue apilada la gracia sobre la gracia, sobre más gracia todavía… Como si fueran cajas apiladas hasta el infinito. ¡Qué forma tan hermosa de decir que hemos recibido en manifestación la gracia que lo llena a nuestro Señor hasta el infinito! Esa gracia nos fue dada; no por propia virtud sino por el trabajo de él en nuestro inmenso favor. El Señor Jesucristo exteriorizó esta gracia y verdad inacabable que lo llenaba. De ahí es que nosotros la recibimos para exteriorizarla como lo hizo él. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 1 Estos conceptos fueron extractados de Vine, Thayer y Strong tomados de ESword 2 Di Noto Eduardo Nuevo Nacimiento. Realidad. Privilegio. Responsabilidad. Ediciones de la Palabra de Dios sobre el mundo. Buenos Aires, Argentina. Año 2010. Pág. 82 También puede descargar la Enseñanza N° 191 E/espíritu S/santo Lambanô / dechomai L 24 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 5 Eduardo Di Noto 2 24 La expresión de Dios en el Antiguo Testamento: la Ley, vino por medio de uno de Sus profetas Moisés. La expresión de Dios en el Nuevo Pacto vino por medio de otro profeta Suyo, Su hijo La gracia y la verdad. Jesús fue una expresión externa de los propósitos de redención y salvación de nuestro amoroso Dios. Ya sea que la Palabra esté escrita, sea hablada o hecha carne (vivida por Jesús) no puede ser separada de Dios. Ella es todo lo que podemos conocer de Dios. Así que desde el punto de vista del hombre, la Palabra de Dios es Dios mismo. Según dice esa misma Palabra en Juan capítulo uno, la Palabra de Dios estaba con Dios; hoy sigue estando con Dios y Él sigue siendo conocido mediante Su Palabra tal y como fue al principio. La Palabra hecha carne es uno de los muchos medios en los que Dios ha comunicado Su logos. Todos los medios que Dios utilizó para comunicar Su logos son igual de auténticos. Quienes proponen a la trinidad como doctrina, en lugar de honrar la Palabra escrita, tratan a la Palabra como si hubiera que corregirla y cuando en Juan 1:14 leen que el logos fue hecho carne simplemente le hacen decir que Dios se hizo carne. De esta manera parecería que el logos escrito necesita de su ayuda para mejorarlo. Lo que es imprescindible que nosotros entendamos es que la Palabra escrita es el criterio máximo de segura verdad para el hombre Sin ésta, él permanece ignorante acerca de la vida, de la piedad3 y del Señor Jesucristo. La Palabra hecha carne no está presente sobre la Tierra, pues fue ascendido y colocado a la diestra de Dios. Entonces nuestra única manera de conocer cada aspecto del redentor solamente es posible dependiendo de la Palabra escrita. Simplemente no es posible conocer a Cristo por la carne en este momento. 2 Corintios 5:16: De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. La única manera de conocerlo a Cristo, hoy por hoy, es intelectualmente por la Palabra de Dios escrita. La manera de conocerlo por experiencia es por fe, andando en el espíritu santo y haciendo sus trabajos y aún mayores4 . Así que como hijos de Dios que somos tenemos respeto por el logos de Dios hecho carne como si estuviera presente. 3 Juan 5:39, 2 Pedro 1:3 4 Juan 14:12 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 5 Eduardo Di Noto 3 24 Versículo 18 Por si alguien pudiera confundirse, tanto en este texto como en el resto de la Palabra, Dios deja bien en claro que nadie jamás lo ha visto a Él. Juan 1:18: A Dios nadie [oudeis] le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. Dios es invisible5 al ojo humano. Nadie6 en griego es una enfática negación. Es nadie sin excepción, sin distinción. Cada vez que Dios necesitó comunicar Su voluntad tuvo que utilizar un recurso de los sentidos para manifestarla: la zarza de Moisés, la escritura en la pared, el sueño de José, el asna de Balaam…nuestro querido Señor. Hasta su llegada a la escena de servicio absolutamente nadie antes de él había percibido a Dios como lo hizo él y como él lo hizo perceptible a los suyos. La gracia de Dios y Su verdad fueron exhibidas en una capacidad superlativa como nunca antes de Jesucristo. Juan 6:46: No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. Nuevamente, aquí es importante recordar que dos declaraciones opuestas no pueden ser verdad ambas a la vez. Habiendo tanta documentación que Jesucristo no pudo haber visto a Dios cuando era ser humano este versículo nos estaría diciendo que la percepción que tuvo Jesús de su Padre excedía grandemente a la de sus colegas profetas del Antiguo Testamento. Nuestro Señor percibió a nuestro Padre completamente. Para que nosotros podamos percibirlo completamente; indefectiblemente, tenemos que tener espíritu santo dentro. 1 Juan 4:12 y 13: 12 Nadie ha visto [theaomai] jamás a Dios [nosotros ya sabíamos esto. Nadie incluye a nuestro Señor]. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. Observe la cantidad de “en” que hay en estos dos versículos. Además el versículo trece corona el concepto diciendo que Dios nos ha dado de Su espíritu. Sin el espíritu de Dios no se lo puede percibir a Dios de manera 5 Romanos 1:20, Colosenses 1:15 y 16, 1 Timoteo 1:17 y Hebreos 11:27, Juan 4:24 Lucas 24:37-41 6 Según Strong significa: ni siquiera uno. Nadie, ninguno, nada. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 5 Eduardo Di Noto 4 24 completa y por consiguiente tampoco se lo puede manifestar a las personas. Este “ha visto” no indica, necesariamente, ver con los ojos sino que es más bien una percepción del entendimiento. Lo que está diciendo que ahora (y antes) se puede percibir a Dios; una vez que uno tiene el espíritu santo dentro. 1 Corintios 2:9, 10, 12-14: 9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Nosotros podemos discernir a Dios y Sus cosas porque tenemos Su espíritu en nosotros gracias a la entrega de Jesús por nosotros. El hombre de solamente cuerpo y alma no puede percibir a Dios. Juan 14:8-11: 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? Lo que Jesús le decía a Felipe es que quien sea que haya entendido quién era y a qué venía Jesucristo, por ver sus acciones, obtenía junto a eso una percepción de Dios. El Creador es invisible, de tal manera que nadie puede verlo físicamente, aun así la gente podía percibirlo como resultado de ver la Palabra hecha carne. Quien sea que veía al hijo, percibía al Padre. Muchas veces nosotros observamos cómo se comportan los niños y sin entrar en demasiado detalle, tenemos una percepción de cómo puede ser su familia en casa. Así es con Dios y con Su Hijo. 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 5 Eduardo Di Noto 5 24 soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. Nuevamente aquí tenemos que observar los “en” de los últimos dos versículos. No dice “yo soy el Padre y el Padre soy yo”. Su Padre moraba en él como mora hoy en nosotros. Cuando nosotros creemos en Dios en Cristo en uno, hacemos las obras de nuestro Señor y aun mayores y manifestamos el espíritu santo dentro. Eso permite que la gente perciba a Dios. Estos primeros dieciocho versículos del hermoso Evangelio de Juan comienzan declarando qué es el logos y su estrechísima relación con Dios, el Creador. Lo hace alternando entre declaraciones acerca de la Palabra y declaraciones acerca de Juan el Bautista7 . Fue mediante este maravilloso profeta que el Padre anunció “con bombos y platillos” la llegada de Su Mesías, Su hijo y su misión redentiva que cambiaría de la Administración de la Ley a la de la Gracia. Propuesta de Lectura Ahora sometemos a consideración del estudiante una propuesta8 de lectura y sentido de esta sección de la Escritura en la que hemos pasado un largo tiempo estudiando. Ya hemos definido acabadamente al vocablo 7 Para un mejor entendimiento de esta estructura puede dirigirse a Bullinger,E. W. The Companion Bible, Samuel Bagster & Sons Ltd., Pág. 1512 8 Este texto no es más que una propuesta como hay otras muy buenas de otros hermanos en Cristo. Es más bien la lectura con el sentido que entendemos que tiene en virtud de todo lo que hemos estudiado. No pretende ser una traducción. Vers. Tema Énfasis 1-3 | Dios ˘ Su logos Dios, Su logos, Su Palabra Lo que Dios era (y es). Todo lo hizo mediante Su logos que es la autoexpresión de Dios puesta en acción 4 | En el logos estaba la vida 5 | La luz prevalece 6 | Presentación de Juan Juan 7,8 | Misión de Juan: dar testimonio de la luz Presentación y misión 9 | Luz verdadera La Palabra 10 | El mundo hecho por Dios mediante Su logos 11 | Israel no recibió ni a Dios ni a Su logos 12,13 | Quienes si recibieron fueron hechos hijos 14 | El logos fue hecho carne 15 | Dio testimonio (reitera misión de Jesucristo) Juan 16 | Tomamos de su plenitud 17 | Moisés la Ley Jesucristo la Gracia 18 | Por si hubiera alguna confusión A Dios nadie le vio jamás Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 5 Eduardo Di Noto 6 24 logos de tal manera que lo reemplazaremos en el texto; sabiendo que cuando lo leamos entendemos la profundidad de su significado. 1 En el principio era la Palabra y ese medio por el cual podemos saber todo acerca de El Elohim, estaba junto con Él, pero era claramente independiente de Él. Lo que la Palabra era; Dios era. 2 Esta Palabra existía en el principio, en comunión íntima y cercana, con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por el Creador mediante Su Palabra. Es decir, que esa Palabra participó de cada cosa que fue hecha por Dios, sin ninguna excepción. 4 En la Palabra estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (y le decían el bautista). 7 Este profeta vino para dar testimonio de la luz de Dios, a fin de que todos creyesen por Juan. 8 Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 La luz verdadera, propia del logos de Dios, estaba en el mundo; y el mundo fue hecho por El Elohim mediante Su Palabra; pero el mundo no conoció ni a Dios ni a Su logos. 11 Vino a Israel mediante Sus profetas y otros medios de comunicación, pero Israel, mayoritariamente, lo rechazó. 12 Pero a todos los que recibieron a Dios, por medio de Su logos, a los que creen en el nombre de la Palabra hecha carne, Él, les dio potestad de ser hechos Sus hijos; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Él mismo. 14 Aquel logos (en cuyo nombre después de Pentecostés hay que creer para ser hecho hijo de Dios) fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y contemplamos maravillados su gloria como heredada del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de Jesús, la Palabra hecha carne, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud todos recibimos en manifestación, y la gracia se nos apila hasta el infinito. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad, a un grado muy superior al Antiguo Testamento, vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; pero Su unigénito Hijo, quien a diferencia de su Padre sí era perceptible por medio de los sentidos y que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer con su vida y acciones. En Juan capítulo uno podemos apreciar el maravilloso amor de nuestro Padre celestial claramente expuesto. Desde el comienzo mismo de la humanidad Él tenía un propósito, un plan que hizo que ocurriera a la vez que se desplegaba delante de todos nosotros a Sí mismo en la creación. Si la Palabra estaba en el comienzo, Su Autor también lo estuvo y todo lo que Él es y representa, es decir Su esencia: luz, amor, orden, bien, Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Parte 5 Eduardo Di Noto 7 24 verdad... Por tanto; logos es la expresión de Dios que incluye Su poder, Sus acciones, Su plan, Su sabiduría. Por último tuvo como plan a nuestro precioso Señor para librarnos de las consecuencias del pecado de Adán. Nuestro valiente redentor el logos hecho carne a través de quien tenemos gracia hasta el infinito y vida por siempre. |