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400 | El andar de Santidad |
El andar de santidad Parte 1 § Introducción
para entender el concepto de santo, santificado y santidad; un buen comienzo sería ir al libro de Levítico y ahí ver cuál fue desde siempre el deseo y voluntad de nuestro Padre para con los Suyos.
Levítico 11:44 y 45: 44 Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, [¿cuál sería la razón por la que ellos tenían que santificarse?] porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.
Que simple explicación. La razón por la que ellos tenían que tener una conducta santa era/es que Dios es santo. ¿Qué es santo? Los estudiosos de griego Bíblico[1] concuerdan que la palabra santo significa poner aparte para Dios, hacer de una persona o cosa lo opuesto a lo que es común o profano o inmundo. Santificar es una acción à “se saca algo de aquí y se pone allá", se reserva, se consagra con un fin determinado.
Como Jehová los había puesto aparte por designios de Su propio corazón, ellos debían considerarse y actuar como gente puesta aparte por el Creador de los cielos y de la Tierra.
45 Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios [¡Jehová quería ser el Dios de ellos!...]: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
El uso bíblico de la palabra traducida santo se aplica a personas y cosas que pertenecen a Dios. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, todo Israel era santo, apartado para el servicio a Dios. Por eso ellos tenían el deber de demostrar esta separación manteniendo la distinción entre lo que es santo | lo permitido por Dios | y lo que es impuro.
El corazón de Dios siempre deseó que los Suyos distinguiéramos entre lo puro | todo lo que viene de Él | y lo profano o no santo, | cualquier cosa, lo que sea que no venga de Él |.
Levítico 10:8-11: 8 Y Jehová habló a Aarón, diciendo: 9 Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, 10 [¿cuál sería el propósito de esta instrucción?] para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, 11 y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés.
Este mandamiento a Aarón no se aplica a nosotros. Lo que sí se aplica a nosotros es esta distinción que debemos “vivir” no tan solo hacer en nuestras vidas. Es decir, que si Dios santifica algo o alguien, nosotros debemos andar en sintonía con esa colocación aparte que hizo Dios de ese algo o de ese “alguien”. Por ejemplo: nosotros mismos. Necesitamos conocer la Palabra al punto que podamos discernir lo santo de lo profano o impuro, y así elegir andar en lo que es santo o consagrado a Dios.
La palabra traducida santo se usa del pueblo de Dios, del templo, de las vestimentas sacerdotales, de los objetos sagrados, de las ofrendas dedicadas, de algunos días para dedicárselos a Dios... La Palabra habla de santas convocatorias, de muchas otras cosas santas y por supuesto, de Su maravillosa Palabra engrandecida por Él mismo por sobre todas las cosas. Sin esa Palabra no tendríamos a qué ajustarnos para andar como es digno del deseo de nuestro Padre acerca de nosotros.
2 Corintios 7:1: Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios
Claramente este versículo habla que nos limpiemos de toda contaminación, como Jehová mandó repetidamente a Su pueblo en el Antiguo Testamento. Las promesas, como la santificación, provienen de Dios. La limpieza de nosotros. Dios es santo y está separado del mal y no puede ser tocado, salpicado o manchado por el mal. Nosotros hemos sido santificados, y en el mismísimo instante, también hemos sido equipados para andar santamente en el medio del mal que nos rodea. Cuidado con esto porque Dios no nos dejó desprovistos de las herramientas para un andar santo y desea de nosotros ese andar, esa conducta en nuestra vida
La expresión “en el temor de Dios” no significa que tenemos que tener miedo. Significa que perfeccionamos nuestra santidad con respeto o reverencia a Dios. Nuestro amoroso Padre no nos deja solos en este proceso del andar santo que Él quiere que nosotros tengamos. Dios no quiere estar afuera del proceso para lo cual necesita que usted lo ponga a Él adentro. Eso es respetarlo, reverenciarlo. Hay algunas versiones que lo tradujeron de una mejor manera.
Estimados hermanos, nosotros tenemos esas promesas de Dios. Entonces purifiquémonos alejándonos de cualquier cosa que contamine nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Dediquemos nuestra vida por completo a Dios, mostrando el respeto que le tenemos[2].
Por tanto, amados míos, por cuanto tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, conduciéndonos en santidad, en reverencia a Dios[3].
Entonces, nosotros perfeccionamos nuestra santidad con respeto y reverencia a Dios Quien es justamente quien nos hizo santos. Nuestros hábitos son malos; por tanto necesitamos valernos primerísimo que nada de la Palabra de Dios para que nos marque el camino de santidad que Dios se merece y requiere que nosotros caminemos. Es nuestra responsabilidad. Cada cosa que no sea pura, es decir que no venga de Dios, nos alejamos, nos limpiamos dedicándonos a servirlo a Él.
Otro detalle muy importante en este versículo es cuando dice: “perfeccionando la santidad”. Al decir perfeccionando quiere decir que es una acción continua. En el original es un verbo, presente, activo, participio, plural, nominativo, masculino[4]. Este uso gramatical denota una acción o estado durativo, es decir que esta acción se prolonga en el tiempo. En otras palabras; Santidad no es un destino final, es un proceso que durará toda nuestra vida.
Nosotros vivimos en una sociedad negadora y aborrecedora de Dios. El mundo es como una nube que nos rodea. Si nos descuidamos 4siendo negligentes al estudio de la Palabra3el mundo comienza a ser el ejemplo al que imitar. Es de a poco, uno no se da cuenta. Pero cuando nos sumergimos en Su Palabra tenemos ejemplos de santidad que nos rodean. Esa es gente que fue guardada aparte y se condujo como gente separada, consagrada a Dios. Yo decido qué quiero que rodee mi vida que me permita ser cada vez mejor para mi Señor y para mi Dios. Necesito proponerme y mantenerme en mi decisión de perfeccionarme en la santidad.
Hebreos 12:1 y 2: 1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
El pecado nos asedia, nos rodea, nos envuelve. Pecar, muy básicamente, es desobedecer a Dios. El inmenso amor de Dios por nosotros nos proveyó Su Palabra para que podamos rodearnos de testigos que han creído esa Palabra en medio de grandes adversidades. Esa es gente digna de ser imitada para correr pacientemente la carrera de creerle a Dios que tenemos por delante. ¿Cómo lo hacemos? Ponemos los ojos en un hombre como nosotros que se condujo como el hombre santificado que era.
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hablamos de un andar de santidad y basados en lo que acabamos de leer aquí en Hebreos podríamos tranquilamente hablar de una carrera de santidad.
Dios no requiere que seamos perfectos (Él sabe que somos polvo[5]) pero requiere que seamos serios en cuanto a la santidad. Nuestro Padre no necesita nuestra perfección, necesita nuestra dedicación, nuestra devoción en hacer las cosas que “Él haría si fuera nosotros”. Dios desea que seamos persistentes en nuestra búsqueda o seguimiento de la santidad como un modo de vida. La santidad es esencial para Dios. Uno de Sus nombres es Espíritu Santo.
Romanos 1:4: Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos
¿No es maravilloso? Nuestro Dios es Espíritu y es Santo. La santidad es inmanente, inseparable, propia a nuestro Padre. No hay manera de separar Su precioso Ser de Su naturaleza de santidad.
La resurrección de Jesucristo es, entre otras cosas, la prueba que él es el hijo de Dios. Esta resurrección de nuestro Señor es lo que nos da el “equipamiento” para ser santos. Hemos sido equipados para ser santos. Nosotros podemos, y deberíamos, ser obedientes a Dios y conducirnos como los santos que Él nos hizo.
El pecado es el problema, es lo que nos obstruye. Como hemos visto; pecar es desobedecer a Dios. Fe, en cambio, es confiar en Dios y si confiamos, entonces le obedecemos. Jesucristo es nuestro ejemplo de fe, de obediencia y de una conducta santa. Es posible andar en santidad, como Jesús lo hizo.
1 Tesalonicenses 3:11-13: 11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. 12 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros,
Mire la oración de Pablo:
¿Qué nos enseña este pedido de Pablo? Que está disponible que nuestro Padre y también nuestro Señor dirijan nuestros caminos y que nos hagan crecer y abundar en amor. Lo harán solamente si cuentan con nuestra libre voluntad. ¿Para qué pide esto?
13 para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, [¿cuándo?] en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Observe detenidamente como vincula la irreprensibilidad de nuestra santidad con la venida del Señor Jesucristo. Nuestro andar en santidad está íntimamente relacionado con las recompensas[6] en el Reino venidero.
Como habíamos mencionado; santidad es separación del mal y tiene todo que ver con la naturaleza, cualidad o índole de Dios que debieran ser evidenciadas en mi conducta. Yo puedo tener este andar y realmente, en toda honestidad, Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo esperan de mí este andar o conducta en la vida.
Cuando confesamos y creemos según la fórmula de Romanos 10:9; Dios nos hace Sus hijos y somos llamados renacidos de simiente incorruptible, salvos y también santos. Es decir que al momento del nuevo nacimiento, Dios nos coloca aparte del resto de todo lo que nos rodea. Eso es un trabajo de Él en Cristo.
En la Palabra de Dios hay varias epístolas que están dedicadas o dirigidas a “gente como nosotros”: santos.
1 Corintios 1:1 y 2: 1 Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
2 Corintios 1:1: Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya.
…Efesios 1:1, Filipenses 1:1, Colosenses 1:1, 1 Tesalonicenses 3:12 y 5:26 y 27; 2 Tesalonicenses 1:10… por dar algunos ejemplos. Así que somos santos porque eso nos hizo Dios al momento de renacer. Él puso Su naturaleza en nosotros à santidad.
1 Tesalonicenses 4:8: Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
Él Quien es el Espíritu Santo nos dio espíritu santo que es lo que Él es. Por esta razón; santidad es lo Él que espera de nosotros. Hacernos santos, separados, apartados es Su responsabilidad. Vivir como santos, apartados es nuestra responsabilidad. Él es santo, nuestro Señor vivió santamente y nosotros somos llamados a vivir en santidad como vivió Jesucristo antes de nosotros. Dios nos hizo santos “por dentro” para que nosotros podamos evidenciarlo “por fuera”.
Recuerde que el pecado es el problema que ya fue retirado de la ecuación en la persona y sacrificio de nuestro Señor Jesucristo. Nuestro trabajo no es vencer al pecado sino vivir de acuerdo a los logros de nuestro Señor en el madero. El contexto de |
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401 | Sobre el Crecimiento Parte 1 |
Sobre el Crecimiento Parte 1
para que un árbol frutal dé fruto tienen que darse ciertas condiciones necesarias: nutrientes, agua suficiente, clima propicio; y el tiempo determinado para ello. El hijo de Dios tiene que ser consciente de las condiciones que son necesarias para su crecimiento espiritual, para procurarlas y así optimizar su desarrollo.
Crecer[1] es aumentar, de tamaño, cantidad o importancia; es el resultado del desarrollo que tienen los seres vivos, ya sea una planta, un animal o una persona. También es “adquirir alguien mayor autoridad, importancia, atrevimiento o seguridad”[2]. Normalmente las personas pueden crecer en el plano físico y mental, aunque el aspecto que trataremos es el espiritual, que también crece.
La Biblia indica que el hombre no tiene espíritu al nacer, de manera tal que, en el campo práctico, la relación entre Dios y el hombre; se da en estos términos: son dos seres totalmente independientes; cada uno tiene su voluntad, y el hombre nace sin vinculación a la vida de Dios. Esta falta de vinculación absoluta es clara en el gráfico.
En el libro de Efesios lo leemos así:
Efesios 2:12: En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Otra versión[3] dice: Recordad que vuestra vida se desarrollaba entonces sin Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa; y por eso andabais perdidos en un mundo falto de esperanza y de Dios.
Porque todo hombre espiritualmente estaba alejado de Dios; Él desarrolló un plan para que quién quiera pudiera tener la posibilidad de vincularse con ÉL. Ese plan incluyó a un hombre que debía hacer la Voluntad de Dios de manera absolutamente voluntaria, en forma perfecta, completa, y anunció que ese hombre también sería hijo Suyo. Éste fue Jesús, que en su andar hizo siempre la Voluntad de Dios. Como la Escritura afirma en:
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Este es el modo en que Jesús se refería a hacer la Voluntad de Dios: al punto de considerarla como propia. En el mismo libro menciona:
Juan 10:30: Yo y el Padre uno somos.
Jesús sabía que era el Hijo de Dios, y decidió asumir su responsabilidad en este plan del Padre. De modo que en cada acto ajustó su voluntad a la de Dios. Esto lo podemos graficar en este ejemploà
La voluntad de Jesús se manifestó siempre dentro de los límites de la Voluntad de Dios. Ni antes, ni después de él hubo o habrá un hombre con este tipo de andar. Ese andar tuvo su recompensa, porque luego de completar todo lo que tenía que cumplir, Jesús fue elevado, por Dios; a la categoría de SEÑOR[4]. Como fue declarado por Pedro:
Hechos 2:36: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Todo esto pudo ser posible porque Jesús hizo todo lo que DIOS pidió que hiciera. Actualmente Jesús sigue ajustando su voluntad a la del Padre, con una autoridad mayor que antes, que ha recibido del Padre .Y Dios, QUE INDISCUTIDA E INDISCUTIBLEMENTE ES MAYOR, ha establecido, para nosotros al Señor Jesucristo como camino para llegar a ÉL. Como fue anticipado por el mismo Señor en Juan:
Juan 14:6: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
La Escritura indica que Jesús también recibió de Dios autoridad para que seamos salvos en SU NOMBRE, y así recibamos el espíritu que proviene del Padre. Tal cual es evidente en:
Hechos 2:32- 33: 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido[5] del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Lo que veían y oían estas personas eran las manifestaciones del espíritu, las mismas que vemos y oímos cuando alguien actúa según Romanos 10:9-10[6]. Cada vez que alguien habla en lenguas pone de manifiesto en el plano de los sentidos lo que ha aceptado sobre lo que Dios ha hecho con Jesús. Aceptamos que le resucitó de los muertos, que le dio autoridad elevándole a la categoría de Señor, que decidimos sujetarnos bajo esa autoridad, al confesarle como Señor Nuestro. Así recibimos salvación, el espíritu de Dios, y la capacidad de manifestarlo.
Conforme al plan de Dios, Jesús vino para hacer disponible que nuestra relación ahora pase a ser de Padre a hijo. Este cambio lleva a que tengamos el derecho de tener vida espiritual, filiación (que seamos hijos de Dios) y, desde ese momento; que tengamos comunión con Dios y con el Señor. Así lo leemos en:
Efesios 2:18 y 19: 18 Porque por medio de él (Jesucristo) los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
1°Corintios 1:9: Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
1°Juan 1:3: Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
Así en el hombre que ha recibido espíritu hay un cambio; tiene algo más grande que sí mismo, muy superior. Antes: estaba absolutamente alejado y sin ninguna conexión con Dios, ahora: tiene disponible una relación de tipo espiritual con Dios, y familiar que podemos exponer asíà
La causa de que estas esferas tomen contacto es el espíritu que proviene de Dios, ahora en el hombre. En La Biblia Dios llama al hombre sin espíritu: “hombre natural”, y al que recibe de Su espíritu, lo llama “nacido de nuevo” o “renacido”.
Observe que, en la zona donde se vinculan estos círculos, en la parte donde se intersectan los círculos del gráfico, es el área en común (comunión: común + unión), podemos observar que no todo el círculo pequeño (el hijo) está dentro de los grandes (Dios y Jesucristo).
Para ser precisos hay un movimiento oscilante, no en Dios, ni en el Señor; que siempre son estables, sino en el hijo, según si quiere andar conforme la Voluntad del Padre, o conforme a la suya (la voluntad del hijo). Dependiendo de qué quiera hacer.
En cada asunto, en cada acto de nuestra vida, podemos decidir andar según nuestro propio parecer o según el de Dios. Ahora, pese a la oscilación, por persistir en buscar hacer la Voluntad del Padre, por describirlo de algún modo, hay una media, un “porcentaje del total estable”, en comunión. Esa comunión es la que le da sentido, provecho, y grandeza al resto de la vida de esa persona. Y desde allí, o por ello; Dios da el crecimiento, como leemos en:
Colosenses 2:19: Y no asiéndose de la Cabeza [Jesucristo], en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios
De Dios procede el crecimiento espiritual. Dios da crecimiento[7] a aquellos que están en Cristo; en un mismo sentir con el Señor. Crece aquel que hace lo que dice “esa” cabeza y no “su” propia cabeza. Esto es importante: LA clave de este tipo de crecimiento viene por hacer lo que la “cabeza”: Cristo, indica. Dios da el espíritu para que haya filiación, así cada hijo es un miembro del Cuerpo de Cristo, ahora es responsabilidad de cada miembro ajustar su voluntad a la Voluntad de la cabeza del Cuerpo, y como resultado recibe crecimiento.
Para que el hombre incline su voluntad a hacer lo que dice el Señor en cada asunto de la vida, ayuda aprender de la Palabra de Dios estas tres cosas:
ü Entender con CLARIDAD qué hay que hacer, para hacer la Voluntad de Dios en la situación, ü Entender el provecho que hay en hacerlo, según indica la Palabra de Dios; y ü Aprender a ver la Voluntad de Dios como necesaria para uno mismo.
Para entender con CLARIDAD qué hay que hacer, cada asunto debe ser tratado según el caso en particular. Hay que entender cuál es la Voluntad de Dios que es necesario hacer en ese asunto. Entender qué hacer o cómo responder según el caso.
Uno de los provechos de hacer cada cosa de acuerdo a la Voluntad de Dios es mantenernos en comunión para crecer con el crecimiento que da Dios (que en realidad son dos provechos, uno es estar en comunión y otro crecer, y felizmente hay más). En la medida en que el hijo comprueba La Voluntad de Dios logrará entender por qué el Padre la califica como “buena agradable y perfecta” (Romanos 12:2), y cómo “Él tiene cuidado de nosotros” (1ªPedro 5:7). Entonces… 4si queremos crecer primero debemos cerciorarnos que andemos en comunión3
Es importante discernir[8] para determinar qué practicar, ya que la clave de un andar correcto viene por entender correctamente la Voluntad de Dios, y al hacerlo, Dios añade crecimiento. Entonces, sin descalificar al conocimiento (que es necesario adquirir y mantener), la clave del crecimiento NO radica tan solo en adquirir conocimiento sino en aplicar (hacer) ese conocimiento en el amor de Dios. Esto es tener una viva comunión con Dios y el Señor Jesucristo. Veamos un ejemplo de esto:
Juan 8: 3-11: 3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
Esto muestra varias cosas: Primero: el corazón alejado de Dios que tenían estos escribas y fariseos, verdaderos líderes ante el pueblo. Segundo: las tentaciones más simples de discernir (distinguir) son las nacidas de la indisciplina del corazón, pero hay otras más difíciles, complicadas, etc.: las que nacen de querer tener la razón uno, para lo cual, hasta se USA LA ESCRITURA para tentar o para hacer pecar (fallar en el andar) a otros. Tercero: cuando con la Palabra de Dios se tienta a alguien, quienes así lo hacen ya han pecado en su andar (esto es: fallado en buscar hacer lo que Dios dice). Como sucedía con estos líderes del pueblo.
La cosa no queda ahí, como vamos a ver esta gente insiste. Esta es una característica de la tentación y el pecado: insisten en llevarnos por delante, en atropellarnos. Por eso no hay que dejarse apurar, sean situaciones, personas o pensamientos. Sobre cada asunto: no importan mis razones, o las razones de otro, sino lo que Dios dice.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Aquí a Jesús lo quisieron “apurar”. La respuesta no provino exclusivamente de su conocimiento de las Escrituras, que por cierto sí tenía. Ese conocimiento era indispensable para discernir y entender qué pasaba. La mujer había fallado en su andar, cosa que debía corregir, pero estos otros no buscaban corregirla, querían hacer pecar a Jesús usando la falla de ella y la Escritura que él también (y tan bien) conocía. Jesús se percató de estas intenciones, y evitó pecar gracias a su comunión con Dios. Él sabía la Palabra y Dios le dio instrucciones acerca de la aplicación en ese caso en particular. Cuando respondió, no acusó ni ofendió, les habló la Palabra que Dios le dio para el caso. Estas personas, al entender esta Palabra de Dios, fueron acusados por sus propias conciencias. Finalmente se fueron, evitando hacer más males.
Cuando la Voluntad de Dios es creída entonces no antes es manifiesta por las conductas de |
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402 | Sobre el Crecimiento Parte 2 |
Sobre el Crecimiento Parte 2
Colosenses 2:18-19: Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
de acuerdo al versículo18 hay que estar atentos porque hay un premio del que podemos ser privados, que lo podemos perder, por no estar asidos a la cabeza (Cristo). Así perdemos el crecimiento que da Dios.
El crecimiento proviene de Dios. Crecer en nuestra lengua es sinónimo de prosperar. En las Escrituras encontramos claves que potencian el crecimiento: la primera es amar a Dios y a Su Palabra; como dice el gran mandamiento:
Mateo 22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente
Como uno nunca tiene suficiente de aquello que ama, entonces busca, desea conocer más de Dios y Su Palabra, uno quiere entender más y comprobar más Su Gracia y Su Voluntad en la vida. Este tema es abordado en varios registros de la Escritura, por ejemplo en Pedro:
1º Pedro 2:2 Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
La “leche espiritual no adulterada” tan deseable es la Palabra de Dios que “vive y permanece para siempre”, según se indica en el contexto (en 1ºPedro 1:23.)
Lo siguiente (la segunda) es mantenerse en comunión con la Cabeza del Cuerpo (que se mantiene en comunión y obediencia al Padre), como vimos hace un momento en Colosenses 2:19. Veamos también:
Efesios 4:15-16 15 Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Otras versiones leen: 15 -”Más bien, profesando la verdad en el amor, debemos crecer en todo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo- 16 -”Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión entre sí de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y edificándose en amor.”[1]
15 - “Al contrario, el amor debe hacernos decir siempre la verdad, para que en todo lo que hagamos nos parezcamos cada vez más a Cristo, que es quien gobierna la iglesia -16 - “Cristo es quien va uniendo a cada miembro de la iglesia, según sus funciones, y quien hace que cada uno trabaje en armonía, para que la iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor.[2]
Esto de “crecer en Cristo” es mantenernos en comunión con la Cabeza del Cuerpo, es conducirnos como Él se condujo. Cuando buscamos seguir el ejemplo de conducta del Señor, Cristo que gobierna la Iglesia une a los miembros y da crecimiento.
Quiero llamar la atención a la frase: “seguir la verdad en amor”, porque es otra clave (la tercera) para potenciar el crecimiento.
No, no se trata de decir te amo y regalar presentes, se trata de manifestar aquello que nos ha sido dado en el nuevo nacimiento, cuando Dios derramó amor en nuestros corazones[3]. La manifestación de este amor no nace de lo que siento con mis emociones y sentimientos sino de lo que creo de cómo manifestar ese amor, según lo que indica la Palabra de Dios.
Actuar en el amor de Dios es creer, y este creer es actuar conforme la información que nos fue dada en SU Palabra, ni más allá ni más acá. Amar es obedecer una fuente mayor, más pura, elevada y mejor que las propias emociones y sentimientos. Amar es actuar la Palabra de Dios. Las emociones y sentimientos no tienen nada de malo, y si están controladas, se alinearán al amor de Dios.
“Seguir la verdad en amor” es el cómo de conducirnos como Jesús se condujo. Se refiere a hablar y profesar (hacer) cada acto en el amor de Dios en la mente renovada en evidencia. Es filtrar la vida según las características del amor enseñado en SU Palabra, y empleado por Dios, en SU conducta. Se refiere tanto a nuestra relación individual con la cabeza, como también con otros hermanos.
Ésta es otra forma de potenciar el crecimiento. Cuando el hijo actúa en el amor de Dios, no de otro modo; la “cabeza” hace que “trabaje en armonía” con otros miembros como él. Este trabajo “en armonía, hace que la Iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor.” (Efesios 4:16b)
Entonces, las claves que potencian el crecimiento son: · la primera es amar a Dios y a Su Palabra · la segunda es mantenerse en comunión · la tercera es “seguir la verdad en amor
Dios diseñó el cuerpo de Cristo de manera que interactuando todos sus miembros crezcamos en lo individual y en lo grupal. Por ello cada uno es importante en este Cuerpo, y la interacción de sus miembros en los términos de Dios, también.
Usted y yo tenemos una función que funcionar edificándonos mutuamente en la armonía del amor, para que cada uno y la Iglesia, crezca y cobre más fuerza. Gráficamente lo podemos ver del modo ejemplificado en la imagen.
Se puede apreciar, en la zona donde confluyen los círculos: Dios, el Señor y cada hijo, allí es donde hay una mayor intensidad. Ese sector es donde tiene lugar una mayor edificación entre los hijos. Esto potencia el crecimiento, que es un asunto para ser tratado con amor familiar.
En oposición, la postura del adversario es que no haya o que se reduzca la comunión entre hermanos, que no haya o se reduzca la edificación entre creyentes. Él se esforzará en resaltar, lo más que pueda, las diferencias, los desacuerdos; en generar fricciones y entredichos. En su accionar maligno usará nuestros defectos y nuestros aciertos en el conocimiento de la Escritura para que de a poco deseemos dejar de participar amorosamente en la edificación entre hermanos, y de este modo pone un freno al crecimiento, que perderá potencia.
Parte de los engaños que utiliza es llevar a cada hijo a estimar “su” verdad, “sus” razones, “sus” justificativos, por sobre la verdad de la Palabra de Dios y Su Voluntad. A la vez, tentará al hijo de Dios para que use la Palabra de verdad justificando su posición y conducta para con el otro y, tal vez; hasta exaltando que él se encuentra en comunión con Dios. Esto puede ser cierto sobre el andar general del individuo, en la mayoría de sus conductas, pero algo general no necesariamente aplica a un particular. Hay que tratar cada caso como particular, para ver si el asunto se mantiene en términos de comunión apropiados.
En este gráfico estos hijos de Dios ya no cuentan con la intensidad y ventaja del triángulo del cuadro anterior, se ha perdido, ya no hay, no guardan, ni disfrutan comunión entre ellos. Este fue el motivo de la preocupación del apóstol que por revelación de Dios dijo en:
2º Corintios 11:3: Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
No es de extrañar que los Corintios fueran engañados, la historia del hombre bajo las condiciones actuales de vida comenzó con este ser maligno manifestando la misma conducta a Eva, en el principio. El engaño también lo podemos discernir en:
1ºPedro 5:8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Dice “porque vuestro adversario” que es: ¿vuestro hermano que no anda en comunión? – ¡NO! ¿Qué es?: ¿vuestro hermano que anda en comunión y te quiere ayudar o exhortar o recomendarte consideres algunas cosas que se te pasan por alto? – NO, NO y NO!! Nuestro adversario: es el Diablo, que se muere de risa mientras tú te alejas de tus hermanos. Éste es el engaño: en el calor del enojo no se ve al causante real del alejamiento. Este ser es el enemigo de Dios, él es y actúa en contrario a nuestro Padre, y es el adversario del hombre. Compite en cada decisión por tomar, en la mente y corazón del hombre y cada hijo de Dios; por prevalecer con su voluntad por sobre la Voluntad de Dios. Nosotros no desconocemos que el mal tiene un accionar diverso, continuo, persistente; pero no nos ocupamos de él, nosotros nos ocupamos de creer la Palabra de Nuestro amado Padre.
Este ser no quiere que el hombre sepa de la bondad y amor de Dios. Si no puede evitar que tengamos filiación, dirigirá sus esfuerzos para que no tengamos comunión con Dios. Buscará que atendamos otras cosas por lograr, problemas que solucionar, situaciones y cosas que padecer, en lugar de que llegue cada uno a amar a Dios. Finalmente, si no puede impedir que vayamos a Dios, buscará que Usted no tenga el provecho que puede desarrollar con Dios, que no potencie su crecimiento, que tenga menos frutos, distanciándolo de sus hermanos que guardan comunión con Dios.
Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir, yo he venido para que tenga vida [zoe] y la tengan en abundancia
El Señor Jesucristo vino a cumplir el plan de Dios, volviendo efectiva la promesa hecha al hombre y a la mujer ante la pérdida de espíritu y de los derechos que emergen de él: tener una vida espiritual, plena, abundante, más allá de lo ordinario hoy y vida por siempre luego del retorno de nuestro Señor. Para que esto se manifieste; cada uno debe desarrollar un entendimiento práctico de lo que ha recibido espiritualmente, creerlo, vivirlo, atesorarlo y desarrollarlo.
El adversario procura que el hombre desconozca de Nuestro Dios y Padre. Si llega a perder esta batalla y la persona es hecha hija de Dios; procurará que no tenga crecimiento, ni provecho, reduciendo o anulando nuestra comunión, primero con Dios y luego con otros hermanos.
Cada hijo tiene que buscar crecer. Dios es estable, y trata a todos Sus hijos por igual, y extiende a cada hijo la posibilidad de crecer del mismo modo, entonces crecer también depende de cada hijo, de su compromiso, de vivir lo que va entendiendo del Padre y Su Voluntad. Cada hijo decide si toma esto con responsabilidad o no, si decide comprometerse o no. Ello será manifiesto en su conducta, crecimiento y frutos.
La calidad de vida espiritual y provecho que tiene disponible manifestar una persona tiene directa relación con la calidad de la Palabra de Dios que le ha sido enseñada, y que él hizo suya mediante estudio y práctica. Atrévase a hacer lo mejor que pueda hacer con esta Palabra de Dios que le ha sido expuesta, que ha entendido; a cada hora.
La Voluntad de Dios es que cada uno cumpla su función. Fuimos llamados a cumplirla. Como leímos en Efesios, según las versiones ya citadas:
Efesios 4:15[4] “Al contrario, el amor debe hacernos decir siempre la verdad, para que en todo lo que hagamos nos parezcamos cada vez más a Cristo, que es quien gobierna la iglesia -16 - [5]“Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión entre sí de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y edificándose en amor.”
Le invito se atreva a vivir con toda honestidad a la altura de la Palabra de Dios que vaya entendiendo, le propongo viva y fortalezca el tesoro de una íntima comunión en su corazón, que se comprometa con un Padre amoroso que está esperando con toda paciencia, misericordia y gracia que usted le dé su mejor esfuerzo. Considérelo [1]Versión Dios Habla Hoy. [2]Versión Traducción el Lenguaje Actual. [3]Romanos 5:5 Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. [4]Versión Traducción el Lenguaje Actual. [5]Versión Dios Habla Hoy.
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403 | El andar de Santidad Parte 2 |
El andar de santidad Parte 2 § Desarrollo
el andar de santidad es el andar de mente renovada[1] qué básicamente es sacar la vieja información opuesta a Dios y poner la nueva proveniente de la Palabra de Dios. Una vez que hacemos eso, entonces andamos en sintonía con ese “nuevo” contenido. Ponemos, lo que para nosotros es nuevo, y que está en línea con el deseo de Dios para nuestras vidas.
Debemos saber que no es gratuito disciplinar los deseos de nuestros cuerpos que sean opuestos a Dios. Lo hacemos nosotros pero no por medio de nuestra fortaleza sino estudiando y aplicando la Palabra escrita y mediante la guía y la fortaleza del espíritu santo que Dios nos proveyó.
Efesios 6:10: Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Hay dos cosas muy importantes a tener en cuenta si es que deseamos tener un andar que lo glorifique a Dios: Tomar consciencia que necesito obedecer la Palabra de Dios y ‚ Reconocer mi absoluta necesidad de la guía y fortaleza que provienen de Dios y del Señor Jesucristo.
Debemos creer; que procurar la santidad vale la pena el esfuerzo, de otro modo nunca lo haremos. Tenemos que trabajar en fortalecernos con la Palabra del Señor.
Romanos 12:1 y 2: 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Renovar la mente o andar en santidad es imposible sin la Palabra de Dios. Esa Palabra es nuestro estándar para la santidad.
El pecado ya fue derrotado por el trabajo redentivo de Jesucristo. Yo me apropio de ese inmenso beneficio cuando confieso y creo, no obstante, todavía sigue habiendo pecado en mí.
Romanos 7:18: Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Esto lo dijo Pablo por revelación de Dios para que nos enteremos de la lucha posible en nosotros. Lo que le pasó a él, nos pasa a nosotros. Es importante el reconocimiento honesto de este inconveniente.
Dios me ayuda en esta batalla mediante: Su espíritu, Su hijo, nuestro Señor, Su Palabra escrita y Su gente, nuestros hermanos en comunión y en servicio.
1 Pedro 1:1-5: 1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, 2 elegidos según la presciencia de Dios Padre [¿cómo los/nos eligió?] en santificación del Espíritu, [¿para qué los/nos eligió en santificación del espíritu?] para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
Rociados con la sangre à limpios por lo que Jesús logró con su muerte. Dios nos acreditó la perfecta santidad de Jesucristo “en nuestra cuenta”. Él nos ve a nosotros en Jesucristo como ve a Jesucristo. Somos santos, y podemos andar como santos, porque Él puso en nosotros el espíritu de santidad. Tenemos el poder de ser como Jesucristo. ¡Hemos sido elegidos en santificación para obedecer. ¡Bendito sea Dios!
3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada [incontaminada como Dios que es incontaminado] e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
Habla de la herencia que tenemos, que tiene la misma naturaleza que Dios y que el andar que se espera de nosotros.
5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
Santidad no es solo lo que Dios me dio que es obvio que me lo dio y que le costó mucho sino mi manifestación a nivel de los sentidos de aquello que Dios me dio.
De la primera parte no hay duda alguna pues el trabajo de redención fue completado. Nosotros necesitamos trabajar en la segunda parte à vivir a la altura de lo que Dios nos ha hecho en Cristo Jesús.
¿Querrá Dios que meramente reconozcamos que Él es santo? ¡Claro que es santo! Pero no quiere meramente eso.
1 Pedro 1:13-16: 13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Donde dice: “sed sobrios” hay otras versiones que lo tradujeron: tener dominio propio[2]. Hay otra versión que lo tradujo: señores de vuestro entendimiento[3]. Aún otra que lo tradujo: usen su buen juicio[4]. Nuestro juicio es bueno cuando está en línea con el juicio de Dios. No es hacer lo que se me ocurre.
1 Pedro 3:13-16: 13 ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? 14 Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.
“Santificad a Dios en vuestros corazones…” ¿Cómo lo Santifico? Obedeciéndole. Seguro habrá quienes hablen maliciosamente si uno quiere vivir una vida santificada. ¡estamos en el mundo! El tema es que cuando lo hagan; tu buena conducta los haga mentirosos. Serán avergonzados delante de Dios y de nosotros. Nuestro Padre no quiere que nos excluyamos del mundo en el que vivimos. Dios nos necesita aquí pero quiere que vivamos con su estándar no con el del mundo. Jesucristo, cada tanto se retiraba pero regresaba a servir al mundo parte del cual lo detestaba.
Juan 17:17-21: 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
No es posible santificación (colocarnos aparte) alguna sin la Palabra de Dios. Romanos 10:9 es la Palabra de Dios. Si no haces lo que ahí dice no podés ser santificado por Dios. Tampoco podes conducirte santamente en el mundo sin la Palabra de Dios. Esto es más crítico que un generador atómico a punto de explotar.
No hay sustituto para la verdad que es la Palabra de Dios. Lo que sea que contradiga esa Palabra es una mentira. Si no estás viviendo la Palabra, que es verdad, estás viviendo cualquier otra cosa, que es mentira. Por lo tanto tu conducta en algún momento lo va a manifestar. Necesito preguntarme si lo que sea que hago es lo que Cristo haría en mi situación.
Cada uno que profesa ser cristiano, debe preguntarse: ¿Hay evidencia de santidad en mi vida? ¿Deseo y procuro santidad en mi vida? ¿Me amargo cuando no hallo santidad en mí? ¿Procuro vehementemente la ayuda de Dios y del Señor Jesucristo para ser santo?
Dios nos santifica, nos pone aparte con el nuevo nacimiento y luego yo me conservo aparte con mi conducta en línea con la Palabra.
Hebreos 4:12: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma [mi vida, lo que yo soy] y el espíritu [el que Dios puso en mí], las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
La santidad empieza dentro nuestro, con los pensamientos e intenciones del corazón. Por eso, para cuidarnos mucho, sobre toda cosa guardada, nosotros guardamos nuestro corazón. No es un grupo religioso que hace santas a las personas. Es Dios mediante el nuevo nacimiento. No es que hay que juntar una cantidad de milagros y pasar privaciones o sufrir enfermedades y presentarlos antes una comisión o Mesa de Entradas como si fuera un trámite municipal. La santidad no consiste en especulaciones místicas, fervores entusiastas o austeridad o sufrir penurias. La santidad consiste en pensar como Dios piensa y desear lo que Dios desea.
Proverbios 8:13: El temor [la reverencia, el respeto] de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
Nuestra actitud, como hijos obedientes, debiera ser de aborrecer lo que nuestro Padre aborrece. La bocaà lo que decís y el mal caminoà lo que hacés. Palabras malas y caminos o conductas malas.
Salmo 119:104: De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.
Fíjese que importante que es conocer la Palabra. Este salmista adquirió inteligencia de los mandamientos del mismo Dios que nosotros. ¡Qué importante el estudio de la Palabra! Al hacerlo, el salmista, aborreció todo camino de mentira. Porque la Palabra de Dios es camino de verdad. Necesito ver en mí lo que está mal y corregirlo. Pablo lo vio, fue consciente y lo expresó de esta manera:
Romanos 7:24 y 25: ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Como Pablo lo hizo, necesitamos también nosotros, hacer una detección, aborrecer el pecado y regresar al camino de la Palabra. Tengo que llegar al punto en mi vida que aborrezco lo que Dios aborrece y que me guste lo que a Dios le gusta o aprecia o consagra. Así vivió nuestro Señor.
Mateo 21:12-16: 12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 13 y les dijo: Escrito está [¿qué es lo que estaba escrito? El deseo de Dios para Su casa]: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Jesucristo expresó el deseo de Dios en sus palabras y acciones. Lo que le gustaba a Dios le gustaba a él y lo que Dios deseaba, deseaba él también y lo hizo por pura buena voluntad de su parte por su amor por su Padre. ¡Hermoso ejemplo para nosotros! Siguió haciendo manifiesto el deseo de Dios para la gente: los sanó y luego, en el siguiente versículo, se evidenció el deseo opuesto de la gente del Adversario.
14 Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15 Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, 16 y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman Perfeccionaste la alabanza?
¿No leísteis? Los llevó a la Palabra. Los hizo responsables por conocerla.
El pecado trabaja mayormente a través de nuestros deseos. Son nuestros propios deseos malos que debemos mantener a raya[5] que nos guían a la tentación.
Santiago 1:13 y 14: 13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Otras versiones del versículo 14 lo tradujeron:
Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión[6].
Sino que cada cual es tentado por su propio deseo, y es seducido al desear ardientemente[7].
Hay más versiones que tradujeron “…de su propia concupiscencia…” como: malos deseos, propio deseo, arrastrado y encebado por la propia concupiscencia[8], propio deseo que lo arrastra y seduce[9] y la última versión que daremos: es arrastrado y es incitado por la carnada de sus propios deseos y atrapado |
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404 | El andar de Santidad Parte 3 |
El andar de santidad Parte 3 § Conclusión
2 Tesalonicenses 2:13-17: 13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
asta aquí la parte perfecta de Dios que hizo en Cristo por nosotros. Ahora procede a decirnos qué se espera de nosotros en virtud de la santificación que ganó nuestro Señor.
15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
Cuando le tocó el “turno” a Jesucristo de estar firme, lo estuvo. Ahora es nuestro turno de estar firme y retener la doctrina que aprendimos de la Palabra de Dios. ¡Fíjese si será importante que la estudiemos!
16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
Palabras y hechosà buena Palabra que indefectiblemente genera buena obra. Somos fortalecidos por nuestro Padre y por nuestro Señor, cuando decidimos estar firmes en la Palabra de Dios que estemos[1] aprendiendo.
Filipenses 1:3-11 3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 4 siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, 5 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; 6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; 7 como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. 8 Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. 9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
La primera satisfacción de vivir en santidad es la de complacer a nuestro Dios y a nuestro Señor. El vivir esta vida nos beneficia y beneficia también, enormemente, a todos nuestros hermanos en Cristo. Luego la siguiente satisfacción será la de vivir las recompensas a partir del comienzo del Reino venidero. En esta Clase ya habíamos visto la conexión que hay entre tener un andar irreprensible y la venida de Cristo.
Hay mucho más en la Palabra de Dios acerca de la libertad que nos logró nuestro Señor.
Gálatas 5:1, 16-18: 1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Esta es la libertad dentro de los confines de las Escrituras. Antes éramos todos hijos de ira, esclavos del pecado que heredamos de Adán. Ahora nos hacemos siervos por amor, en reconocimiento y en algún grado de reciprocidad con Dios. Estar firmes en la libertad tiene que ver con el andar de santidad también llamado el andar en el espíritu.
16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Andar en el espíritu es andar en la Palabra de Dios, pero tenemos oposición dentro de nosotros. La carne contiene todos los deseos que se oponen a Dios y nos quieren mantener en pecado y fuera de todo lo que tiene que ver con la santidad de nuestro maravilloso y amoroso Padre.
Romanos 13:12-14: 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Nuestro esfuerzo se dirige en proveer para los deseos de Dios ya no más para nuestros propios deseos con los que batallamos constantemente. Vivimos a la altura de lo que descubrimos que vivió nuestro Señor que se dejó a sí mismo para después. Corrió de él mismo todos sus propios deseos por nosotros.
Gálatas 2:20: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Sustitutivamente hablando; sabemos que fuimos crucificados juntamente con Cristo entonces no es que simplemente hablamos de santidad, vivimos santidad pues la naturaleza santa de Dios nos habita. Debido a Su inmenso amor y al ofrecimiento de Jesús, participamos de naturaleza divina.
2 Pedro 1:4: Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia
Como Dios es santo, nosotros también lo somos. Comenzamos este estudio leyendo Levítico 11. Repasemos.
Levítico 11:44: Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.
Nosotros podríamos decir “no contaminéis vuestras personas con nada que se oponga a Dios”. Hemos sido creados en verdadera y absoluta santidad y Dios quiere que reflejemos Su naturaleza que Él mismo ha creado en nosotros. Cuando vivimos en una manera no santa contristamos a Dios. Nuestro Padre no solo nos salvó sino que quiere que hagamos algo con el espíritu santo que nos confió.
Efesios 2:10: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
No dice para que pensemos en ellas, ni que nos entusiasmemos con ellas. Claramente dice: que anduviésemos en ellas. Eso es reflejar la santidad de Dios en nuestras vidas.
Dios y Jesucristo están trabajando dentro nuestro fortaleciéndonos y dándonos poder. Quién nos santificó, Dios, sigue trabajando para que hagamos Su voluntad pero necesita de nuestra voluntad.
Filipenses 1:6: Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Dios quiere conformarnos a la imagen de Su hijo Jesucristo. Para eso necesita de mi voluntad.
Romanos 8:29: Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Dios quiere hacernos según es Jesucristo, pero necesita que nosotros también queramos. Él no se impone y nos expresa Su deseo que vivamos en santidad. Pero el viejo hombre batalla contra los deseos del nuevo. Puede que no sea fácil pero nos esforzamos porque conducirnos como Dios se conduce es una gran bendición.
1 Tesalonicenses 5:23 y 24: 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
Este es un modo amoroso de decirles a los tesalonicenses que sean santos en todas las áreas de sus vidas, permitiéndole ingreso a Dios en esos aspectos de sus vidas. Pablo, igual que los creyentes de Tesalónica, también lo hizo.
La palabra “santificar” se usa de dos maneras en las Escrituras. La primera es el estado de santidad que recibimos al instante mismo del nuevo nacimiento como un regalo de la justicia de Dios mediante Cristo. Por ejemplo:
Hechos 26:18: Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Hebreos 10:10: En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
Aquí está claro. Somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo. Ese es el primer aspecto de la santificación. El segundo tiene que ver con lo que el hijo de Dios (o sea: usted) hace con la santificación que recibió.
2 Timoteo 2:21: Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
El contexto de este versículo de Timoteo tiene que ver con no contender sobre palabras, procurar con diligencia presentarse aprobado ante Dios, evitar palabras profanas y vanas, no desviarse de la verdad, apartarnos de iniquidad… Todas acciones virtuosas que necesitamos hacer una vez que renacimos del espíritu de Dios. En otras palabras ser como Cristo a lo largo de nuestra vida.
Es evidente que siendo Dios santo desea relacionarse con gente que toma la santidad como cosa seria. No importa que su nombre no sea Tito ni que usted no sea obispo. Mire lo que le dice Dios en palabras de Pablo.
Tito 1:7 y 8: 7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, 8 sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo.
El liderazgo cristiano es una cosa muy seria y la persona que desea desarrollarse como líder no debe ganar respeto de las personas a quienes sirve por imposición sino por su conducta santa. Necesita llevar adelante el trabajo del Señor y no le será posible sin la participación activa del Señor en su vida. Impureza e impiedad limitan el trabajo del Señor con un ministro. Uno debe ser consciente y estar muy atento de no poner nada ni nadie delante de Dios ni de nuestro Señor. Debemos velar de no tener ídolos que nos impidan nuestro progreso hacia la santidad.
1 Pedro 5:5 y 6: 5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo
Ni falta haría mencionarlo. El andar de santidad es un andar de humildad, de constante reconocimiento de que nuestra suficiencia no somos nosotros sino nuestro Dios. Necesitamos asegurarnos de nuestra dependencia en Dios.
1 Pedro 1:2: Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
La sangre de Jesucristo ya nos limpió de todo pecado. Este continuo rociarnos es, más bien, un continuo limpiarnos del pecado en nuestra vida. Tiene todo que ver con vivir santificado. Hay un ejemplo más de la limpieza que produce el nuevo nacimiento en nuestra vida.
1 Corintios 6:11 y 12: 11 Y esto erais algunos [agraviaban, defraudaban, se comportaban injustamente, eran fornicarios, idólatras, ladrones, avaros, borrachos…]; mas ya habéis sido lavados [si uno está limpio no necesita lavarse. Ellos estaban sucios de pecados y fueron lavados al renacer igual que nosotros], ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Dios aquí les dice que como fueron lavados de toda esa inmundicia, que se mantengan en ese estado de santidad. Así que santificación se usa también del trabajo del hijo en mantenerse andando como Jesucristo muy aparte de lo que es conducta impura. Es uno mantenerse aparte de la impureza. No todo está bien en esta maravillosa Administración del Secreto Sagrado o de la Gracia. Algunas cosas no nos convienen.
12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
He ahí el esfuerzo declarado por Pablo; que aunque su naturaleza lo inclinara a lo impuro, él no se dejaba dominar por ninguna de las cosas que no lo glorifican a Dios. Queremos hacer la voluntad de Dios.
1 Tesalonicenses 4:3-7: 3 Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Dios nos santificó y nos llamó a santificación. Esa santificación de nuestra parte es obediencia y resulta en limpieza continua. No es un evento singular como la salvación que no se repite. Fuimos llamados en conexión con aquella santificación que nos proveyó nuestro misericordioso Padre. Dios nos ha llamado para vivir en un plano de santidad en lugar de impureza.
1 Juan 1:7-9: 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Aquí claramente habla de confesar los pecados. Una vez que lo hacemos la sangre de Cristo nos limpia. Así es que nos mantenemos en la santidad que nos fue entregada. Este es nuestro trabajo, mantenernos aparte donde fuimos colocados por Dios.
Levítico 20:7: Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios.
Levítico 11:44a: Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo…
1 Pedro 1:16: 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Damas y caballeros he aquí el deseo de Dios. Tenemos que ser santos por la simplísima razón que Él es santo [1] Dice “estemos”, pues estudiar la Palabra de Dios no es una carrera que tiene fecha de examen final. Nuestro “andarla” es lo que nos hará aprobar “el examen final” al regreso de Cristo por nosotros. Nadie “se recibe o gradúa” de la Palabra. La estamos estudiando todo el tiempo y deseamos ponerla por obra t |
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405 | Dedicación Compromiso Fidelidad Parte 1 |
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406 | Dedicación Compromiso Fidelidad Parte 2 |
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407 | Dedicación Compromiso Fidelidad Parte 3 |
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408 | Dedicación Compromiso Fidelidad Parte 4 |
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409 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de entendimiento y traducción - Génesis 1:26 |
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410 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Isaías 6:3 - Isaías 9:6 |
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411 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Isaias 43:11 - Jeremías 23:6 - Miqueas 5:2 |
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412 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Mateo 1:23 - Mateo 28:19 |
Jesús es el Cristo, El Hijo de Dios Ÿ Errores de entendimiento y de Traducción Parte 4
ô Mateo 1:23
Dios con nosotros
Mateo 1:23: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Cualquier estudio serio acerca de la vida de servicio del Señor Jesucristo puede atestiguar que verdaderamente Dios estuvo presente en todo lo que dijo e hizo. Quienquiera que lo hubiese visto a él, es como si lo hubiese visto a su Padre[1]. El significado del nombre es simbólico no literal.
Nosotros mismos, a través del testimonio de las Escrituras y por la simple razón que andamos por fe y no por vista, nos percatamos que su andar dejó bien claro que ejercía un poder superior a la de cualquier otro hombre. Además, muy claramente, “Dios con nosotros” es la traducción de la palabra Emanuel. Lo que es literal es que sin ningún lugar a dudas el Dios del pacto eterno estuvo con este hombre singular y hoy está con nosotros cuando andamos en Su Palabra.
2 Corintios 5:19: Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Observe detenidamente lo que dice este versículo. Que Dios estuviera en Cristo no significa que lo haya estado de una manera “física”. Él y su Padre eran uno en propósito y objetivos. Aquí en Corintios no dice que “Dios era Cristo” sino que estaba presente en sus acciones redentivas para reconciliarnos con Él.
Juan 14:10 y 11; 16 y 17: 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Este versículo no dice: “yo soy el Padre y el Padre es mí”. El Padre moraba en Jesucristo como mora hoy día en nosotros a través de Su espíritu santo. En el entonces que Jesús decía estas palabras; el espíritu de Dios estaba “sobre” las personas y gracias a su completo trabajo de redención, está ahora en Sus hijos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros [al momento en que hablaba estas cosas], y estará en vosotros [a partir del día de Pentecostés].
Después del día de Pentecostés cada persona que confiesa y cree, recibe el espíritu de Dios en él. A partir de ese momento es Dios en Cristo en usted. Eso no lo hace a usted Dios sino Su hijo.
Hay varios ejemplos de nombres simbólicos en la Biblia. No ocurrió solamente con Jesucristo. Por ejemplo Elías en hebreo es ELIHA compuesto por EL= Dios y YAHH; el nombre de Dios: Jah[2]. Juntos significan Dios es Jehová. Sin embargo nadie podría decir que Elías haya sido Dios ni que haya sido Jehová.
1 Crónicas 4:18: Y su mujer Jehudaía dio a luz a Jered padre de Gedor, a Heber padre de Soco y a Jecutiel padre de Zanoa. Estos fueron los hijos de Bitia hija de Faraón, con la cual casó Mered.
Bitia viene del hebreo BITHYAH que significa hija de o adoradora de Jah. El nombre no es una verdad literal. Aun considerando su significado, ese nombre no quería decir que esta mujer fuera hija de Jehová o que lo adorara tan sólo por llamarse así. Hay varios ejemplos más en las Escrituras. Jesús como hijo de Dios que es, es la imagen de su Padre. Dios está con nosotros en Jesús pero 4el nombre no lo hace Dios3 Este es un caso similar al que se trató en Jeremías 23:6. El nombre que tuvo nuestro Señor le fue dado por su Padre y describía la característica y obra de Jesús y a Quién representaba.
ô Mateo 28:19
Bautizándolos en mi nombre
Este registro de Mateo puede confundir mucho al lector de la Biblia porque lisa y llanamente estaría declarando que la instrucción de Jesucristo antes de ser ascendido fue que sus discípulos bautizaran[3] según una fórmula trinitaria.
Mateo 28:19: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Existen evidencias que la última parte del versículo fue añadida, es decir que no figura en los textos más antiguos. El versículo originalmente leería: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en mi nombre”.
En cualquier caso es muy obvio que hay un problema; pues si esta fórmula fuera verdad, entonces sería una instrucción que los discípulos del Señor Jesucristo debieran haber llevado a cabo y debió haber quedado registrado en el libro de Hechos. Pero, las grandes evidencias en ese libro son en contrario al uso de esta supuesta “fórmula”. Justamente debido a esto son varios los autores que concuerdan que la última parte de este versículo fue añadida al texto original. Veremos la evidencia histórica y Escritural en favor de esta postura.
Un estudioso llamado Clarke Wildeman[4] citó lo siguiente: Las siguientes siete citas de Mateo 28:19 son mostradas debajo en las citaciones de la Prueba del Evangelio (la Demostración) de Eusebio. El intento de este extracto no es dar a entender exactitud de la teología o filosofía de este hombre, sino para recoger de su acceso al texto de Mateo 28:19 en su día y tiempo. Para estas citas, Eusebio (265 d.C. -- 339 d.C.) cuando es proclamado Obispo de Cesarea tuvo acceso a la famosa Biblioteca de Cesarea y por ende a referencias de Mateo 28:19 de manuscritos más antiguos almacenados allí dentro que son disponibles para nosotros hoy.
Este Obispo de Cesarea citó varias veces el versículo en este trabajo aludido y ninguna de las veces que lo hizo mencionó la fórmula que aparece en nuestra versión de la Biblia. Menciona simplemente “en mi nombre” significando el nombre de Jesús.
En las mismas palabras de Clarke Wildeman Por tanto, tenemos confirmación que Shem- Tov[5], F. C. Conybeare, y Eusebio de Cesarea, todos verificaron que Mateo 28:19 no terminaba como lo vemos en nuestra VKJ (King James Version: versión inglesa de la Biblia que en este versículo coincide con la Reina Valera 1960). Más que probablemente, éste terminaba mas con la redacción de Jesús así: "Id, y haced discípulos de todas las naciones en Mi Nombre, enseñándoles que guarden todas las cosas que Yo os he mandado."
El Dr. Reckart[6] exhibe una copia del fragmento del Evangelio de Mateo 28 según Shem Tov y en su versículo 19 tiene la palabra: “id” solamente.
Verdaderamente esta última parte del versículo se presenta como una anomalía a la luz de toda la Palabra de Dios que venimos estudiando acerca del tema. No hay ningún otro lugar en la Biblia en donde se presente esta fórmula de bautismo. Realmente en el original debe de haber sido: Id y bautizad a todas las naciones en mi nombre. Esto guardaría homogeneidad con el uso de la frase “en el nombre de Jesucristo” y con comentarios de la antigüedad acerca de este pasaje.
El Dr. Wierwille escribió lo siguiente: Todos los manuscritos existentes tienen este versículo en Mateo 28, el más antiguo data del cuarto siglo durante el cual el trinitarianismo llegó a ser una parte formal de la doctrina y la literatura. No debió haber sido difícil que los escribas insertaran “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” en lugar de la frase original “en mi nombre”. Esto debe ser lo que debe de haber ocurrido ya que manuscritos más antiguos de los cuales Eusebio (quien murió en 340 dC) citó en la primera parte del Siglo IV no pudo usar la fórmula trinitaria. Él citó Mateo 28:19 dieciocho veces sin siquiera una vez usar aquella fórmula. Más bien escribió: “bautizándolos en mi nombre”.
El Cristiano griego Justin Martir quien escribía a mitad del segundo Siglo nunca citó “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, tampoco lo hizo Apartes de Nisibis a comienzos del cuarto Siglo. Esto demuestra que Justin y Apartes deben de haber tenido manuscritos más antiguos de los que ahora existen. Más aún, con respecto al bautismo con agua, no hay registro en el Nuevo Testamento que el mandamiento bautismal trinitario fuese jamás llevado a cabo por la Iglesia del primer Siglo. Ellos siempre bautizaron en el nombre de Jesucristo[7]. La evidencia antigua desacredita la fórmula trinitaria en este versículo, lo mismo que hace el contexto general acerca del tema.
El uso de la expresión “en el nombre de” es muy mal entendida en el día de hoy. En las palabras de Wray[8]: A fin de entender mejor el uso de la frase debemos notar algunos puntos clave:
Solamente es invocado el nombre de un superior. Utilizar el nombre de un superior es declamar y ejercer la autoridad de quien es nombrado. Tal poder requiere que uno sea debidamente comisionado por el nombrado. Hay cierta libertad de discreción en el ejercicio de la autoridad del nombramiento de autoridad. El propósito de invocar el nombre debe armonizar con la voluntad del superior nombrado.
Un juez sentencia a los transgresores mediante el poder que lo inviste por la municipalidad o la alcaldía, el estado o provincia o el gobierno federal; él juzga “en el nombre de” tal jurisdicción. Del mismo modo el policía tiene la autoridad del nombramiento de arrestar a alguien que rompe la ley. Su autoridad no le viene de nacimiento, ni puede ser comprada o ganada en la lotería. Más bien le es conferida, después de haber sido entrenado en temas de la aplicación de la ley, y se dedica a servir a la jurisdicción de acuerdo a los estándares de la misma, no los suyos propios. Es decir, un policía no puede arrestar a alguien simplemente porque no le cae bien. Tampoco puede usar el poder a su disposición para intereses egoístas o para extorsionar. Cuando detiene a alguien lo hace “en el nombre” de la ley no en su propio nombre. Si el detenido se resiste, puede pedir ayuda a la institución, a fin de ejercer la ley a la cual representa. Por eso son agentes que actúan “en nombre de” la institución que está por encima de ellos y que los invistió con su poder.
De esa misma manera en las culturas y tiempos Bíblicos un siervo hacía negocios en nombre de su amo. Así fue con quienes servían a Abraham y con José que gobernó Egipto en nombre del faraón por mencionar algunos ejemplos. Hacer algo en nombre de algún superior, es representar a esa persona utilizando toda la autoridad del superior para lograr su voluntad.
Las multitudes reconocían que Dios había enviado a Jesús.
Mateo 21:9: Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
La autoridad de Jesucristo provenía de Dios, no de sí mismo. Él ministraba en nombre de Dios. Así él hacía que la voluntad de Dios, que está en los cielos, ocurriera sobre la Tierra. Luego Jesús extendió su autoridad dada por Dios, a sus discípulos diciéndoles que hicieran sus trabajos en su nombre ya que Dios le había dado esa autoridad y ese nombre.
Juan 14:13 y 14: 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
El mismo Padre celestial honra el nombre que le dio a Su Hijo. Esto se ve claramente en el consolador que envió una vez que ascendió a Su Hijo y lo colocó a Su diestra.
Juan 14:26: Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Juan 15:16: No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Juan 16:23 y 24: En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que |
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413 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Marcos 2:7 - Lucas 8:39 |
Jesús es el Cristo, El Hijo de Dios Ÿ Errores de entendimiento y de Traducción Parte 5
ô Marcos 2:7
Errar es humano, perdonar también
l probable inconveniente en este versículo sería que se pensara que el único que puede perdonar es Dios. Como Jesús perdonó, en el erróneo concepto, él sería Dios. Grave equivocación como veremos en el contexto de este versículo y en otras Escrituras del mismo tema.
Marcos 2:5-10: 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Cualquier estudioso serio de la Biblia sabría que los escribas tenían muy poco interés por la Palabra de Dios. Sus tradiciones eran más importantes. En muchas ocasiones el Señor Jesús les dijo a los Fariseos que su doctrina era incorrecta por no provenir de la fuente de verdad que son las Sagradas Escrituras. En este versículo se da justamente este caso. No hay ni un solo versículo que diga que el único que puede perdonar pecados es Dios. Esta idea provenía de sus tradiciones. En reiteradas ocasiones Jesús había dejado bien claro que él no hacía nada por su cuenta, sino que hacía aquello que veía en las Escrituras que su Padre hacía.
Juan 5:19: Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
La verdad de la Palabra es que Dios otorga autoridad para perdonar pecados como le place. Esta autoridad le fue dada a Jesús y también, a través de él, a sus apóstoles.
Mateo 9:1-8: 1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. 2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
Lo primero que podríamos ver aquí es que no dice: “te perdono tus pecados” sino que le anuncia al paralítico que sus pecados le fueron perdonados. Podríamos decir que le fueron perdonados por la Autoridad Perdonadora Superior: Dios Quien comisionó a Jesús a que fuera el brazo extendido de Su misericordia.
3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. 4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. 7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
Jesús tenía la potestad que le venía “de arriba”. Él ejercía una autoridad que le había sido delegada. La había hecho propia por obediencia pero no le era propia “por origen”. Esa potestad le había sido dada a él. Eso maravilló a la gente.
8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
Claramente Jesús fue uno de los hombres a quienes Dios tuvo a bien dar potestad de perdonar.
Marcos 2:10 y 11: 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Esa potestad, que Jesús ejercía en favor de los demás, le había sido conferida por su Padre. Dentro de los términos legales de esa autoridad, nuestro Señor extendió, ese beneficio a otros, a sus discípulos.
Juan 20:21-23: 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
Si esta potestad de perdonar, dada a Jesús, lo hiciera Dios, entonces también sus discípulos lo serían.
ô Lucas 8:39
Cuán grandes cosas hacen Dios y Jesús
n una ocasión Jesús anduvo por Gadara y expulsó varios demonios de un hombre que había vivido atormentado por varios años. Cuando el Señor se retiraba del lugar, el hombre quiso seguirlo pero Jesucristo le dijo que se quedara en esa ciudad y que contara lo que había ocurrido.
Lucas 8:39: Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
Jesucristo le dijo que contara lo que Dios había hecho con él. Él se fue publicando lo que había hecho Jesús con él.
En la opinión de algunos esto indicaría que Jesús es Dios. Primero que nada; fue el hombre quien contó cuán grandes cosas hizo Jesús con él. Pero no fue lo que le dijo Jesucristo que contara. La instrucción del Señor fue que contara cuán grandes cosas había hecho Dios con él. Pero, además, se obvia un hecho clarísimo y bien documentado en la Palabra de Dios. Cada vez que Dios hace algo, lo hace mediante las personas que creen en Él. Dios da poder a los Suyos para que obren en Su nombre en favor de las personas.
Mateo 9:8: Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
Es cierto que aquí quien había ejercido este poder o potestad había sido Jesucristo. Pero la gente se maravilló que Dios había dado esa potestad a los hombres, a todos los seres humanos, no solamente a él. Si usted es hijo de Dios; tiene esta misma potestad que tuvo su Señor por eso puede hacer sus obras y mayores aún. Eso no lo hace Dios a usted simplemente demuestra que usted es Su hijo y cree.
Hechos 3:6, 12 y 13a: 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy;…
¿Qué tenía Pedro? Poder desde lo alto que había recibido en el día de Pentecostés. Entonces, en virtud de ese poder y en el nombre de quien hizo disponible ese tremendo poder a todos nosotros…
…en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Esta es la potestad que Dios dio a los hombres. Aquí el beneficio lo había recibido un cojo que sentaban a la puerta de un templo. El poder lo ejercieron Pedro y Juan pero no era de ellos sino proveniente de Dios, usando el nombre que Dios puso por sobre todo nombre: Jesucristo. En ese poder, proveniente de Dios, en el nombre de Jesucristo, estos dos seres humanos hicieron esta sanidad. Esto no significa para nada que ellos fueran Dios.
12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús,…
Cuando uno recibe un beneficio proveniente de Dios por mano de algún hermano en Cristo uno está agradecido por esa persona porque creyó para traer liberación a nuestra vida. Lógicamente el mayor agradecimiento y reconocimiento y gloria va para Dios que nos dio tal potestad y con Quién “formamos equipo”.
1 Corintios 3:9: Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
2 Corintios 6:1: Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.
Así es con todos nosotros. Somos colaboradores de Dios cuando hacemos Su trabajo en favor de las personas. Lo hacemos porque nos ha dado la potestad y eso no nos hace Dios sino Sus colaboradores.
Éxodo 14:14-16; 29-31: 14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
De hecho, Jehová peleó por ellos por medio de Moisés. Sigamos viendo el relato.
15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.
He aquí una ordenada distribución de las tareas de liberación:
Jehová peleó Israel marchó Moisés alzó su vara
El poder que venía de Dios se ejecutaba sobre la tierra por la mano de la creencia de un hombre: Moisés. Así fue que se manifestó el poder liberador de Dios en favor de los Suyos. Eso no hizo que Moisés fuera Dios.
29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. 30 Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31 Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.
Israel vio el grande hecho que Jehová ejecutó por mano de Moisés. Dice también que temió (respetó, reverenció) a Jehová y creyó a Jehová y a Moisés Su siervo. Ambos formaban el “equipo de liberación”.
El pueblo de Israel se quejaba constantemente. Ellos habían traído consigo la corrupción pagana e idólatra de Egipto. Cuando se le quejaban a Moisés, Jehová lo tomaba personalmente pues eran miembros del mismo Equipo.
Éxodo 32:7: Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido.
Aquí en el decir de Jehová incluye amorosamente a Su colaborador à “Tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto…”
Éxodo 32:9-11: 9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. 11 Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?
Fíjese el giro que se da aquí. En el versículo 7 Jehová le dice a Moisés “tu pueblo que sacaste…” y aquí Moisés le dice a Dios: “tu pueblo que tu sacaste…” ¿Quién tenía razón?
El trabajo poderoso fue indefectiblemente de nuestro amorosísimo Dios; pero Moisés formó parte del equipo.
A cualquier estudiante Bíblico le parecería una locura pensar que Moisés fuera Dios, sin embargo cuando toman registros como el de Lucas 8:39 lo aíslan absolutamente del resto de la inmensa evidencia Bíblica y “le hacen decir” que Jesús es Dios
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414 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 2:19 - Juan 2:24,25 |
es singular que la mayoría de la supuesta controversia se centra en este hermoso Evangelio. Sin embargo, cada vez que uno lo lee o lo estudia nunca debe dejar de considerar dos versículos que indican clarísimamente el propósito de este libro. Sobre estos dos versículos se edifica el resto de este Evangelio.
Juan 20:30 y 31: 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Estos dos versículos rigen el total del Evangelio de Juan. Todo el Evangelio se apoya sobre el fundamento provisto por esta porción de la Escritura. Todo lo que aprendamos de Juan debe coincidir un 100% con esta clara declaración de la Palabra. Al término de este Apartado dedicado al Evangelio de Juan; seguiremos con el resto de los libros del Nuevo Testamento que presenten versículos con algún aparente conflicto. Hemos dispuesto toda esta Sección en orden canónico,[1] para que la ubicación de los versículos estudiados sea simple de localizar.
Asimismo, es importante aclarar que por el “peso doctrinal” que tiene el primer capítulo del Evangelio de Juan, sus versículos relevantes fueron tratados en la Sección IV ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo uno? Así que aquí son presentados los otros versículos que supuestamente presentan alguna dificultad debido a su traducción o a una mala interpretación.
ô Juan 2:19
Destruid el templo y en tres días lo levantaré
Juan 2:19: Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
En este versículo claramente el Señor Jesucristo se refiere a sí mismo cuando dice: “este templo”. Pero, hemos visto que hay una cantidad muy grande de versículos que declaran que fue el Padre Quien lo levantó a Jesús de entre los muertos.
Hechos 13:30, 32-35: 30 Mas Dios le levantó de los muertos.
32 Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, 33 la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. 34 Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David. 35 Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción.
Romanos 4:24: Sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro.
Nosotros creemos en Dios Quien levantó a Jesús de los muertos. Es un hecho ciertísimo que la de Jesús no pudo haber sido una auto-resurrección.
Romanos 8:11: Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Dios, Quien hizo la primera cosa: levantó a Jesús de los muertos, hará también la segunda: vivificar nuestros cuerpos mortales.
Romanos 10:9. Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Si una persona estuviera convencida que la de Jesús fue una auto-resurrección, su salvación estaría en serias dudas, pues lo que hay que creer en el corazón es que fue Dios Quien lo levantó de los muertos.
Colosenses 2:12. Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
En el pasaje de Juan 2:19 el contexto es Jesús hablándoles a los judíos después de haberles tirado las mesas y echado a sus animales. Les hablaba en términos figurados y no necesariamente literales. Es cierto que el “templo” del que el redentor hablaba fue “re edificado” en tres días pero no fue él quien lo “re edificó”. Su audiencia entendió que se refería al templo físico en el que estaban comerciando.
En este momento los ánimos estaban “caldeados” y no era una situación de enseñanza sino de recriminación. La gente a la que Jesús había echado no creían en él y dice la Palabra que el celo de la casa de Dios lo consumía[2]. En ocasiones nuestro Señor hablaba de manera figurada o de tal manera que su audiencia no entendiera. De todos modos si sus discípulos no entendían, le preguntaban y él les explicaba[3].
Juan 16:29: Le dijeron sus discípulos: He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices.
Muchas veces, en el hablar coloquial, cuando una persona es un eslabón importante para que ocurra un suceso, aunque no sea quien lo produzca, se involucra como si lo hubiese hecho. No obstante; la verdad que Jesús fue resucitado por su Padre es escrituralmente obvia, y por lo tanto, absolutamente exenta de toda duda.
Hechos 5:30: El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero.
Un versículo más que dice que fue Dios Quien levantó a Jesús de los muertos. Pero además dice; que quienes escuchaban a Pedro fueron quienes lo mataron a Jesús colgándolo en un madero. En realidad fueron los soldados romanos que hicieron el trabajo sucio, pero ellos fueron una pieza fundamental para que eso ocurriera.
2 Samuel 5:7: Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David.
No fue David solo quien hizo esto. El rey estaba acompañado por un ejército de hombres fieles que estuvieron junto a él. Es el único mencionado pero hubo más involucrados.
Jesucristo iba a jugar un papel importantísimo en cuanto a la resurrección pues él es quien iba a ser resucitado pero no por él mismo. Todo hombre (incluido nuestro valiente Señor) es totalmente impotente ante la muerte[4]. No solamente no hubiese podido resucitarse a sí mismo. No hubiese podido hacer ninguna cosa.
Jesucristo usó lenguaje común, de todos los días, para describir, veladamente, un evento futuro del que iba a ser parte, pero en el que no podría actuar.
ô Juan 2:24 y 25:
Jesús conocía a todos
Juan 2:24 y 25: 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.
Ya documentamos ampliamente la humanidad[5] de Jesús y la eternidad de Dios y hemos visto que Jesús no tenía un conocimiento absoluto. Él podía saber las cosas por observación y simple deducción o porque alguien se lo decía o porque el Padre se las revelaba. Entonces; cada vez que Jesús “sabía” era por alguna de estas razones, igual que nosotros. Ningún hombre puede saber sin duda alguna qué piensa otro o qué hay en otro. Eso es prerrogativa de Dios.
Hay varios registros que documentan que nuestro Señor no supo todo. Si hubiese sido Dios, hubiese sabido todo. A manera de repaso la tabla siguiente muestra algunas de esas situaciones.
Queda muy claro en las Escrituras que nuestro Señor no sabía todo. Igual que todo otro hombre de Dios debió aprender por su propio esfuerzo de estudio, de la Palabra ya revelada, y por preguntarle a Dios.
Lucas 2:52: Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
Si Jesús fuera Dios ¿qué necesidad habría de crecer en sabiduría y estatura? Dios no creció. Nuestro Padre es eterno. Jesús, igual que nosotros debió aprender y crecer en sabiduría.
Mateo 24:34-36: 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Esto sí sabía nuestro Señor de la misma fuente que podemos saberlo nosotros: la Palabra de Dios. Pero no sabía todo acerca de su regreso.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Es cierto que Jesús tenía una percepción especial por su andar con Dios y el conocimiento que adquirió por su propio esfuerzo de las Escrituras. Pero no siendo Dios no hay posibilidad que “conozca a todos”. Muchas veces nosotros mismos usamos la expresión “sabe de todo” acerca de alguna persona con muchos conocimientos. Lo que en realidad queremos significar es que sabe mucho pero todo, lo que se dice todo es imposible para cualquier ser humano. Jesucristo fue un ser humano. Hay un uso de “todo” referido a nosotros que es interesante ver:
1 Juan 2:20: Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
¿Usted verdaderamente conoce todo? Es un todo con distinción no es un todo literal. Es un todo acotado al contexto. Lo mismo fue con nuestro Señor en Juan 2:24 y 25. Es necesario reconocer de las Escrituras lo que dicen acerca de cuánto sabía Jesucristo. Hemos visto gran evidencia que él no era omnisciente pues su naturaleza era inequívocamente humana. Él era un ser humano y no había “dualidad de ser” en él. No es que era Dios y a la vez hombre. Como todo otro ser humano, que era, no sabía todo.
No es posible documentar en la Escritura que nuestro Señor era completamente Dios y completamente hombre. Sin embargo, como hemos documentado ampliamente, su naturaleza era una sola: ser humano pues era en todo igual a nosotros. Él sabía todo… lo que necesitaba saber mediante oír a su Padre.
Juan 5:30: No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Esta es la manera que Jesús o nosotros podemos saber todo… ïlo que necesitemos saber para la situaciónð: sabemos cuándo lo oímos de Dios.
En la antigüedad los profetas también recibían información de parte de Dios y sabían cosas que de otro modo no hubiese sido posible que la supieran[6].
1 Reyes 14:1-6: 1 En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo. 2 Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo. 3 Y toma en tu mano diez panes, y tortas, y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo que ha de ser de este niño.
Este mal rey hizo disfrazar a su mujer y le dijo que fuera a visitar al hombre de Dios pensando en engañarlo y obtener información supuestamente de Jehová. El profeta Ahías ya no podía ver de tal manera que disfrazada o no, no iba a poder reconocerla. Esto es lo que pasó.
4 Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez. 5 Mas Jehová había dicho a Ahías:…
Esta es la manera que nosotros sabemos y nuestro Señor supo todas las cosas… que necesitamos saber.
…He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella viniere, vendrá disfrazada. 6 Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He aquí yo soy enviado a ti con revelación dura.
Ahora veamos el caso de un gran hombre de Dios, Elías. Veremos toda la información necesaria para la situación que Dios le da para que él sepa y actúe en consecuencia.
1 Reyes 21:17-20: 17 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: 18 Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. 19 Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. 20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová.
Todos estos profetas supieron cosas, que de no haber sido por información confiable recibida de Dios, nunca hubiesen sabido. Esta es la misma manera que tuvo Jesucristo para saber todo… 4lo que necesitaba saber para cada situación. Es lo mismo para nosotros. Sin embargo ni los profetas, ni nosotros, ni Jesús somos Dios.
[1] El orden en el cual aparecen en la Biblia los distintos libros que la componen. [2] Juan 2:17 [3] Marcos 4:12, Lucas 8:10 [4] Puede descargar las Enseñanzas de la Clase Sobre la Vida, la Muerte y la Resurrección [5] Puede estudiar en la Sección II “Nuestra identificación antropológica con Jesús” en el Apartado La humanidad de Jesús. También puede consultar la Sección III Jesús y la Revelación de Dios. [6] Hay más casos de profetas sabiendo lo que pensaban, o lo que habían hecho algunas personas, mediante revelación de Dios. Por mencionar tan solo algunos à cuando David se acostó con Betsabé y mandó matar a su esposo, Urías en 1 Samuel 12. Natán fue con revelación dura a David por su pecado. Eliseo supo que su criado Giezi había mentido según se aprecia en 2 Reyes 5. Cuando Daniel supo el sueño de Nabucodonosor y lo interpretó correctamente en Daniel 2. |
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415 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 3:13 - Juan 5:18 - Juan 6:4 |
ô Juan 3:13
El que descendió del cielo
Juan 3:13: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Efectivamente nadie subió al cielo… aún. Lo haremos cuando regrese nuestro Señor a buscarnos[1]. Al momento que Jesús dijo esas palabras, él mismo aún no había subido, pero luego que completó su misión redentiva subió y ahora se encuentra allí intercediendo por nosotros.
Continuando con el resto del versículo; la primera cosa que debemos saber es que la última parte …que está en el cielo está omitida por una gran cantidad de manuscritos[2]. Este hecho es muy obvio para cualquier estudiante Bíblico. Jesucristo no estaba en el cielo sino en la Tierra, ejecutando la voluntad de nuestro Padre Quien sí está en el cielo. Por esa razón hay varias versiones de la Biblia que simplemente la han omitido.
Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre[3].
Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre[4].
Que Jesús viniera del cielo[5] no era una declaración literal como que físicamente había descendido como con un ascensor o escalera. Nuestro precioso Señor había “venido del vientre de su madre” igual que cualquiera de nosotros. No obstante su autoridad (como la nuestra hoy día) sí había descendido del cielo, del lugar de habitación de su Padre. Dios era la fuente de recursos de Jesús, tanto como es la nuestra. Su nacimiento mismo “vino de arriba” pues Dios es Padre de Jesús.
Santiago 1:17: Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Quienquiera que sea que reciba una buena dádiva o sirva con un don perfecto, lo hace porque lo recibió de lo alto, del Padre de las luces. Puede que uno haya recibido un bien proveniente, por ejemplo, de un hermano en Cristo; pero debemos reconocer que la fuente primaria de bendición siempre es nuestro Padre que está en el cielo. Dios es la fuente de recursos y bendiciones de Jesucristo.
Juan el bautista fue enviado por Dios (Juan 1:6) y por consiguiente vino investido con la autoridad proveniente “de arriba”, de lo alto. Este mismo gran hombre dijo de Jesús:
Juan 3:31: El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
En el Antiguo Testamento, en el libro de Malaquías[6]; Dios dice por medio de Su profeta que si Israel ofrendara, Él abriría las ventanas de los cielos y derramaría sobre ellos bendiciones hasta que sobreabunde. No era que literalmente haya ventanas que se abran y físicamente Dios arrojaría desde ahí bendiciones. Esas bendiciones, de las que habla ese registro, venían del mismo lugar de habitación de Dios; como venía el comisionamiento y autoridad de Jesús.
Mateo 21:25: El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
Cualquiera de nosotros podría responder esta pregunta. El bautismo de Juan venía del origen de toda bendición, de Dios, de arriba, de lo alto o del cielo. Dios le había revelado a Juan que lo llevara a cabo para preparar la primera venida de Su Hijo para llamar a Israel.
ô Juan 5:18
Haciéndose igual a Dios
Juan 5:17 y 18: 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Muy claramente el Señor Jesucristo no dijo que él fuera su Padre. Dijo: Mi Padre. Luego en el versículo 18 quien habla es Juan y escribió que Jesús decía que Dios era su propio Padre. No debiera haber ninguna duda siendo que en dos ocasiones en versículos contiguos dice notoriamente qué relación une a Dios con Jesús.
En los tiempos, así llamados, “Bíblicos” los padres pasaban su oficio a sus hijos. La igualdad de nuestro Señor con la de nuestro Padre es en el trabajo que ellos hacen en conjunto, como un equipo[7] del que nosotros mismos formamos parte cuando nos movemos con las cosas de Dios. Asimismo, en la misma cultura de aquellos días, el hijo mayor llevaba consigo la autoridad de su padre.
Hay otros ejemplos en la Biblia de gente que eran “iguales” en autoridad con otros. Tal fue el caso de José, cuando aún no había sido reconocido por sus hermanos, Judá le dijo lo siguiente:
Génesis 44:18: Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.
Esta declaración hecha por Judá no lo hacía Faraón a José, pero ciertamente este maravilloso hombre de Dios llevaba consigo la autoridad que le había dado el mismísimo rey de Egipto[8]. A los ojos de los egipcios lo que sea que dijera José era lo mismo que lo hubiese dicho Faraón pero eso no significa que José y Faraón hayan sido “el mismo ser en dos personas”. Su unidad era la que tenían en su trabajo de administrar los asuntos de Egipto.
Por tanto que Juan 5:18 diga que Jesús se hizo igual a Dios no puede ser tratado de manera diferente a los otros registros del mismo tenor que se encuentran en la Biblia[9].
ô Juan 6:46
Éste ha visto al Padre
Juan 6:46: No que alguno haya visto [horaô] al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto [horaô] al Padre.
Algunas personas concluyen que si Jesucristo vio al Padre significa que pre existió o directamente que fue Dios. Entre quienes estaban frente a nuestro Señor había gente de Israel que no creía en él y murmuraban (versículos 41 y 52) porque había dicho que él era el pan que había descendido “del cielo”. Todos en su audiencia estaban esperando al Mesías que vendría y que no iba a ser Dios transformado en hombre, sino un hombre como ellos. Este Mesías iba a tener una relación íntima y personal con Dios. No obstante, estos que murmuraban, no entendieron el mensaje de Jesús.
Juan 6:50 y 51: 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
¿A usted lector le parece que las expresiones: “de él come” y “si alguno comiere”, son literales? Si lo fueran sería más bien canibalismo. Son expresiones literarias, figuradas, no literales. Lo mismo que la expresión “éste ha visto al Padre”. Jesús no era literalmente o físicamente pan ni había literalmente o físicamente descendido del cielo. Era un hablar en figuras. Nuestro Señor “vio” al Padre de la misma manera que lo vemos nosotros cuando estudiamos y creemos la Palabra del Padre. Esa es la Palabra que estos religiosos que se oponían habrían estudiado pero definitivamente no habían creído.
Jesucristo no había “vivido” con Dios antes de su nacimiento, pero una vez que nació y se ocupó en los negocios de su Padre, Dios se le reveló más claramente que a ninguno de sus predecesores colegas profetas de la antigüedad.
Juan 5:20: Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.
Esta es la manera que Jesús “vio” a su Padre… en acción y esta es la manera que nosotros mismos podemos ver a nuestro Padre. No es un ver con los ojos sino con el entendimiento de las Escrituras y el ejercicio del poder de Dios que lo revela lo más vívidamente posible ante cualquiera que tenga ojos para ver y oídos para oír.
Las palabras traducidas “visto” dos veces en el versículo 46; provienen de la palabra griega horaô que significa: propiamente fijarse en, discernir claramente (físicamente o mentalmente)[10]. También significa: ver con los ojos, ver con la mente, percibir, saber, familiarizarse por medio de la experiencia[11].
Muchas veces cuando usted quiere decir que “entiende algo” dice: “ahora lo veo”. En realidad usted no lo “ve” físicamente con sus ojos. Lo “vio” con su mente.
3 Juan 11: Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto [horaô] a Dios.
La verdad aquí es que aun el que hace lo bueno no puede verlo físicamente a Dios. Pero el hacer lo bueno es hacer la Palabra y cuando uno la hace, trae resultados y lo ve a Dios en acción. Ve Su poder inmenso demostrado a nivel de los sentidos (con los que no se puede ver a Dios).
Juan 14:7-11: 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto [horaô]. 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto [horaô] a mí, ha visto [horaô] al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Jesucristo hacía las obras de su Padre a ojos de ellos. Todos los que rodeaban a Jesús podían ver el poder de Dios manifestado mediante vivir las Escrituras. Eran esas palabras que daban (y siguen dando) cuenta de Dios. Cuando esas palabras son creídas, producen acciones que se manifiestan en el mundo de los sentidos.
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Las obras son la evidencia o manifestación de la existencia y poder liberador de Dios. Todo lo que sabemos y “vemos” de Dios, es lo que podemos ver en Su Palabra que nos lo declara vívidamente. También “vemos” a Dios cuando ejercemos Su poder, lo cual materializa en el mundo de los sentidos la bendición de “Su mano”. Entonces, sin ninguna duda, nosotros también podemos ver de esta manera a Dios y lo hubiésemos podido ver en las obras evidenciadas por Jesucristo. Si hubo un hombre en la antigüedad que uno podría decir que se hubiese ganado el derecho de verlo a Dios, ese hombre hubiese sido Moisés. Sin embargo, él tampoco lo vio a Jehová.
Éxodo 33:17-23: 17 Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre. 18 El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. 19 Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. 20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. 21 Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; 22 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. 23 Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.
Claramente Moisés había hallado gracia al punto que Jehová le mostró Su gloria y pasó “Su bien” delante del rostro del gran varón de Dios pero le dijo: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre y vivirá. El amoroso Creador lo cubrió con “Su mano” hasta que pasó.
Juan 1:18: A Dios nadie le vio [horaô] jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Como Dios no puede ser visto es imprescindible para Él, que quienes lo amamos y deseamos servirle como lo hizo nuestro Señor antes de nosotros, lo demos a conocer. Las personas seguirán sin poder verlo físicamente con sus ojos en esta Administración; pero cada vez que andemos Su Palabra y ejerzamos Su poder, lo haremos conocido.
En este sentido nadie “lo vio” a Dios como “lo vio” el Señor Jesucristo. Esto es lo mismo que decir que nadie lo percibió a Dios, a través de Su Palabra y Sus acciones de bien, como lo percibió Jesús.
[1] En cualquier caso, el cielo no es el destino final de ningún hijo de Dios. Di Noto Eduardo, El Reino de Dios – Un Fundamento. Ediciones de la Palabra de Dios, Buenos Aires, Argentina. Año 2010. págs. 110 y 116 [2] Nestle – Aland (Nestle Eberhard y Erwin, Aland, Kurt y Barbara), Novum Testamentum Graece. Deutsche Bibelstiftung, Stuttgart, Alemania. 1979. Pág. 253. [3] Nueva Biblia de Jerusalén según está presentada en ESword [4] Nueva Versión Internacional según está presentada en ESword. Hay muchas versiones más que no han colocado “que está en el cielo”. [5] Hay otros registros coincidentes que se refieren a la misma verdad explicada en este Apartado: Juan 6:33 y 38 entre otros. [6] Malaquías 3:10 [7] Puede descargar las Enseñanzas de la Clase Los Ángeles de Dios - Un Equipo de la Clase de Dios [8] Génesis 41:40-44 [9] Particularmente Filipenses 2:6 tratado más adelante en esta obra [10] Definición de Strong tomada de ESword [11] Definición de Thayer tomada de ESword |
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416 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 6:62,64 |
ô Juan 6:62
Subir adonde estaba primero
Juan 6:62: ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir [anabainô] adonde estaba primero?
Una lectura apresurada podría hacer concluir que Jesús regresaría al “plano de pre existencia” donde había estado antes de transformarse en humano. Grave error. Veremos que aquí Jesús habla de su resurrección.
Juan 6:51-63: 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Ya habíamos establecido en el Apartado Jesús descendió del cielo, que éste es un hablar figurado y no literal. Lo mismo se aplica para “comiere de este pan” y “el pan que yo daré es mi carne”.
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Estas palabras giraron en torno a su muerte redentiva y a su resurrección y a lo que éstas lograrían en el futuro para la humanidad. Observe en el versículo 53, hablando en figuras, habla de comer la carne y beber la sangre. En otras palabras estaba diciendo que este evento, para este entonces, aún futuro; iba a posibilitar el absoluto perdón de pecados y vida por siempre.
55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.
Este hablar figurado de él como el pan que descendió del cielo enfatiza que cada aspecto de su preciosa vida vino de Dios y que, además, tenía toda la autoridad que el Creador le había delegado. Dios trabajó poderosamente en Jesús y con su perfecta obediencia a Él, fue el don más preciado al mundo, el pan vivo que vino del cielo.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. 60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
En ocasión de la última cena que tuvo con sus discípulos, Jesús volvió sobre este tema del significado profundo de su cuerpo y su sangre tan importante para nosotros.
Mateo 26:26-28: 26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Esta preciosa sangre sería derramada para remisión de pecados y para dar paso al Nuevo Pacto que Dios haría con las personas.
De regreso a Juan 6, Jesús comparó su cuerpo partido y su sangre derramada con el maná que mandó Dios desde el cielo. Ese maná y Jesús fueron un milagro que fue provisto desde el corazón y lugar de habitación de Dios. La diferencia es que quienes comieron maná subsistieron a través del desierto pero finalmente fallecieron. Nosotros, en cambio, que hemos “comido y bebido” a Cristo hemos recibido, también desde el cielo, vida por siempre en el Nuevo Pacto.
El contexto de esta proclama de nuestro Señor gira alrededor de su muerte pero también de su resurrección. Esta resurrección lo habilitó a él a subir al cielo y es por medio de la misma resurrección que nos habilitó a nosotros a subir cuando él regrese a buscarnos. Pero aquí no habla de su ascensión según está registrada en Hechos 1:9. Habla de su resurrección. Ese es el contexto. Puede confundir que diga: “subir” pero no habla de su ascensión a la diestra de Dios.
Hechos 1:9: Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado [epairô], y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Esta ascensión descrita aquí en Hechos no nos proveyó la certeza de nuestra resurrección. Lo que nos garantiza nuestra futura resurrección fue su propia resurrección; que es el tema central en los versículos de Juan que estamos estudiando. Parece mentira pero esta palabra de la vida eterna y la resurrección los ofendía. Revisemos el contexto:
Juan 6:39, 40, 44, 47-51, 53, 54, 57 y 58: 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Estos conceptos dominan el contexto de este registro: resurrección y vida eterna.
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida (eterna, esta es la clase de vida de la que está hablando) en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.
¿Cuál es el contexto? Resurrección a vida por siempre. De esto se escandalizaba la audiencia de Jesús. Lamentablemente veremos que dice también “muchos de sus discípulos”.
Juan 6:60-62: 60 Al oírlas [las palabras de resurrección a vida por siempre], muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto [de la resurrección a vida por siempre], les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
Es como que les decía “¿¡qué hay si vieran resucitar al Hijo del Hombre?! ¿¡Cuál es el problema?! Son ustedes quienes no creen quién soy y a qué vine…” ¿Qué problema ven que yo muera y regrese a la Tierra? ¿Dónde estuvo el Hijo del Hombre, o sea: Jesús, antes de su muerte? Aquí sobre la Tierra. Ahí es donde “subió”, ahí es donde estuvo primero. Qué lástima que eso los ofendiera. Tenían dificultad para comprender el tema central del Cristianismo: su muerte y resurrección. Para muchos discípulos fue así. Algunos, inclusive, tuvieron que ver para creer.
Juan 20:24 y 25: 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Necesitamos entender que la única prueba que tenían estos discípulos era verlo y tocarlo al Señor Jesucristo, para evidenciar esa maravillosa resurrección. Por ello él se mostró a quienes lo seguían; dando pruebas indubitables.
Hechos 1:3: A quienes [a los apóstoles] también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
No había habido ninguna otra resurrección antes. Nosotros somos más privilegiados pues tenemos el testimonio de su resurrección en nosotros mismos[1]; cada vez que hablamos en lenguas.
Tan esencial es el hecho de su resurrección que cuando Judas fue reemplazado, quien lo hiciera debía ser testigo de la resurrección del Señor.
Hechos 1:21 y 22: 21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.
En Romanos 10:9 dice que si confesamos con nuestra boca que Jesús es Señor y creemos en nuestro corazón que… ¿ascendió al cielo? No. Que Dios lo resucitó de los muertos. Así somos hechos salvos por Dios.
ô Juan 6:64
Jesús sabía desde el principio
Juan 6:64: Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
Algunas personas piensan que este versículo prueba que, como Jesús sabía todo desde el principio, tenía que ser Dios. Muy lejos de la verdad expresada claramente en la Palabra. El vocablo “principio” puede tener varios significados según el contexto donde se lo use. La expresión “desde el principio” viene del griego ek arche. El Dr. Bullinger[2] dice que la primera ocurrencia de esta expresión se da en Juan 1:1 que hemos trabajado extensamente. En ese versículo se refiere al comienzo del mundo según lo conocemos hoy que fue hecho por acción de la Palabra proferida por Dios[3]. Explica además que aquí se da una Elipsis[4] donde el sustantivo dependiente debe ser suplido. Es decir que hay que aclarar al “principio” de qué se refiere. Bullinger da como ejemplo a Juan 16:4:
Juan 16:4: Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.
En este versículo, según el decir de Bullinger, hay que añadirle el sustantivo asociado al vocablo principio y quedaría así: “Esto no os lo dije al principio [de mi ministerio como Mesías]…” Es decir que en Juan 1:1 principio se refiere al comienzo de todo el mundo que conocemos y en Juan 16:4 se refiere al principio del ministerio de nuestro Señor. Un caso parecido se da en Hebreos cuyo uso es el mismo que el de Juan 1:1.
Hebreos 1:10: Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.
Que se use la palabra “principio” no significa que cada vez que se la use se refiera al principio de la Creación.
Mateo 19:4: Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo…?
Dios no los hizo varón y hembra al principio de la Creación. Adán y Eva son el principio de la humanidad. Cuando ellos comenzaron a existir Dios ya había hecho todo para que ellos pudieran reinar sobre la Tierra y lo hizo al “principio de los principios”.
Lucas 1:1 y 2: 1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra.
Estas cosas “puestas en orden” son las que Dios le dictó a Lucas para que las escribiera y nosotros sepamos todas esas cosas desde el principio del ministerio de nuestro Señor Jesucristo, no desde la creación de los cielos y de la Tierra.
Juan 15:27: Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.
¿Los discípulos de Jesús estuvieron desde el principio de la Creación? Ciertamente no. Este principio se refiere al principio del ministerio del Señor Jesús.
Hechos 11:15: Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.
¿A qué principio se refiere Pedro? Al día de Pentecostés, al principio de la Administración de la Gracia. Así que la expresión “desde el principio” en Juan 6:64 que nos ocupa; simplemente quiere decir desde el principio de su ministerio, cuando comenzó a elegir a sus apóstoles él ya sabía quién lo iba a traicionar.
Esto es una muestra más, de las muchas que hay en la Palabra de Dios, del andar cercano e íntimo que tuvo nuestro Señor con nuestro Padre. Jesús sabía por revelación de Dios las cosas que necesitaba saber para llevar adelante su ministerio redentivo y sustitutivo.
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417 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 8:24,58 |
ô Juan 8:24
Si no creéis que yo soy
Juan 8:24: 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
Al decir “yo soy” muchos cristianos suponen que Jesucristo es Dios por lo que dice Éxodo capítulo tres:
Éxodo 3:14: Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Siempre mantenemos en mente el propósito de este Evangelio: Que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y para que creyendo justamente eso, quien lo cree, tenga vida en su nombre. Por tanto no hay ni un lugar en la Escritura que diga que una persona tiene que creer que Jesús es Dios para tener vida en su nombre.
Hay otras versiones de la Biblia que han traducido Juan 8:24 de una manera coincidente con su verdadero significado. Jesús les decía que si ellos no creían que él era quien las Escrituras dicen que él era, entonces morirían en sus pecados.
Por eso les he dicho que morirán en sus pecados, pues si no creen que yo soy el que afirmo ser, en sus pecados morirán[1].
Por eso les dije que, si no creen en mí ni en quién soy yo, morirán sin que Dios les haya perdonado sus pecados[2].
Por eso les dije: Morirán en sus pecados. Porque si no creen que yo soy [ese], morirán en sus pecados”[3].
Por esto les dije que morirán en sus pecados; porque si ustedes no confían que Yo soy quién digo que soy, morirán en sus pecados."[4]
Algunas de estas versiones son de traductores que proponen la trinidad; sin embargo han traducido el texto de la manera que se puede apreciar. Hay un uso más de la expresión “yo soy” que ayuda a clarificar el concepto que Jesús no es el “Yo soy” de Éxodo.
Juan 13:19, 3, 13, 14 y 18: 19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.
¿Yo soy qué y quién? El contexto define claramente en esta ocasión previa a su captura cuando el Señor lava los pies de sus discípulos.
3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba
13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
Esto significa el “yo soy” del versículo 19. Jesús, quien había salido de Dios y que luego de su resurrección a Dios iba, era el Maestro y Señor que les había dado el ejemplo de servicio aún con quienes los traicionaran como Judas lo hizo con él.
18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.
De esta manera, una posible lectura de este versículo sería:
Desde ahora os lo digo, antes que me traicione el que come pan conmigo, para que cuando él levante el calcañar contra mí, creáis que yo soy vuestro Maestro y Señor.
En el siguiente Apartado hay más documentación sobre el mismo tema para que no quede lugar a dudas que el uso que hizo Jesús del “yo soy” no lo hace Dios.
ô Juan 8:58
Antes que Abraham fuese, yo soy
Juan 8: 58: Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
Que simplemente diga “yo soy” no significa que Jesús fue Dios y que por eso fue antes que Abraham. Las palabras “yo soy” aparecen juntas en varias ocasiones en la Biblia. No obstante; eso no significa que cada vez que aparezcan “estemos obligados” a reemplazar su significado por el de “Dios”. Es muy cierto que Jehová le dijo a Moisés[5] que le dijera al pueblo que lo enviaba “Yo soy el que soy” y luego “Yo soy”. Si tan solo una de las veces debiera ser reemplazado, entonces correspondería reemplazarlo todas las otras veces. Veremos en la pequeña selección de más abajo que eso no corresponde pues todas las veces, en estos registros, no se refiere a Dios y solamente alguna de esas veces se refiere a nuestro Señor. Aquí, entonces, hacemos disponible una lista con algunos ejemplos para que el lector pueda estudiar los contextos y arribar a sus propias conclusiones.
Mateo 26:22 y 25: 22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?
25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.
Muy claro. En el primer caso se refiere a todos los discípulos y en el segundo a tan sólo uno de ellos: Judas. El versículo que sigue usa la expresión del ángel Gabriel.
Lucas 1:19: Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
Lucas 24:39: Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Este uso singular refiere a la vez que nuestro Señor resucitado se le apareció a dos de sus discípulos en el camino a Emaús. Él los invita a que lo perciban con sus sentidos del tacto y de la vista que no pueden ser usados para percibir a Dios Quien no tiene carne ni huesos.
Juan 6:51: Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
El contexto no deja ninguna duda acerca de lo que hablaba el Señor Jesucristo que para nada tenía que ver con que él fuera Dios. El lector puede referirse al Apartado Juan 6:46 Éste ha visto al Padre para mayor profundidad de entendimiento.
Juan 8:28: Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy [¿yo soy qué? El Hijo del Hombre; no Dios], y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
Juan 9:9: Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía [el ciego que había recibido la vista]: Yo soy.
Juan 10:7, 9, 11: 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Jesucristo es, entre otras, las dos cosas mencionadas en estos versículos, ninguna de las cuales es Dios. Jesucristo es la puerta y el buen pastor. Siguen los dos últimos ejemplos de Pedro y luego de Pablo.
Hechos 10:21: Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
Hechos 26:29: Y Pablo [frente a Agripa] dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!
Ciertamente ningún estudiante Bíblico concluiría que porque se use la expresión “yo soy” se trate de Dios. Ni Pedro, ni Pablo, ni el ángel Gabriel, ni Judas, ni los discípulos del Señor son Dios simplemente porque se usa de ellos “yo soy”. Tampoco lo es el mismo Señor Jesucristo. La expresión “yo soy” no identifica a Jesús como si fuera Dios, sino que atrae la atención sobre él de la manera más enfática.
Juan 8: 58: Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
De una manera figurativa, Jesús existió antes de Abraham como promesa en primer lugar a Eva. Eso no significa que haya existido antes de haber nacido[6]. Es el mismo caso con Juan el Bautista cuando dijo que Jesús era primero que él[7]. Jesús fue hijo y fue prometido antes de que siquiera haya nacido ni él ni Abraham ni Juan. Existió en la mente de Dios como el plan de redención.
Juan 8:56: Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
No es una verdad literal que Abraham “vio” el día de Jesús, es decir el día que regrese a refundar la Tierra al estado que tenía antes de Génesis tres. El patriarca lo vio de la misma manera que nosotros ahora “vemos” su retorno por nosotros y con nosotros sobre la Tierra. Lo dicen las Escrituras y es concreto para nuestra mente aunque el regreso aún no se haya producido. Igual le pasó a Abraham.
Hebreos 11: 8-10: 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. 9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Abraham vio aquel día por la fe. Dios le dijo que ese día vendría y el obedeció por fe. Así que el hijo de Dios, Su Cristo existió en la mente y plan de Dios mucho antes de que naciera él mismo o Abraham. Que Jesús dijera que él haya estado considerado como el plan de Dios, antes de Abraham, no fue disminuir para nada la acción de fe del maravilloso patriarca. Lo que sí hizo fue marcar su posición como el Mesías prometido en las Escrituras; lo que el mismo Abraham había creído aun sin verlo.
Juan 8:57: Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
La audiencia de nuestro Señor no entendía nada y no tenían interés de hacerlo[8]. Ellos quisieron decir que siendo tan joven no podía ser que haya sido antes de Abraham. Jesús no les hablaba de cronología sino de cuál era su posición como Hijo y Mesías con respecto al maravilloso hombre de Dios padre de todos los que creemos. Jesús nunca dijo que había visto a Abraham ni siquiera dijo que Abraham lo había visto a él. Jesús claramente dijo que Abraham había “visto su día”. Él era un profeta[9] y se regocijaba por haber anticipado el día del Mesías por revelación de Dios.
En este contexto se tratan dos personas: Jesús y Abraham. Abraham fue el hombre más prominente de la antigüedad. Su firme creencia en la fidelidad de Dios no fue superada por ningún hombre hasta que vino Cristo. Él esperó que se cumpliera la promesa de Jehová de hacer que su descendencia sea como la arena del mar y tiempo después de haber tenido en concreción su tan anhelado hijo; intentó ofrecerlo creyendo firmemente que Dios lo levantaría de los muertos. Abraham era un hombre de gran humildad Bíblica que llevó la promesa de Dios a su corazón tal que Dios hizo pacto con él. No vivió lo suficiente para ver al Mesías pero lo vio por revelación y se regocijó.
Estos israelitas presentes en este momento frente a Jesús no tenían la gozosa expectativa con respecto al Mesías. Ellos lo reverenciaban con sus bocas pero sus corazones estaban muy lejos del amor y respeto por Dios que tenía quien ellos llamaban su padre; Abraham. En su torcido corazón ellos pensaban que estaban justificados con tan solo mencionar a Abraham. Lo que es inconcebible es que ellos pensaran que su supuesta relación con Abraham los habilitaba a atacarlo a Jesús, cuando en realidad Abraham honró al Cristo miles de años antes que existiera. Ellos lo tenían delante y lo despreciaban. La justicia de Abraham está íntimamente soldada a su anticipación del Mesías de Israel.
Juan 8:59: Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. Estos malignos estaban frente a lo que Abraham había deseado ver y decidieron apedrearlo. [1] Nueva Versión Internacional según es presentada en ESword [2] Traducción en Lenguaje Actual según es presentada en ESword [3] Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras según es presentada en ESword [4] Versión Kadosh Israelita de Estudio según es presentada en ESword [5] Éxodo 3:14 [6] Hemos cubierto este tema de manera extensa en el Capítulo Idénticos comienzos. Jesús y nosotros. [7] Puede referirse al Capítulo ¿Qué es el Verbo en Juan Capítulo Uno? Más precisamente en el Apartado Versículo 15 [8] Al menos algunos de entre ellos eran hijos del Diablo – Juan 8:44 [9] Dios lo llamó profeta a Abraham - Génesis 20:6 y 7 |
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418 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 10:17,18 |
ô Juan 10: 17 y 18
Yo pongo mi vida para volverla a tomar
Juan 10:17 y 18: 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
A medida que vayamos desarrollando el tema veremos que hay similitud entre lo expresado en este versículo y lo que registra Juan 2:19. Una rápida lectura podría hacer pensar que Jesucristo tenía la habilidad inherente de volver a tomar su vida de las garras de la muerte; como que la suya haya sido una “auto resurrección"[1]. Hemos revisado mucha documentación que no deja lugar a ninguna duda que fue Dios Quien lo resucitó a nuestro Señor. La muerte es un estado de impotencia al grado más absoluto; por tanto es imposible que una persona muerta pueda hacer cosa alguna. Nuestro Señor no fue una excepción.
Jesucristo tuvo la habilidad y posibilidad de poner su vida como sacrificio para todos los demás. Él decidió llevar esa posibilidad al extremo; ofreciendo literalmente su vida hasta perderla. Pero en este registro de Juan 10; “poner y tomar” apunta a poner su vida en servicio de compromiso al máximo por el bien de las personas. Igualmente; nosotros podemos servir al máximo a las personas sin necesidad de ofrecernos al extremo de nuestro Señor.
Es muy importante entender que no puede depender de ser humano alguno el resucitar de los muertos. Esa fue una acción que Dios hizo por Jesús y que hará junto a él por nosotros cuando sea el momento que Jesucristo regrese por su Iglesia. Entregar su vida en servicio dependió de él como hoy depende de nosotros. Por eso podía ponerla y volverla a tomar. Él no pudo tomar su vida cuando murió. Aquí habla de la entrega de su vida en servicio no de su muerte y resurrección.
Para entender correctamente las palabras de nuestro Señor necesitamos ir al contexto. En ese esencial escenario; Jesús se compara a sí mismo con un pastor dedicado que consagra su vida diaria al cuidado y bienestar de sus ovejas. Lo hace con mayor compromiso que uno empleado por un sueldo para hacer el trabajo aun arriesgando su propia vida con los predadores. Difícilmente un empleado ponga en peligro su vida por ovejas ajenas.
Juan 10:7-18: 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
En estos versículos Jesús da un ejemplo de cómo pone su vida por sus ovejas diciendo: “yo soy la puerta”. En esta cultura, en las llanuras, las ovejas se cuidaban en una especie de cerco de paredes bajas de rocas sobre las cuales había espinos para prevenir que el rebaño saltara las paredes y que los depredadores y ladrones no entraran. Este vallado o cercado no tenía techo y se entraba por una abertura a manera de entrada o acceso pero sin puerta. Una vez que el pastor arriaba sus ovejas dentro de esta especie de corral, él mismo se acostaba cubriendo la entrada. Ninguna oveja se podía escapar y ninguna amenaza podía entrar. El pastor era literalmente la puerta del redil[2]. Es decir que el buen pastor ponía su vida tanto de día como de noche en servicio a sus ovejas. El pastor estaba aislado de la sociedad, viviendo en el campo con su rebaño vistiendo ropas simples, comiendo comida natural, satisfaciendo apenas sus necesidades y con ninguna de las comodidades de la vida en sociedad… Ellos eran una muestra de la simpleza más natural… Eran denodados defendiendo a su rebaño de las bestias salvajes o los ladrones[3]…
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
Acerca de los pastores, otra fuente de consulta dice: ¡Qué ardua es la vida del pastor oriental y qué llena de dificultades y peligros! Su cuidado incansable del rebaño les obliga a todo tipo de inclemencias trabajando de noche y de día,… Es a causa de esta razón que las tareas de este tipo de vida son muy demandantes y severas como para ser llevadas a cabo completamente por un asalariado… Estas labores tienen que ser fielmente hechas por un buen pastor. A estas arduas responsabilidades debe añadirse los peligros con los que se encontraban diariamente en el desierto…[4]
13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
Aún otra fuente consultada acerca de las costumbres pastoriles; refiriéndose a las ovejas dice: Eran cuidadas día y noche por los pastores que podían ser hijos o hijas de los dueños del rebaño[5].
15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Esto no significaba que el pastor necesariamente iba a morir como finalmente lo haría el buen pastor Jesús. El punto principal, final y culminante de esta enseñanza era su muerte sustitutiva por sus ovejas. El contexto muestra la dedicación diaria por los suyos. Tanto Jesús como un buen pastor posponen y cancelan sus propios intereses y placeres a fin de dedicarse a su rebaño. Cada día todo buen pastor pone su vida por sus ovejas para que crezcan y se robustezcan. Jesucristo estaba hablando de servicio diario dedicado al trabajo para Dios que es cuidar a la gente de Él.
No se refiere a poner su vida para morir por nosotros pues, si bien es cierto que pudo hacerlo pero una vez muerto no hubiese podido volver a tomarla. Así que esto tiene que significar poner o sacar su vida de servicio al máximo. Nuestro redentor demostró que puso su vida pero nunca la tomó de regreso. Nadie lo obligó a hacerlo. Lo hizo por puro amor a su Padre. No es que él sirvió como si fuera un robot que responde a un programa de computación. Su servicio sin transigencia fue verdaderamente voluntario.
Para el entonces que Jesús estaba diciendo esto, su Padre aún no deseaba que él entregase su vida en el madero. Dice claramente que el mandamiento de Dios era que la pusiera y que la volviera a tomar. Su vida era suya y decidió entregarla en sacrificio vivo, sustitutivo y redentivo para nuestro bien. Por eso justamente lo ama el Padre
17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Un padre siempre ama a su hijo sin importar como se comporte, aunque sea desobediente. Pero si ese hijo se comporta bien, el padre se siente gratificado y considera sus años de sacrificio como una inversión en el niño, que se transformó por obediencia, en un hombre de bien. Es muy cierto que Dios ama aun al “inamable” pero la noble y perfecta obediencia de Jesús a Dios se manifestó en el cuidado de las ovejas de su Padre. Esto le ganó “amor especial” de su Padre. Una buena cantidad de versiones de la Biblia dicen similarmente: “Por eso me ama el Padre…”. Hay otra versión que tradujo esta parte de una manera diferente pero el concepto central es el mismo: la razón de por qué lo ama el Padre.
Mi Padre me ama porque estoy dispuesto a entregar mi vida para luego volver a recibirla[6].
Esta entrega emocionante es la razón por la que el Padre lo ama a Jesucristo. Jesús ganó para sí un amor singular de su Padre por haber puesto y tomado su vida en su ministerio diario y finalmente en su crucifixión y resurrección.
Filipenses 2:8 -11: 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
“Por lo cual” indica la razón por la cual Dios le exaltó hasta lo sumo. Esta es una recompensa a la entrega de sí que hizo Jesús. Es paradójico que haciendo la entrega absoluta de algo tan valioso como la vida propia, uno se enriquezca.
Proverbios 13:7: Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas.
Cuando nuestro Señor hizo la mayor entrega, la de su propia vida, jamás hecha antes ni después, Dios le proveyó un cuerpo nuevo y una dimensión de servicio nueva cual nunca antes fue dada a ningún otro ser humano. Jesús magnificó este principio paradójico y lo llevó al más alto nivel jamás alcanzado.
En este momento Jesús les enseñaba a sus discípulos que dando recibirían más de lo que habían entregado. El dar abundante habilitaría que pudieran estar a la expectativa de recibir en retorno de la abundancia de Dios.
Juan 12:24-26: 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida [se refiere a amar la vida en este mundo temporal], la perderá [es decir perderá toda ganancia temporal adquirida en este período]; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Es bastante claro. Toda esta vida que tenemos hoy es para servirlo a Dios sirviendo a nuestro Señor como él lo sirvió cuando estuvo sobre la Tierra. Eso es trabajar para recompensas en el futuro. Eso es sembrar para vida por siempre. -/
Lucas 9:23 y 24: 23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
A lo que uno se niega es a sus deseos propios y cede paso a los deseos de Dios. Vea que dice cada día. Ese es el estilo de nuestro servicio y del que Jesús hablaba en Juan 10.
Mateo 10:37-39: 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Un hijo de Dios puede pensar que hay otras cosas por delante del servicio a nuestro Señor; pero aquí la Palabra es bien clara sobre cuál es la prioridad de servicio y conducta Cristiana[7].
La “cruz[8]” era usada por los romanos para ejecutar a los delincuentes[9]. Era una muerte lenta, agonizante y pública. Quitaba la vida de a poco de manera humillante y subrayaba que, por así decir, la conducta del supuesto delincuente, era incompatible con el estilo de vida romano. Entonces, no es que Jesús les decía que literalmente cargaran una cruz. Usó el concepto del madero, sobre el cual morían los “delincuentes”, para enfatizar que hicieran morir sus deseos naturales que excluyen las necesidades de los demás. Debían abandonar la vida de recompensas mundanas y servir a Dios de todo corazón con cada fibra de su ser. Así recibirían una nueva vida en esta vida y recompensas en el Reino de Dios. Este tipo de servicio se requiere de nosotros.
Romanos 12:1: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Muy claro. Un sacrificio vivo, no uno de muerte. Un sacrificio de práctica diaria de presentar el cuerpo y alma de uno en servicio vivo a Dios. El más grande ejemplo de poner la vida en servicio diario a Dios se encuentra en el ministerio de Jesús el cual culminó en poner literalmente su vida. Pero él también ejemplificó lo que significaba recibir el reconocimiento del amor singular inconmensurable de Dios.
Uno debería permanecer firme en lo que se comprometió cuando dijo que Jesús era su Señor. Eso significa hacer su voluntad no la suya propia. Necesitamos ver la grandeza de la enseñanza que nos dio Jesús con su ejemplo y sirvamos diariamente por el resto de nuestras vidas[10].
Mateo 11:29: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. [1] Es Dios Quien resucita a los muertos de los que el primero fue Jesús. 2 Corintios 1:9 [2] Puede descargar la Enseñanza N° 359 Apacienta mis ovejas [3] Rice, Edwin Wilbur, Orientalisms in Bible Lands. Pág. 159 [4] Neil, James, Peeps into Palestine Henry E. Walter, Ltd. Londres y Worthing. 1950. Pág. 31 [5] Eastern Manners and Customs – Described and Illustrated. T. Nelson and Sons, Paternoster Row. Edinburgh 1883. Pág. 118 [6] Traducción en Lenguaje Actual según es usada en ESword. [7] Este mismo concepto se repite en varios otros registros Mateo 10:38 y 16:24; Marcos 8:34 y 10:21 y Lucas 14:27 [8] Puede descargar las Enseñanzas N° 228 La cruz y el madero, y la N° 229 Los cinco maderos del Gólgota y la N° 11 La cruz y el triunfo [9] En realidad era una pena aplicada a los que en el entender de los romanos eran delincuentes. Nuestro Señor no era delincuente y sin embargo fue crucificado. [10] Puede descargar las Enseñanzas N° 285 Poner la mano en el arado y N° 329 Dedicación y compromiso en el Servicio. |
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419 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 10:30,33 |
ô Juan 10:30
Yo y el Padre uno somos
Este es un versículo citado con frecuencia para significar que el Señor Jesucristo declaraba ser él mismo su propio Padre.
Juan 10:30: Yo y el Padre uno somos.
Primero que nada estudiaremos el contexto donde se encuentra el versículo.
Juan 10:22-36: 22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
Jesús les había dicho repetidas veces quién era él. Además las obras que hacía daban testimonio verdadero de quién era. Pero ellos nunca le creyeron.
25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos. 31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
En estos versículos la palabra “Padre” ¡aparece cinco veces! Jesús nunca dijo que fuera Dios. Ellos lo dijeron. Trataremos este versículo más profundamente más adelante.
34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: [¿Dios soy?... ¡No!] Hijo de Dios soy?
Observe la respuesta de Jesucristo: “Hijo de Dios soy”. ¡Nunca dijo: “Dios soy”! En este momento Jesús estaba siendo asediado por israelitas incrédulos y religiosos. Estos hombres eran obstinados y soberbios. Estos acusadores debieran haber escuchado la Palabra de Dios que estaba hablando nada menos que el Mesías prometido. Ellos querían que él lo dijera y lo estaba haciendo mediante hacer las obras delante de ellos. Igual no le creían.
Lo primero que salta a la vista es que ellos le preguntaron si él era el Mesías largamente esperado: “Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente…” En el rostro del desprecio de sus detractores declaró su unidad con Dios: Yo y mi Padre uno somos. La clave en este versículo es entender la palabra “uno”. No se trata de una unidad “orgánica o biológica” con el Padre. Aquí, “uno” más bien significa la unidad lograda mediante la decisión deliberada de dos o más personas para un propósito común.
Efesios 5:31: Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
La unidad de los esposos provee un ejemplo claro de dos seres totalmente independientes, con unidad de propósito. Sus mentes, voluntades, temperamentos, deseos y necesidades siguen siendo únicos, independientes e intactos a pesar de la unión marital. Aun así luego de unirse en matrimonio se redefinen como una sola y nueva entidad: una pareja. Cada uno es una mitad del total de la unidad, aun existiendo la posibilidad de conflictos inherentes a los intereses humanos normales. La unidad de la pareja redefine, pero nunca erradica, la identidad singular de cada miembro. El ser uno es el resultado de su decisión de unirse bajo los dictados de sus mutuos intereses y las leyes de su país. Su “unismo[1]” expresa la unidad de sus objetivos comunes.
1 Corintios 3:6-8: 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Apolos y Pablo “son una misma cosa” sin embargo Apolos era Apolos y Pablo era Pablo. Sus intereses y personalidades eran totalmente diferentes pero estaban unificados en su labor, en propósitos y objetivos.
1 Corintios 6:16 y 17: 16 ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. 17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
La unión de un hombre y una prostituta provee otro ejemplo ya que ambos llegarían a ser una sola carne si están de acuerdo en unirse aunque, obviamente, no habitan el mismo cuerpo. No son UN ser, sino uno en propósito y en este caso uno en la degradación. Del mismo modo el hijo de Dios, disfruta unidad con su Señor sin llegar nunca a ser su Señor. Quien se une al Señor es UN espíritu con él.
Así que la palabra “uno” en Juan 10:30 se refiere a la unidad que Jesús tiene con el Padre; no indica que Jesús sea lo mismo que Dios. Esto está más claramente aún declarado en la oración del redentor a Dios.
Juan 17:11, 20-23: Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
En un momento de gran presión para nuestro salvador, esta fue su oración. Leer esto emociona hasta las lágrimas, pues en un momento de tanta presión, Jesús menciona la palabra uno cinco veces las que sumadas a “unidad” dan un total de seis menciones del “unismo”[2] que compartimos el Padre, nuestro redentor y nosotros. Difícilmente alguien podría pensar que Jesús estaba orando para que Dios, él y nosotros seamos una misma “sustancia” o un mismo ser, o una unidad orgánica. La oración de nuestro Señor es un pedido al Padre que seamos uno en propósito con ellos, así como ellos dos tan evidentemente lo son.
1 Corintios 15:28: Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Cuando Jesús dijo “yo y el Padre uno somos” fue el preludio de su misión: que sus seguidores seamos uno como el Padre y él lo eran. Exactamente igual. La “unicidad” de Dios con Cristo nos habilita a tener unicidad con ambos hasta que Dios sea el todo en todos.
Juan 10:27-30: 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.
Ambos usos de la palabra “mano” son figurados. No son literales. Jesús, como cualquier otro ser humano, tenía manos pero no podían contener a todas sus “ovejas”. Por el otro lado; Dios no es hombre por lo tanto no tiene manos. Las ovejas que nadie puede arrebatar de las figuradas manos de Jesús son las que le dio el Padre de cuyas figuradas manos nadie puede arrebatar tampoco. Estar en las manos de Jesús es estar bajo la dirección unificada y protección de Jesucristo y de Dios. Es un consuelo enorme saber que ellos dos están en perfecta unión y propósito en su cuidado de las ovejas de Dios y que con armonía dirigen y protegen a los suyos.
ô Juan 10:33
Tú siendo hombre te haces “dios”
Juan 10:33: Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios [theos].
Veremos que la palabra traducida “Dios” (con mayúscula) debió haber sido traducida “dios” (con minúscula) como habíamos tratado anteriormente. Los escritores originales tanto en griego como en hebreo no usaban letras mayúsculas o minúsculas. Los textos eran todo en mayúsculas (llamados unciales) o todo en minúsculas (llamados minúsculos o cursivos). De tal manera que no se puede determinar tan solo por la escritura cuál es una palabra común y cuál un nombre propio. Lo que determina eso es el contexto. En hebreo una de las palabra para Dios es ELOHIM y en griego theos. En estos textos que tienen las palabras todas iguales no hay manera de saber cuándo es Dios el Creador y cuando es dios, que puede estar referido a un hombre prominente o en eminencia como un juez por ejemplo o a una falsa deidad substituyendo al único Dios verdadero. Tanto theos como ELOHIM son usados para representar a uno que detente o tenga el poder de la vida y la muerte.
Salmo 82:6: Yo dije: Vosotros sois dioses [ELOHIM], Y todos vosotros hijos del Altísimo.
Mickelson[3] dice que ELOHIM se usa para magistrados y muchas veces como superlativo. Jesús se refirió a esta porción de Escritura en al menos una ocasión registrada en los Evangelios.
Juan 10:33-36: 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios [theos]. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses [theos] sois? 35 Si llamó dioses [theos] a aquellos a quienes vino la palabra de Dios [theos] (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios [theos] soy?
Para el caso de theos; Mickelson también dice que se usa de magistrados o de una deidad.
Éxodo 4:16: Y él [Aarón, el hermano de Moisés] hablará por ti [Moisés] al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios [ELOHIM].
Ciertamente Moisés no era Dios como tampoco lo eran “los hijos del Altísimo” mencionados en Salmos y a quienes hizo referencia Jesús en Juan 10.
Éxodo 7:1: Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios [ELOHIM] para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.
Que Dios lo haya constituido ELOHIM para Faraón no implica de manera alguna que Moisés era Dios. Cuando alguien está unificado con Dios, sirviendo bajo Sus órdenes o cuando alguien ocupa un puesto elevado o alguna posición de privilegio en la sociedad, según los usos Bíblicos, sería legítimamente llamado dios.
Éxodo 21:6: Entonces su amo lo llevará ante los jueces [ELOHIM], y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.
Éxodo 22: 8 y 9; 28: 8 Si el ladrón no fuere hallado, entonces el dueño de la casa será presentado a los jueces [ELOHIM], para que se vea si ha metido su mano en los bienes de su prójimo. 9 En toda clase de fraude, sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando alguno dijere: Esto es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces [ELOHIM]; y el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo.
28 No injuriarás a los jueces [ELOHIM], ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.
Salmo 138:1, 4: 1 Te alabaré con todo mi corazón; Delante de los dioses [ELOHIM] te cantaré Salmos.
David no se refiere a los dioses de sus vecinos ni a Jehová, sino a los reyes de la tierra; los hombres prominentes de Israel y de las naciones circundantes. Es obvio por el contexto.
4 Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, Porque han oído los dichos de tu boca.
Hay varios ejemplos en la Biblia de este uso singular del mismo vocablo usado de Dios y de personas prominentes en su sociedad.
1 Samuel 28:13: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses[4] [ELOHIM] que suben de la tierra.
Aquí se trata de la profetisa de Endor que ve en una visión (no proveniente de Jehová) al profeta Samuel levantándose de la tumba[5] para hablar con ella. Samuel nunca fue confundido con Dios pero, como un líder del pueblo, puede ser llamado “legítimamente” un dios.
Salmo 97:7 y 9: 7 Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, Los que se glorían en los ídolos. Póstrense a él todos los dioses [ELOHIM].
9 Porque tú, Jehová, eres excelso sobre toda la tierra; Eres muy exaltado sobre todos los dioses[6] [ELOHIM].
Del mismo modo en el Nuevo Testamento griego usa la palabra theos para seres que no son Dios.
1 Corintios 8: 5 y 6: 5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses [theos], sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses [theos] y muchos señores), 6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios [theos], el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Hay muchos llamados dioses y muchos señores, tanto en el cielo como en la tierra. Pero para nosotros hay UN solo Dios. Jehová es el Dios de los dioses[7].
Deuteronomio 10:17: Porque Jehová vuestro Dios [ELOHIM] es Dios [ELOHIM] de dioses [ELOHIM] y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho
Josué 22:22: Jehová Dios de los dioses [ELOHIM], Jehová Dios de los dioses [ELOHIM], él sabe, y hace saber a Israel: si fue por rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy.
Nuestro Dios es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En el Libro de Hechos hubo unas personas que creyeron que Pablo era un dios. Ninguno pensaría que el apóstol Pablo lo fuera aunque alguien hubiese usado ese término con él.
Hechos 28:6: Ellos estaban esperando que él [Pablo] se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios [theos].
Hay otro ejemplo, también referido a Pablo. Esta era gente pagana que creía que una divinidad había descendido a la Tierra en forma de hombre.
Hechos 14:11 y 12: 11 Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses [theos] bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. 12 Y a Bernabé llamaban Júpiter [un dios romano], y a Pablo, Mercurio [otro dios romano], porque éste era el que llevaba la palabra.
Este era un grupo religioso pagano que confundió a Pablo y Bernabé como “encarnaciones” de los dioses que ellos adoraban. Este uso singular nos ayuda mucho a entender el uso que se hace de la misma palabra griega en Juan 20:28.
No había razón para que los traductores de la Biblia hayan colocado “Dios” en Juan 10:33 cuando en realidad debieran haber colocado “dios” lo cual hubiese sido coincidente con los versículos que siguen a este en cuestión. Veamos nuevamente todo el registro.
Juan 10:33-36: 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios [theos]. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses [theos] sois? 35 Si llamó dioses [theos] a aquellos a quienes vino la palabra de Dios [theos] (y la Escritura no puede ser quebrantada),
En los versículos 34 y 35 la palabra theos está correctamente traducida como “dioses” las dos veces y luego también está traducida “Dios” la última vez que aparece. Tanto aquí con theos como en Salmo 82 con ELOHIM están bien traducidas como “dios” pues se refiere a seres humanos venerables. Pero por las dudas el mismo Jesús en su réplica corrige para que no queden dudas qué es lo que él mismo pensaba de sí.
36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios [theos] soy?
Eso es lo que dijo: Hijo de Dios soy. Ellos le recriminaban como que él se hubiese hecho un dios, un poderoso, un hombre al cual ellos debían someterse. Su acusación era incorrecta en dos cosas. Primero: él no se hizo nada, fue Dios quien lo hizo Señor y Cristo y segundo: Jesús nunca se presentó como theos (ya sea Dios o dios), sino como el hijo de Dios como claramente está en el versículo 36. Él ofendió al statu quo religioso no diciendo que él era Dios, sino testificando que era uno con Dios siendo hijo de Él. Si lo amamos debemos recordar y respetar sus claras palabras dichas con su propia boca con exactitud: Hijo de Dios soy. No está bien distorsionar sus palabras como lo hicieron sus acusadores. No está bien decir “Dios el hijo”[8] cuando claramente él mismo dijo de sí que él es el hijo de Dios. [1] N d A: Derivación lingüística que usa el autor para resaltar la unidad de la que forma parte cada miembro de la pareja [2] N d A: Derivación lingüística que usa el autor para resaltar la unidad inmensa de la que formamos parte con nuestro Padre y con nuestro redentor. [3] Meyer, Rick. In the Beggining wasThe Word [4] La Apostolic Bible Polyglot tradujo la palabra “dioses” como magistrados. Tomado de ESword [5] Esto es una visión diabólica pues Samuel como todos los santos de Israel será resucitado cuando Cristo regrese sobre la Tierra con nosotros, sus hermanos, hijos de Dios como él. [6] En la versión Septuaginta la palabra traducida “dioses” es la palabra griega theos. Ob. Cit. The Septuagint… Pág. 757 [7] También en Salmo 136:2; Daniel 2:47 y 11:36 [8] Puede estudiar el Apartado Usos de la Expresión Hijo de Dios en la Sección VII: Complementos |
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420 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Juan 14:11 - Juan 17:5 - Juan 20:17,18 |
Juan 14: 11 Yo soy en el Padre y el Padre en mí Juan 14:11: Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. El simple uso del idioma castellano deja sin dudas a cualquiera que lea este versículo. Es clarísimo que Jesús no dijo: “creedme que yo soy el Padre y es Padre es mí”… Al decir “en” indica la intimidad o cercanía en propósito y afecto. Hay varios otros usos de esta palabra “en” que nos relaciona a nosotros, los hijos de Dios, con nuestro Padre y con nuestro Señor. Romanos 6:11: Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 1 Corintios 1:30: Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención 2 Corintios 2:14: Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 2 Corintios 5:17-20: 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en 36 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 2 36 cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Este singular uso lo une a usted con Cristo y con Dios. Hablando de nosotros dice que estamos en Cristo pero eso no significa que seamos Cristo. Similarmente es con Dios. Juan 3:21: Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Cuando usted hace las obras que Dios preparó de antemano para que anduviese en ellas; usted hace esas obras en Dios lo cual no significa que usted sea Dios. 1 Tesalonicenses 1:1: Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Ni falta hace que se explique. Si el uso de “en” quisiera decir que Jesucristo sea Dios, entonces Pablo, Silvano, Timoteo, todos los tesalonicenses y en rigor todos los hijos de Dios también lo seríamos. 1 Juan 3:24: Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. 1 Juan 4:15: Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. No puede cabernos ninguna duda que Dios estuvo en Cristo actuando poderosamente, como hoy día está en Cristo en nosotros actuando igual de poderosamente, para que hagamos las obras que hizo Su hijo y mayores aun pues Jesucristo fue a Él. Colosenses 3:3: Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. ¡La vida por siempre, prometida por Dios para Sus hijos está escondida con Cristo en Dios! Eso no lo hace Dios ni a usted ni a su Señor. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 3 36 Colosenses 1:27: A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria Juan 17:5 La gloria que tuve antes que el mundo fuese Juan 17:5: Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. Este tema de la supuesta pre existencia de Cristo lo hemos tratado en esta obra. En aquel Capítulo habíamos dicho: Los registros que son utilizados como para concluir que “existió antes de existir”; ignoran el contexto de la Palabra de Dios; que es sumamente clara en una infinidad de registros1 . Ninguna duda que Jesús “existió”, antes de nacer, en la mente de Dios como Su plan de redención. Lo mismo ocurrió con usted. Sus padres seguramente conversaron acerca de concebirlo e hicieron planes acerca de usted antes de siquiera reunirse para concebirlo. Hay varias personas que menciona la Palabra de Dios de quienes Él supo antes que nacieran2 : Jesús, Jeremías, Esaú, Jacob y todo miembro de la Iglesia del Cuerpo sin embargo ninguno de todos ellos “fueron” sino hasta que nacieron. Esto simplemente se debe al conocimiento anticipado de Dios. En realidad Jesús, como el plan de Dios, no existió en concreción, no se hizo carne de manera tangible sino hasta que nació. Sin embargo Dios lo anunció desde Génesis 3:15. Las Escrituras hebreas hablaban de la gloria que tendría el Cristo y en su oración a Dios, Jesús le pidió que se manifestara. Ni lejanamente significa que tenía gloria muchos años antes de nacer. Jesús pensaba de sí que era un hombre en todo sentido. Los mismos que lo rodeaban pensaban eso pues no podía quedar duda alguna que lo era. Hebreos 2:17: Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 1 El lector es referido al Capítulo: Idénticos comienzos, Jesús y nosotros – Nuestra identificación antropológica con el redentor 2 Génesis 28:23; Jeremías 15:4 y 5; Romanos 9:12 y 13; Efesios 1:4; 2 Timoteo 1:9 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 4 36 Este Jesús que fue en todo semejante a nosotros tuvo que aprender y crecer en sabiduría de su Dios igual que lo tenemos que hacer nosotros. Lucas 2:52: Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Difícilmente Dios fuera en todo semejante a nosotros y más difícil aún que tuviera la necesidad de crecer en estatura y sabiduría. Es imprescindible filtrar todo concepto que no sea claro en la Escritura. Tenemos el bendito beneficio de la inmensa cantidad de registros claros, que no dejan ni un solo lugar a dudas que Jesús es el hijo de Dios. Esa es la única interpretación honesta de este registro. El Cristo ascendido puede entendernos pues tuvo una naturaleza que fue como la nuestra hoy día. Por eso puede socorrernos en toda tentación. Hebreos 2:18: Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Hebreos 4:14-16: 14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. La razón por la que podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia es que nuestro sumo sacerdote fue un hombre como nosotros. Fue tentado en todo según nuestra semejanza: ser humano, igual que él. Él pudo identificarse con nosotros sin esfuerzo. No necesitó ningún trabajo para ser y sentir como usted o como yo porque él era como usted y como yo. Él puede condolerse con nosotros porque recuerda cómo fueron sus días sobre la Tierra. Juan 17:3: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Si este versículo no fuera entendido, entonces las palabras no serían útiles como medio de comunicación. Esta es la vida eterna: Conocerlo al único Dios verdadero y al hombre que envió a representarlo: Jesucristo. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 5 36 Juan 20:17 Aún no he subido a mi Padre Juan 20:17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Este es un versículo muy claro pues Jesús, en su cuerpo resucitado, habla de su Padre y su Dios. No dice que regrese (como si antes hubiese estado ahí) sino que sube a Él. Ese Dios y Padre lo es también de sus discípulos y de nosotros. El Señor Jesucristo fue las primicias, el primer fruto de entre los hombres en resucitar de los muertos3 . Una vez resucitado cumplió la Ley al ir a presentarse directamente al Padre como ofrenda mecida. Juan 20:14-17a: 14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre… La instrucción directa de Jesucristo a una discípula de él fue “no me toques porque aún no he subido a mi Padre…”. Él debía presentarse a sí mismo como sumo sacerdote,4 hecho indiscutible que era coincidente con que era además el primer fruto de entre los muertos. ¡Nuestro Señor es ambas cosas! …y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Si este hecho lo haría Dios a Jesús, también la haría Dios a María y a los discípulos a los que Jesús mandó a María que les comunicara esta buena nueva. Hebreos 5:1-10: 3 Otros antes que el señor Jesucristo fueron levantados de los muertos (Mateo 9:18-26; Juan 11:1-44; 1 Reyes 17:17-23), pero al cabo de los tiempos naturales fallecieron. La diferencia radica en que el Señor Jesucristo murió una vez y resucitó para nunca más morir. 4 Hebreos 4:14 y 15 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 6 36 1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; 2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; 3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo. 4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. 5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. Muy claro. Dios le dijo “tú eres mi Hijo” engendrado con el aporte del Creador en María. Además también lo constituyó como sumo sacerdote. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Por eso él fue primero a presentarse delante de Dios y luego continuó proclamando el Reino de Dios durante los cuarenta días restantes que estuvo sobre la tierra en su cuerpo resucitado. Levítico 23:12-16: 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. 13 Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14 No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. 15 Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida [lo que estaba por hacer Jesucristo consigo mismo cuando lo encontró María Magdalena]; siete semanas cumplidas serán. 16 Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. Nuestro Señor, nuestro sumo sacerdote fue el nuevo grano de entre los seres humanos presentado antes Dios. Eso es lo que quiere decir Juan 20:17. Dios es nuestro Dios y el Dios de nuestro Señor Jesucristo. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 7 36 Juan 20:28 ¡Señor mío, y Dios mío! Juan 20:28: Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios [theos5 ] mío! Jesús nunca se refirió a sí mismo como “Dios”, así que no hay razón para que Tomás lo confundiera con el Creador. La palabra griega traducida Dios es la palabra theos que puede ser traducida Dios o dios. Como vimos anteriormente, se usaba de alguien con autoridad divina no necesariamente como la usamos hoy día refiriéndonos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Veamos algunos usos en otros versículos. Hechos 12:22: Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios [theos], y no de hombre! Aquí la masa embravecida se refería a un verdadero malvado, Herodes, un magistrado de alto rango del gobierno romano y lo llamaba theos. 2 Corintios 4:4: En los cuales el dios [theos] de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios [theos]. Este es un uso singular que se da en el mismo versículo la misma palabra griega utilizada para nuestro querido Padre celestial y para el ente de maldad suprema. Este es el uso que se daba al lenguaje en aquellos tiempos y ciertamente Tomás y el resto de los discípulos sabían que Jesús representaba a su Padre y contaba con la autoridad delegada por Él al Mesías de Israel. Si tomamos la declaración de Tomás livianamente, sin considerar el contexto, podría ser malinterpretada. Consideremos lo que estaba ocurriendo en los momentos posteriores a la resurrección de Jesús. Tomás era un seguidor del Señor Jesús por eso formaba parte del círculo interno de los discípulos del Señor. Comían juntos, dormían bajo el mismo techo, compartían el mismo amor por Dios, pero de alguna manera al momento de la resurrección se volvieron confundidos y desconfiados. Ellos pensaban que habían perdido a su maestro y amigo. Con su Rabi ausente la redención de Israel parecía distante de repente y tenían angustia por la horrible tortura de su amado Señor. Por eso se 5 Según Mickelson significa una deidad o un magistrado. Para un mejor entendimiento de la expresión “Dios mío”, refiérase al Apartado: Juan 10:33 Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 8 36 encontraban tras puertas cerradas por miedo de los judíos. Quizás pensaban que a ellos podría tocarles la misma “suerte” que a su Señor. Estaban como desorientados y “de luto”. De ninguna manera ellos pensaban que “Dios había muerto”. Más bien lamentaban la prematura muerte de su maestro y Señor, el hombre de quien habían creído que era el Mesías enviado por Dios. El día que Dios le levantó de los muertos, Jesús primero habló con una de las Marías, luego con dos de sus seguidores caminando a Emaús y finalmente con sus discípulos que estaban tras puertas cerradas. Jesús había sido golpeado salvajemente, torturado y colgado brutalmente para morir en humillación pública. Pero volvió a vivir, habiendo sido resucitado por Dios Todopoderoso. ¡Qué evento supernatural tan emocionante y vigorizador! En el Evangelio de Lucas quedó registrado el sentir general de los discípulos del Señor, en la conversación que mantuvo con dos de sus discípulos. Lucas 24:19-24: 19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. 22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. Estos son dos discípulos del Señor Jesucristo camino a Emaús. Su conversación explica claramente lo que ellos pensaban de Jesús y de todo lo acontecido en su muerte y lo que se habían enterado de su resurrección. Cualquiera puede percibir la duda en ellos acerca de las cosas que eran ciertísimas y encima que habían sido anunciadas por su Rabí. Cada aparición post resurrección profundizó su creencia en Jesús como el Mesías y el maravilloso poder y amor de Dios. ¿Cómo sería el inmenso privilegio de ser visitado por el único ser humano que caminó perfectamente con Dios? Jesús era el apoderado, el representante y agente de Dios sobre la Tierra. Él era el Mesías aún después que lo hayan abandonado en su hora de mayor necesidad. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 9 36 Claro que Tomás había visto muchos de los milagros hechos por Jesús, cuando levantó a Lázaro, cuando expulsó demonios, cuando sanó a enfermos, pero estuvo ausente de sus apariciones luego de resucitar y, claramente, dudó de lo que le habían contado. Es evidente que tuvo mucho problema en aceptar que alguien que había sido tan brutalizado como su Señor pudiera vivir nuevamente. Veamos el registro que documenta lo que dijo Tomás. Juan 20:24 y 25: 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Igual que los otros, seguramente Tomás también, se debatía acerca de todo lo que había acontecido en tan poco tiempo alrededor de ellos. No habiendo visto a Jesús resucitado con sus propios ojos, rehusó considerar que estaría vivo nuevamente. Él rechazó los testimonios que le daban los suyos quienes trataban infructuosamente de convencerlo. Probablemente Tomás hasta podría haber dudado que Jesús fuera el Mesías. Pero cuando el Señor se le apareció en la habitación como una semana después de su resurrección, todas las reservas que pudo haber tenido se le evaporaron. Tomás quedó abrumado con la presencia personal de su Señor y maestro nuevamente vivo en frente de sus propios ojos. Jesús le habló recriminándole por su incredulidad. Lo invitó a tocar las heridas abiertas de su crucifixión tal que su incredulidad se transformara en creencia en el poder infinito de Dios y en Jesús como el Mesías de Israel. Esta repentina presentación de Jesús, lo sacudió y fue confrontado y avergonzado con su propia y declarada incredulidad. Su Señor le ministró para que regresara a creer correctamente. En su exclamación pagó tributo a su Señor y a la misma vez a su Dios como para revertir su anterior incredulidad. Tomás nunca consideró que Jesús fuera el Creador en forma humana como se ve clarísimamente en los versículos del cierre de este Evangelio. Juan 20:30 y 31: 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. El Evangelio de Juan nunca da a entender que Jesús es Dios. Justamente la razón por la cual fue escrito es para que creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios Errores de entendimiento y de traducción Parte 12 Eduardo Di Noto 10 36 Jesús es el Mesías prometido, el hijo de Dios. La expresión de sorpresa mezclada con emoción de parte de Tomás, es parecida a cuando nosotros, por ejemplo, vemos a un recién nacido que sea hijo, sobrino o nieto nuestro. Lo vemos y como que no lo podemos creer y mencionamos el nombre de nuestro querido Dios diciendo ¡Dios mío qué lindo bebé! Ciertamente el bebé es lindo, pero no es Dios. La exclamación es en reconocimiento y de alguna manera lo participa a Dios en la bendición recibida. La expresión de Tomás fue de sorpresa y conmoción con el reconocimiento de la investidura de Jesús como el máximo representante de Dios sobre la Tierra. Tanto él como los otros discípulos estaban un poco incrédulos acerca de todo lo acontecido. No significó para nada que Tomás pensara que Jesús fuera Dios sino lo que realmente era: una autoridad proveniente de Dios, su Padre. |
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421 | Respuesta proporcional a la necesidad |
Un simple vistazo a la vida nos permite observar que la respuesta a cualquier necesidad, siempre, es proporcional a tu percepción de esa necesidad. Si por ejemplo en tu opinión una situación médica personal es urgente, lógicamente, urgente será tu respuesta. “Saldrás corriendo”. Si en cambio se presenta una circunstancia que en tu opinión no reviste el grado de urgente, tu respuesta va a ser sin urgencia. “Saldrás caminando”. Vamos a pasar un rato en Nehemías por eso, sin entrar en demasiado detalle, va a ser importante ubicarnos en los tiempos alrededor de lo que vamos a estar estudiando. Después de innumerables intentos de Jehová de hacer regresar a Israel a los caminos de Su Palabra; llegó un momento en el que Dios dijo “basta”. Así fue que ya no pudo detener las calamidades que les ocurrieron como consecuencia de este abandono. Parte del pueblo fue llevado cautivo a Babilonia por Nabucodonosor. 2 Crónicas 36: 11-20: 11 De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. La línea real en Israel se dividió en dos a partir del rey Salomón. Por un lado había quedado Judá llamado reino del Sur y por el otro Israel llamado reino del Norte. Ambos eran el pueblo de Israel sin embargo eran llamados con estos dos nombres. El primero de los dos reinos que cae fue Israel a mano de los Asirios1 después de transcurridos unos 350 años desde Saúl el primer rey. La caída de Judá se produjo unos 150 años más tarde o unos 500 desde Saúl. Los últimos reyes de la línea real de Judá fueron: Rey Duración del reinado Registro2 Joacáz 3 meses 2 Reyes 23:31 Joacím3 11 años 2 Reyes 23:36 1 2 Reyes 17:7-41 2 Hay algunos otros versículos. Aquí se dan estos pero el estudiante puede ir a la página de Infografías y ver algunos más. (Vea la siguiente Nota al pie) U Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 2 Joaquín 3 meses y 10 días 2 Reyes 24:8 Sedequías 11 años 2 Reyes 24:17 En estos últimos reyes la maldad iba in crescendo. Eran uno peor que el otro. Ni hace falta que se diga; Jehová no cesó de invitarlos a que regresaran a Su Palabra. Pero, tampoco hace falta que se diga… no escucharon. 12 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. 13 Se rebeló asimismo contra el rey Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel. El rey no estuvo solo en este ostensible apartamiento de la voluntad de Dios para los Suyos. 14 También todos los principales sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén. 15 Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. 16 Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio. A partir del momento en que la Palabra dice: “… y no hubo ya remedio” le empezaron a ocurrir las consecuencias de no haber escuchado la voz de Dios. No fueron castigos de Dios como tampoco fueron calamidades simplemente por ser el pueblo elegido. No hay que confundir. En un rato veremos que hubo oposición a Nehemías por hacer la voluntad de Dios. Esto que vemos aquí en 2 Crónicas no es una fatalidad por hacer la Palabra. Justamente es consecuencia de no haberla obedecido. El pueblo de Israel fue llevado cautivo a Babilonia por mano de Nabucodonosor. Luego los persas conquistaron Babilonia. 17 Por lo cual trajo contra ellos4 al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos. 18 Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y 3 El sitio y sojuzgamiento a mano de Nabucodonosor comenzó con Joacím. La caída final fue en la época de Sedequías cuando todos fueron deportados a Babilonia. Puede descargar la imagen REYES DE JUDÁ E ISRAEL desde la página de Infografías en el Sitio Web. 4 Forma oriental de hablar que le atribuía a Dios los infortunios. Puede descargar las Enseñanzas de la Clase Dios es Bueno del sitio Web. Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 3 chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia. 19 Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. Aquí comienza nuestra búsqueda, justo ahí donde dice que quemaron la casa de Dios y rompieron el muro de Jerusalén. Apenas puede uno imaginarse lo que esto debe de haber hecho en el corazón de Jehová. 20 Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas Tiempo más tarde, aparece en escena Nehemías cuyo corazón a Jehová queremos imitar. Este hombre halló gracia a ojos del rey quien le ayudó a regresar a Jerusalén y a reconstruir el muro. Él va con un pequeño grupo que solamente incluía a quienes tenían un corazón para Dios. Hubo un resto de israelitas que prefirió quedarse al “abrigo” de la cautividad persa. Nehemías, sin embargo, y el pequeño grupo que lo siguió, pensaron que era mejor hacer el trabajo que Dios había puesto en el corazón de él. Este hombre, y quienes le acompañaron, reconocieron que la necesidad era grande y grande tenía que ser su respuesta para restituir las cosas al punto al que debían regresar. Nehemías 1:1-11: 1 Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, 2 que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. 3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. ¡Qué mala noticia! Triste y lamentable como es, esa es la realidad de cuál era la necesidad de Israel en ese momento. Es muy evidente por la reacción de Nehemías que él pensaba que esto era un problemón y necesitaba un “solucionón”. ¿Qué hizo este gran hombre; que se constituye como un gran aprendizaje para nosotros? 4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 4 La única manera que una persona se disponga a encarar un trabajo grande es cuando se percata que existe una necesidad grande. Una vez detectada la necesidad, el inmediato siguiente paso, para nosotros, es orarle al Dios de los cielos. Se enteró de la necesidad Cuando oí estas palabras y … Se percató del problema y se entristeció …me senté y lloré, e hice duelo por algunos días,… Recurrió a Dios por guía …ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Nehemías percibió la gran afrenta a Dios y lloró, se entristeció por lo que le contaron. El dolor de Jehová, por cómo había quedado el lugar de Su habitación, fue su dolor, entonces fue guiado por su corazón a hacer algo al respecto. 5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible [quiere decir: digno de toda reverencia, de todo respeto. No temible según lo entendemos hoy], que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo. 8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; 9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. 10 Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. 11 Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey. He aquí una oración nacida de un corazón dirigido a Dios y Sus cosas. Nehemías recurrió a Jehová “de una” con su corazón en una mano y su angustia en la otra y le volcó su sentido dolor. Esto nos lo muestra a Nehemías de una sola pincelada. Dejamos que Dios nos diga qué hacer, no le recomendamos a Dios Todopoderoso un curso de acción. Consideramos Su voluntad como superior e imposible de comparar con la nuestra. No necesitamos un plan propio. Solamente necesitamos desear los deseos de nuestro Padre y hacer de Su curso de acción Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 5 nuestro curso de acción siguiéndolo a rajatabla sin importar la adversidad o desventura. Desear los deseos de nuestro Dios Su curso de acción nuestro curso de acción Observe también qué siervo responsable era este Nehemías. Él era el copero del rey. No es que se fue sin avisar. Parte de su pedido fue que Jehová le diera el favor delante del rey. Primero a Dios, luego al rey. Nehemías 2:1-20: 1 Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, Aquí viene un detalle muy importante para nosotros. Nehemías no “pateó la puerta” del rey. Es obvio que Dios estaba trabajando poderosamente en la situación y se le hizo evidente al rey que había un problema con uno de sus siervos. Ahí Dios le abre la puerta a nuestro hombre y él acciona pidiendo al rey todo lo que tenía en su corazón. Tuvo denuedo y confianza en la voluntad de Dios revelada a él. 2 me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. 3 Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? 4 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? … La tarea que tenía a la mano Nehemías era de una enorme responsabilidad. ¿Cómo hizo ante esta pregunta de un poderoso rey? … Entonces oré al Dios de los cielos, Este es el único plan que tenía Nehemías para enfrentar la necesidad de la reconstrucción del muro de Jerusalén. 5 y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. 6 Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo. La primera parte del plan de Jehová, ejecutado por la mano de Nehemías, ya estaba en marcha. Ahora vienen los pedidos lógicos, Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 6 seguramente nacidos de la misma oración de Nehemías y revelados a él para creer que ocurra el plan de Dios con la ciudad afrentada. 7 Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; Pidió salvoconductos. No hizo lo que quiso ni siquiera sabiendo que era Dios Quien en él producía el querer y el hacer la reconstrucción. Respetuosamente le pidió al rey. También le pidió cosas para re edificar la ciudad. Dios trabajaba en la situación. Cuando nos movemos según los planes de Dios, Él provee las cosas que necesitamos para llevar adelante Sus propósitos. Eso fue lo que Nehemías charló con Dios en su oración. Nehemías expresó a Dios su dolor por la situación de Jerusalén y se puso a la orden de Dios, le preguntó Sus planes. 8 y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí. El rey le dio según la benéfica mano de Dios sobre Nehemías más abundantemente de lo que nuestro hombre pidió y quizás entendió. 9 Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo. Ahora vamos a ver que debido a que ellos estaban llevando adelante la voluntad de Dios recibieron oposición. Muy diferente al caso anterior que la adversidad de la cautividad les vino por alejarse de la voluntad de Dios. La calamidad de la cautividad no les vino por ser israelitas. Les vino por alejarse de la voluntad de Dios con independencia de lo que sea que fueran. Para que haya oposición a tu hacer la voluntad de Dios lo primero que tiene que existir es tu hacer la voluntad de Dios. 10 Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel. Cada vez que uno se lance a hacer la obra que Dios te indica que tenés que hacer, siempre habrá oposición. Eso no debe ni sorprendernos ni preocuparnos. Necesitamos convencernos que la peor oposición sería la nuestra propia de no desear hacer la voluntad de Dios. Esa es la peor de todas las oposiciones. Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 7 11 Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, 12 me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. La revelación de Dios era a él. Dios se la puso en su corazón para que Nehemías creyera|obedeciera| actuara. Entonces, hizo algo lógico. Fue a reconocer el terreno para tener un acabado entendimiento de la tarea que tenía la responsabilidad nada menos que delante de Dios de llevar a buen término. 13 Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. No quiere decir que él haya hecho esta prospección o reconocimiento del terreno sin la asistencia de Dios. Pero Dios no necesita revelarte las cosas que vos podés percibir con tus propios cinco sentidos. Como dice Proverbios, Nehemías estaba preparando el caballo para la batalla. Jehová le daría la victoria5 . Su trabajo aquí era de hacer un inventario de lo que había sido destruido y de lo que había que hacer. La charla entre Jehová y este valiente señor debe de haber sido maravillosa. 14 Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. 15 Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví. Nadie acompañó a Nehemías en este momento de la inspección. Delante de Dios el responsable de llevar a cabo la obra era él y lo haría con sus colaboradores. Pero la revelación había sido a él, y el responsable de creer para que ocurra la re edificación era él también. Esta reconstrucción era un proyecto de Dios. Nehemías lo hizo suyo. En la medida que los de Israel se percataban de la acuciante necesidad era la medida en que ellos también hacían suyo este proyecto de Dios encargado a Nehemías. 16 Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra. 5 Proverbios 21:31 Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 8 Entonces les declaró a sus colaboradores lo que necesitaban saber para la re edificación. Se cercioró que ellos entendieran la magnitud del trabajo que iba a requerir: Dependencia en Jehová, Creencia en la suficiencia de Dios y Manos a la obra. Ellos, igual que Nehemías, tenían que preparar el caballo para la batalla y Jehová les daría a todos ellos la victoria. 17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. 18 Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho… Nehemías les da testimonio: “les declaré como la mano de Dios había sido buena sobre mí…” Su creencia| obediencia| acción en la Palabra de Dios inspiraba creencia| obediencia| acción en quienes tenían un corazón para Dios. Los alentó a que trabajaran en un proyecto que él iba a capitanear pero que tenía los planos y la dirección de obra directamente de Dios. …Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien. 19 Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? Este es uno de los ataques más comunes a nuestro movernos con las cosas de Dios: el escarnio, la burla. 20 Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén. Aquí Nehemías hace una declaración denodada pero fundamentada en la revelación de Dios. No es que él declaró y creyó para que se produzca la reedificación. Él tenía la prosperidad de Dios garantizada porque la idea había venido de Dios, no de él. Nehemías se movió según una revelación específica de Dios a él. Entonces declaró lo que estaba creyendo porque Dios se lo dijo. Es decir que Nehemías dependía de Dios y por lo tanto estaba actuando sobre información confiable recibida. Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 9 En el capítulo tres describe cómo reparte el trabajo de manera ordenada. Para nosotros, que somos miembros del Cuerpo de Cristo, es muy importante ver estos principios. Los hijos de Dios tenemos una meta común pero cada uno tiene una tarea particular con la que ayuda al total del trabajo. Diferentes funciones pero una sola meta todos con el mismo plano y con la dirección de obra a cargo de nuestro Señor. Todos nosotros proclamando el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo. De esa manera construimos y re construimos el muro de nuestro servicio amoroso a Dios. En el capítulo cuatro los opositores vuelven a arremeter contra los trabajadores de Israel. Aún en medio de esa oposición la Palabra hermosamente declara: Nehemías 4:1-6: 1 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. 2 Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? 3 Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Ahora una acción creyente más: oraron. No cesaron de orar. Esta obra se gestó con oración y se completó con oración al bendito Dios del cielo que protegió a los Suyos que hacían Su obra. 4 Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón [injuria, afrenta, ofensa, agravio] de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. 5 No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. A pesar de todo este escarnio y persecución observe detenidamente lo que ocurrió: 6 Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, [¡Uau! Qué bueno… ¿por qué habrá pasado esto?] porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Una vez que empezamos un trabajo para Dios (que por cierto debe comenzar con oración y continuar inundándolo con oración); todo lo que tenés que hacer es lo que Dios te dice que tenés que hacer. Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 10 Sigue el desarrollo del Capítulo cuatro con Nehemías orando por esta situación y a consecuencia de ello; ordenando al pueblo para que una parte re edifique y otra haga guardia contra los enemigos. A estos malvados no les fue bien con la burla, entonces recurrieron a las amenazas de muerte. Nehemías 4:13-15: 13 Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. 14 Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible [nosotros acordémonos que no hay nada de temible en nuestro Dios], y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. 15 Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. El trabajo de Nehemías podría ser comparado con el de los ministerios de Efesios 4:11. En la obra él velaba que haya unidad de propósito y homogeneidad de creencia y servicio para re edificar el muro. La oposición no cesaba pero tampoco cesaba la oración y el ánimo para trabajar. Nuestro trabajo es entre todos edificar el Cuerpo de Cristo para lo que cada uno tiene una responsabilidad. En la medida que todos tengamos ánimo para trabajar y que la que hagamos sea la obra que Dios indica que hagamos entonces Dios y nuestro Señor estarán glorificados y nosotros todos bendecidos. ¿Pensás que el trabajo de ellos era más necesario que el nuestro? ¿Era igual de necesario? ¿Era menos necesario? Todos los trabajos que Dios pone en nuestro corazón son necesarios y deben ser inundados con oración, con compromiso y con dedicación a lo largo del tiempo. Los chispazos de creencia producen chispazos de servicio y los chispazos no necesariamente re edifican ningún muro. No importa cuánto maneje el Diablo a las situaciones y a las personas para que dejemos de hacer la voluntad de Dios. El maligno siempre tratará de poner una cuña entre nuestro Padre y nosotros. Él quiere abrir una brecha que nos aleje de hacer lo que Dios nos indica que hay que hacer. Ojo que decimos “hacer” no decimos quedarnos sentados considerando hacer. Su maligna oposición a las cosas de Dios es al moverse en las cosas de Dios. Es como un vehículo. Si está estacionado con el motor apagado no hace falta frenarlo. Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 11 Algunos pocos entre los israelitas se percataron que la obra era de Dios. Esos son los que lo ayudaron a Nehemías. Dios energizó a cada uno para que haga su parte y aporte al todo. Comenzó con la percepción de una gran necesidad por parte de un hombre con un corazón dirigido a Dios. Primera cosa que hizo este gran hombre fue ir a Dios, luego se calzó los guantes. En el Capítulo siete registra que se terminó la obra de re edificación del muro, y puestas las puertas, pero no la responsabilidad de Nehemías. Él sigue ordenando todo el interior de la ciudad. Coloca los porteros, cantores y levitas del templo. Luego el resto de las cosas. Hizo un censo y dejó registrado los nuevo “re habitantes” y al final claramente dice que el pueblo ofrendó. Así llegó el mes séptimo y cada cual estaba en su ciudad, entonces… Nehemías 8:1-12: 1 y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. 2 Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. 3 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. 4 Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. 5 Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. 6 Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra. 7 Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar. 8 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. 9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. 10 Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es Respuesta proporcional a la necesidad Eduardo Di Noto 12 vuestra fuerza. 11 Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis. 12 Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado. Clarito, en blanco y negro la importancia que siempre tuvo y tiene que alguien enseñe la Palabra de Dios. Esto es lo que produce el abrir las Escrituras y darle el entendimiento a las personas. Por eso nosotros no dejamos de proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo como parte de edificar y re edificar el muro y las puertas de nuestras vidas y de las vidas de las personas con las que nos rodeamos |
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422 | Dios es Confiable |
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423 | Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor - Introducción |
Como un buen punto de partida veamos cómo principió su ministerio redentivo-sustitutivo nuestro Señor. Comenzaremos viendo el Evangelio de Mateo. En el Capítulo 1 describe la genealogía del Señor a partir de Abraham, luego un ángel anuncia su nacimiento. En el Capítulo 2 lo visitan los Magis del oriente que cuando lo vieron se regocijaron con gran gozo. Un ángel de Dios le dice a José que se lleve a María y al niño Jesús a Egipto para librarlo del decreto maligno de Herodes. En el Capítulo tres aparece Juan quien bautiza al Señor Jesús y de inmediato Cristo es urgido por su Padre a ir al desierto. Gana por goleada en las tres tentaciones. Apresan a Juan, deja Nazareth y se fue a Capernaum. Así que bien al principio de su ministerio esto es lo que dijo: Mateo 4:17 y 23: 17 Desde entonces [desde que pasó todo lo descrito arriba] comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Al comienzo mismo de su ministerio anunció a qué vino. Vino a llamar a Israel a que “cambie su rumbo”: arrepentíos les dijo. Por si alguien preguntaba por qué tendrían que arrepentirse el mismo versículo lo responde: porque el Reino de los cielos se ha acercado. Eso quiere decir que aquel Reino del que ellos no tenían ninguna duda, aun no había venido pero al menos estaba más cerca. En ese mismo comienzo de su ministerio recorrió toda Galilea. 23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. El anuncio del Reino de Dios involucra como condición absoluta la sanidad y el echar fuera espíritus diabólicos. Lucas 4:43: Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. C Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 2 Dice claramente que para eso él fue enviado por Dios: para anunciar el Evangelio del Reino. Evangelio, muy básicamente, significa buena nueva o buena noticia Marcos 1:14 y 15: 14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Esas son las dos cosas que les decía a los de Israel que debían hacer en virtud de su primera venida como el Mesías prometido: Arrepentíos (cambiar el rumbo) Creed en el Evangelio (¿cuál Evangelio o cuál buena nueva? La buena nueva que el Reino se ha acercado) En toda disciplina de la vida hay un tema medular, sustancial o cardinal. Para nosotros, ese tema central es proclamar el Reino de Dios y el nombre de nuestro Señor Jesucristo. En este trabajo familiar de mover Su Palabra, queremos tener el éxito que glorifique a Dios y a nuestro Señor Jesucristo. Hacia el Capítulo 8 del libro de Hechos la Palabra de Dios documenta la impiadosa persecución que sufrieron nuestros hermanos en Cristo en Jerusalén. Fue a tal punto que todos, menos los apóstoles, fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria. En su “escape” esto es lo que ellos hicieron: Hechos 8:1-8, 12 y 13: 1 Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. 2 Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. 3 Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. 4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Indefectiblemente cuando el Evangelio es anunciado habrá señales que le sigan. ¿De qué señales habla? 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad. Aquí aparece en escena un tal Simón, un mago mentiroso que engañó a mucha gente pero que al final también creyó. Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 3 12 Pero cuando creyeron a Felipe [¿qué le creían a Felipe?], que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Este no es un bautismo de agua sino el bautismo que Dios hizo disponible gracias al trabajo completo del Señor Jesucristo. Vea que simple y maravilloso: Felipe anunciaba y la gente creía por eso confesaba con su boca que Jesús es su Señor y creía en su corazón que Dios le levantó de los muertos. Eso es arrepentirse. Es pegar la vuelta y reconocer a nuestro Señor según él es declarado en las Escrituras. Asimismo es el profundo convencimiento que su Padre y Dios le levantó de los muertos. Vea lo que continúa diciendo el registro: 13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. Recuerde bien que el versículo 7 dice que había GRAN gozo en aquella ciudad. Queremos hacer como Felipe en Samaria y como el resto de nuestros hermanos cuyos ejemplos de conducta están documentados en el libro de Hechos. A propósito, este hermoso libro de las Escrituras, es importante saber que abre y cierra con el Reino de Dios. Hechos 1:1-3: 1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Ya habíamos visto que nuestro Señor, antes de resucitar, comenzó su ministerio proclamando el Reino de Dios. Aquí vemos que también lo hizo luego de resucitar. Ahora sí, vamos al cierre del libro de Hechos. Hechos 28:30 y 31: 30 Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento. Mismo caso que Felipe en Samaria Reino de Dios + nombre del Señor Jesucristo. Ya “enganchamos” con Pablo, así que vamos a una de las epístolas de Dios escrita por el apóstol. 1 Corintios 15:1-4: 1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 4 creísteis en vano. 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. Esto es lo mismo que le decimos nosotros a las personas: Cristo murió por nuestros pecados + fue sepultado + lo resucitó Dios; todo conforme a las Escrituras. Por si surgiera la duda en cuanto a qué es el Evangelio que declaraba Pablo es necesario que vayamos nuevamente a Hechos. Hechos 20:24 y 25: 24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús [a ver… ¿qué ministerio recibió del Señor?], para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. 25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. ¡Qué hermoso que es esto! Esto es lo que Pablo había recibido. El Evangelio del Reino es el Evangelio de la gracia de Dios y nosotros, al igual que Pablo y que nuestro Señor, tenemos el inconmensurable privilegio de proclamarlo en medio de cualquier situación. Hechos 19:8: Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. El apóstol hacía el trabajo de su Señor que coincidentemente es también nuestro Señor y nuestro trabajo. Somos hijos de Dios con el poder de Dios inmanente en nosotros a partir del momento que fuimos hechos por Él Sus hijos. Es necesario que comuniquemos las simples cuestiones de nuestra fe en Dios. De este modo nosotros y nuestros hermanos tendremos propósito en nuestras vidas como hijos de Dios con poder. Nos conviene vivir con el sentido de objetivo, visión y dirección según los planes de Dios como la brújula de nuestra vida. Digo “nos conviene” porque me refiero a Dios nuestro querido Padre + el Señor Jesucristo + todos nosotros. Proclamar Su Palabra es un negocio de familia1 . Dios siempre deseó que la gente (los Suyos y los “deseablemente-futuros-Suyos”) supieran que Él va a arreglar absolutamente este estado de cosas en la Tierra. Él nos regresará, de la mano de Su Cristo, al estado de gloria y esplendor que la Tierra tuvo antes de la caída de Adán. Dios no canceló Su plan de que todo sea bueno en GRAN manera2 . Por la desobediencia del hombre debió posponerlo; pero mucho cuidado con esto: Su plan sigue en marcha y la declaración del Reino de Dios es la declaración que Él restituirá la Tierra a su legítimo dueño para disfrutar con Sus legítimos hijos por siempre. Eso les anunciamos a las personas. 1 Puede descargar la Enseñanza N° 97 Negocio de familia 2 Génesis 1:31 Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 5 Mateo 4:17: Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. El mensaje de nuestro Señor al comienzo mismo de su ministerio resultó ser el mismo que continuó proclamando en dichos y hechos, aún después de haber sido resucitado. Su pariente Juan dio idéntico mensaje a la gente a quienes había venido, dirigido por Dios, a preparar para el rey del Reino venidero. Mateo 3:1 y 2: 1 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. El mensaje claro fue que el Reino no venía a establecerse aún sino que estaba más cerca que cuando fue prometido a Abraham. Esa es una muy buena nueva para anunciar. Pues bien, hoy está más cerca que en aquellos días y que en los días del apóstol Pablo y sigue siendo muy buena noticia para nosotros y buena y nueva noticia para quienes la anunciamos. ¡Dios quiere que la anunciemos!... El conocimiento del Reino de Dios era tan conocido entre la gente de Israel que no hizo falta que se lo explicaran. Simplemente había que recordarles lo que Dios les prometió comenzando en Abraham. Romanos 15:8: Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres. La promesa es la esperanza que, en un principio era solamente para Israel. Luego fue esa mismísima esperanza que Dios les abrió a los gentiles. Para tenerla hoy; lo que ambos tienen que hacer es renacer del espíritu de Dios. El Reino del Mesías aún no ha sido establecido. ¡Todavía hay tiempo para que el hombre natural escuche y para que vos hables!... Mateo 6: 9 y 10: 9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Si ya estuviera aquí, no habría necesidad de incluir en la oración que venga el Reino de Dios. El Reino será Jehová Dios gobernando la Tierra con Su Hijo junto a todos nosotros. Gobernará en justicia, sin demonios ni enfermedad. Cuando venga sobre la Tierra ese Reino, de la mano de nuestro Señor, la voluntad de Dios se hará en la Tierra como es en el cielo. Así que la Tierra es el siguiente territorio de Dios para reinar. Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 6 El Evangelio del Reino no fue un invento de nuestro Señor Jesucristo. Ya había sido predicho por todos los profetas del Antiguo Testamento. Uno de los cuales fue Isaías. Isaías 52:7: ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! Que diga “tu Dios reina” es indicio que habla del tiempo futuro después del regreso del Mesías sobre la Tierra. Si Dios reinara ahora; Jesús no hubiese dicho que se haga Su voluntad, pues se estaría haciendo Su voluntad ahora. De la misma manera y con palabras parecidas Pablo dijo: Romanos 10:15: ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! ¿Qué buenas nuevas? Que Jesucristo regresa y funda el Reino de Dios aquí sobre la Tierra. Isaías 2:2-4: 2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Este será un cambio radical en la Tierra, paz entre las naciones y entre las personas como producto de Dios gobernando la Tierra junto a Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Isaías 24:21-23: 21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra. 22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días. 23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso. Coincidente con este registro de la Escritura está la revelación que Jehová le dio a Daniel para que interpretara el sueño de Nabucodonosor. Daniel 2:44: Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 7 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. Se viene un día en el que la injusta autoridad del hombre desaparecerá y la justicia de Dios inundará el total de la Tierra. Será el día en que se haga Su voluntad aquí, sobre la superficie terrestre, como hoy se hace solamente en el cielo. El Evangelio del Reino venidero estaba muy enraizado en la profecía del Antiguo Testamento y llegó a ser la esperanza de todo israelita fiel a la Palabra de Dios. Para esto fue ungido Jesucristo. Lucas 4:16-20: 16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Jesucristo no vino con un Evangelio diferente. Vino a confirmarlo y a decirles que ese Reino, del que estaban muy al tanto y muchos ya hacia largo rato estaban esperando, estaba más cerca que cuando fue prometido por primera vez. Dios gobernando la Tierra por medio de Su precioso Hijo, nuestro Señor. Ese es el mismo mensaje que podemos y deberíamos dar nosotros. Cada vez que vas a una persona con el mensaje del Reino tranquilamente podés pensar que el Reino se le ha acercado. Tenemos el derecho filial de proclamar el Reino de Dios y el nombre del Señor JesucristoEs un derecho divino imperecedero y nos corresponde, nos compete, nos conviene ejercerlo. La vida sobre la Tierra restaurada a su estado de esplendor y gloria que tuvo antes de Génesis tres, es una realidad concreta que nosotros debemos proclamar a los cuatro vientos. La promesa viene directamente de Dios, por tanto no es nuestra responsabilidad producir este maravilloso Reino futuro. Nuestra parte es simplemente declararlo a toda persona con la que tomamos contacto. Así hizo nuestro Señor, así hacemos nosotros. ¡Imagínese! Vida por siempre junto a Dios y a nuestro Señor en una Tierra totalmente regenerada con absoluta paz y justicia. Sin llanto, sin dolores ni angustias… ¡bueno en GRAN manera! Pero, esa esperanza no es en el cielo, sino sobre la Tierra. La certeza de esa vida sobre la Tierra está guardada en el cielo como si fuera un contrato que está guardado en el Banco del Cielo que tiene absoluta impenetrabilidad. Pero la esperanza es sobre la Tierra. El cielo no es el destino final de nadie. Esa es una muy buena nueva para dar. Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 8 Cuando nuestro Señor comenzó dando este precioso mensaje primero les dijo que ese Reino estaba cerca y luego les dijo como asegurarse un puesto en él. Mateo 4:17: Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Arrepentirse no es decir: lo siento o “no lo hago más”. Arrepentirse es hacer un giro de 180° en la vida de uno. Marcos 1:15: Diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Esta es “la base” del arrepentimiento. Dice arrepentíos y creed. Ellos no estaban creyendo, eso es ir para el lado opuesto a los deseos de Dios. Los 180° es creer en el Evangelio. Creer es actuar conforme a ese Evangelio. Creer es la profunda convicción que esa vida futura de bendición, en grado absoluto, es verdad. Creer es confiar en ese mensaje claro de la Palabra de Dios. Nuestra vida nunca debiera ser la misma conociendo estas simplísimas verdades que no conociéndolas. Si creemos este Evangelio viviremos según ese conocimiento. Debemos darle a nuestra salvación, y por consiguiente, a nuestra futura vida en el Reino, el valor que verdaderamente tiene. Cuando lo hagamos caminaremos a la luz del Reino y difrutaremos recién ahí de los frutos de ese andar. Arrepentirse es una acción generada por una convicción que nos obliga a hacer un cambio de corazón al respecto de algo. En nuestro caso; el cambio debido es caminar a la luz del Reino. Lo que Jesús les decía en otras palabras era: Ustedes escucharon lo que predijeron los profetas... Bien, yo vengo a anunciarles que ese Reino está más cerca y que es necesario que se arrepientan y crean el mensaje así harán un cambio en sus vidas y se prepararán para vivir en una Tierra de justicia en grado absoluto. ¡Lindo mensaje para dar! ¿Cómo será el que vos tengas que dar? ¡Idéntico al de tu Señor! Todos los hijos de Dios y los hijos de Dios-porser, necesitamos escuchar este mensaje. Algunas personas piensan que está todo bien entre ellos y Dios pues, en su opinión, las cosas les van de maravillas y ellos son buenas personas que no le hacen mal a nadie. Jesús vino a predicar el año agradable y lo hizo completamente. Pero dejó bien en claro que el no arrepentirse no es nada agradable. Mucha gente piensa que la “gente buena” va al cielo (como si eso existiera o fuera posible). Ven a alguien prosperar en los términos del mundo y de inmediato piensan que Dios los bendice, que está todo bien y, en su error, también dicen que “van al cielo”. A Jesús no le preocupaba si prosperaban o sufrían pérdida en la vida. En su visión de la cosa (la misma que tiene su Padre y la misma que deberíamos tener nosotros), todos son pecadores y necesitan arrepentirse. Dios es tan benigno que quienes lo conocen aunque sea un poquito son dirigidos a arrepentirse. Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 9 Romanos 2:1-4: 1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? La benignidad, de Dios no nos guía a pensar que está todo bien con nosotros, nos guía a asegurarnos que estamos andando en Su Palabra y que si no lo estamos haciendo, pues corregimos el curso de nuestra vida y andamos en Su Palabra. Decimos las cosas como son, según las vemos en la Palabra de Dios. No proclamamos fuego eterno ni tortura ni desgracias… proclamamos el Reino de Dios. Les decimos que para entrar es imprescindible arrepentirse. Les explicamos cómo arrepentirse confesando y creyendo lo que dice Romanos 10:9. En el mismo día de Pentecostés, en el Siglo I, que comenzó la Administración de la Gracia o del Secreto revelado, Pedro da un discurso explicando lo que acababa de ocurrir. Al final se produjo un efecto deseado cuando uno comparte la Palabra de Dios. La gente le preguntó ¿qué hacemos con todo esto que dijiste Pedro? Hechos 2:37-39: 37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Aquí Pedro habló de la promesa y habló de arrepentirse. La promesa es que si confesaban y creían recibirían espíritu santo en manifestación más el “camión lleno de cosas” que Dios nos da gratuitamente junto a eso Poder desde lo alto, bautismo en espíritu santo y fuego, ser hijos de Dios, ser renacidos de simiente incorruptible, Dios en Cristo en ellos y un lugar en el Reino de Dios y de Su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Nuestra prédica se centra en la benignidad de Dios que nos ha guiado a nosotros a arrepentirnos y guiará a otras personas a lo mismo. El Reino de Dios está viniendo. Está más cerca ahora que lo que estuvo en la época de Jesús o la de Pablo. Ahí las autoridades serán subordinadas al Cristo de Dios. El mal será eliminado junto con toda clase de corrupción, maldad y guerra. La paz tendrá reino absoluto junto con la justicia la armonía y la pureza en grado superlativo… Todo bueno en GRAN manera. Apocalipsis 11:15: Haciendo el trabajo que hizo nuestro Señor Eduardo Di Noto 10 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos |
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424 | El significado Histórico y Práctico de Pentecostés |
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425 | Haciendo el trabajo... Parte 2 Proclamando el Reino de Dios y el nombre del Señor Jesucristo |
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426 | Dios nos enseña cómo Creer |
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427 | Anunciando el Reino como Familia |
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428 | Haciendo el trabajo...Parte 3 La entrada al Reino |
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429 | Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; Llamad, y se os abrirá. |
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430 | Haciendo el trabajo... Parte 4 Toda la Palabra de Dios al alcance de todos |
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431 | La lección de Jonás |
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432 | Haciendo el trabajo... Parte 5 Una exposición de la Parábola del Sembrador y los suelos |
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433 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Romanos 8:3 - 9:5 |
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434 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Romanos 10:9,13 - 1 Corintios 8:6 - 1 Corintios 10:4 |
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435 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... 1 Corintios 10:9 / 2:4-6 - 2 Corintios 5:19 / 13:14 |
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436 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Efesios 4:7,8 - Efesios 5:5 |
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437 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Filipenses 2:6-8 Parte 1 |
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439 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Filipenses 2:6-8 Parte 2 |
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439 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Colosenses 1:15-20 Parte 1 |
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440 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Colosenses 1:15-20 Parte 2 |
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441 | Haciendo el trabajo... Parte 6 Las cuatro respuestas posibles a nuestro anuncio de la Palabra del Reino |
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442 | Haciendo el trabajo...Parte 7 Algunos Ejemplos |
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443 | Haciendo el trabajo... Parte 8 Aprendizaje para nosotros |
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444 | Haciendo el trabajo... Parte 9 No es una carrera de los 100 metros. Es más que una maratón |
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445 | Haciendo el trabajo... Parte 10 La autoridad de las Escrituras en nuestro Anuncio del Reino de Dios Parte 1 |
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446 | Haciendo el trabajo... Parte 11 La autoridad de las Escrituras en nuestro Anuncio del Reino de Dios Parte 2 |
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447 | Algunos aspectos sobre el crecimiento |
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448 | Objetivo: Acción Para que te vaya bien. Parte 1 |
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449 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... Colosenses 2:2,9 - 2 Tesalonicenses 1:12 |
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450 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... 1 Timoteo 3:16 |
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451 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Algunos errores de... 1 Timoteo 6:14-16 |
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452 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios- Jesús hombre e hijo de hombre |
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453 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Espíritu Santo - Un nombre, no una persona Parte 1 |
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454 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Espíritu Santo - Un nombre, no una persona Parte 2 |
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455 | La diferencia Bíblica entre decretar/declarar y pedirle a Dios Parte 1 |
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456 | La diferencia Bíblica entre decretar/declarar y pedirle a Dios Parte 2 |
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457 | ¿La cena del Señor, Santa cena, Santa comunión, Hacer memoria? Parte 1 |
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458 | ¿La cena del Señor, Santa cena, Santa comunión, Hacer memoria? Parte 2 |
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459 | Objetivo: acción Para que te vaya bien. Parte 2 |
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460 | Ezequías, Hizo lo recto ante Los ojos de Jehová |
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461 | Jesús es el Cristo el Hijo de Dios - 2 Timoteo 4:1 En su manifestación y en su Reino |
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462 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Hebreos 1:1-10 Por quien asimismo hizo el universo |
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463 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Hebreos 7:3 Hecho semejante al Hijo de Dios |
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464 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - 2 Pedro 1:1 | 1 Juan 5:7 y 8 | 1 Juan 5:20 |
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465 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - El Alfa y la Omega, el Primero y el último |
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466 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Apocalipsis 3:14 | 5:5 | 22:16 |
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467 | Pentecostés 2017 La Prueba Indubitable de la Resurrección |
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468 | Ezequías, Hizo lo recto ante Los ojos de Jehová Parte 2 |
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469 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - El poder de representación Parte 1 |
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470 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - El poder de representación Parte 2 |
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471 | Claves para andar Parte 1 |
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472 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - El efecto de la Doctrina de la Trinidad Parte 1 |
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473 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - El efecto de la Doctrina de la Trinidad Parte 2 |
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474 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Sin Trinidad HAY salvación |
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475 | Jesús es el Cristo el hijo de Dios - Conclusión |
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476 | La gracia no se termina con el Nuevo Nacimiento |
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477 | Hacer lo que puedas |
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478 | Amar de hecho y en verdad |
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479 | Claves para andar Parte 2 |
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480 | No busca lo suyo |
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481 | El sustento de quienes sirven al Evangelio Parte 1 |
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482 | El sustento de quienes sirven al Evangelio Parte 2 |
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483 | La honestidad con la ofrenda |
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484 | Atentos a recibir la abundancia de Dios |
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485 | Todo lo suficiente - Conclusión |
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486 | Ocupándonos en nuestra salvación |
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487 | Dios comenzó Su obra y la completará |
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488 | Nuestra fortaleza es en Dios y en nuestro Señor |
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489 | Dios actúa en los suyos |
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490 | ¡Qué resuene la Palabra! |
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491 | UNA Enseñanza sobre la Gracia |
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492 | La Resurrección de nuestro Señor es la garantía de la nuestra |
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493 | La muerte. Ese enemigo de Dios |
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494 | ¿Dónde están los muertos? |
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495 | Estudios de Gehenna, Sheol, Hades y Tartaroo |
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496 | Registros malinterpretados - Los muertos están muertos- La profetisa de Endor 1 Samuel 28:7-20 |
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497 | Ninguna duda ¡Jesucristo ha sido resucitado! Parte 1 |
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498 | Ninguna duda ¡Jesucristo ha sido resucitado! Parte 2 |
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499 | 1 Corintios 15:1-17 El Evangelio fue predicado |
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